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Viviendo con el enemigo por Yusei156

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Había pasado mucho tiempo desde la primera vez que había llegado a Hogwarts y aún así parecía que no habría situación más emocionante que esa, sobre todo ahora que entendía sus sentimientos.

 

—¡Draco!— saludó alegremente Antares Black quien acaba de ver al rubio, seguido de este se encontraba Dizban quien le saludó con una seña.

 

—Chicos, que bueno verlos. ¿Mis padrinos no los acompañan?— preguntó intentando alejarse disimuladamente del menor de los gemelos. Sabía que Antares estaba “enamorado” de él, aunque en palabras de su propio hermano no era más que un encaprichamiento y pronto se le quitaría.

 

—Hablando con Mione— contestó Dizban pero al darse cuenta de que Draco no sabía nada decidió explicar —Resulta que le gusta alguien y al parecer están saliendo—

 

—¿En serio? ¿Mione? Solo espero que no sea con el bruto de Wesley— contestó fingiendo que no sabía nada de ello, aunque claro sabía lo difícil que era engañar a ese par.A pesar de ser dos años más chicos ambos eran bastante perceptivos.

 

—Hablando de romances y amores no correspondidos ¿y Harry?— preguntó Dizban con mucho interés.

 

Para Draco ese niño se había vuelto una amenaza desde el preciso momento en que había sido revelado que era Alfa. Ese simple hecho hacía que no pudiera bajar la guardia y mucho menos dejarlo a solas con Harry.

 

—Vendrá en un minuto— contestó cortante el rubio, no era propio de él pero había ocasiones en las que su incapacidad para controlar sus celos era alta.

 

—Es una lástima, deseaba poder hablar con él antes de partir— contestó con fingido tono de indiferencia el gemelo mayor.

 

Ambos se miraron en silencio por un rato, Draco jamás había pensado que terminaría enamorándose de aquel niño con el que había crecido toda su vida, aquel que era como un hermano para él y ahora añoraba que se convirtiera en algo más.

 

Su silencio no duró mucho pues pronto apareció Tom acompañado con su esposo e hijo. Era una tradición que se reunieran los Malfoy y los Black para despedirse de sus hijos. Aunque este año había dos familias que apenas iban a descubrir lo que se sentía tener lejos a sus hijos una larga temporada.

 

Ese era el caso del matrimonio Prewett, quienes, aunque no podían concebir un hijo decidieron adoptar a un niño por demás encantador cuyo nombre era Rigel, en honor a uno de sus bisabuelos. Era un chico carismático que siempre buscaba llevarse bien con todos sus primos aunque no estuvieran emparentados por sangre.

 

Por su parte estaban los Crouch. Su hijo era un Omega que nada tenía que ver con sus padres en su juventud. Casper Crouch era un chico dulce y sencillo, a pesar de venir de una familia adinerada no era capaz de sentirse superior a alguien por su estado económico. Aunque quizá eso era debido a su condición, llevaba dos años viviendo en el extranjero con sus padres, cuando descubrieron que era un Omega vio temor en los ojos de ambos y a veces sentía que no podía vivir sabiendo que de alguna forma los había decepcionado.

 

—¡Que maravilloso es verlos de nuevo!— gritó Barty al ver a sus viejos amigos —Lucius no has envejecido nada y tú Tom te ves radiante, tal vez sea momento de que tengan un hijo juntos— comentó sonriendo. Sabía perfectamente que ninguno de los dos deseaba tener otro hijo pero valía la pena soñar.

 

—Mira cuánto ha crecido Casper, me sorprende que haya salido tan lindo considerando quiénes son sus padres— respondió en seguida Tom.

 

—Solo lo mejor de lo mejor— la sonrisa en el rostro de Barty lo decía todo, claramente tenía un plan en mente. —Ve a saludar hijo, hace rato que no ves a tus amigos— le dijo mientras le empujaba hacia donde estaban los jóvenes. Ahora que se había enterado que su hijo era Omega había pensado que lo ideal era que se casará con el hijo de cualquiera de sus amigos.

 

Casper comenzó a caminar intentando no sentirse avergonzado, cosa que le resultó imposible cuando escucho a su padre gritar “¡Mi hijo es Omega cuidenlo mucho!”  ya sonrojado y queriendo que le cayera un rayo o algo afín llegó con los que en algún momento fueron sus amigos, habían pasado dos años pero aún así no podía olvidarlos.

 

Por su parte todos se dedicaron a saludarle amablemente, claro, no sin antes burlarse por lo que acababa de hacer su padre. Sabían que tenía por mucho a uno de los padres más excéntricos del grupo. No mucho después llegaron Hermione y Rigel al grupo, ambos fueron agradablemente sorprendidos con la noticia de que también su viejo amigo iría a Hogwarts con ellos.

 

No pasó mucho tiempo antes de que tuvieran que abordar el tren. El matrimonio Malfoy se despedía de sus dos hijos con una sola cosa en mente, deseaban que no se enamoraran entre sí. Los Black miraban a sus hijos partir con cierto toque de gusto, era agradable tener la casa sola para dedicarse uno al otro, aunque su corazón tenía miedo pues sabían que no duraría mucho tiempo la familia unida, pronto algún afortunado vendría por su hija y así como ella se iría también sus dos hijos.

 

La despedida no duró mucho y pronto vieron a sus hijos alejarse esperando que tuvieran un futuro prometedor.

 

oOo

 

El viaje a Hogwarts no duró mucho pero fue suficiente para comenzar a ponerse al día, una de las maravillas de ir a ese colegio era librarse de las exigencias de sus padres durante un tiempo. Además de tener cada uno sus respectivas amistades. Como era tradición al llegar a Hogsmeade se separaron de los de nuevo ingreso y aunque sus amigos se pusieron nerviosos les explicaron que era para tener su ceremonia y asignarles una casa. No mucho después se separarían en dos grupos, Hermione y Harry a Gryffindor, Draco y los gemelos a Slytherin.

 

La ceremonia había comenzado, cada que elegian a alguien para una casa sus miembros le aplaudian y celebraban con júbilo. Para Harry siempre es difícil ver a los recién llegados más cuando el recuerdo de su bienvenida no era nada grato.

 

Habían pasado ya cinco años de que habían recibido la carta para su asistencia a Hogwarts, cinco años desde que lo habían separado de Draco, no solo por las casa, sino por el prejuicio y el estereotipo tan marcado que tenían ambas casas. Pero sin duda alguna lo peor había sido cuando el sombrero lo llamo “Harry Potter”.

 

De sólo recordarlo se le helaba la sangre, bien sabía que ese era el apellido de progenitor pero nunca lo había considerado como suyo. Buena parte de su vida había sido Riddle y cuando su padre decidió casarse adoptó también el apellido Malfoy, pero sin duda jamás Potter.

 

Después de eso el rumor de “Harry Potter el hijo bastardo” comenzó a tomar fuerza, sobre todo porque poco antes había pasado Helena, su media hermana. En realidad nunca le había hablado pero si que la conocía. Había sido muy sonada la noticia cuando su madre se había suicidado después de pasar seis años en Azkaban.

 

Eso no sólo ocasionaba que le tuvieran lastima a la joven Helena, sino que habían slido nuevamente a flote los rumores de que en realidad James Potter era  inocente y haberle arrebatado sus poderes había sido un castigo más que injusto, sino que también infame.

 

No era de extrañar que, con esos pensamientos en los padres los hijos tomarían la misma postura. El primer año básicamente habian sido solo Harry y Hermione. Para el segundo y cuando conocieron a los gemelos Wesley todo comenzó a cambiar para bien. No solo ellos creían en la inocencia de Tom, sino qie aborrecian al dicho Potter por igual.

 

Seguido de ellos y contra todo pronóstico el tímido de Neville Longbottom se armo de valor y decidió acercarse más al par que prácticamente había sido excluido de Gryffindor. Con los años no solo los tenía a ellos, se habian unido el resto de los hermanos Wesley, sus amigos en Slytherin y Luna Lovegood, una simpatica Alfa que era más extraña de lo que cualquiera habría previsto.

 

Ese año Rigel Prewett-Black fue destinado para Ravenclaw, mientras que Casper Crouch terminó siendo un Slytherin más en la familia. Con mucho gusto Draco recibió a su joven amigo, había sido sorprendente verlo en su casa pues siempre había creído que era un chico dulce, al parecer había más bajo su apariencia de niño tierno y esos brillantes ojos azules.

 

Sin embargo se dio cuenta de que no era el único sorprendido en aquel lugar, hasta ese momento había pensado en Dizban como un enemigo en el romance pero sus ojos lo delataban. Al ver a Casper sonreír le dejaba inmóvil, cuando le hablaba procuraba contestar con monosílabos. Algo que cualquiera podría interpretar como frialdad Draco Malfoy podía percibir la verdad, se había dado cuenta de que no era más que nerviosismo. No pudo evitar sonreír para si mismo. Harry sería todo suyo.

Notas finales:

Hola a todos los que siguen esta historia, quiero darles las gracias por su apoyo en este pequeño proyecto. Espero seguirlos viendo en lo que vendra y claro en los siguientes epilogos. 

 

Psd. Por si no lo notaron, Sirius sigue vivo


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