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Viviendo con el enemigo por Yusei156

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Había pasado casi un año desde que Severus despertó del coma en que se encontraba y muchas otras cosas habían estado pasando. La incorporación de Mione en la familia junto a sus constantes pesadillas que le hacían revivir el ataque sufrido había forzado a la pareja a vivir una temporada en la casa Número 12 de Grimmauld Place. Una convivencia que para su sorpresa no había sido del todo desagradable. Y es que todo parecía marchar en el mejor camino posible.

Parte del plan de Riddle había sido presentarlos al mundo mágico como la primer pareja que no solo adoptaba a una maga nacida de muggles para criarla por “el buen camino” sino que el sacrificio de Sirius (que por supuesto hizo lucir como un acto de amor más que un intento desesperado) para convertir a su amado a sangre pura era todo un éxito. Habían sido toda una noticia para el mundo mágico y un gran boom para abrir las puertas de más matrimonios entre sangre pura y mestizos.

No solo le estaban mostrando una alternativa para hacer crecer la cantidad de magos sangre pura en la comunidad mágica, sino que además los estaba desvinculando de los muggles de una forma completamente radical. El único cambio es que el candidato a Ministro de Magia no era el tan sonado y esperado joven Riddle sino su actual marioneta: Lucius Malfoy.

Pero ahora lo que más le llamaba la atención a la pareja Black-Prince era el sobre de color crema con un sello rojo característico de la familia Potter que se encontraba en la entrada de su actual domicilio. Con algo de duda Sirius hizo un ademan para que su pareja se retirara de la entrada con su hija en brazos. Temía que se tratara de un encantamiento o algún tipo de explosivo. Saco su varita y con un ligero movimiento la abrió, lo que no esperaba es que pronto esta se pusiera a reproducir la voz del que una vez fue su mejor amigo.

“¿Sirius? Amigo. Se que me estas escuchando, encante esta carta para que solo tu magia pudiera abrirla y es que aunque se que me odias y no merezco nuevamente tu amistad te necesito en mi vida, yo te necesito y mi bebé también te necesita. Si aun estas dispuesto a ser su padrino te vere en el Valle de Godric”

Una vez terminado el mensaje el animago tomo la carta del suelo, tenía curiosidad por el que una vez fue su mejor amigo. La carta no tenía mucha información, solo una dirección y la leyenda “Invitados al bautizo de H.J.P.”.

—Llama a Lucius, estoy seguro que él y Riddle estarán muy interesados— le dijo a Severus quien no se lo pensó dos veces, dejó a su niña en brazos de su esposo y se adentro a la casa. Nadie podía rechazar una invitación directa al hogar de su presa.

No tuvieron que esperar mucho para que llegara Malfoy con su hijo en brazos, claramente no había tenido un buen día y sin embargo el pequeño Draco dormía como si de un ángel se tratase. Severus fue el primero en ir a recibirlo y como un gesto de amabilidad cargo al pequeño entre sus brazos y lo acostó en la cuna de su propia hija. Si alguien le hubiera preguntado el afirmaria que le costó trabajo acostumbrarse a esa niña en su vida, pero ahora la veía como si fuera de su propia sangre.  

—¿Tan idiota es tu amigo que aún cree que si vas no lo mataras?— pregunto Lucius con un obvio tono de burla en su voz, realmente debía de ser Gryffindor si creía que alguien le perdonaría todo lo que ha hecho.

—Debe saber que no lo mataré con tanto testigo— afirmo Black sin dejar de perseguir con la vista a su esposo. Sabía que  él era una de las personas que más lo quería muerto en el mundo, pero de igual manera estaba seguro de que su amado no se expondría, al menos no en su estado.

—Yo lo mataría  en ese lugar y nadie se daría cuenta siquiera de que estuve allí— comentó el omega con veneno impregnado en cada palabra.

—Lamento decirtelo amor, pero esos ocho meses de embarazo no pasan desapercibidos, no importa cuando lo intentes— se burló Sirius intentando abrazarlo a lo que recibió un ligero golpe en el abdomen.

—Tiene razon Sev, tu prioridad debe ser cuidarte. Mantendremos a Potter vivo si eso es lo que te preocupa— le comentó intentando calmar las ansiedad de su amigo. En esos meses su relación había cambiado bastante. Ahora ambos eran padres y estaban orgullosos de sus hijos, aunque debía admitir que de vez en cuando les tenía celos a ese par pues no importaba lo pesado que fuera lidiar con la pequeña siempre estaban el uno para el otro. Aunque… si se lo pensaba detenidamente no le tenía ni una pizca de celos a Sirius, no ahora que había tenido que cuidar a la niña mientras Severus estaba en sus primeros meses del embarazo. Nadie merecía aquello.

Su amigo se había vuelto loco, yendo de un lado para el otro, visitando al medimago con frecuencia y cuidando sus hábitos alimenticios temiendo no poder llegar a los tres meses en que todo se estabilizaba y el riesgo de aborto era prácticamente nulo. Pronto el llanto de ambos bebés alertaron a los padres y no tuvo más tiempo para seguir perdiéndolo en sus pensamientos. Siguió a Black para tomar a su hijo en brazos.

Draco había sido algo nuevo y maravilloso en su vida, jamás habría pensado que tener un hijo sería tan cansado como satisfactorio. Lo cargó entre sus brazos para después buscar con la mirada donde tenía ese par el alimento, esa era una ventaja de tener amigos con hijos, ambos niños tenían una dieta similar.

—Draco se ha puesto cada día más apuesto— comentó Severus quien sin permiso alguno se lo arrebató a su padre de las manos. Le alegraba mucho ver a su pequeño ahijado cada que tenía la oportunidad, aunque era mejor tenerlo en sus brazos. Le hacía mucha ilusión el pensar que dentro de un unas semanas lo vería jugando no solo con la pequeña Mione sino también con el nuevo bebé.

—Claro que sí, se parece a su padre— presumió Lucius quien no podía dejar de lado su porte tan natural y elegante.

—Solo espero que el pequeño Draco no se enamore de mi princesa, no hay hombre en el mundo que se la merezca— afirmó Sirius quien miraba con ojos de amor a su ahora hija.

—Suerte, si ella no esta con mi hijo no conseguira un hombre mejor— afirmó Lucius con todo descaro.

—Quizá Mione no se enamore de Draco, pero si nuestro bebé se enamora de él estarán en problemas— afirmó Sev quien miraba con cariño al pequeño que parecía estar muy concentrado en esa conversación.

—Decidido— confirmó Sirius quien levantó enérgicamente a su hija en brazos —Draco, Mione y el bebé no pueden casarse entre ellos, son primos. Pero si pueden ser los mejores amigos.

Aquello solo hizo que los otros dos adultos soltaran una ligera risa, esa era una de la situaciones que uno jamás creería. Si hace unos años atrás le hubieran preguntado a cualquiera de ellos que  si creerían que un día hablarian juntos como familia sobre con quien se casarian sus hijos, seguramente habrían mandado al carajo a la persona que tuviera aquel atrevimiento. Pero ahora estaban allí, conviviendo como muchas veces atrás.

oOo

James estaba preocupado, hacía mucho que Lily planeaba esa fiesta y estaba furiosa por su genial idea de invitar a su tan renombrado y claramente EX-mejor amigo. Sin embargo él había sido tan terco y obstinado como para decidir hacerlo sin el consentimiento de su esposa a lo cual recibió más que solo quejas de su parte. Era triste lo que estaba pasando entre ellos, uno piensa que un bebé venía al mundo a unir a una pareja pero parecía lo contrario.

Después de un par de horas, acabada la ceremonia de apadrinamiento, justo cuando se comienza a servir la comida llego a quien tanto había estado esperando. El rostro de todos los allí presentes mostraba una clara confusión y sin embargo nadie se atrevió a hacer comentario alguno.

—¡Sirius! Querido amigo, que bueno que llegaste— exclamó entusiasmado James intentando abrazar al que una vez fue su hermano, pero este se lo impidió con un movimiento seco.

—James, solo vine porque tu hijo no tiene la culpa que su padre sea un imbécil— a decir verdad él no quería estar allí, pero cualquier cosa que sirviera para vengarse en un futuro sería útil.

—¿Sigues molesto? Bueno, no importa. Con los años podrás perdonarme eso te lo aseguro, ven deja te presento a mi bebé.

“A mi bebé” esas ultimas palabras solo hacían que Sirius sintiera hervir su sangre nuevamente, por más que lo intentará no podia dejar de odiarlo, probablemente jamás lo haría, solo estaba allí intentando fingir que algún día serían de vuelta amigos.

Sin mucho ánimo siguió a James bajo la atenta mirada de los invitados, nadie podía creer que James Potter invitara al que fue su mejor amigo e intentó asesinarlo al bautizo de su primer hijo. Y es que a vista de la comunidad mágica, con excepción de unas pocas personas Potter era la víctima de su mejor amigo quien se volvió loco y le atacó sin razón alguna.

—Te presento al padrino, aunque es obvio que se conocen, a final de cuentas Remus, tu y yo siempre pensamos que íbamos a ser amigos toda la vida— aquellas últimas palabras le dolieron al Black, se abstuvo de echarles en cara que ellos dos fueron quienes terminaron por alejarlo de sus vidas.

—Hola— saludó secamente mientras dirigía su mirada a Lily y el pequeño engendro que tenía entre brazos.

—Black— respondió la pelirroja con un claro tono de resentimiento. No quería verlo allí y menos cerca de su familia.

—Mira, esta es mi hija Helena Jane Potter— le mostró a la pequeña que hasta hace unos segundos estaba en brazos de su madre —¿Quieres cargarla? Estoy seguro que le encantará estar en brazos del tío Sirius.

—No— respondió sin dudar ni un instante. Aunque no la odiaba no quería que alguien como su ex-mejor amigo le considerará parte de su familia, sobre todo con lo que había hecho.

—¡Vamos Sirius! Ella podría jugar con tus hijos dentro de unos años y todo volvería a la normalidad, ¿no? Tal vez lo único que necesitas es perdonarme y listo, problema resuelto.

—¿Te parece tan fácil James?— como acto reflejo cerró su puño para no llevar su mano por su varita, no quería herir a la bebé pero era difícil soportar a su padre. —Mataste a mi hijo, así que puedes olvidarte de que algún día seré capaz de perdonar.

—¡Pero Sirius! ¿Y nuestros años de amistad?— todos los invitados se quedaron mudos con tales declaraciones, claramente Potter asumió la culpa sin pena alguna. Unos tenían varita en mano en caso de que sucediera algo grave, como en el caso del matrimonio Longbottom, que se mantenían a la defensiva.

—Los enterré.

Sin decir otra palabra salió del salón, al menos ahora se había asegurado de que todo aquel que tuviera una pizca de aprecio por James se hubiera enterado de que clase de persona se trataba.


 

Hola, se que el capitulo es corto. Pero espero que les haya gustado, por diversas razones no pude publicar pero comenzare a hacerlo nuevamente (la verdad es que me asaltaron y puff muchos problemas más) en fin ahora se ha confirmado:

 

Harry es hijo de Tom.

 

Por otro lado me preguntaba si tenian ideas de nombres de niño que sigan la tradición Black, ya saben. Tengo unas ideas pero no me puedo decidir, serian muy útiles sus sugerencias.

 

Sin más por decir, muchas gracias por seguir leyendo esta pequeña historia.

 


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