–Un nuevo día comenzaba y el castillo Lucitor un par de adolescentes se preparaban para un nuevo día de clases, Marco continuaba con una sonrisa en su rostro, al fin podría "volver" a su vida normal. Por su parte Tom no parecía para nada entusiasmado con la idea de regresar a aquel lugar.–
¿Cómo es que te puede gustar tanto la escuela? –Preguntó el demonio colgándose la mochila en uno de los hombros–
La verdad no lo sé, pero siempre ha sido así –Dijo el castaño cerrando la puerta de su habitación para dirigirse a la sala del trono donde se encontraban los padres de Tom discutiendo cosas referentes al reino–
¿Se irán tan temprano? Aun no son ni las 7:30 –Comentó la reina–
Si, pero a él le gusta mucho madrugar –Respondió Tom apuntando al moreno mientras rodaba los ojos–
Bueno, espero que pasen un buen día chicos –Se despidió de los muchachos quienes comenzaban a ser cubiertos por el fuego, justo antes de que estos desaparecieran logro escuchar al castaño decir: Nos vemos después–
–De nueva cuenta aparecieron en el callejón del día anterior para luego dirigirse a la escuela como si salir de ese lugar fuera lo más común–
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–Mientras tanto, en un castillo a las afueras de Mewni. Toffee entraba al salón del trono para luego hacer una leve reverencia hacia el monstruo que se encontraba en este–
Mi señor –Habló con voz seria y calmada– Los preparativos para el nuevo plan ya están casi listos, solo falta ajustar unos pequeños detalles y además que usted nos de su aprobación para ponerlo en marcha. Pero antes de eso hay algunas personas que me gustaría presentarle... Ya que nuestras tropas fueron exterminadas por el príncipe del inframundo; me tomé la molestia de reunir algunos de los más hábiles mercenarios de todos los reinos –En ese momento 10 figuras aparecieron frente a Luddo haciendo una reverencia al igual que el septariano momentos atrás–
No esperaba menos de tí, ¡Estoy seguro que con ellos podremos conseguir la varita de una vez por todas! –Decía con gran emoción Luddo dando pequeños saltos en su trono mientras aplaudía rápidamente– Y ustedes, si nos ayudan a complir nuestro objetivo les esperan tantas riquezas como puedan imaginar –Declaró poniendose de pie sobre la pila de cojines que había en su trono–
Nos complace mucho escuchar eso –Comentó uno de ellos mientras el resto reia con maldad–
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–En la Academia Echo Creek la hora de receso había llegado, Marco y Tom se encontraban charlando en la cafetería mientras esperaban su turno para ser atendidos y así habría sido de no ser por la aparición de cierto estudiante, Lars Vanderdud, quien comenzó a empujar a los demás sacándolos de la fila–
¡Fuera de mi camino unitiles! –Gritaba abriéndose camino entre el resto de alumnos quienes simplemente se hacian a un lado dejándole pasar, hasta que llegó junto al demonio tratando de hacer lo mismo que con los otros– ¿Acaso no escuchaste? ¡Qué te muevas! –Volvió a gritar sujetando al demonio del hombro para quitarlo.–
–Tom simplemente trato de ignorarlo pero el otro no se daría por vencido tan fácil, una vez más empujó al demonio quien comenzaba a soltar gruñidos de molestia–
¿Por que mejor no cierras la boca, animal? –Protestó el pelisalmon en voz baja–
¿Que has dicho?, Tal parece que Díaz aún no te explica cómo son las cosas por aquí enano –Dijo el más alto tronando sus dedos de forma amenazante–
Tom, solo dejémoslo pasar y ya –Comentó Marco saliendo de la fila y tratando de llevar a Tom con él–
¡¿Estás loco?! ¡No dejaré que este imbécil llegue tome nuestro lugar asi de fácil! –Respondió con un notorio enfado el heredero del inframundo–
Deberías hacerle caso a tu amiguito, seguramente tambien eres un debilucho como él. ¿Dime Díaz, Jeremy Birnbaum aún te da una paliza en los torneos de Kárate? –Preguntó con burla el bravucón, ante aquel comentario las risas no se hicieron esperar, causando que Marco se encogiera en su lugar de la vergüenza–
¡Estoy arto de ti! –Esta vez fue Tom quien gritó dándole un puñetazo en el estómago a Lars sofocandolo al instante quien soltó un quejido antes de caer al suelo. Con eso las risas se transformaron en alaridos de admiración hacia el pelirosa quien tenía una pequeña sonrisa de satisfacción, cosa que no le duró demaciado cuando a los pocos segundos entró Calavera para saber los motivos del alboroto. Lars y Tom fueron acompañados por ésta a la oficina del director a la brevedad–
–Luego de un muy largo y tortuoso sermón pudieron salir de ese lugar, Marco esperaba a Tom con la mochila de esté listo para regresar al hogar del segundo–
¿Que lo que te dijeron ahí dentro? –Preguntó el moreno al momento de entregarle sus cosas–
Que no lo hiciera otra vez o llamarían a mis padres –Mencionó con fastidio caminando por el estacionamiento de la escuela donde sonaba una extraña y desafinada canción que causaba desagrado en la mayoría de quienes la escuchaban.– ¿Quien es ese? –Preguntó al encontrar al responsable del ruido–
Solo es Oskar –Contestó como si nada el castaño–
¿Quien le dijo que podría ser músico? Es como si todas las almas del infierno dieran un concierto muy malo de Heavy Metal –Comentó observando como los otros estudiantes corrían para dejar de escuchar aquello–
No es tan malo, quizás solo necesita prácticar un poco más –Dijo Marco con una sonrisa un tanto avergonzando–
¿No me digas que fuiste tú? –Preguntó sin dejar de caminar–
Fue hace tiempo, no creí que de verdad lo haría. Y déjame decirte que ha mejorado mucho a comparación de cuando empezó –Argumentó en su defensa el latino–