-Aquel lugar le parecía simplemente insignificante, estar rodeada de insignificantes humanos no era algo que ella considera agradable. Pero debía cumplir con la misión encomendada si es que quería resivir el pago prometido por el septariano para ella y sus hermanas. El encargo no sonaba complicado infiltrarse en aquel lugar, localizar al portador de la varita Butterfly y eliminarlo, sencillo.-
Esto comienza a volverse fastidioso -Se decía mientras caminaba en aquel mar de gente más alta que ella, así le sería casi imposible localizar a ese chico y lo peor es que no podría usar su magia de rastreo pues eso la delataria tontamente. De pronto una campana sonó causando que todos se movieran más de prisa dándole algunos empujones y entrando a los salones. Un suspiro de satisfacción escapó de sus labios, con los pasillos despejados podría moverse con libertad... O eso creía hasta que una voz llamó su atención.-
¡Oye tú!, ¿Qué haces fuera de aula? -Por instinto comenzó a correr para perder a aquella persona y poder continuar con su misión pero no fue tan simple como lo imaginó pues comenzó una persecución por los pasillos, sin más remedio ingresó a un salón al azar interrumpiendo la clase.-
¿Quien eres tú? -La voz de la profesora sonaba sería, ¿Que debería decír?. Dió una
rápido vistazo a los alumnos y lo encontró. Un muchacho que coincidía con la descripción entregada por Toffee.- ¿Quién eres tú?. -Volvió a repetir la mujer pelirroja.-
S-soy... Yo... Soy una alumna de nuevo ingreso. -Una mueca de incredulidad adorno el rostro de la mujer.- «Que excusa más estúpida» -Pensó sintiendo como una gota de sudor bajaba por su sien. Siempre estabaa opción de aniquilar todo ahí pero sus órdenes eran exactas eliminar al muchacho, llevar la varita al castillo y todo de manera discreta.-
No se me informo sobre el ingreso de otro alumno -Dijo aún sin creer la historia del todo- Que más da, preséntate ante tus compañeros y luego pasa a sentarte en el pupitre del final -Respondió Calavera restándole total importancia, después pediría una explicación ahora los más importante era continuar con su clase.-
Mi nombre es... Kathy y vengo de, un otro país -Aquello fue lo mejor que se le ocurrió, pensar bajo presión no era su fuerte y con todas sus fuerzas deseaba que se tragarán esa historia tan rápido como la de la nueva alumna y pudó confirmar que así fue cuando comenzaron a hacer preguntas sobre cómo era el lugar del que procedía, preguntas que fueron interrumpidas por Calavera quien la mandó a tomar asiento.-
-Los primeros paso estaban listo, ahora solo debería encontrar el momento exacto para poder deshacerse de ese chico y entregar la varita. El problema era ¿cuando?, tendría que idear un buen plan para lograrlo. Ese día lo dedicó a explorar el lugar y a quienes se encontraban ahí. A la hora de salida todos los estudiantes abandonaron el lugar, únicamente quedando el conserje, algunos profesores y un chico raro que cantaba sobre su madre. Ahí comenzó su plan, en la parte más alejada de la escuela preparó todo para dar el siguiente pasó. Atraería al muchacho con la excusa de hablar a solas y así de fácil se desharía del castaño que ahora sabía se llamaba Marco.-
-El resto de la semana intentó por todos los medios posibles llevar a Marco hacia su trampa en uno de los almacenes pero sus intentos siempre eran frustados por alguien más, su paciencia comenzaba a agotarse y un profundo odio surgía, si no fuera por esos 6 humanos inútiles ella ya habría podido cumplir con su cometido.-
-Primero fue esa tal Jana quien apareció de pronto, luego esos dos tipos raros, el Gordo y el de lentes que casi nunca se separaban del moreno, luego el tal Óscar. Pero a los que más comenzaba a odiar definitivamente era a la rubia patinadora y al pelirrojo con las pulseras de pinchos, sobre todo el último quien era el más entrometido de todos. Se sentía tan frustada en ese momento. Pero de pronto una oportunidad de oro apareció, todo salía tan y como ella lo esperaba, solo ella y Marco caminando hacia la parte alejada de la escuela con el pretexto de buscar algo bajo órdenes del director.-
¿Estás segura de que te dijo que era en esa parte de la escuela? nadie suele venir aqui, ni siquiera él. -Comentó el latino algo confundido, ¿Por qué el director dejaría algo ahí, se supone que eso estaba abandonado?- Y a todo esto, ¿qué es lo que te pidió buscar?.
-De pronto la chica freno girandose para observar a Marco de manera fija, cruzándose de brazos y dando un chasquido que activo una especie de barrera púrpura.-
Oh nada importante, solo una especie de... ¿Que fue exactamente lo que dijo?, Ah sí. Una varita mágica justo como la que cargas en tú mochila -Habló con confianza, si bien al principio no estaba segura de que ese muchacho fuera el correcto sus sospechas se confirmaron cuando la chica del gorro tumbó la mochila de Marco tirando sus cosas, entre ella la varita.-
N-no se de que estás hablando, la magia ni siquiera existe -Respondió tratando de disimular mostrando una sonrisa un tanto torcida, al parecer Tom había tenido razón durante todo ese tiempo y no eran solo paranoias como él le decía.-
¡No intentes finjir conmigo y entregame ya la varita mágica de la familia real Butterfly! -Ordenó sin cambiar de posición. Para ella Marco no era más que un simple humano, no tendría ni que molestarse en cambiar a su verdadera apariencia para conseguir lo que quería. Con un simple movimiento de su mano logró inmovilizar a Marco y atraer la mochila de este sin darle oportunidad de reaccionar. Una risa como de una niña mimada salió de sus labios al creerse victoriosa.-
-De pronto una sombra apareció por la ventana, que dejaba ver a Tom, quien rápidamente desapareció, aún así Kathy no le tomó importancia a la aparición del otro.-
Prepárate para despediste de este mundo, ya que es totalmente inútil que tu amigo venga, nadie puede ayudarte ahora, ningún humano puede atravesar la barrera que nos rodea -Exclamó con orgullo comenzando a urgar en las pertenencias de Marco hasta encontrar la varita.-
¡Entonces es una suerte que no sea humano! -Gritó Tom al momento que abría la puerta con una patada, mostrando una sonrisa retadora.-