Sasuke se había levantado cuando aún su hermano Gaara dormía, salió sigiloso de la habitación y sin que se diera cuenta siguió a su madre, Izuna había estado junto a su hermano y cuñado por más de tres horas en esa casa y hasta ahora salían para su suerte, que ya le estaban saliendo raíces en el lugar.
-Buenas tardes – Se acercó al doncel mayor que estaba en el lugar con su sonrisa más falsa.
-Buenas joven – Respondió el doncel mayor correspondiendo la sonrisa, Sasuke se parecía mucho al joven Izuna y además se veía agradable.
-Quisiera hablar con el dueño de casa, es importante – Le dijo Sasuke sin perder su sonrisa pero la del mayor si flaqueo negando con la cabeza, así que antes de escuchar una negativa dijo – Yo soy hijo de Izuna y de él
-¿Usted? – El doncel lo miro con ojos impresionados y aunque Sasuke no estaba seguro quien era su padre biológico, por los retazos de conversaciones y la mirada de la persona que tenía enfrente creía que era el dueño de la casa. El doncel lo hizo seguir hasta la habitación de Tobirama y lo anunció.
-Hoy es el día donde me traes a todas las visitas – Tobirama estaba de buen humor al haber visto a Izuna, si conocía a su hijo podría morir en paz.
-Perdón por venir sin avisar y sin invitación pero debo hablar con usted – Sasuke se acercó un poco más y Tobirama pudo ver que era la viva imagen de Izuna.
-¿Eres… - La pregunta quedó inconclusa pero igual Sasuke asintió, los ojos del varón se llenaron de lágrimas y no pudo evitar que los suyos también.
-Su hijo – Respondió con voz quebrada, él siempre creyó que su padre había muerto y al saberlo quiso conocer al hombre que lo había engendrado, saber porque no lo quiso, pero ahora no estaba tan seguro de eso.
-Mi hijo – Tobirama abrió los brazos para que Sasuke fuera con él pero el doncel no se movió ni un centímetro de donde estaba.
-Podré llevar su sangre pero eso no hará que lo ame automáticamente – Sasuke se cruzó de brazos con el único fin de hacer algo con sus temblorosas manos.
-Cosa extraña porque yo sé de ti hace unas horas y ya siento que te amo – El varón le sonrió y Sasuke puso su mejor cara de indiferencia, aunque por dentro estaba muriéndose de los nervios y emoción, era un mar de emociones.
-Pues yo tengo un padre y por eso no resentí tu ausencia – Sasuke se arrepintió al ver la cara que le puso el peliblanco – Aunque me alegra saber que no sabías de mí, en vez de no quererme.
-Te quiero dar un abrazo – Tobirama volvió a extender sus brazos y está vez Sasuke si se acercó y dejo que lo abrazara – Me haces muy feliz hijo, eres hermoso y seguramente fuerte como tu madre.
-Lo soy y no se preocupe por nosotros que estamos bien – Sasuke rompió el abrazo y se alejó, aunque quería conocerlo también era cierto que su padre era Rasa porque fue este quien lo crió.
-Ya me lo dijo tu madre y creo que él no sabe que estas aquí – Tobirama vio como un pequeño sonrojo se instaló en las blancas mejillas de su hijo.
-No lo sabe - Sasuke lo reconoció al fin y suspiro – Por eso debo irme ya.
-¿Vendrás de nuevo? – Pregunto el varón y el doncel solo se alzó de hombros, no sabía ni siquiera porque había ido a verlo, pero sentía que amaba mucho más a sus padres ahora, un sentimiento extraño pero era lo que sentía – Está bien, te deseo la mayor de las suertes y no te preocupes que mi sobrino no intervendrá en tu relación con Naruto.
-¿Cómo sabe… Sasuke no termino la pregunta, era obvio que su madre le había ido con el chisme a su hermano y sabía que está era la casa paterna de Hashirama así que no fue muy difícil sumar dos más dos.
-Todo saldrá bien, te lo mereces – Sasuke asintió y volvió a abrazarlo está vez para despedirse, por alguna razón estaba seguro que no lo volvería a ver y con esa sensación se fue hacia el castillo, sin saber que Tobirama con una gran sonrisa en los labios cerraba sus ojos y daba su último suspiro.
Gaara estaba nervioso, muy nervioso en realidad, le había dicho a sus padres que Sasuke estaba durmiendo cuando en realidad su hermano llevaba desaparecido varias horas. Escucho la puerta y se tensó de inmediato, pero el alma le volvió al cuerpo al ver al pelinegro menor entrar a la habitación que compartían.
-¿Dónde estabas? – Le reclamo sin saludarlo pero aun así lo abrazo fuertemente, temía que algo malo le hubiese pasado a su hermano.
-Fui a ver a Tobirama – Sasuke noto la incognita en el rostro del pelirrojo y es que ese nombre no le decía nada – Mi padre biológico.
-¿Hiciste qué? ¿En qué momento se te ocurrió semejante idea? – Gaara no podía creer lo que escuchaba, tuvo que consolarlo hasta quedarse dormido por esa razón y al levantarse el doncel es lo primero que hace, aunque la verdad se veía muy sereno.
-Mientras dormías, perezoso – Sasuke le hablo en un tonito burlón que exaspero y tranquilizo a su hermano en partes iguales. Gaara tomo una almohada y lo golpeo con está en la cabeza.
-No soy perezoso, tú me agotas – Gaara recibió un golpe con otra almohada igual y al instante estaban en una guerra de almohadas, riendo y golpeándose el uno al otro con ganas hasta que Izuna entro y recibió dos almohadazos que casi lo botan al piso.
-¿Qué demonios? – Izuna los miro con furia pero al notar lo que estaba pasando sonrió – Así que muy golpeadores.
-No – Gritaron ambos cuando su madre tomo una almohada y los golpeo con ella, los jóvenes corrieron y flanquearon ambos lados del doncel mayor y al tiempo lo golpearon con almohadas, los tres reían con ganas.
-Chicos – Rasa entro y detuvo el juego, no quería hacerlo pero la verdad debía decirle a su consorte – Lamento interrumpir pero Izuna te necesito un segundo.
-¿Qué paso? – Pregunto al salir, la cara de su esposo no le gustó mucho y al verlo suspirar supo que no sería nada bueno.
-Tobirama murió está tarde – Rasa lo soltó sin más, Izuna abrió la boca pero sin encontrar que decir volvió a cerrarla, sentía un apretamiento en el pecho.
-Él quería conocer a Sasuke – Dijo al fin, lágrimas se empezaron a acumular en sus ojos y se refugió en los brazos de su esposo quien lo abrazó fuertemente.
-Me conoció – Sasuke se metió en la conversación, los mayores se miraron entre ellos con sorpresa.
-¿Cómo? – Pregunto Rasa cruzando sus brazos, el doncel menor se sonrojo levemente pero suspirando les conto todo lo que había pasado.
-Mi amor, lamento tanto no haberte dicho – Izuna realmente lamentaba era que su hijo se enterara y más de esa forma.
-Lo entiendo, no querías que sufriera por mi procedencia, es por eso que los reyes de Konoha no me aceptan cerca de Naruto – Sasuke sabía que era cierto, ellos no querrían a un bastardo como consorte de su hijo.
-No hijo, ellos son personas cerradas de mente que no entienden que lo importante va en la persona – Rasa lo abrazó, después atrajo a su consorte y más atrás a Gaara quien se mantuvo al margen, pero se dejó envolver en el abrazo.
-Debemos ir al funeral – Izuna les hablo a los demás y asintiendo se llevó a sus hijos para alistarse.
Naruto y Sai escucharon a sus abuelos regañar a sus padres, prohibirles algo por primera vez en la vida y jamás se habían sentido tan felices de tenerlos.
-Pero padre ese doncel no es para Naruto – Fugaku todavía insistía en ese tema, el solo decirlo lastimo al rubio ¿Por qué sus padres no entendían que él lo había elegido?
-Eso lo decidirá él, eso dijiste cuando era un bebé – Madara le grito a su hijo callando lo que podría decirle – Ahora que ha elegido, le das la espalda.
-No le doy la espalda, Naruto podrá elegir pero tiene que tener nuestra aprobación y Sasuke no la tiene – Fugaku dijo eso último hasta que un empleado entró y le dijo algo a Hashirama haciéndolo jadear.
-Tobi – El consorte del duque real salió corriendo, Madara le pregunto al empleado y este le conto de la muerte de Tobirama Senju, eso termino con la discusión y llevo toda la atención al evento fúnebre que se produjo de inmediato.
-El tío abuelo era una buena persona – Sai le dijo a Gaara estando en su funeral, Gaara se mordió el labio dudoso de lo que debía decir - ¿Qué pasa lindura?
-Prométeme que lo que te voy a contar no se lo dirás a Naruto – Gaara miro a Sai con intensidad pidiéndole con la mirada depositar toda su confianza mutuamente.
-Lo prometo – Sai supuso que Gaara por fin le contaría la razón por la cual sus padres no querían a Sasuke, Gaara le contó todo lo que había pasado y Sai lo recompenso contándole la conversación con sus abuelos y era por esa razón que aunque sus padres no habían dicho nada a los suyos.
-No quiero que nuestros padres se peleen, eso puede afectarnos como afecta a Sasuke y Naruto – Gaara se abrazó a Sai, no podía creer como en tan poco tiempo estaba tan enamorado del príncipe y sabía que Sasuke amaba de la misma forma a Naruto.
-Adelantemos la boda – Sai le propuso pero Gaara negó con la cabeza, él ya había hablado con sus padres y estos habían sido muy claros en sus términos.
-Mis padres dijeron que si tus padres no nos querían, nos iríamos – Gaara le estaba diciendo que los duques reales de Suna estaban poniendo a prueba a sus padres y como iban las cosas ellos no iban a pasar.
-¿Cómo hago para que no me separen de ti? – Sai le pregunto y Gaara se abrazó a él con cariño, el funeral estaba siendo tranquilo y predecible, al fin y al cabo Tobirama Senju llevaba muchos años enfermo y unas semanas agonizante.
-Si eso pasa y vas a buscarme a Suna, mis padres te recibirán con los brazos abiertos – Gaara le guiño un ojo con picardía – Y a Naruto también.
-Eso estaría muy bien, aunque en cuatro meses será el cumpleaños de Naruto y mis padres ya trabajan en la fiesta – Sai recordó como tumbaron toda una pared para la fiesta, según su madre irían todos los invitados que estuvieron en la fiesta de presentación de Naruto y está había sido enorme – En esa fiesta lo coronaran.
-Y él no escapara de ese deber – Gaara dedujo y Sai asintió, mirando a los lados Naruto estaba entre sus padres mirando de reojo a Sasuke quien los ignoraba de forma eficaz aunque a veces sus ojos iban hacia donde estaba el rubio, Sasuke estaba sus padres, además de los duques reales, seguramente hablando de la visita del menor a Tobirama.
-Espera coronarse y mis padres ya no lo podrán mandar, entonces se casara con Sasuke – Sai había hablado con Naruto de ese plan, el fallo en eso era que las personas esperaban saber el nombre del prometido del rubio antes de que fuera rey y estaba seguro sus padres no permitirían algo así, aunque no es que pudieran hacer mucho contra los sentimientos.