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Viviendo con el enemigo por Yusei156

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La noche había sido espectacular, después de dejarlos en el Malecón había convencido a Lucius de ir a bailar, disfrutó cada minuto a su lado. No tenía idea de lo romántico y espontáneo que podía ser su pareja, incluso habían terminado teniendo sexo en la ducha una experiencia tan curiosa como difícil de realizar.


Ahora lo único que quería era dormir, el día siguiente sería el último antes de irse de allí y estaba más que dispuesto a ser intermediario con sus amigos para que arreglaran sus problemas. La verdad es que desde la puesta en escena del matrimonio de Sirius las cosas entre ellos eran muy distintas.


Lo único que hacía su amigo era hablar de sus planes con Snape y alagarlo por lo buen actor que era, a veces les contaba de lo que habían hecho juntos, del gran avance que representaba el que no se estuvieran saboteando mutuamente, aunque cuando no estaban ni Peter ni James las cosas eran muy distintas.


Cada que platicaban a solas lo sentía más sincero, más realista, solía hablar de los regalos que le había comprado a Snape y el gran detalle que ponía no solo en conseguirlos, sino en que fuera algo que en verdad necesitará. Solía decir que al pelinegro no le gustaban las cosas inútiles, pero aún así se la pasaba llenándolo de flores desde que leyó un libro muggle sobre ello. Quería también incentivarlo a usar ingredientes muggles para sus pociones con la esperanza de que le ayudarán con su trabajo y no hubiera pocionista en el mundo que lo igualará.


Realmente sorprendía la gran dedicación que ponía Sirius buscando ayudar a quien apenas unas semanas atrás había sido su peor enemigo, cuando le llegaba a preguntar sobre su reciente interés el siempre contestaba lo mismo “ahora somos amigos, después de lo que he hecho se lo debo” y no decía otra palabra.


—¿Sucede algo Lupin?— preguntó Lucius sacándolo de sus pensamientos, su cara mostraba un ligero tono de preocupación, pero a Remus solo lo agarro desprevenido, por alguna extraña razón se había olvidado que tenía compañía.


—Nada, solo tengo sueño— contestó de la forma más natural que pudo, era imposible imaginar qué sucedería si le dijera la verdad, que el motivo de su ensimismamiento tenía nombre y apellido.


—En ese caso vamos a dormir— sin prisa se recostó a un lado suyo, le gustaba la cercanía casi tanto como respirar, siempre que estaba a su lado sentía que el futuro era hermoso y sencillo.


Sin embargo no recibió respuesta alguna, se limitó a sentir el peso que yacía sobre su pecho, esa cálida sensación lo reconfortó, le gustaba estar a su lado y disfrutaba cada momento. No tardó mucho en quedar dormido, cosa contraria a su compañía.


Si bien Remus disfrutaba estando con él, las caricias, los besos y claro el acto sexual, no le parecía suficiente como para declararse enamorado ni nada similar, de hecho estaba convencido en terminar aquella relación lo más pronto posible. No podía hacerlo en ese lugar, nadie era lo suficientemente cruel como para estar con alguien a quien no amas tanto tiempo.


Con mucho cuidado, una vez se aseguró que el rubio estaba completamente dormido, se escabulló de entre sus brazos. Necesitaba caminar, no sabía qué era lo que iba a ser, nunca había terminado una relación pero al menos en esta ocasión sería lo correcto. Lucius estaba comprometido, se iba a casar próximamente así que lo mejor sería terminar con esto.


Comenzó a revisar el abrigo de Malfoy, necesitaba la llave de acceso para poder ingresar sin despertar a nadie, para empezar no quería explicar el porqué se encontraba tan tarde fuera de su habitación. Pero desgraciadamente encontró una pequeña caja, la tentación fue tal que terminó sacando lo que creía era la única cosa que podría hacerle salir corriendo en aquel momento.


Para su desgracia tenía razón. Abrió aquella pequeña caja y lo único que encontró fue un anillo de oro con un rubí incrustado, leyó la inscripción que tenía en la parte posterior, decía “mi cielo” cosa que lo sorprendió, eran contadas las veces en que había sido llamado así por el rubio. Era un anillo de compromiso no había duda alguna, no lo pensó dos veces para salir lo más rápido posible de aquella habitación, necesitaba un consejo y sólo había una persona a la que recurriría en esa situación.


El piso estaba helado y sucio, con cada paso que daba se le impregnaba un poco de arena en la planta de los pies, era sorprendente hasta qué punto del hotel llegaba a ensuciarse. Por fortuna su camino no fue demasiado largo, la habitación de Sirius se encontraba apenas tres recámaras a un lado.


Sin tener consideración de la pareja que seguramente estaba plácidamente dormida se dispuso a tocar, pero no recibió respuesta. Volvió a intentarlo y así sucesivamente hasta que por fin vio a su mejor amigo con cara de pocos amigos abrir la puerta.


—¿Remsy?— pregunto incrédulo, no tenía idea de que estaba sucediendo, aunque una parte de él deseaba que fuera Severus quien estuviera esperando en la puerta. —¿Qué sucedió?—


Pero no recibió respuesta alguna, el castaño se limitó a abrirse camino hasta el sillón frente al balcón, no necesito decir nada para que fuera seguido en completo silencio bajo la mirada analítica del pelinegro. Sirius no dejó de prestarle atención, incluso pudo notar que aquellos ojos cafés intensos se veían abatidos, parecía triste y temió lo peor.


—¿Lucius y tú terminaron?— era sincero, estaba preocupado, su amigo se veía realmente feliz a su lado y eso significaba todo para él. Lo único que quería para su primer amor era lo mismo que él tenía ahora: una persona especial.


—¿Que dices? No, no es eso. Es solamente que yo, bueno encontré entre las cosas de Lucius un anillo— no sabía qué decirle, ni siquiera estaba seguro de que ganaría con haber corrido hasta allí, pero si había algo que le impidiera huir o aceptar, si había alguien que cambiara su opinión tenía que ser la persona que estaba sentada frente a el en ese momento.


—Tú sabías que está comprometido, no entiendo de qué te sorprendes— no estaba enojado ni mucho menos, pero en serio no entendía esa actitud. Una cosa era que su amigo estuviera con un hombre comprometido y otra muy distinta es que este hubiese sido engañado.


—Me refiero a que trae un anillo de compromiso, creo que podría pedirme matrimonio— replicó un poco molesto por tener que explicar lo obvio. Sin embargo lo primero que recibió fue un gran abrazo por parte de su mejor amigo, este fue tan entusiasta que ambos terminaron en el suelo.


—¡Eso es maravilloso!— a Sirius no le importo el tener todo su peso sobre su amigo, tampoco lo hizo el estar a escasos centímetros de su boca, es más, ni se inmutó al verlo sonrojado porque en su mente solo había una cosa; la idea de que al fin ambos habían encontrado a alguien. Por eso no supo cuánto daño hizo lo siguiente que estaba por decir. —Tú enamorado de Lucius y yo de Snape ¡Serán nuestros padrinos! ¡Esto es completamente maravilloso!, uno de mis mejores amigos casado con el mejor amigo de mi futuro novio ¿te imaginas? ¡Nuestros hijos podrían llegar a casarse!


—¡¿Hijos?! ¡Snape no se prestará para eso! ¡Es una locura! No pueden tener un hijo, sería un grave error es solo un matrimonio falso ¡No puedes hacerte eso!— estaba desesperado, esa era una muy mala broma. No importaba que tanto estaba desesperado para huir del compromiso pero nadie debía nacer en un matrimonio por compromiso.


—Bueno...— suspiró un poco, aún no tenía una respuesta pero quería ser optimista, era la primera vez que le gustaba tanto una persona y sin pensarlo dos veces había declarado un deseo enterrado en lo más profundo de su interior —Resulta que le pedí a mi esposo que me diera una oportunidad, estoy esperando a que me diga que será mi novio de verdad—


—Imaginemos que acepta, ¿que harás entonces? Tendrán citas y sexo y apuesto a que será fantástico al comienzo pero cuando se acabe la etapa de luna de miel comenzarán a pelear por todo. ¿Recuerdas? Es fácil olvidar el porque lo molestaste todos esos años en Hogwarts cuando quieres meterte en sus calzones, pero cuando lo consigas ¿Que sucederá? Si no estás dispuesto a ser serio con esto te recomiendo que mejor no sigas adelante, no puedes comprometerte así...— y si, una gran parte de lo que había dicho era cierto. Como buen amigo tenía que decirle la verdad pero si hubiera consumido veritaserum lo único que habría salido de su boca serían unas escasas cinco palabras: no lo hagas, te amo.


A pesar de los años ese sentimiento parecía luchar para no irse, deseaba, no, era mucho más que solo eso. Anhelaba poder un día estar a su lado. Construir un futuro juntos. Quería estar a su lado toda la vida. Quería cuidarlo y protegerlo. Quería pasar con él los buenos los y malo ratos tal y como dicen; en la salud y la enfermedad, al menos quería probar esa boca una sola vez, quería un beso suyo antes de rendirse, antes de aceptar la derrota con un enemigo que no estaba enterado del campo de batalla, decidió no decir nada más. Aunque unos meses después descubriría por fin lo que se sentiría su tacto.


—No es así de fácil John— eran contadas las veces que había escuchado a Sirius llamarlo de esa forma, solo lo hacía cuando estaba especialmente enojado o bien, era serio sobre lo que hablaba —Creo que lo amo— esas fueron las únicas palabras que necesito el Beta para irse de allí. Se disculpó por la intromisión y le deseo la mejor de las suertes a su amigo antes de partir.


Después no supo exactamente lo que hizo, le pareció que caminó durante horas hasta perder la conciencia sobre en qué momento regresó a su habitación para terminar profundamente dormido. Sin embargo parecía que habían sido unos escasos cinco segundos lo que duró aquel sueño, pronto se vio rodeado de sus amigos, de su novio, de las nuevas parejas que se habían colado en su círculo social.


Ese era su último día y se dirigirían a las islas Marietas, un sitio al que en verdad quería ir. Pero a pesar de la belleza y la compañía, a pesar de tener la bella sonrisa de Lucius, sus brazos protectores, aquellos ojos que parecían verlo solo a él, nada cambió ni un poco desde la madrugada en que su corazón se partió. Quizá por eso cuando Malfoy le prometió terminar con su compromiso, cuando le pidió que se casara con él solo atinó a decir “aceptó” y fingir estar emocionado con ello.


De regreso fingió estar dormido, llevaba años fingiendo ser indiferente ante el dolor y esta vez no sería la excepción. Se sentía vacío y triste, como si el mundo hubiera perdido algo de color, como si los bellos sonidos no fueran otra cosa además de solo ruido, como si aquellos aromas que solía disfrutar se hubieran vuelto igual que el aire.


Lo único que le hizo salir de aquel estado fue el momento de la despedida, James se iría por su lado con Lily, Riddle iba a quedarse con Nott y Barty, aunque claro este último había secuestrado a su ahora amante y aprecia que tendría unas aún más largas vacaciones. Por último vio partir a Severus agarrado de la mano de Sirius, no sabía si eran pareja ahora pero al menos se veían felices. Así que se limitó a desearles buen viaje y esperar a tener noticias de su amigo.


Lo más difícil ahora: enfrentar a Lucius. No iba a dejarlo, no ahora que sabía lo que se sentía tener el corazón destrozado…

Notas finales:

Hola! Sé que el capítulo es corto (lo sé) pero como es mi primera semana de regreso a la facultad pues he estado luchando porque me den todas mis materias (odio el sistema...) en fin, me decidí a actualizar cada domingo, porque así me veré obligada a ir avanzando y no quiero dejar inconclusa está bella historia. Si no actualizo en la mañana muy probablemente será por estas horas... (o a más tardar el miércoles) si alguna vez no puedo hacerlo les avisare.

 

Espero les haya gustado el capítulo aunque es algo corto, en el siguiente tendrán las respuestas que quieran de qué pasó con nuestra pareja protagonista (es más si tienen dudas me gustaría saberlas para comenzar a aclararlas en el fic, se de unas que he dejado en el aire y serán reveladas pronto, pero quizá se me pasaron otras...) 

 

Con respecto a una advertencia del fic... Amm... dentro  de poco vendrá una escena que no espero con ansias de violacion. No diré a los involucrados. Ese día pondré advertencia por si no gustan leerlo.


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