Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Chico Problema por Ahiezer

[Reviews - 16]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Nueva actualizacion, espero la disfruten y que no me haya tardado tanto con traerlo.

Con demasiada frecuencia subestimamos el poder de una caricia, una sonrisa, una palabra amable, un oído atento y un cumplido sincero, o el más pequeño acto de cariño, todos los cuales tienen el potencial de cambiar una vida.

Leo Buscaglia. 

—x—x—x—

 

—Volvió—escuchó del otro lado. Era triste que se oyera tan feliz.

—Vengo a entregar la cena—dijo Levi.

—Oh, ¿qué hay esta vez? —Una media mano pálida, con pequeñas cicatrices y algunos raspones en los dedos, sobresalió de la rejilla.

—Mierda—respondió Levi.

—Que apetitoso… y mi favorito—murmuró el chico con falsa alegría. Cuando la bandeja fue entregada, desapareció y la mano fue remplazada por un par de ojos verdes—. ¿Sabe, sabe cuándo voy a salir de aquí?

—Aún no.

—Mmm, Bueno— susurró el castaño decepcionado. Los ojos verdes desaparecieron, se escuchó el tintineo de la bandeja y con la poca luz, Levi pudo observar como el chico se acomodaba. Los orbes esmeraldas volvieron a aparecer— He estado pensando que quizás podrían servir cereal.

— ¿Cereal? No te has quejado de lo mal que sabe la leche.

—Sí, pero, no creo que se pueda arruinar más de lo que ya está, ¿verdad?

—Supongo que no, si no te molesta el sabor de pintura y tierra imagino que estará bien.

—Sería mucho mejor que el caldo, el-…

Pero Levi tenía prisa, los golpes y monólogos de las otras celdas sonaban desesperadas—. Tengo más trabajo, mocoso, volveré más tarde—interrumpió.

—Mhmm. Bien— se escuchó el murmuro resignado y luego el chico se alejó de la puerta.

Cuando Levi terminó de entregar todo, notó que el mocoso seguía observándolo entre las rejillas. Apenas se acercó y estuvo a unos cuantos pasos cerca de la celda cuando el mocoso comenzó a hablar, divagando sobre como los ‘Hot Dogs’ eran de lo más fácil de preparar y que podría comerlos todo el tiempo si pudiera.

Hablar de comida nunca había sido un tema común, ni mucho menos interesante para Levi, pero de todos modos se quedó y escuchó.

Descubrió que esos temas no eran tan malos.  

Levi siguió yendo a aislamiento.

No tenía un horario fijo, a veces podía entregar la comida o a veces la cena, o ambos en un mismo día. Y en todo momento el mocoso lo estaba esperando. Podía ver la sombra del castaño debajo de la puerta, y cuando abría la rejilla podía ver esos enormes ojos verdes observarlo. Apenas acercaba la bandeja y el castaño hablaría de cualquier cosa, haría “casualmente” una pregunta irrelevante para que Levi tuviera una excusa para regresar cuando entregará las demás comidas. Levi no debería de volver, pero de todos modos lo hacía y escuchaba todo lo que el mocoso tuviera que decir y respondía a las cosas que estuvieran dentro de sus posibilidades.

Y por todos esos breves momentos que pasaba con el castaño, más evidente era que el chico no pertenecía ahí. El castaño hablaba mucho, demasiado en opinión de Levi, parecía siempre buscar compañía. Levi no lo podía culpar, aislamiento era un lugar muy jodido; La mayoría de los presos ahí lo merecían y los pocos que no, pedían estar ahí por propia voluntad porque no podían aguantar lo que pasaba afuera. Pero Levi tenía la certeza de que ese chico no merecía estar ahí.

El mocoso no pertenecía a la prisión.

Por lo que sabía, el chico estaba ahí por cargos de homicidio, pero no lo parecía y mientras más pasaba con el chico la idea de que fuera un homicida era absurda.

O Eren era un profesional para ocultarlo todo… o era inocente. Y Levi podía apostar que era lo segundo. Podría preguntar, el niño había hecho su parte justa de preguntas, pero Levi necesitaba pruebas si no, no lo creería.

Así que fue ahí a dónde se dirigió.

—Esto es absurdo— dijo Levi, odiando todo lo que leía.

— ¿Qué haces? —preguntó Erwin, sin perder la atención en lo que hacía. Tenía que ponerse al día por sus días ausentes.

—Leyendo— Levi respondió.

Erwin detuvo su trabajo—. Sé que estás leyendo, pero…—Se calló cuando Levi enseñó el informe. Erwin entrecerró los ojos para ver con más claridad. Cuando notó que era dijo: — Nunca lees los informes.

—Es parte del trabajo, ¿No? Es lo que siempre dices.

Erwin sonrió, pero se abstuvo de hacer comentarios y volvió su rostro serio cuando Levi lo miró frunciendo el ceño—. Es inconsistente, ¿verdad? —dijo el rubio regresando al tema.

—Es inocente. Al bastardo de Gross han intentado matarlo por años. Y, mierda Erwin… es menor de edad, tiene diecisiete, diecisiete. Es un puto niño—espetó Levi, con una indignación creciente mientras más leía.

—Un niño que mató a un hombre cuando tenía nueve o diez años, y a otro a los 17. Además, tiene antecedentes.

—El primero está justificado, o eso dice aquí. Es extremista para un niño tan joven… los otros son cargos menores, apuesto que peleas estúpidas porque el mocoso es estúpido, pero… esto está mal. Si querían castigarlo lo hubieran puesto en un reclusorio juvenil.

—Cuando hay homicidio de por medio, sobre todo de un oficial, y antecedencia de otras cosas, es poco probable que el reclusorio juvenil sea suficiente.

Quizás Erwin tenía razón, y por lo que se veía quizás la prisión no estaba tan lejos para el mocoso después de todo, pero… esto era ridículo. A diferencia del primer archivo, el segundo carecía de información: Datos irrelevantes, una testigo que salió de la ciudad apenas declaró, imágenes borrosas en donde no se veía nada, documentos faltantes e información que no coincidía. Era un milagro que esto se llevara a un juzgado.

Mierda, es todo lo que Levi podía pensar—… Ni siquiera intentan ocultar que lo están incriminando. 

—Lo sé. Esa información no está completa, hay más en la corte, pero sigue siendo irregular.

— ¿Y?, ¿No piensas hacer nada? Eres el primero que siempre está tratando de evitar estas mierdas.

—Y eres el primero que me dice que no se puede ayudar a todos.

Levi se alarmó. Erwin sonó resignado, como si no se tratara de un maldito chico al que están haciéndole pagar un delito que no cometió —Eso no te ha detenido antes.

—No, no lo ha hecho. Sin embargo, esto viene desde arriba, y tú mejor que nadie sabes lo jodido que esta el sistema. Me ayudaste con algo de eso, ¿recuerdas? —recordó Erwin con una media sonrisa.

—Como si pudiera olvidarlo—Levi murmuró, y siguió mirando a Erwin a la espera de algo.

Erwin suspiró— No hay nada que se pueda hacer. El abogado que tuvo el muchacho tampoco ayudó. Pero este caso puede servir como prueba para demostrar las fallas del sistema.

—... Así que dejarás que un niño se pudra en prisión—declaró Levi amargamente.

—No depende de mí, si no lo alojamos aquí simplemente lo mandaran a otro lugar. 

—Y claro, que este aquí condenado a aislamiento es mejor.

—Baden dijo que el chico era el detonante de las peleas, aislamiento es la mejor oportunidad que tiene.

—Creí que serías un mejor alcaide que esto Erwin, pero me equivoqué—dijo Levi, con total decepción, cerrando los archivos. Ya no quería seguir leyendo más de esa basura y recordó porque no leía esas cosas en primer lugar.

— ¿Prefieres que el chico pelee y que pase algo peor? Ya perdimos a demasiados  mucha-…

—Cualquier cosa es mejor que aislamiento, y pasará lo que tenga que pasar—interrumpió Levi, levantándose y guardando todos los archivos que había sacado.

Erwin no dijo nada y Levi tampoco se molestó en seguir con el tema.

Esa noche, precisamente en el momento que Levi estaba cenando en su oficina porque le dolía la cabeza y no estaba de humor para estar en la cafetería mirando a los guardias charlar con la boca llena y arrojando migajas por todo el lugar, Erwin le habló.

—Libéralo… y esperemos que sobreviva lo suficiente para cuando la justicia llegue.

Eso era todo lo que Levi necesitaba escuchar.

Más tarde, Levi se dirigió a aislamiento a entregar la cena.

            —x—x—x—

Eren fue liberado de aislamiento a la mañana siguiente.

— ¿Dónde está el capitán? —preguntó mientras lo esposaban.

—Aún no ha llegado…—comentó Auruo y cuando aseguró las cadenas y recordó con quien hablaba dijo: — pero eso no te importa mocoso meado, anda síguenos—y le dio ese empujón característico que casi hacía a Eren tropezar.

Le devolvieron sus cosas y lo llevaron de vuelta al pasillo que dirigía a su antigua celda. Guardó la carta de Armin y Mikasa en los libros que traía consigo e ignoró los comentarios de los reclusos, o como los guardias volvían a repetirle las reglas. Eren solo intentaba ver si Levi andaba por ahí, pero jamás lo vio. Suponía que sus charlas serían lo único que extrañaría de aislamiento, aquellas pláticas tontas fueron su segundo motivo que lo salvaron de no caer en una depresión sin salida. Aunque, si lo pensaba mejor, quizás con suerte lo volvería a ver a la hora de limpieza.

Fue arrojado a la celda. Los chicos no eran como Eren los había visto por última vez; Thomas tenía un labio roto, Connie se veía más flacucho y Jean se veía ligeramente más ojeroso.

— ¡Eren! —gritaron Connie y Thomas al verlo.

Thomas le dio una inspección rápida con la mirada.

— ¿Estás bien? —preguntó Connie de inmediato.

—Estoy bien— murmuró Eren con molestia. Todavía seguía un poco resentido por lo sucedido con Reiner, fue el motivo por el que había peleado mucho últimamente, pero si quería sobrevivir y no ser enviado a aislamiento de nuevo. No podía estar enojados con ellos mucho tiempo.

—Me alegro, me alegro de que estés bien—Dijo Thomas suavemente—. Creí que no tendría la oportunidad de agradecerte por la última vez. Gracias.

Eren tarareó y comenzó a acomodar sus cosas en su litera. Jean lo miraba atento para que no tocara su parte de la cama.

—Mala hierba nunca muere, eh, Jaeger—comentó Jean.

Eren simplemente resopló.

Eren extrañó verdaderamente aislamiento cuando vio a la gran multitud a la hora del desayuno. Había demasiado sonido, demasiada luz y demasiados presos.

Con falsa seguridad y firmeza fue por su comida; Cuatro trozos de tocino, dos panes tostados -algunas partes demasiado carbonizadas para su gusto-, un vaso de jugo agrio y una torta pequeña de huevo.

El problema surgió cuando no sabía a donde ir a continuación: Podía ir y sentarse en la primera mesa solitaria que encontrara, o evitar conflictos e irse a la mesa de Connie y los demás. Hacer lo último quería decir que tendría que enfrentar a Reiner, posiblemente disculparse por su arrebato. Luchar y pelear por una mesa propia era lo que haría en otro momento, pero Eren no quería volver a aislamiento, así que fue a sentarse a la mesa ya conocida.

—Bienvenido de nuevo, Eren—dijo Connie gustoso. Thomas también parecía feliz y Jean fue el único que le fue indiferente. Pero toda alegría se esfumó cuando Reiner y Bertolt llegaron.

Reiner lo miró con esa mirada dura que lo hacía tan desconocido y se sentó rígidamente frente a Eren. Reiner seguía molestó, pero Eren era el que tenía más derecho, el que merecía una disculpa. La mala vibra también era de Bertolt, mucho más serio y frío de lo que Eren conocía. Lo trataban como si fuera un enemigo.

—Lo invité a la mesa—dijo Connie, humildemente, y comenzó a comer para no dar más explicaciones.

—No me molesta que se siente aquí—dijo Reiner, severamente—, puede sentarse aquí cuando quiera. Pero no quiero que nos involucre en ninguno de sus problemas.

Eren no sabía que era más molesto, que Reiner aparentara ser rudo o que hablara de Eren como si no estuviera ahí—. Nunca se involucraron en mis problemas, y no necesito que se involucren en mis problemas. Aparte no veo tu nombre en esta mesa, no necesito tu permiso para sentarme aquí sí quiero.

Todas esas palabras fueron incorrectas de decir, vio como Reiner cerró sus puños tan duros que sus venas sobresalían—. Eso es lo que crees-…—gruñó.

—Saben que escuché, escuché que Markovich le cortó un dedo a Díaz porque no le pagó— interrumpió Jean, como si no se estuviera armando una guerra frente a él. Eso distrajo a Reiner de su enojo y la tensión de la mesa se disipó.

Eren no dijo nada, y comió en silencio, mirando a su alrededor. Vio como April le guiñaba el ojo y alentó a los demás a que le hicieran señas obscenas, trató de no mirar a nadie detenidamente después de eso, pero lo que le apretó la garganta fue observar a Bigmouth y a Gordon, el líder de pandilla tenía muy junto al muchacho, le tocaba y abraza como… como si fuera una novia. Gordon se veía incómodo, aterrado y pálido. Cuando sus miradas se encontraron la primera emoción de Gordon fue el asombro, después la tristeza y por último la vergüenza. No se atrevió a mirar a Eren a los ojos de nuevo y evitó su mirada a toda costa.

Eren se juró que no quería convertirse en eso, primero moriría antes de ser tratado tan humillantemente.

El resto fue un desayuno incómodo, pero mucho mejor que cuando Eren intentó estar solo; Todos esos reos alrededor coqueteándole e intentando tocarlo a la menor cosa le revolvían el estómago. Ya no quería pensar en eso.  Así que se centró en soportar el día.

En el recreo Jean desapareció, pero Thomas no lo hizo.

—Terminé con mis tratos—dijo Thomas un poco orgulloso—, pero me quedaré junto a Reiner.

Connie volvió a sus mandados, Reiner y Bertolt se sentaron en la banca habitual ahora con Thomas. Eren no tenía el valor de vagar por su cuenta porque sabía que lo llevaría inevitablemente a un conflicto y acababa de salir de aislamiento. No tenía pensado volver al corto plazo, así que se mantuvo con Reiner. 

De nuevo, le estaba yendo mucho mejor acompañado que solo. Sin embargo, notó que Reiner no movía ni un dedo o intentaba algo cuando algunos de los reclusos insultaban a Eren a su alrededor, pero los reclusos no quisieron invadir tanto el espacio de Reiner así que las molestias no fueron tan comunes.

El resto del día fue tan deprimente como el desayuno y el recreo.

Para los siguientes días la indiferencia de Reiner hacía Eren fue notado por todos así que se volvieron mucho más atrevidos e insoportables, pero no intentaron tocarlo, por lo menos no frente a Reiner. Desgraciadamente para Eren, Reiner evitaba estar a su alrededor. Por lo que Eren tenía que buscar refugio estando cerca de donde sabía que había por lo menos un guardia.

Había reclusos y uno que otro guardia que solo se divertían con mortificar a Eren, pero había una línea muy pequeña con los que jugueteaban y los que en verdad querían hacerle daño. Las dos partes eran igual de malas; Eren era constantemente asaltado en los pasillos, toqueteado en la fila del almuerzo, acosado en las duchas y extorsionado cuando se le ocurría estar a solas en la celda. Y su cuerpo comenzaba a mostrar señales de esos tratos, con media parte de sus brazos llenos de moretones azulados.

No podía conciliar el sueño sin el temor de que alguien lo visitara por la noche y si llegaba a dormir todo era una pesadilla.

Jean, Connie y Thomas no hacían nada por él, raramente se entrometían. Reiner ya había dejado en claro su posición, únicamente se metía cuando las cosas iban demasiado lejos. Eren seguía juntándose con ellos, charlando con ellos porque no conocía a nadie más para hacerlo, pero sabía que no podía confiar en ellos si algo malo sucedía.

Eren estaba exhausto. No dormía lo suficiente, todos eran una mierda, la comida era un asco y recuperar su llave parecía una misión imposible. Estaba harto de tener que estar pegado con Reiner para que no le molestaran, enojado de tener que escuchar todas esas obscenidades hacía él y no tener la fuerza suficiente para luchar.

Era frustrante, lo hacían rabiar. Y sin embargo no hizo nada drástico como le gustaría, simplemente se quedó -para su disgusto- cerca de Reiner. No quería nada de eso, pero estaba tan cansado, aburrido y deprimido. Podría culpar a su falta de sueño por no poder pelear como quisiera, o a la terrible comida que lo hacían enfermar o al “secuestro” de su llave, o al temor de volver a aislamiento. O incluso podría ser todo a la vez.

Y todo eso lo aterraba, lo aterraba porque tenía una pequeña voz en la cabeza que le decía que a este paso iba a morir o que regresaría a aislamiento. Ninguna de esas opciones era viable. 

Como último recurso fue a la biblioteca para refugiarse, ese era el único lugar que era tranquilo y donde los prisioneros le pensaban más antes de hacer un alboroto. 

El capitán Levi estaba ahí, sentado en una silla con sus pies sobre una pequeña mesita mientras leía un libro. Eren no lo había visto desde aislamiento y sintió la felicidad burbujear en su estómago.

—Capitán—saludó Eren alegremente, demasiado alegremente para ganarse unas miradas de los reclusos que también se encontraban leyendo. 

Levi también le dio una de esas miradas—Mocoso— murmuró, y volvió a su lectura.

Fue decepcionante, no obstante, Eren tomó cualquier libro que estaba en los estantes y se sentó en una silla cercana al capitán.

—Ya no lo he visto—susurró lo suficientemente fuerte para ser oído por Levi.

—Me enfermé— es todo lo que dijo Levi mientras cambiaba de página.  

—Espero que se encuentre mejor.

—Lo estoy.

Y eso fue todo, Eren ya no podía sacar ninguna otra conversación. Era acaso de esta manera cortante y sosa como el capitán le respondía, ¿Por qué lo imaginaba diferente cuando pensaba en aislamiento? Quizás lo había idealizado en su encierro, y sí era de esa manera se sentiría muy decepcionado. Por ello cualquier pequeña pizca de alegría que había juntado se esfumó.

Suspiró con tristeza, y hojeó el libro sin tomarle importancia.

Se quedó un tiempo ahí, mirando las palabras las cuales no tenían ningún significado para él, cada minuto lo adormecía y aburría. No pudo contener sus pesados parpados o los cabeceos insistentes, y finalmente terminó durmiendo.

—x—x—x—

Mierda.

Quizás Levi se equivocó y Erwin tenía razón. Aislamiento era la mejor oportunidad que el mocoso tenía y eso solo se hizo evidente por las marcas que Levi pudo ver entre las mangas arrugadas y el aspecto miserable. 

No intentó hablar mucho con el chico, en realidad le sorprendió que el niño le hablara con familiaridad. Ser cercano a un guardia como recluso era un arma de doble filo dentro de prisión. El mocoso tenía mucho que aprender si no lo sabía.

Evidentemente su pequeña interacción no pasaría desapercibida, los chismes se corrían como la pólvora por muy insignificantes que fueran Y aunque a Levi le desagradaban las habladurías, esperaba que fueran lo suficiente como para darle al niño un respiro.

En todo momento la mirada de los reclusos estaba en ellos, viendo como exprimir más historia, esperaban que Levi regañara al niño por dormir, pero no estaba perturbando la paz de nadie así que ahí lo dejó. Su actuar fue cuestionable ya que dormir en biblioteca estaba prohibido y vio el brillo en la mirada de los otros. Levi sabía lo que estaban pensando y a la mierda, que pensaran lo que quisieran. Si eso le daba un poco de paz al mocoso, adelante, el chico probablemente lo necesitaba. Y Levi había sobrevivido a rumores peores.

Cuando la zona recreativa terminó y los internos dejaron la sala, murmurando entre ellos, Levi tuvo que despertar al castaño.

—Niño, es hora de despertar—dijo. Pero el chico seguía navegando en el sueño, con su rostro enterrado en sus brazos.

— ¡Mocoso, despierta! —gritó, y el niño no se perturbó ni tantito.

—Eren—dijo al fin, tomándolo por el hombro y agitándolo suavemente. El niño se sentía huesudo y comenzó a murmurar cosas sin sentido.

Entre ‘Eren, niño y mocoso’ y agitaciones en el hombro cada vez más fuertes cuando hablar fallaba, el castaño se despertó. Agitado, nervioso y algo asustado. Se levantó sobresaltado, empujando duramente la mano de Levi y mirando a su alrededor esperando lo peor.

 —Tranquilízate mocoso, estás a salvo—aclaró Levi, con las manos arriba a la altura de sus hombros para demostrarle al niño que no era una amenaza.

Eren seguía mirando hacia todos lados, estremeciéndose y con su respiración agitada.

—Tranquilo, todo está bien. Fácil, respira— Levi dijo, conocía un ataque de pánico cuando lo veía. 

—Lo siento…—murmuró el castaño. Su respiración seguía agitada, cerró los ojos—, lo siento, me quedé dormido.

—Está bien, no hay problema. Solo respira, niño.

Eren lo hizo y murmuró entre respiraciones: —No soy un niño.

—Lo que digas, niño— dijo Levi. Solo lo estaba molestando para distraerlo, y funcionó porque el chico lo miró con el ceño fruncido.

Cualquier respuesta que daría el castaño no se dio porque la radio de Levi sonó.

—Capitán, Capitán, estoy confundido. ¿Hoy le toca a usted la limpieza o de nuevo soy yo?, porque aquí están los internos, pero falta uno—dijo Auruo a través de la radio.

—Es mi turno, voy para allá.

— ¿Qué hay con el que falta?

—Sé dónde está, no te preocupes por él—dijo Levi y Eren lo miró con una disculpa en sus ojos, pero parecía de mucho mejor ánimo que hace unos segundos.

—Oh, está bien. Me quedaré a cuidarlos mientras llega. Cambio y fuera, capitán. 

— ¿Es su turno? —Eren preguntó, con esa estúpida sonrisa que a Levi disgustaba.

—Sí y vengo con la intención de ver mi reflejo en los azulejos, mocoso, así que no perdonaré ni una mancha.

— ¿O qué?

—Créeme, niño, no quieres saber.

—No soy un niño—se quejó el castaño. Y fue curioso cómo decir eso, en verdad lo hacía parecer un niño. Levi se divirtió internamente con el pensamiento.

Al salir de biblioteca y dirigirse a los baños en donde se haría la limpieza, pudo ver a algunos reclusos que se murmuraban entre sí y los miraban con atención. Los rumores se estaban esparciendo.

Luego miró al mocoso que caminaba sin la seguridad que tuvo la primera vez, desgarbado y un poco golpeado. El chico no se merecía esto, sí era estúpido y odioso, pero no lo merecía.

Ni siquiera le debería de importar en primer lugar, pero lo hacía; Culpaba a Erwin y a Hange de que las estúpidas cosas insignificantes le importaran.

Levi no era un santo, tenía un historial que lo demostraba y una reputación de la que no estaba muy orgulloso. También había tenido un montón de oportunidades para hacer las cosas bien desperdiciadas, pero esta vez, él podía hacerlo diferente.

Miró hacia adelante, y el mocoso estaba frente a él, podía ver como el mocoso giraba la cabeza y lo miraba con curiosidad. Al parecer estaba diciendo algo, pero Levi no le estaba prestando la suficiente atención. Y luego el chico sonrió, esa tonta sonrisa en sus labios con diversión que exasperaban a Levi.

Y Levi llegó a una resolución.

Quizás valía la pena, o quizás no y solo estaba extendiendo lo inevitable, pero por ahora, los rumores eran un pequeño precio que pagar por hacer lo correcto.

 

Notas finales:

Me gustaría saber su opinion, pero si no es así, espero que lo disfrutaran y traer una actualizacion pronto. 
Que tengan un excelente día, mañana o noche, dependiendo de cuando estes leyendo esto. 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).