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Viviendo con el enemigo por Yusei156

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Notas del capitulo:

Hola a todos mis amados lectores quiero ofrecerles una disculpa por actualizar hasta hoy, lamentó la tardanza no tenía la computadora a mi disposición y en e, teléfono no actualizaba mi texto, en fin, nos leemos abajo. Espero que les guste

Las luces cambiaban de color variando desde el azul al violeta pasando por tonalidades verdes, amarillas y rojas, parpadeaban al ritmo de la música electrónica, la barra del bar era casi tan larga como la pared del costado derecho, del izquierdo se encontraban las mesas y justo en medio la pista de baile, subieron por las escaleras el siguiente piso donde se encontraba la zona VIP, justo donde habían visto a sus amigos en el balcón. Por sorprendente que fuera tenían uno de los mejores lugares.


—¡Chicos que bueno que llegaron! ¡No creí encontrarte en un lugar como este Sev! Le estaba contando a mi ratoncito sobre lo bien que nos llevábamos cuando estuve en Hogwarts y claro de lo mucho que te gustaba ese estúpido León con el que no me pude acostar… ¿como se llamaba?— su sonrisa lo decía todo, no pasó ni un segundo para que Severus lo llevará a otro lado, seguramente para reprenderlo por su indiscreción.


Los demás eligieron sus asientos en la mesa, en realidad ese lugar era bastante bueno, si lo deseaban saldrían al balcón a platicar evitando tanto ruido, la pista de baile solo estaba ocupada por otros asistentes de la sala VIP, pura gente rica y creía había comentado Lily al llegar, ya que no estaba nada cómoda con la situación.


Al inicio pensó que sería una excelente salida en parejas y terminaron siendo las vacaciones de James y sus amigos, sin mencionar a los Slytherin colados que parecían ir en aumento constante. Lucius simplemente la ignoraba, Tom la miraba como si de un insecto se tratara, se refería a ella como “inferior” y “esa chica” juraría que lo había escuchado llamarla sangre sucia pero no tenía ninguna prueba.


Ahora está el dichoso “Barty” quien además de conocer al resto de las serpientes estaba interesado en Peter, eso si que le sorprendía, no es como si él fuera atractivo, buena gente, ni siquiera lo consideraba listo, pero ahora estaba convencida de que servía para atraer idiotas, no por nada tenía a Sirius Black como amigo, lo único buena en su vida era James.


—Entonces pelirroja ¿vas a pedir o seguimos esperando?— preguntó mordaz Lucius quien solo podía verla como un ser inferior.


—Quiero un Stinger y para James… ¿Cerveza?—


—Creo que será mejor dos shots de tequila, ¿o me equivoco?— comentó Tom mientras ponía una de sus manos sobre el hombro izquierdo de James, cosa que no pudo ignorar la pelirroja.


—Cla-claro...—contestó nervioso al sentir el tacto ajeno, lo cierto es que había tenido una pequeña conversación con Tom antes de ir, no podía sacarlo de su cabeza.


El resto de la noche siguió igual, con los ahora diez integrantes de la mesa, resultó que Barty no había ido solo, citó a un amigo al lugar con la excusa de que “no quería un número impar” aunque todo era parte de su plan de cinco pasos para tener una noche feliz y no dejar de lado a su amigo, justo como la noche anterior.


Los tragos comenzaron a ir y venir acompañados de cada botana que se les antojará, esa noche no se valían las preocupaciones nada sobre dinero ni las inhibiciones. Era claro que lo que más deseaban era disfrutar por eso cuando Ethan Nott, la otra serpiente invitada, saco a bailar a Remus este no se opuso.


—¿Celoso de que tu amante se vaya con otro?— le susurró con malicia Barty para después tomar un sorbo de su bebida, uno de sus pasatiempos favoritos era molestar a Lucius.


—Ni un poco, que un omega baile con mi chico es bastante bueno, le advertí a Remus que no bailaría “esto” ni aunque me pagará el doble de mi bóveda de Gringots— claro que no le importaba, Nott nunca estaría interesado en alguien como su Remus, no, no es que no fuera lo suficientemente atractivo e inteligente, pero lo que en realidad le movía era corromper a cierto tipo de personas y sabía de antemano que él no encajaba.


—En ese caso me voy a bailar, ¿vienes ratoncito?— sin esperar respuesta alguna lo guió rumbo a la pista, no necesitaba estar más en ese lugar, había logrado su cometido, esa noche Lucius bailaría entre muggles o se dejaba de llamar Bartemius Crouch Jr.


Habría pasado alrededor de media hora después de eso y los únicos en la mesa eran Lucius, Tom, Severus y Sirius, el cual no encontraba forma de escapar de las serpientes sin que lo juzgarán por ir a “conquistar el primer trasero que se le moviera en frente” y eso le tenía enojado, él sabía de su reputación, estaba no dudaba que medio Londres mágico lo supiera pero ya no era la misma persona, ahora tenía sus ojos puestos en alguien y cuando él tenía una presa dedicaba todo de sí en capturarla, aún teniendo que hacer varios sacrificios.


—Entonces Black ¿Porqué aún no corres tras la morena que lleva coqueteandote desde que llegamos?— preguntó de mala gana Lucius sin perder de vista a su alto amante, era increíble lo bien que bailaba y lo seductor que parecía cada que movía su cuerpo, cada que remarcaba algún paso con las caderas, casi podía jurar que le seducía paso tras paso.


—¿Porque estoy casado?— preguntó con sarcasmo —Si mi Sev quiere bailar con gusto lo acompañó a la pista, en cambio tú deberías ir a juntarte con la “plebe” para que dejes de babear así por Remsy— nadie en el mundo era lo suficientemente ciego como para no darse cuenta que el peli plateado era capaz de pisar el suelo por el que caminaba.


—Prefiero verlo desde aquí, creo que tengo la mejor vista del mundo— y vaya que lo creía, podía apreciar cada movimiento, cada paso, cada que tocaba su cabello y se lo acomodaba coqueteando a él y solo para él. Lo sabía, estaba perdido por su culpa, perdido y enamorado.


—Una cosa sí te advierto Malfoy, te doy un límite de cuatro meses para que termines tu compromiso con Narcissa o una semana para que dejes de jugar con Remsy, él es una persona maravillosa y no merece ser el amante de nadie. Si no le das el lugar que merece desaparece de su vida antes de que tenga que obligarte— aquella amenaza salió tan natural como darle los buenos días al cartero, estaba claro, no le importaba de quien se tratara ni de en qué momento fuera, Sirius no iba a permitir que alguien abusara de uno de sus mejores amigos, de su ex amor, porque estaba convencido que merecía ser feliz y si el estirado sangre pura frente a él era esa persona no se opondría pero tenía que amarlo por sobre todas las cosas.


—Mi relación no te incumbe Sirius, mejor ven, hablemos en la pista de baile— nadie en la mesa, con excepción de Severus, se había dado cuenta de la presencia del licántropo. Pero no tardó ni un minuto en tomar a su amigo de la mano y seguir a la pista de baile.


La realidad es que Remus estaba inseguro de aquel movimiento, sabía que Sirius se dejaría llevar y bailaría a su lado como innumerables veces anteriores pero temía que sus movimientos lo traicionaran, que levantará sospechas sobre el viejo amor no olvidado, quería evitar un enfrentamiento de su actual pareja con su amigo.


De igual forma no pasaron ni diez minutos antes de que comenzara a olvidarse de sus preocupaciones, le gustaba sentir esos leves roces, ver la resplandeciente mirada gris, esa sonrisa seductora, saber que no le importaba nada en ese momento más que estar bailando a su lado. Bailar con alguien se trata de algo muy íntimo, dependiendo de la música se mediaba el contacto pero no importaba si era un vals, la danza de Morris* o si era un tango, como fuera se perdió disfrutando cada roce, cada contacto, cada pequeña señal de acercamiento piel con piel.


—Vaya… si que hacen buena pareja ¿No lo creen?— preguntó James sin siquiera mirar a los presentes en la mesa, no hacía falta al escuchar que uno casi se ahogaba con su bebida —Ellos siempre bailan juntos, pensé que ya con pareja lo iban a dejar pero supongo es inevitable ¡Ojalá les hubiera dicho antes!—


—¿Qué?— preguntó Lucius, su voz había salido más ronca de lo usual y se notaba el claro enojo que tenía.


—Sirius se enamoró de Remus hace unos años, en Hogwarts, supongo que Snape lo sabía, justo como tú sabes que a Remsy lo vuelve loco nuestro Sirius, no solo eso, le encantan los hombres que bailan y nadie mejor que mi hermano para eso— no, no se arrepentía de lo que estaba haciendo, de hecho le resultaba muy divertido, no estaba seguro si lo que decía era cierto pero cada que veía a sus amigos bailar pensaba en lo buena pareja que eran.


—¿Que te hace creer que nos importa lo que estás diciendo?— dijo Lucius sin poder evitar seguir con la mirada a su pareja.


Ciertamente le molestaba lo que estaba sucediendo, Black tenía sus manos firmemente acomodadas en la cintura del Beta, las movía al ritmo en que el castaño sus caderas siguiendo la música, no sabía lo que se decían pero verlo respirar en su nuca, susurrarle al oído y el compartir una risa cómplice comenzaba a hacerle hervir la sangre.


—Siempre que bailan así, tengo la teoría de que si lo hicieran más ebrios terminarían en la cama— si, no iba a parar, su inhibición se había ido tres trago atrás, la única razón por la que había regresado a la mesa era para ver a Tom, ya que Lily se encontraba en el baño.


—Apestas a alcohol Potter, deberías buscar a tu mujersuela e irte de aquí— no quería perder la calma pero con la vista que tenía le era prácticamente imposible.


—¿Que se siente saber que si Sirius no se hubiera casado Remus jamás te habría hecho caso? Dime ¿Cómo es ser el premio de consolación?— sonrió, era verdaderamente placentero por una vez no ser el chico lindo frente al par de traicioneras serpientes, los dos solo querían jugar con sus amigos, lo mejor era eliminarlos y si lo podía hacer esa noche mejor, mucho mejor.


—Eres un idiota Potter, deja de molestar o no detendré a Lucius cuando patee tu asqueroso trasero— la única razón por la que Severus había intervenido era por su amigo, no iba a dejar que lo insultara de tal manera y sabía que la ira del Malfoy era un espectáculo que no deseaba volver a presenciar.


—¿Quien te ha hablado a ti? ¡¿Acaso eres estúpido Snivellus o solo te aprovechas del dinero de mi amigo?!— era cierto, para él el trato del falso matrimonio era un engaño perfectamente montado por el mismo Snape, solo iba a sacarle dinero a montones a su amigo y luego de nuevo serían enemigos. Tenía que deshacerse de esa sanguijuela.


—Tú “hermano” está más que encantado conmigo— no podía hablar con libertad, no mientras Riddle se mantuviera callado observándolos, temía que por culpa del León más idiota que hubiera conocido todo su esfuerzo se fuera por el retrete —¿Serias tan amable de repetir esas palabras frente a mi esposo?—


—Frente a tu esposo podría decirte lo poco que vales, lo interesado que eres, pero no hace falta para recordarte que no vales nada, que a nadie le importas y claro que ni tus padres te quiere, no tienes familia, no tienes absolutamente nada— había esperado mucho tiempo para decirle aquello.


Snape no pudo hacer nada, no tuvo que. Las palabras simplemente no salían de su boca, ese imbécil no había hecho otra cosa sino recordarle los maltratos que le habían propiciado ambos padres, lo mucho que sufrió en casa, el dolor de saber que su madre estaba muerta, a pesar de todo la había amado como un niño inocente ama a su madre.


Se sentía impotente, quería gritar todas las verdades del Gryffindor, deseaba demostrarle que no era débil ni nada por el estilo, que su trato con Black era para mutuo beneficio, que tenía el talento y la capacidad de hacerse de su propio dinero, no lo necesitaba, no necesitaba de nadie para sobrevivir. Su mirada era fría, pero su sangre se sentía caliente, pesada, como si el momento de estallar fuera inevitable. Trató de respirar con calma pero le fue imposible, solo quería gritar. Lo único que lo detuvo en ese momento fue un ligero peso en su hombro, no estaba seguro de lo que había pasado pero sus ojos no lo engañaban.


Sirius tenía a James agarrado del cuello de su camisa y se veía bastante molesto, sus gestos eran similares a los de un perro salvaje saboreando el miedo de la presa antes de saltarle encima. Volteo solo para corroborar que Lupin fuera quien lo estaba tocando y así fue, después solo se dedicó a observar la pelea entre los dos grandes amigos o al menos lo que duró antes de que los echaran del club.


Una vez afuera las distintas parejas se separaron sin decir una sola palabra y como si se tratara de un golpe bajo antes de partir Sirius se empeñó en entrelazar sus manos con su esposo, parecía estar retando a su amigo dándole a entender el lugar que tenía ahora el Slytherin y claro, que debía de respetarlo, aunque pareciera una locura Snape se sentía feliz por ello. En unos pocos minutos le había demostrado lo que le importaba.


Pudo corroborar que no era solo por la presencia de Riddle cuando terminaron caminando sobre el Malecón junto con Lucius y Remus. Aún más sorprendente, caminaban como amigos, sin retarse, en un silencio reconfortante, observando el mar, las estrellas, la luna menguante, no pudo evitar sonreír.


—¿Sabes?— comenzó a decir Sirius solo para llamar la atención —noté que no dejaban de vernos bailar, no tengas celos amor, yo solo quiero estar a tu lado además Rems está muy enamorado del oxigenado— comentó con burla, estaba consciente de que los estaban escuchando, pero aquella declaración solo hizo sonreír al heredero Malfoy.


—Nunca te tendría celos Black, si eso es lo que insinúas— una mentira muy obvia pero que de alguna forma hizo sonreír a los cuatro.


—Bueno, solo para que te quedes más tranquilo quiero que presencien esto— sin darle oportunidad a huir tomo a Snape de la cintura dándole una ligera vuelta hasta que estuvo frente a frente y prosiguió a arrodillarse. De su ropa saco una caja forrada de terciopelo rojo, no se veía una marca en particular pero era claramente joyería.


Al escuchar la reacción de sorpresa de su amigo supo que había logrado su cometido, lo único que deseaba era sorprender una y mil veces a quien ahora robaba su sueño, quería ganarse su corazón y sabía que no lo lograría con objetos, pero cada que le regalaba algo parecía un niño en navidad, sus ojos se iluminaban y podía percibir esa hermosa sonrisa sincera.


—Planeaba hacerlo cuando llegáramos a nuestra habitación pero creo que será más romántico de esta forma. Severus, se que ya eres mi esposo, pero ¿me harías el honor de aceptar este pequeño regalo?— prosiguió a abrir la caja, no pudo apartar ni un momento sus ojos del rostro del Slytherin, felicidad y confusión, fue lo primero que pudo notar.


—¿Una gargantilla?— preguntó con un ligero tono de decepción en su voz.


—Es para protegerte, sé que tú celo está cerca y odiaría lastimarte, marcarte sin consentimiento sería terrible para ambos, además te protegerá de otros depredadores sexuales— sonrió, era inevitable dedicarle una de sus famosas sonrisas marca Black, de esas que le enorgullecía por su capacidad seductora —No soy el único depredador sexual que se interesaría en ti—


—¿Estás loco Black? Yo no necesito esto, la poción para suprimir el celo que estoy tomando es mi invención, te aseguro que no fallará— y vaya que estaba seguro, tras varias ventas exitosas y mucho esfuerzo había conseguido una poción que no solo ayudaba a suprimir el tortuoso celo, sino que también tenía menos efectos secundarios y esperaba que pronto ese “menos” se convertiría en un “sin”.


—En ese caso acéptalo como un regalo de un amigo— pudo notar de inmediato la interrogante en su mirada así que se apresuró a responder —tú y yo empezamos mal, nos casamos antes de conocernos y nos besamos antes de dar el primer paso, así que aquí estoy, aún arrodillado pidiéndote que me perdones por todo el daño que te hice y me permitas ser tu amigo—


—No es como que en serio nos hubiéramos casado, todo fue una trampa, pero si lo que dices es sincero entonces aceptare ser tu amigo. Espero tengas siempre en mente que yo perdono pero nunca olvido— por fin logró mantener su mirada firme en esos ojos plateados desde que lo había visto arrodillado, cuando comenzó a hacerlo por un breve momento había llegado a la conclusión de que se trataba de una propuesta de matrimonio y claro se reprendió por lo hilarante de su idea.


Una vez de pie Black prosiguió a colocarle la gargantilla de oro blanco,lo suficientemente ancha como para cubrir su cuello y protegerlo de ataques indeseados, la había adquirido recién. Desde el momento en que pasó a un costado del escaparate lo único que pudo hacer fue imaginarse a Severus con esa joya y únicamente con eso. Se odiaba por ser así pero había sido inevitable. Lo segundo que pensó era en lo útil que sería si un día su celo y el del menor coincidían, lo hacía como una medida de seguridad, quería garantizar que cuando Snape fuera marcado este sea feliz, que si estaba a su lado no sería por aquella cadena biológica, se sería un mutuo acuerdo.


El día que lo mordiera, que lo marcará, ese día sería decisión de ambos.


Para ellos así terminó la noche, poco después Remus se despidió de ellos con la excusa que no quería arruinar la noche, él y su pareja irían a algún otro lado a continuar bailando. Pero para Snape fue inevitable notar la sonrisa de satisfacción que traía su amigo en el rostro, como si todo lo que acabara de suceder fuera de alguna extraña manera parte de un malicioso plan.


Como sea decidió ignorarlo, tenían que pensar en lo que harían a la mañana siguiente gracias al tremendo espectáculo que había dado el idiota de James, si ya se habían librado de las sospechas de Riddle estaba más que seguro que ahora tenía las suficientes como para seguirlos acosando un mes entero, se frustró por tener todo su trabajo destruido en unas cuantas horas.


Se metió a bañar, después de haber estado rodeado de tanta gente, tanto ruido, de la bebida, de todo, decidió que lo mejor era dejar ir ese estrés en la ducha, se dejó perfumar por el suave aroma del jabón no le reconoció del todo pero se le hacía muy familiar por alguna extraña razón se sentía reconfortado. Salió solo para terminar encontrándose al Black sentado en la cama leyendo algún libro, ¿como le diría que la propuesta había sido solo por la noche anterior?


—¿Sorprendido? Y eso que aún no me quito la ropa— antes de que saliera del baño se había prometido que al verlo no diría estupidez alguna pero le fue inevitable, esa cadena que usaba en el cuello combinaba a la perfección con él, tenía unas cuantas esmeraldas incrustadas en la parte frontal e incluso había comprado un dije de serpiente que hacía juego, aunque este último lo estaba reservando para una ocasión especial.


—Pensé que el hotel nos iba a dar una sorpresa esta noche— no sabía que iba a lograr con decir eso, pero fue lo único que se le ocurrió en el momento.


—Pues tenemos una cabaña frente al mar solo para nosotros dos, podemos ir todavía, creo que la desalojaremos a las 12 del día si entendí bien— y claro que lo había entendido, el mismo se había encargado de organizar tal sorpresa, era parte de la estrategia de cacería y ahora tenía el territorio perfecto para el ataque.


—En ese caso dúchate y te espero abajo— no era idiota, mucho menos inocente sabía que algo había planeado Black así que decidió adelantarse.


Salió de la habitación rumbo a la dichosa sorpresa, se trataba de una cama suspendida frente a la alberca, frente al océano, las cortinas encantadas no permitían ver dentro de la improvisada habitación en cambio desde dentro podía apreciar las estrellas. Sin duda había sido un buen esfuerzo.


Solo tuvo que hacer un hábil movimiento con varita para dejar una luz dentro de la habitación, se deshizo de las velas aromáticas, tiro los pétalos de rosa e incluso incineró las lámparas de papel, ya todo lo que terminaran debiendo terminaría a cuenta de su esposo así que no le intereso en lo más mínimo, le dio tiempo de dejar todo inmaculado y limpio para cuando por fin apareció Sirius con ese encanto que lo define, cargando una caja de regalo.


—Dime que no es otra pieza de joyería— suspiro al verlo sonreír lo había descubierto —los amigos no se hacen ese tipo de regalos—


—Y tampoco se besan, pero déjame decirte que eso de ser amigos es una formalidad planeo conquistarte y quizá dentro de unos meses salgamos digo creo que tenemos futuro— sonreía galante mientras tomaba su mano, le besó con cariño, lo cuido hasta llevarlo a la cama.


—No me acostaría con un amigo— le sonrió de forma involuntaria, una parte suya se deleitaba con cada coqueteo que recibía, le hacía sentir reconfortado e incluso casi creía que era alguien atractivo.


—Lo se, pero podemos ser novios y luego dar el gran paso al matrimonio— bromeó, claramente había escuchado una leve risa, era tan linda que lo dejó mirándolo como si fuera la primera vez.


—Estamos casados Sirius— quiso recordarle lo obvio, de cierta manera lo hacía feliz.


—Entonces no te molesta que haga esto— no tuvo que poner mucha fuerza para poder besarlo, le gustaba, notaba la resistencia que cada vez iba desapareciendo, le siguió acariciando y besando, quería acomodarlo en la cama, quería amarlo toda la noche, quería despertar con su enervante aroma impregnado pero estaba seguro aseguró que esa no sería la noche. Sin dar previo aviso terminó el beso dejando desconcertado al pelinegro a su lado.


Saco una pequeña esfera, la deslizó sobre la mano del azabache desprendiendo un aroma suave, aroma a jazmín, comenzaron a salir pequeñas flores blanco con amarillo. Snape no pudo dejar de ver aquel espectáculo. Era sorprendente la cantidad de intentos que hacía el animago solo para convencerlo de ir a la cama, casi podía jurar que lo hacía enserio.


—Tendrás que ser mejor si quieres acostarte conmigo— bromeó, en realidad no creí capaz a su acompañante de realizar tal acto, estaba más que enterado de la clase de conquistas en la lista del Black y todas tenían una misma palabra en común: inalcanzable, exactamente igual que el conquistador, aunque bueno, este casi siempre era el primero en huir de la relación.


—En realidad quería preguntarte una cosa— quería tentar el terreno, cuando había dejado que se adelantará Snape sabía que este se desharía de muchas cosas, pero un experto sabe cómo atacar sin usar artimañas.


—¿Y para eso me regalas mas flores? Estás exagerando— y vaya que lo hacía, le gustaban los detalles pero eso era demasiado, flores, libros, debía admitir que los ingredientes para las pociones eran de lo mejor pero incluso eso comenzaba a ser un fastidio, era un recuerdo constante de la poca capacidad adquisitiva que tenía era como una burla para él.


—Pensé que te gustaría ser tratado como mereces— porque él merecía todo y más, quería demostrarle que podía ser alguien atento que podría interesarle alguien más que él mismo, deseaba transmitir aquel dulce sentimiento que comenzaba a embriagarlo cada que lo miraba.


—Creo que todo esto fue un error, no debí venir aquí contigo, está claro que solo planeas jugar conmigo y bueno...— respiro profundo, cuando arruinas una poción solo debes tirarla a la tarja y comenzar nuevamente, era todo lo que necesitaba en ese momento —Solo olvida que correspondí ese beso, tome mucho en el bar hace rato, todo esto es un error producido por el alcohol—


—No es un error Snape, todo este día lo planee para llegar a este momento— acostados, con su mano sobre la del otro, mirándolo a los ojos mientras la luz de la luna los iluminaba, era todo lo que había deseado a lo largo del día.


—No tenemos un momento Black, en unos meses vamos a divorciarnos y cada quien vivirá su vida, no tenemos un futuro— no, no, no y no. No le daría la oportunidad, nadie va y le da la oportunidad de lastimarte a quien dedico todo su tiempo a hacer los mismo en el colegio.


No importa si quieren ser amigos en ese momento, ni si en estos meses parecía cambiado, no importa la cantidad de cosas íntimas que hubiesen compartido, nada de eso tenía valor si no significaba nada. Para protegerse de más dolor, de más decepción y sufrimiento Sirius Black no significaría nada, no iba a permitirlo.


—Lo se, pero en estos meses el estar casado contigo es lo mejor que me ha pasado y aún si nos divorciamos necesito preguntarte algo y necesito hacerlo en este momento—


—Bien, te escucho—


—Severus ¿Serías mi novio? Mi novio de verdad— noto esa mirada de desconcierto en el rostro del Slytherin, era evidente que dudaba de sus palabras y no podía culparlo —Yo… creo que me gustas—


Snape se quedó quieto sin decir nada, simplemente no sabía cómo contestar, podía ser sincero pero de acuerdo a las probabilidades se trataba solo de otra broma cruel de animago, un intento más para jugar con sus sentimientos y aunque eso no tuviera sentido nunca estaba de más mantenerse alerta.


—Iré a la habitación a dormir, puedes quedarte aquí a pensarlo, dormiré en el sillón, digo por si subes— lo sabía, estaba perdiendo el toque, en otro momento de su vida no habría aceptado un silencio tan largo y se habría ido con un “tú te lo pierdes” sonriendo, con la cabeza en alto, porque estaba seguro de su encanto natural.


El único problema es que había comenzado a perderlo desde que comenzó su convivencia con Snape, por extraño que pareciera comenzaba a imaginar lo hermoso de despertar cada mañana o esos hipnotizantes ojos tan negros y profundos que con gusto se perdería en ellos.


Se acercó a su rostro y le besó la frente para después levantarse de forma inmediata, no estaba listo para ser rechazado, era una de las primeras personas con las que terminaba así de expuesto y tal como lo dijo desapareció dejando solo a Severus bajo la luz de las estrellas. Le daría esa noche para pensar y si la respuesta está un rotundo no lo dejaría en paz porque lo que más deseaba en ese momento era hacerlo feliz y si esa felicidad lo excluía pues que así sea.


 

Notas finales:

Hola, lo siento, quise actualizar antes y no pude. Así que les tengo una propuesta o comienzo a hacerlo cada que termine el capítulo (y bueno puede ser malo porque puedo terminarlo en dos días o bien incluso más que solo el domingo) o soy más constante y lo hago cada domingo. Esperaré su opinión.

 

Ojala les guste este capítulo, hay muchas cosas que quiero abarcar y la relación se Sirius con nuestro Sev pues se verá afectada por los acontecimientos.


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