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Viviendo con el enemigo por Yusei156

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Notas del capitulo:

Hola a todos mis amados lectores! Espero les guste este capítulo que aunque algo corto es bastante sustancial. Nos leemos abajo

Apenas habían pasado dos semanas desde que el dichoso joven Riddle se encontraba viviendo entre ellos, todo era un completo fastidio para el supuesto matrimonio. Tanto que Sirius había comenzado a salir todas las tardes a visitar a Remus, iría a visitar a James pero como este vivía con la insípida de su estúpida novia Lili prefería no hacerlo. Cómo detestaba a aquella mujer.


En ese momento se dirigía de regreso al departamento, traía consigo un pequeño pastel, para conmemorar “un mes de matrimonio”, también llevaba un regalo perfectamente envuelto y claro tenía que llegar a arreglar el lugar.


Snape y él se habían puesto de acuerdo para el tan esperado día. Le había encomendado a Severus que trajera una buena bebida, lo había mandado a un salón para arreglarse, incluso le dio ideas sobre el obsequio ideal mientras preparaba la ropa que iba a usar. Se podría decir que Sirius era un poco controlador, pero quería que su mes-aniversario fuera de lo mejor, esperando que ese odioso Slytherin saliera de sus vidas.


Tan pronto llegó pudo notar al tenebroso mago parado frente a su recámara, todos los días este intentaba entrar por “simple curiosidad” como decía él. Aunque ellos sabían que quería revisar para tener una idea de su vida de recién casados, por eso aquella habitación estaba más que llena de hechizos de protección, lo malo es que tenían que rehacerlos porque ese maldito era tan jodidamente talentoso que cuando lo encontraban ya le quedaba unos dos o tres hechizos por deshacer.


Tom al verlo ni se inmutó, solo le dedicó una sombría sonrisa, no estaba avergonzado de lo que pasaba. No era secreto para nadie que él no deseaba estar allí, aunque debía admitir que no todo era tan malo, la pareja se veía completamente normal para un estereotipo de pareja recatada y con años de casados, eso era lo que no cuadraba.


Todos en el mundo mágico sabían de lo mujeriego que era el mayor de los Black, por eso cada que le veía ir y venir de visitar a su “amigo” Remus le daba desconfianza y le hacía preguntarse ¿Qué clase de hombre se iba con un simple amigo cuando tenía a una belleza como esa en casa? No era ciego, ni tonto. Severus Snape Prince era todo lo que un distinguido Slytherin debía de ser, incluso podía identificarse con él. Ambos eran mestizos, ambos con un idiota padre muggle.


Llegaba a tenerle lástima por estar casado con un idiota que no lo valoraba…


Aún idiota sexy, si. Pero un idiota a final de cuentas.


El de ojos verdes se sentó en el sillón cómodamente, tenía un libro de magia oscura que seguir repasando. A sus 26 años era considerado el mago tenebroso más poderoso de todo Londres, no era secreto para nadie que había intentado ser el nuevo ministro de magia para imponer nuevas reglas sobre los magos nacidos de muggles.


Proponía que todo hijo nacido de padres no magos debía de ser adoptado por matrimonios mágicos y borrarle la memoria a todos aquellos despreciables muggles para tenerlos alejados de su mundo. Ellos eran como la peste, rápidamente se habían propagado por todo el mundo.


Todo el odio que sentía hacia ellos era debido a su padre biológico, quien había abandonado a su madre cuando se enteró que estaba esperando un hijo. Tiempo después de tener la despreciable maga lo había dejado abandonado en un orfanato donde pasaría los primeros años de su vida. Estuvo allí hasta los 5, cuando recibió la visita del que pasaría a ser su padre adoptivo y mentor.


Creció como el hijo de Albus Dumbledore, pero para no causar escándalo en el mundo mágico mantuvo su apellido muggle. Aun así su vida no fue tan mala, creció siendo amado por un padre bastante permisivo, pero todo cambió cuando fue aceptado en Hogwarts. Pensaba que sería fabuloso estar allí pues el director era su amado padre. Pero no contaba que al quedarse en la casa de los Slytherin las cosas cambiarían entre ellos.


Dejaron de ser tan cercanos y las cosas en casa eran igual de incómodas, siempre quería ponerle la idea de los leones en mente, sobre todo. Quería alejarlo de la magia oscura que era sin duda lo más interesante que había descubierto en ese nuevo mundo, también lo alejaba de sus amistades cada que podía, como de Bella Black quien a pesar de ser menor que él siempre estaba a su lado.


Cuando cumplió 13 y se dio cuenta de que era un Omega su vida se vino abajo, comenzó a ser tratado como inferior por los alfa sangre pura de todas las casas, el trato por parte de sus compañeros fue peor. Parecía que ahora solo lo miraban como a un pedazo de carne que como el talentoso mago que era, su padre en vez de apoyarlo le bajaba puntos a su casa cada que hacía algo malo cosa que solo empeoraba la actitud de sus compañeros con él.


Por eso en la demostración de duelos de magia de su penúltimo años decidió cambiar las cosas, con ayuda del profesor Slughorn y otros integrantes de su tan codiciado club de eminencias se las ingenio para ingresar a pesar de que se suponía sólo participarían jóvenes de último año. Allí demostró no solo lo habilidoso que era, sino que su condición no afectaba un hecho que nadie podría negar a partir de ese momento: era el mago más poderoso de su generación.


Si, era el más poderoso, incluso mucho más de su “padre” lo que lo llevó a alejarse de él, quería seguir un camino. Acabar con la discriminación era todo lo que buscaba, acabar con aquellos despreciables muggles, exiliarlos de cualquier contacto con el mundo mágico. Ellos no merecían todas las maravillas de su mundo, era fácil juzgarlo al ver como destruyen el suyo con guerras sin sentido y su afán de expansión.


Ridiculos


Si bien no podía matarlos a todos al menos los alejaría lo más posible. Pero para lograrlo tenía que intervenir en el ministerio de magia, si tan solo fuera un Alfa se lo permitirían sin tantos peros, pero como Omega y además mestizo necesitaba casarse con un sangre pura de una familia respetada. Esa era la verdadera razón por la que se encontraba en aquel lugar, si todo resultaba una farsa, incluso si no lo era solo tenía que separarlos. Convencería a Walburga de anular el compromiso de Sirius con Ethan Nott y el tomaría su lugar.


No le fascinaba la idea de casarse con esa clase de idiota, pero estaba muy bien situado en la sociedad, era un joven de lo más prometedor y asquerosamente rico que además se conocía por ser un total Casanova. Sería fácil usarlo y luego deshacerse de él tan pronto consiguiera lo que quería.


-¿Por qué sonríes así? Das miedo, mejor vete a encerrar a tu habitación que ya pronto lleva mi Sevi y no quiero que cenes con nosotros- Dijo Sirius moviendo las manos corriéndolo de la sala, sin embargo este ni se inmutó.


-No notarán que estoy aquí- Antes de que pudiera recibir respuesta alguna la puerta se abrió llamando la atención de ambos hombres, lo primero que pudieron ver fue la piel porcelana de Snape combinando a la perfección con su vestimenta, era claro que había gastado parte de su tiempo en ir a arreglarse pues tenía el cabello bellamente recogido con una corona de trenzas que se unían hasta formar una coleta baja dejando un par de mechones en la parte frontal para enmarcar su rostro.


Traía puesto un pantalón a la cadera de color azul naval, una gabardina negra que se quitó tan pronto entró exponiendo la camisa de tela semi transparente de igual color negro que hacía contraste con su blanquecina piel. Los ojos de Sirius no podían parar de seguirlo. Sabía que había sido un total acierto el vestirlo así, se veía completamente espectacular, tanto que le daba celos pensar en la cantidad de gente que lo había visto en la calle.


Sin pensarlo dos veces se le acerco y tomo su mano en señal de saludo, el Slytherin se la dio llevándose una sorpresa pues el joven Black se inclinó ante él besándole la mano con sumo cuidado, era la primera vez que veía aquella actitud suya y no pudo evitar ruborizarse de inmediato. Seguido de esto Sirius prosiguió a darle un beso, un dulce y tierno beso de bienvenida como muchos otros que se habían dado antes.


Ahora que tenían un invitado que convencer día y noche aquellos actos comenzaban a hacerse normales, se daban un beso de buenos días y buenas noches, también cuando se despedían o acababan de llegar a la casa, pero era así. En muy contadas ocasiones, siempre diciendo que sería indecoroso que lo hicieran frente de un invitado y que respetarán su pudor de pareja.


La sala y la cocina estaban bellamente arregladas, había varios floreros con Lilis que eran las favoritas de Snape, claro que tenía que ver con el nombre de su mejor amiga, bueno, e mejor amiga.


El ambiente era cálido y estaba todo completamente iluminado con velas flotantes, sin despegar sus manos Sirius condujo a su esposo a la mesa del comedor, había comprado comida tailandesa, sorprendentemente la favorita de su marido pues éste aseguraba que hacer un platillo perfectamente condimentado era casi como el arte de preparar una poción, tal vez por eso era tan buen cocinero.


Severus sonrió al darse cuenta que era comprado pero igual no importó, en realidad lo prefería así. Lo último que quería era morir intoxicado por culpa del chucho no cocinero, sin decir palabra alguna se limitó a sentarse y disfrutar. Estaba consciente de la mirada que no perdía de vista los actos de ambos magos, ser vigilado de esa forma era terrible, pero por nada del mundo dejaría que el imbécil que había entrado a hurgar a su laboratorio saliera victorioso.


-Te vez espectacular- Comentó Sirius aún sin poder quitarle la mirada de encima, vaya que le fascinaba la vista, incluso la curiosidad le invadía, al darle ese vestuario también había elegido su ropa interior y quería saber si la estaba usando. Como si le hubieran leído el pensamiento sintió le penetrante mirada de su esposo mirando con algo de reproche.


-Tu te vez tan atractivo como siempre-


-Bueno, hoy me arregle especialmente para mi amor- después con un tono más bajo pero procurando que el invitado alcanzará a escuchar dijo-no te imaginas lo que tengo guardado bajo los pantalones esta noche- para después guiñar el ojo derecho.


La cena pasó sin contratiempos ambos la habían disfrutado, habían hablado de su día, de los regalos, incluso en ocasiones se decían cosas algo melosas mientras disfrutaban una comida juntos. Por sorprendente que pareciera ya no resultaba tan horrible el que convivieran así, tenía que ver con el hecho de que estaban siendo forzados, pero igual estaban conscientes que podían llegar a disfrutar plenamente de la compañía mutua sin que terminaran asesinandose.


Poco después pasaron a la sala donde se dieron los obsequios. Snape le regaló una caja de puros de su marca favorita, también una gabardina negra que combinaba con la que había usado ese día y un obsequio que el pulgoso no se esperaba, una botella de Whisky de fuego Crown Royal, elegido como el mejor de todo el mundo mágico que además era producido solamente en el Toronto mágico.


-Te luciste mi amor- Le dijo mientras le robaba un beso, haciendo que el despistado pocionista diera dos pasos perdiendo ligeramente el equilibrio, aunque su esposo no perdió tiempo en rescatarlo y se lanzó por el. Tomando entre sus brazos.


Aún sin resistirse Sirius acaricio con suavidad los labios de Snape, quiso detenerse pero no lo hizo, se acercó a su rostro y lo volvió a besar, primero suave y luego comenzó a ser más demandante. Lo lamia ligeramente, apretaba sus labios entre los suyos, buscaba tener más contacto con la lengua del otro. Ese fue un total descubrimiento para Tom quien jamás los había visto besarse de tal manera, y entendía porque. Severus a pesar de disfrutar del contacto estaba nervioso, jamás lo habían besado de tal manera y mucho menos con tal descaro frente de una tercera persona.


Al darse cuenta de la incomodidad de su pareja Sirius paro y le pidió una disculpa apenas audible haciendo que este sonriera un poco. Sin más se levantó para buscar la bolsa de regalo, le había preparado algo especial, sabía que no era un verdadero aniversario pero quería sorprenderlo, ahora más. Severus se apresuró a abrirla sacando algo desconcertado un libro de tapas de piel negras sin ninguna escritura visible, así que decidió ojearlo.


-¿Esto es?...- Intentó formular una pregunta pero fue interrumpido.


-Si, es el necronomicon. Una copia lamentablemente quería darte el original pero creo que sería imposible de conseguir, sin embargo este aún está en Qahtán, se que un mago tan excepcional como tú podrá leerlo- Lo animó para abrirlo, ese libro era uno de los manuscritos de magia oscura más antiguos de toda la historia.


Dentro encontró un separador que tenía dentro una flor, una peonía, la cual, si metía las mano al separador podías sacar de tamaño completo. Admitía que le gustaba que le regalaran flores, pero era la primera vez que recibía una como esa.


-Espero te haya gustado.


-Me fascinó.


-¿Sabes que me fascina a mi?- preguntó con su tono seductor mientras se le acercaba.


-¿Mi regalo?- Preguntó esperando que el Black no se pasará de listo. Cosa que claramente sucedió, podía ver en su mirada la felicidad de una buena travesura a pesar de los años.


-Tú- De inmediato lo levantó cuál princesa entre sus brazos, sin querer le bajo un poco la tela del pantalón dejando descubierta su ropa interior, pero le importo poco. Había logrado su cometido y ahora irían a encerrarse al cuarto para que acabara esa farsa.


“Encaje rojo” pensó Tom quien estaba atento a los detalles, realmente parecían felices juntos. Por un momento detesto que Snape se llevará el libro consigo, pero bueno ¿Que se le podía hacer? Igual él tenía el original guardado celosamente en su casa, solo debía acabar y regresar pronto.


La noche fue larga y torturosa para el Gryffindor quien trató de dormir tranquilo sabiendo que la persona a su lado tenía una muy sensual lencería de encaje rojo puesta y solo tenía que bajar un poco el pantalón para verlo, se moría de curiosidad, quería tocarlo pero no podía.


 

Notas finales:

Hola! Hoy actualizo más temprano, originalmente iba a hacerlo más largo pero aún no decido el lugar del viaje así que les dejare las dos opciones más populares para que voten:
México, Puerto Vallarta o algún bonito lugar de España!

Espero su ayuda con la encuesta. Y claro que les haya gustado el capítulo, no se ustedes pero creo que Sirius tiene una gran fuerza de voluntad para saber que un indefenso omega duerme a su lado con tan sexy lencería y no hacer nada.

¡Hasta el domingo!


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