-Al llegar a la entrada de la escuela Marco corrió al interior del edificio como si su vida dependiera de eso mientras era seguido por un muy confuso Tom, esquivaba a cada uno de los que se atravesaban en su camino. Llegó al área de los casilleros recargando semana sobre uno de estos-.
¿Qué fue todo eso? -Preguntó el demonio transformado en humano de pie junto a él. Aun que el otro no tuvo tiempo de siquiera pensar en una respuesta al verse interrumpido por la voz de una chica-.
¿Marco? -Preguntó está con asombro y alegría de ver al castaño nuevamente después de su repentina ausencia, frenó el andar de su patineta justo frente al moreno, quién sintió como rápidamente los nervios invadían su cuerpo-.
¡A-ah... Hola Jackie! -Saludó dando un respingo del susto al escuchar la voz de su "amiga"-.
¿Dónde te habías metido?, Todos estaban muy preocupados por que desapareciste de la nada -Contó la rubia sin prestar mucha atención a Tom quien solo los observaba en silencio-.
O-ocurrieron algunas... cosas y fue por eso que no pude asistir a clases -Respondió con duda y tragando saliva debido a los nervios-.
Lo que importa es que estás de vuelta, Alfonso y Ferguson se veían muy decaídos sin ti por aquí. -Comentó Jackie subiendo a su skateboard nuevamente antes de partir, Marco simplemente se despidió agitando la mano de una lado a otro-.
¿Qué... Qué rayos fue eso? -Preguntó Tom con cierto toque de diversión- Paresia que ibas a morir en cualquier momento, eso no habría sido nada bueno. -Al escuchar eso Marco no pudo evitar sonreír levemente- Aún debes ayudarnos a vencer a Ludo.
Mejor vámonos al salón -Respondió sin decir algo más siendo seguido de cerca por Tom quien veía los pasillos con algo de curiosidad, ver a tantos humanos no era algo muy común para él. Ni siquiera cuando visitaba a Star de vez en cuando-.
-Al llegar al aula notó como dos chicos bastante extraños a su parecer corrían para literalmente lanzarse sobre del castaño, los tres reír con alegría. Al igual que con Jackie, solamente observaba la escena de reencuentro. Aunque esta vez un poco incómodo-.
¡¿Dónde diablos te habías metido?! -Preguntaron ambos en sincronía luego de que se pusieron de pie- Tus padres nos dijeron que estabas cumpliendo con algo importante, nunca respondiste a nuestras llamadas ni nada.
Pasaron algunas cosas y tuve que salir de la ciudad unos días -Contestó el moreno agradeciendo internamente por no haber tartamudeando ni una sola vez-.
¡¿Unos días?! -Gritó Alfonso zarandeando al otro- ¡Te fuiste por casi un mes, tienes mucho que explic!.
Silencio todos -De pronto la voz de la profesora, la señorita Calavera. Se hizo presente en el aula haciendo que con ello todos corrieran a sus lugares, Tom tomó haciento en un pupitre frente a Marco* sin importarle si este estaba ocupado o no- Bien chicos, tal parece que hoy un nuevo alumno se unirá a la clase. Ven al frente y preséntate ante tus compañeros y esas cosas -Pidió con un tono un poco aburrido y monótono. El pelicastaño le dio un leve empujón a Tom para que lo hiciese, no muy seguro camino hasta quedar de pie delante de todos-.
¿Qué se supone que debo decir? -Preguntó, si por él fuera quemaría el lugar, pero le habían prohibido usar sus poderes en ese sitio-.
Solo dinos cuál tu nombre y alguna cosa que te guste, un pasatiempo o algo asi -La mayoría de los estudiantes permanecían en silencio esperando a que el pelisalmon terminará con eso pronto-.
Mi nombre es Tomás Lucitor*, y no tengo un pasatiempo favorito -Dijo sin mucho interés, balanceándose sobre sus talones-
Ahora ve a tu haciento y demos comencemos con la lección del día de hoy -Calavera empezó a anotar algunos términos en la pizarra mientras el demonio volvía a su lugar, las primera clases pasaron de manera rápida para todos, incluso para Tom. Cuando menos lo notaron ya era la hora del almuerzo, al escuchar el sonido de la campana casi la gran mayoría abandonó el salón de clases a los pocos segundos, a excepción de Alfonso, Ferguson, Marco y Tom. Pues los dos primeros continuaron con su interrogatorio hacia el mexicano, Tom por su parte esperaría a Marco pues éste le había prometido darle un recorrido por la escuela después de que almorzar-
Así que tú eres el chico nuevo, Tomás. ¿Me equivoco?, Soy Jana -Frente al de ojos rojos apareció una chica pelinegra usando un gorro de invierno, a pesar de no hacer nada frío- Parece que no hablas mucho, parece que tú y Marco se llevan demaciado bien -Comentó con una sonrisa está al no resivir respuesta alguna-
Tom, vamos o se acabará todo. Hola Jana -Saludo el latino llegando junto a sus amigos-
Hola Marco, es bueno verte otra vez por aquí -Respondió ella sin dejar de sonreír- Nos veremos luego chicos, Adiós Tom -Se despidió saliendo del aula, ninguno comentó algo al respecto y simplemente partieron hacia la cafetería. Todo parecía transcurrir de forma común en la escuela-.
-El receso no duró mas de treinta minutos, luego de ello regresaron todos los estudiantes regresaron a sus respectivos salones para resivir sus clases restantes antes de la hora de salir, momento que para más de alguno se sintió como una eternidad, una horrorosa eternidad-
Hasta mañana -Se despidió Marco de sus amigos para caminar de regreso al callejón por el cual había llegado junto a Tom- ¿De qué tanto hablabas con Jana? -Preguntó con curiosidad-
De nada, solo dijo que parecíamos buenos amigos -Respondió mirando al frente y con tono bastante pensativo- «Esa chica, no me da buena espina para nada» -Pensó para si entrando a ese pequeño callejón y abriendo el portal que los regresaría al mundo de los demonios-.