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Vinculados por koru-chan

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Capítulo veintiséis:


¿Jamás me darás una oportunidad?


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—Akira, ¿estás… ahí?—me acerqué a la puerta, esa frente a mí que asumí, ciegamente, que pertenecía a la habitación del castaño guitarrista porque destacaba dentro de las demás; la madera descuidada junto a posters arrancados de mala gana la delataba.


De inmediato me retracté. Mi acción fue equivocada, pero mis nudillos ya habían acariciado aquella ajada pintura. Ya era demasiado tarde cuando los jadeos de connotación sexual y el rechinido de una cama en el interior llegaron a mis tímpanos. Retrocedí un par de pasos sin saber qué hacer en aquella situación. Fruncí mi mandíbula recriminándome mentalmente por ser tan entrometido y, cuando iba a volver al barullo que se encontraba en el primer piso para encontrar al dueño de casa y alertarlo de la riña que se había originado por un dúo de borrachos, el cuarto se abrió. Giré mi cabeza descubriendo al bajista acomodándose su camiseta y su ingle sin mucho protocolo. Estaba rojo y se veía avergonzado de alguna forma. Froté mi cuello entonando un: —. Lo siento. No quería interrumpir nada, pero…—el rubio, quien me miraba como si hubiera cometido algún crimen y se arrepentía horriblemente de ello, llevó su vista hacia el corredor que daba hacia la escalera cuando cristales se rompieron en la planta baja. Caminó por el corto pasillo hasta tocar la muralla media que daba término al segundo piso e indicaba el comienzo de la escalera.  Mientras yo, de reojo, veía como el tal Yune se sentaba con dificultad sobre el colchón y como tocaba su cabeza con un deje de remordimiento. Pero no me quedé ahí y rápidamente caminé tras el músico.


—¿Qué pasó?—cuestionó viendo como los sujetos formaban una especie de circulo entre la sala y el corredor alentando con álgidos vitoreos la absurda escena.


—No tengo idea. Estuve buscando a Uruha, pero no lo encontré y te vine a buscar—el chico se volteó en medio de los peldaños frunciendo los labios e iba a despegar estos para espetar algo más, pero yo lo hice voltear apuntando hacia la puerta donde se veía claramente, a través de la pequeña columna de vidrios a un costado de la entrada, como parpadeaban luces rojas y azules.


—Mierda, la policía—murmuró bajando la escalera con rapidez—. Tropa de Neandertales. Bajen la música y paren su pelea de retrasados—gruñó. Me acerqué al rubio quien abrió la puerta descubriendo a dos uniformados.


—Buenas noches…—habló el hombre mayor del par quien de inmediato inmiscuyó sus ojos hacia el interior.


—Buenas—dijo Akira de mala gana cruzándose de brazos.


—¿La o el dueño de la casa?—Akira se rascó la nuca.


—Sinceramente no tengo idea donde está, pero seguramente está penetrando a la chica con la cual se estaba besando—le di un codazo al chico.


—Él no se encuentra—articulé—, pero Akira está a cargo—lo miré frunciendo el ceño mientras el chico imitaba mi gesto.


—¿Qué ocurrió?—articuló con pesadez—. Seguro la vecina del lado los llamó—resopló—. Cómo ven, ya no hay música. Acaban de apagar la fiesta—le regalé un nuevo codazo al chico.


—Tuvimos un aviso de ruidos molestos. No podemos revelar la identidad de la persona que nos alertó. Nuestra intención no es arruinar sino informar. Ustedes pueden tener una fiesta, pero la música se debe moderar, jovencito. Después de todo vivimos en comunidad—entonó el hombre sin amedrentarse de lo que el chico decía.


—Está bien, oficial—dijo el rubio cansado—. No más ruidos—hizo un gesto con los dedos índice y medio los cuales posó sobre su frente haciendo un movimiento de despedida hacia los uniformados. Miré con reproche al menor, ¿acaso no podía dejar su sarcasmo de lado cuando estaba frente a frente con una autoridad? Suspiré.


—No queremos volver por acá nuevamente y llevárnoslos detenidos.


—Enterados—vimos como los hombres bajaban por el pórtico y se subían a su vehículo en completa calma. Akira exhaló cerrando la puerta lentamente y ambos nos volteamos cuando la música volvió a ser alocada.


—¿Qué mierda pasó? ¿Por qué la música paró?—preguntó el castaño claro dueño de la morada mientras bajaba las escaleras junto a una delgada chica quien se acomodaba su corto vestido negro. Akira alzó una ceja mientras caminaba hacia la cocina y era seguido por el delgado chico.


—Para esto o nos vamos a ir a la cárcel por ruidos molestos. Vino la policía con una advertencia clara—dijo el muchacho mientras abría una nueva cerveza. El guitarrista chistó molesto yendo hacia la sala. Caminé hacia la cocina y me senté sobre una silla oyendo como la música era apagada junto a los berrinches de los presentes y como una avalancha de personas vestidas de negro salían por la puerta bastante ruidosos y borrachos. Suspiré volviendo mis ojos hacia el rubio quien bebía desde una lata y parecía muy absorto en sus pensamientos.


—Lo sabía…—rompí el silencio haciendo que la mirada parda me observara. Le sonreí jubiloso por el descubrimiento—. Lo pensé, pero no quise alardear—el chico me miró curioso mientras se acercaba y se sentaba frente a mí.


—¿De qué hablas?


—Le gustas a ese chico—le sonreí  dándole un par de palmaditas a su hombro con gusto.


—¿A quién?—dijo con desdén y algo de recelo.


—¿Yune?—alzó una ceja negando.


—No. Qué asco. Tienes mal tu radar gay—despegué mis labios confundido y una mueca ofendida se delineó en mi rostro


—¿Qué asco? Tú y él estaban…


—Ni lo digas…—interrumpió observándome con un deje de molestia.


—¿Te enojaste porque lo mencioné o porque los interrumpí?—entoné con saña.


—No. Mierda. Estoy molesto conmigo mismo—colocó el cuerpo frío de la lata sobre su frente —. Siempre caigo en lo mismo y siempre sigo por la misma razón…—me miró audaz, pero luego aquella mueca pasó a una triste—. Estoy frustrado y caliente—reí suavemente tomando el recipiente a medio consumir que el bajista no paraba de beber.


—Deja de ingerir esto—dije empinándome la lata saboreando aquel líquido dorado. Cerré mi ojo diestro mientras, con trabajo, pasaba la amarga sustancia—. En serio, deja de beber esto.


—Se me acaba de poner dura… de nuevo—lo miré incrédulo. ¿A qué venían esas palabras? Negué con mi cabeza sin saber si reír o reprenderlo. Preferí carcajearme esta vez—. Lo que hiciste fue un beso indirecto—rodé mis cuencas viendo como me arrebataba el cilíndrico aluminio y bebía mirándome con intensidad.


—Eres… un niño…—dije avergonzado viendo como la cocina era invadida por un tercero. Uruha entró raudo sacando un par de bolsas de snacks y un pack de cervezas intactas ocultas en el refrigerador.


—En mi cuarto hay un bulto. Tú te haces cargo de él. Pobre de ti si Yune vomita el piso—dejó en claro saliendo del cuarto tan veloz como había entrado.


—Sería bastante bueno. Así, quizá, huela menos a alcantarilla aquel agujero—dijo con fastidio mirando el camino recorrido del castaño. El contrario bufó comenzando a pisar un par de peldaños de la escalera.


—Estas advertido, chupa penes—gruñó el chico frente a mí. Asiéndome participe de una majestuosa carcajada del dueño de casa—. Dormiré en la habitación de mi mamá—informó y continúo subiendo—. Así tienes privacidad con tu padrastro—hizo un  sonido de asco.


—Más asco das tú que tienes sexo en la cama de tu mamá, enfermo—inquirió con simpleza.


—¡Al menos yo tendré sexo!—gritó desde arriba.


—Ese fue un golpe bajo—susurró besando la boca del acerado recipiente para saborear otro trago más. Concluyó sonriendo. Yo lo imité incómodo alzándome de la silla.


—Es mejor que me vaya


—¿Irte? ¿A estas horas? Estás loco. Quédate. Mañana te voy a dejar—suplicó.


—Puedo tomar un taxi. No hay problema.


—¿Sabes cuánto te puede costar un taxi desde acá hasta dónde vives?—hice una mueca de medio lado—. A estas horas es peligroso afuera. Te quedarás—sentenció aventando el recipiente cilíndrico a un basurero cercano.

Notas finales:

[Advertencia: Capítulo dividido. El título cobra sentido en la parte dos]

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Hola. ¿Cómo han estado?

Vaya como ha pasado el tiempo. ¿Acaso fueron dos meses que me ausenté? Bastante; pero menos del tiempo que creí que me tomaría volver.

No estuve en hiatus, por si se imaginaban aquello.

¿Pero, qué me ocurrió?

Bueno, no soy mucho de echar la lata con mis asuntos personales. Yo escribo, ustedes me leen y eso es todo. Pero siento que debo contar que pasó.

Tuve un accidente. Tuvimos un accidente, mi papá, mi mamá y yo en el transporte público. El chofer de la micro pasó por una ruta “prohibida” a alta velocidad y nosotros, que íbamos atrás, literalmente volamos dentro. A mi papá, que iba un par de asientos delante de nosotros, no le pasó nada, pero a mi mamá y a mí sí. Íbamos sentadas atrás y el impacto de la caída fue brutal. Sentí que mi cuerpo se contrajo de tal forma que no podía respirar, pero rápidamente logré estabilizarme preocupada por mi mamá que escuchaba que a lo lejos se quejaba a dolorida. Consecuencia: Se fracturó tres vértebras. Una la operaron y las otras son leves y se sanarán. Ella quedó hospitalizada y yo quedé, de por sí, destrozada emocionalmente como físicamente. Me dolía todo. Al otro día caminaba muy lento y sentía la espalda muy rígida y lastimada. Estuve así como dos semanas y poco a poco se me a ido pasando los dolores, ahora no me duele nada más que un par de sensaciones molestas cuando tomo más peso del debido o camino rápido.  Y Tras doce  días en el hospital dieron de alta a mi mamá. La recuperación en casa fue dolorosa para ella, pero ya está muy bien y nuevamente y poco a poco está volviendo a ser independiente. Fue duro para todos, pero todo ya está volviendo a la normalidad.

En resumidas cuentas eso pasó. Y ahora estoy intentando volver a la rutina de a poco.

Este capítulo lo dividí por comodidad y porque necesitaba subir un  último capítulo este año. Hace mucho que quería actualizar, pero hace poco la cosa, por acá, se ha ido calmando y me he podido sentar a revisar esta historia con calma.

Espero volver con el patrón de actualización de antes. Sino, tengan paciencia, estoy acá y hago lo que puedo. Ya vieron que sea como sea no abandonaré esto que amo.

En fin, espero que hayan tenido una linda navidad y este nuevo año sea bueno para todos. Un beso enorme y gracias por el apoyo.

Las leeré en los comentarios.

Nos leemos pronto, bellezas.

(Gracias para quienes leyeron esta extensa nota final sin contenido del fanfic. <3 <3 <3)

 


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