28-Malentendidos y maldades.
Joey tenía una pequeña duda.
¿Qué pretendes hacer?—preguntó el rubio al ojos azules una vez habían salido del colegio.
Cuando el castaño dio vuelta en una esquina se lo encontró de frente.
¿Hacer?—preguntó Valon con una ceja levantada.
Ninguno de los dos se percató del auto que pasaba por la esquina y de su ocupante en el asiento trasero que los miraba.
No te hagas el tonto que eso no te va—dijo el ojos mieles al otro con cara de ofendido—Sabes muy bien de lo que hablo—
¡Ah! Sobre que cantas como niña—dijo Valon probando sus reflejos los que eran muy buenos porque pudo evadir al rubio antes de que le asestara un buen golpe.
¿Piensas que me lo callaré si me pegas?—preguntó el otro--¡Que bruto!—añadió y el melado entendió la situación pero es que estaba con mucho stress y llegó a un punto de quiebre en esos momentos.
¡Bueno! ¡Dile a quien quieras! ¡Ya no me importa! ¡Estoy harto de todo!—dijo el otro con lágrimas en los ojos y Valon vio de nuevo esa expresión que viera en la azotea. Era obvio que después de la amenaza de Kaiba no diría nada pero quería hacerle la vida difícil a Joey para darle a Seto por su parte, aunque ahora se arrepentía.
¡Oye, oye!—dijo el ojos azules poniendo sus manos sobre los hombros del otro chico—Tranquilo viejo, yo no pienso andar hablando por ahí. Como cantes es cosa tuya y la verdad a mí no me desagrada así que… ¿Por qué iba a hacerte la vida difícil? Solo trátame menos violentamente en el futuro y todo ok. ¿Vale?—
El ojos mieles le miró como si hubiera aparecido de pronto de la nada--¿Dices que no tengo de que preocuparme?—preguntó el melado con asombro.
¡Así es viejo! ¡Solo quédate tranquilo!—dijo el otro mientras daba media vuelta y se iba.
Joey se lo quedó mirando un momento y luego le llamó--¡Oye!—el otro volteó--¿Di…dijiste que te gustó como canto?—añadió con algo de timidez Wheeler.
El ojos azules levantó una ceja por un momento y analizó por un segundo la situación, a parte de su remordimiento también estaban las ganas de joder a Kaiba por lo que volverse cercano al rubio por ese método…
Si, me gustó. ¿Por qué no iba a gustarme? Cantas bonito—dijo el castaño con una sonrisa consoladora.
Un vestidito con minifalda tableada en rosa, labios rojo pasión y una peluca negra con zapatos de tacón rojo chillón, y aun así… Joseph no se veía como una ramera barata. Es lo que pensó Seto, sentado a su mesa con cierta admiración.
No tocar, peligro de muerte
Oh, no tocar
las tibias y la calavera me hacen dudar
Me hacen ir más allá
Verte correr, verte pedirme más
Y si volviera a nacer repetiría
Y si volviera te daría más calor
Me quemas con la punta de tus dedos
Tus manos hacen llagas en mi piel
Me abraso con tu lengua que es de fuego
La sangre hierve. ¿O no lo ves?
Ya sabes que me tienes cuando quieras
Ya sabes como soy
Ya sabes que me entra a la primera
Ahora sale algo mejor
Oh que calor
Me gusta tu infierno
¡Oh, que calor!
Echa más leña al fuego
Que es abrasador
Ahora está dentro de mí
Me hace sudar
Me hace volver a ti
Y si volviera a nacer repetiría
Y si volviera te daría más calor
Me quemas con la punta de tus dedos
Tus manos hacen llagas en mi piel
Me abraso con tu lengua que es de fuego
La sangre hierve. ¿O no lo ves?
Ya sabes que me tienes cuando quieras
Ya sabes como soy
Ya sabes que me entra a la primera
Ahora sale algo mejor
Me haces tanto bien
Na na na na na
Enséñame a bajar tu cremallera
Ya sabes dónde voy
Ya sabes que he pasado la frontera
Arrancando algún botón
Ya sabes que te pido más madera
Y tú pides más nivel
Ya sabes cómo mantener la hoguera
Ya sabes cómo sabe ya mi piel
La letra candente no pudo más que traer imágenes de los ratos vividos con el melado en los vestidores. Escenas que poblaban su mente y hacían que su temperatura subiera y sus manos tamborilearan ansiosas en la mesa, la idea de una bebida alcohólica pasó por su mente pero la descartó de plano, no porque en ese lugar fueran a negársela sino porque bajo los efectos de dicha bebida y con sus hormonas como estaban podía hacer algo de lo que debiera arrepentirse.
No pudo elegir una canción más pijotera. ¿No es así?—preguntó la “chica morena” a su jefe en los pasillos del club. Tenía una cara entre enojada y pícara y este le sonrió.
¡Oye tú, te estás pasando…--dijo uno de los guardias de seguridad pero su jefe levantó una mano para calmarlo.
Muchos de nuestros clientes han disfrutado del espectáculo—contestó el ojivioleta.
¡Eso no lo dudo!—dijo el melado con las manos en las caderas.
Tengo que hablar contigo—dijo Seto Kaiba entrando de lleno en escena.
¡Bingo! ¡Aquí está uno!—dijo la cantante señalando al recién llegado.
Escondiendo levemente su sonrisa tras su mano, el ojos violetas dijo a Kaiba—Muy bien Kaiba sama, les dejo para que hablen—y le hizo señas a su empleado para que lo siguiera.
Cuando estuvieron solos Joseph pretendió irse pero el castaño lo detuvo del brazo--¡Oye, tengo que hablar contigo!—
El otro le miró a la cara. Desde el hotel no habían intercambiado palabra con él vestido de mujer.
¡Bien! ¡Habla!—le dijo la morena.
¡Quiero que dejes el club!—dijo tajante el castaño.
¿Perdón?—preguntó la cantante con la boca abierta.
Si es dinero lo que necesitas puedo brindártelo pero no veo la necesidad de que des esos espectáculos—dijo el ojos azules refiriéndose a sus actuaciones en el escenario.
¿Acaso no es por ellos que nos conocimos?—preguntó ella dejándolo con la boca cerrada unos segundos.
Tu dijiste que no te interesan los hombres pero perseveras en hacer esto aunque dije que te daré dinero para que no lo hagas. ¿Qué buscas con esto?—preguntó un, algo airado, Seto Kaiba, su ceño fruncido delataba su frustración pero para su desgracia no sus celos.
Una palabra “Libertad”—contestó enojada la ojos mieles—Hago esto por un pago y no para buscar hombres. Y si eso no te gusta, francamente no me importa. Tengo cosas más importantes que hacer que escuchar a un ridículo idiota tratar de comprarme. Bye, nene—
El ojos azules también quedó furioso. No intentaba comprar a Wheeler, simplemente alejarlo de ese ambiente. Y no solo por sus celos. Sospechaba que si seguía en ese tipo de lugar, algo como lo sucedido en el hotel podía pasarle de nuevo y él no estar para evitarlo. El dinero, sinceramente, no era la gran cosa para él. Dilapidaba bastante en lujos más idiotas que ese. Aunque no quisiera admitirlo, el rubio se estaba transformando en una prioridad tan fuerte como su hermano.
Furioso aun dio vuelta para irse con pasos pesados.
Pese a los esfuerzos de Seto, Joey y Valon se volvieron muy cercanos. Tanto que el rubio contó al castaño sobre la propuesta del concurso y este le dio ánimos y lo ayudó a presentarse. Yamazaki fue a ver a Joey al club una vez este le dijo a su jefe que quería ver a su amigo.