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Captain Kid por KenmaxD

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Notas del capitulo:

Hola buenasss...

Espero hayan tenido un buen fin de semana. Hoy me puse juiciosa y saqué el siguiente cap, la verdad me divertí mucho escribiéndolo.

Pronto voy a viajar pero espero poder escribir allá un poco más, a veces el cambio de ambiente genera inspiración ?)

Muchas gracias por esos lindos comentarios.

Nos leemos abajo¨¨

 

 

Los guardias le tomaron de los brazos y el cabello agresivamente y le sacaron del escenario a rastras. Law maldecía internamente mientras caminaba a tientas por un pasillo que le llevaba hacia la salida. Antes, pasó por la zona donde se encontraban las celdas, y se percató que el habitante de la isla del cielo ya no estaba ahí. Por alguna razón desconocida sintió una opresión en el pecho que le hizo estremecerse. ¿Era así como iba a acabar? ¿Cómo esclavo de algún maldito desquiciado?

Joder, es que ni siquiera tenía algo con que defenderse. En ese momento no tenía alternativa alguna, pues sus esposas tampoco le permitían agarrar un arma de uno de los guardias y someterles, además, en caso de poder hacerlo, el collar explotaría. Simplemente estaba allí, sin poder hacer mucho por el mismo.

Mierda.

Los guardias le llevaron al exterior. El sol ya casi se ocultaba y Law miró el cielo sintiéndose perdido, sin embargo, recuperó las fuerzas al convencerse así mismo que eso no podía acabar así. Apretó los dientes al ver como dos hombres se acercaban. Uno tenía el pelo azul y parecía un zombie, a su lado, y un poco más alto, estaba un hombre rubio con una máscara.

¿Qué ya estamos en Halloween?, pensó, divertido.

-Quítenle eso del cuello—Ordenó el rubio a los guardias—Al capitán no le sirve un médico sin cabeza.

Law sintió como la presión en su cuello por fin dejaba de atormentarle. El collar cayó al suelo y así se relajó un poco más.

-No le quiten las esposas.

-¿Y el dinero?—Preguntó uno de los guardias.

El hombre con el pelo azul extendió un fajo considerablemente grande de billetes.

-Está completo—dijo.

Ignorándolo, los guardias contaron el dinero y soltaron a Law. Finalmente cayó de rodillas, aún con las esposas de kairoseki en sus muñecas y por lo tanto, débil. Miró a sus captores de nuevo, con odio y sonriendo.

-¿No deberían ahorrar ese dinero para comprar mejores disfraces?—Preguntó, burlándose.

El del pelo azul le miró desconcertado.

-Pensamos que no podías hablar.

Law frunció el ceño.

-Así hubiese sido mejor—Agregó el rubio, tocado por el insulto—Si le hablas en ese tono a Kid probablemente no consigas durar más de un día con vida.

-Me importa una mierda—Renegó Law—No tengo interés en colaborar con una partida de…

¿Kid?

-¿Eh?—Ambos piratas le miraron extrañados.

¿Del que hablaban era Eustass Kid?

Ese pirata tenía una recompensa enorme en ese entonces, era uno de los supernovas, la peor generación. Law vio muchas veces su cartel de se busca y también presenció la forma alarmante en que su recompensa crecía. Se rumoraba que era uno de los más despiadados, mataba familias enteras, robaba piratas, pasaba por encima de quien tuviese que pasar para conseguir sus ambiciones. Era por ello, que en ese entonces su recompensa rondaba los 315 millones de berries. Law no era estúpido, estaba seguro de que escapar de ese lunático no sería nada fácil. Por otro lado, era incluso más probable que escapar del Tenryuubito.

Suspiró, temblando.

-Eustass Kid—Susurró, sin ser escuchado.

Killer continuó hablando.

-Nos hacía falta un buen médico en la tripulación, y al que más o menos sabía algo de medicina lo asesinaron hace unos días—Confesó el rubio—Supongo que Kid vio la oportunidad perfecta.

¿Y a mí que mierda me importa? Yo solo quiero largarme de aquí, pensó Law.

-Ustedes no son muy inteligentes—Masculló el moreno—Comprando personas por ahí y dando por hecho que van ayudarles. ¿Quién les asegura que no voy a envenenarles en la primera oportunidad que tenga?

-Esa no fue una decisión mía—Suspiró Killer—El capitán es el único que es capaz de tomar este tipo de decisiones sin pensar y…

-No me cuentes tus problemas—Gruñó Law—Como sea, no pienso subir a ese estúpido barco.

-Eso no lo decides tú.

Viendo que el moreno no pensaba darse por vencido, ambos piratas lo tomaron a la fuerza, y aunque intentó resistirse, fue inútil, pues en menos de diez minutos ya estaban arribando a la playa. Law pudo ver las olas del mar mecerse y entro en pánico, se rehusó a seguir, en un intento desesperado consiguió soltarse, pero un golpe en su espalda le hizo caer al suelo de nuevo.

-Es inútil—Repitió el rubio, con voz ronca—Si te sigues comportando así, no saldrás vivo de aquí.

Law se lo pensó entonces, dos veces más. Es cierto, estaba siendo completamente irracional. Él no era así, pero tampoco quería convivir con esos piratas y perder la oportunidad de ser libre. ¿Es que acaso, él prefería morir en ese momento? ¿Valdría la pena, después de todos sus intentos por sobrevivir en ese ridículo y absurdo mundo?

Suspiró. Tenía que pensar como hasta ese entonces lo había hecho, de forma inteligente, sin dejarse llevar por sus emociones. Era cierto que el haber sido capturado por esos traficantes le había descolocado, pero ello no era razón para que dejara de pensar con la cabeza fría. Sería capaz de escapar si ideaba un plan mejor. Fue por lo que entonces, y dejándose llevar sin resistirse más, Law pensó que lo mejor sería entrar a ese barco y actuar hasta encontrar una oportunidad de escape.

 

-Estarás aquí.

Law pudo ver que el rubio le señalaba una bodega. Sin poder hacer más, bajo las escaleras, con cuidado de no tropezarse, pues estaba oscuro. El dolor era tan fuerte que sentía que ya no podía caminar más, y luego del forcejeo con esos piratas, su cuerpo estaba a punto de colapsar. Law pensó que lo único que podía hacer ahora era echarse en cualquier sitio a descansar, recuperar fuerzas y luego mirar qué sucedía.

-Tenemos demasiado licor aquí y si por algún casual se te ocurre tomarlo sin permiso, yo mismo me encargaré de castigarte—Sentenció el rubio.

-¿Entonces por qué demonios me dejas aquí?—Preguntó el moreno, como si tal cosa, parándose a mitad del camino por las escaleras— ¿Estoy en periodo de prueba o algo así? ¿Si no bebo nada de lo que hay aquí abajo me aceptaran y seremos felices amiguitos por siempre?—Sonrió.

-Deja de hacerte el idiota, y muévete. No hay habitación para ti,  y tampoco mereces una con ese comportamiento.

-Perdón, mamá.

Killer sintió como una vena surgía de su frente. Si ese tipo lo ponía de ese humor a él, no podría imaginarse como pondría a Kid. Lo mejor era evitar que se conocieran, que hablaran, de hecho, el mismo se encargaría de enseñarle al moreno cuál era su lugar para así evitar mayores problemas con el capitán. Viendo como Law cojeaba y se perdía en la oscuridad de la bodega, Killer cerró la puerta y decidió que lo mejor era ir a descansar.

 

El barco ya debería haber zarpado, pensó Law, quien en ese entonces, y a pesar de que iba en contra de la lógica humana, se encontraba encerrado en un lugar oscuro en el mismo barco con los que en ese entonces eran sus enemigos, hasta que pudiera percibir lo contrario. Era recién llegado, por lo cual, y con ayuda de su muy grata actitud de “púdranse todos, malditos piratas”, estaba seguro que los miembros de esa tripulación no se la dejarían para nada fácil.

De eso se percató ya hacía un rato.

Ese barco sin duda era espeluznante, Eustass Kid debía tener un pacto con el mismo satanás, pensó Law, al ver como una calavera decoraba la proa del barco junto con unas alas de murciélago, además, a su alrededor, un montón de dientes puntiagudos. La cubierta estaba pintada de púrpura y el resto del barco pintado de diferentes colores, y con otro montón de decoraciones grotescas propias de un miembro de alguna secta.

Por si el barco no fuera poco, sus tripulantes no tenían las mejores pintas. Todos le miraban de forma amenazante, atentos a recibir una orden para poder matarlo. El rubio, quien se había presentado como Killer, les dio a entender que a partir de ahora, él sería un tripulante más de ese barco. Cuando sus nakamas oyeron eso, estuvieron totalmente en desacuerdo, por lo cual Killer los cayó a todos de un grito y lo llevo a la bodega. A pesar de ello, Law percibía claramente el aura asesina de todos los presentes allí, estaba seguro que esa noche no sería para nada tranquila.

No soy bienvenido aquí, pensó Law, sino tengo cuidado me van a rajar el cuello.

Decidió recostarse sobre la primera superficie que encontrara, acomodando su espalda, sin quererlo, sobre uno de los barriles del que le habían prohibido tomar.

-Nunca había estado tan cansado—Murmuro para sí mismo—Esto es una mierda, estoy totalmente jodido. No tengo oportunidad hasta que no cure mis heridas, y parece que si llego a salir me van a decapitar, entonces…

Law suspiró, si al menos no estuviera tan adolorido podría hacer más que quedarse allí echado. Se sentía jodidamente débil, incapaz de hacer más que escuchar el sonido de su respiración. Comenzaba a hacer frio también, con lo que ahora el ambiente le hacía sentir mucho más adormilado. Sin embargo, no podía darse el lujo de quedarse dormido. Esa noche vendrían a buscarle, se dijo a sí mismo, cerrando momentáneamente los ojos.

Escuchó un ruido y despertó.

Mierda, pensó, estaba concentrado en no dormirme y…

El ruido sonó, aún más fuerte, y sus vellos se erizaron.

Era la puerta.

Law chasqueó la lengua, y como pudo se levantó, intentando echarse para atrás.

-Esto no es bueno, ellos están intentando entrar.

El sonido de la puerta fue entonces mucho más fuerte y esta cedió. Law pudo ver, a pesar de que estaba muy oscuro, y por la luz de la luna que alcanzaba a asomarse, un par de sombras, y los cuchillos que empuñaban no le hicieron ninguna gracia.

-¿Dónde mierda está?—Exclamó uno de los piratas—No puede esconderse, vayan a buscarle abajo.

Law consiguió esconderse tras un barril sin hacer mucho ruido, estaba sudando, temía que consiguieran escuchar su agitada respiración. Era cuestión de tiempo para que dieran con él, no tenía forma de escapar de allí. Los piratas tenían una lámpara, pero esta no conseguía darles mucha luz. Law suspiró aliviado cuando uno de ellos pasó a su lado y no se percató de su presencia. Ellos golpeaban los barriles, y estos caían el suelo. Por cada barril que caía Law sentía que le iba a dar un infarto.

-¿Cómo pueden ser tan inútiles para no encontrarle en un cuarto tan pequeño? ¡Yo buscaré!—Exclamó el pirata que antes había abierto la puerta. Bajó las escaleras con una lámpara también y se puso en su búsqueda.

Law, a pesar de haberse escondido de forma estratégica en una esquina, presentía que pronto le iban a acorralar.

Mierda, pensó, ya están demasiado cerca.

-¡¡Oye maldito estúpido, tiraste todo el vino!!

Aquel grito sorprendió al moreno a tal punto que saltó en su sitio. Sumido en sus pensamientos, no se había dado cuenta de que ya un montón de barriles yacían sobre el suelo y no conseguía esconder sus piernas apropiadamente.

-¡¡Dijiste que buscáramos!!

-¿¡Ahora que mierda vamos a tomar!? ¡¡El saque que hace Philp sabe a orines!!

Los piratas comenzaron a golpearse entre ellos. Law no podía creerlo y se entretuvo un rato, pero entonces.

-¿Quién hace tanto ruido?

Los piratas dejaron caer sus lámparas al piso y subieron las escaleras, echando a correr, tratando de huir del rubio quien en ese momento se acercaba a la bodega.

-¡Oigan, malditos, vuelvan acá!

Law soltó un profundo suspiro, relajándose y recuperando el aliento.

Por poco.

Esa voz era de Killer, pensó, era la primera vez que le alegraba escuchar la voz de alguien.

-¡Les dije que no se metieran con el! ¡Si llegan a hacerle algo, se las van a ver con Kid! ¿Eso es lo que quieren?—Gritaron arriba.

Law salió de su escondite e intentó subir las escaleras, para cerrar la puerta. Cuando por fin pudo hacerlo se sentó en el último escalón y jadeante, recostó su cabeza sobre la puerta.

-Por poco…

 

El moreno no alcanzó a abrir los ojos cuando sintió como era empujado violentamente. Rodó por las escaleras y cayó al piso de la bodega. Adolorido, y aún adormilado, sintió el olor de la comida. Law escuchó como su estómago gruñó. Necesitaba comer. Intentó incorporarse, pero se sentía mareado.

¿Qué acababa de pasar?

-Ahí está tu desayuno—Dijo una voz—Si la próxima vez vuelves a echarte ahí, te voy a lanzar más lejos.

Law supo quién era al instante. Gruñó al sentir como la luz del sol por la mañana le molestaba en los ojos, apenas notaba lo mucho que le dolía la cabeza.

-¿Sueles ser así de amable con todos los invitados, Killer-ya?—Dijo por fin, sentándose en el suelo—Me gusta que me despierten temprano, pero esto es demasiado…

-¿Ya? ¿Qué demonios es “ya”?—Preguntó el rubio, confundido por el sufijo.

-Una vieja costumbre—Aclaró Law, sintiendo como su estómago se revolvía.

Killer dejó pasar el tema y bajó las escaleras, dejó frente a Law una bandeja de plata con comida. Era un vaso de leche y un pedazo de pan.

-Si no te lo comes, vamos a tener problemas—Advirtió.

Law miró el pan y se sintió asqueado. Lo odiaba. No podía comerse eso. Aparte le habían dado el más viejo y tenía hongos.

-No me gusta el pan—Confesó, despreocupado.

-¿Y? No hay más, tienes que comerlo.

-No quiero—Repitió Law, mirándole fulminante.

-Si no te lo tragas…

-¿Qué? ¿Vas a matarme?—Preguntó, sonriendo típicamente—Gastaron demasiado dinero por mi…eso sería una acción demasiado estúpida, Killer-ya.

-Simplemente tengo que golpearte y hacer que te lo tragues—Sentenció el rubio.

Law chasqueo la lengua y volvió a mirar la bandeja. Bueno, la leche podría tomarla. Era eso o desayunarse unos buenos golpes.

-Solo tomaré leche.

Agarró el vaso y se lo llevo a la boca, bebiendo de un sorbo su contenido, luego, lo dejó, mirando de nuevo a Killer, o más bien, a su máscara.

-¿Feliz?

-Perfecto.

Killer recogió la bandeja del piso y se llevó el pan a la boca.

-Tengo la amabilidad de traerte de comer y resulta que te quejas—Dijo, fingiendo una voz de enojo—Kid se va a cabrear cuando te conozca.

-No hay nada que pueda hacer—Respondió Law, encogiendo los hombros y conteniendo la risa al darse cuenta que el rubio se estaba comiendo aquel pan dañado—Ni tampoco me interesa agradarle.

-Las personas que hablan así, por lo general terminan muertas.

-¿Es eso una amenaza, Killer-ya?—Preguntó el moreno, fingiendo cara de preocupación.

El rubio comenzó a cabrearse de nuevo.

-Considéralo una amenaza indirecta. Realmente quien te mataría, sería Kid.

-Ohm…ahora dime, ¿si le van bien los hongos?

-¿Qué?—Killer miró a Law, confundido, y luego se dio cuenta a lo que se refería—¡¡Mierda!! Estos inútiles…

Y el pobre pan salió a volar.

-¿Y así querías que me comiera eso?—Preguntó el moreno, con un tono fingido de sufrimiento—Que poco tacto tienes…

-Grrr

-¿Qué cojones pasa?

Fue la primera vez que Law la escuchó. Era una voz ronca, peligrosa. Su piel se erizó al instante y sus manos comenzaron a temblar, y sin embargo, sonrió al verlo. Su pelo era rojo, brillante, su piel blanca y tenía los labios pintados, sus ojos color ámbar. Tenía una presencia increíblemente abrumadora. Law sintió el peligro recorrer cada espacio de su cuerpo en el momento que le vio. El capitán le devolvía una mirada amenazante, dispuesto a descuartizarle si tan solo se dignaba a respirar sin que él se lo permitiera.

-Sal—Le ordenó Kid, seco.

-Estoy ocupado.

-¿Qué?

La satisfacción de Law fue mayor al ver como Kid enarcaba una ceja y una vena palpitante le surgía de la frente, pero no pudo evitar sentir un escalofrío recorrerle la espalda.

-Sal de una puta vez, ¿qué no estás escuchando?

-Tengo hambre—Se quejó Law—Y un vaso de leche no es suficiente.

Killer se encontraba estupefacto. ¿Pero en qué situación creía que se encontraba ese tipo? ¿Cómo tenía los huevos de hablarle así a Kid? Hasta él ya se habría cagado, pues la cara de su capitán era una fiesta.

-Es una puta orden. Yo te compré. Eres mi zorra, ¿o es que se te olvida?

Law envió una mirada llena de desprecio a Kid. Estuvo a punto de decir algo, pero el pelirrojo, cabreado, bajo las escaleras y le tomo del pelo, arrastrándole y obligándole a subir, Law no pudo hacer más que quejarse, pues aún no se sentía en condiciones de moverse.

Kid finalmente le saco de allí y le lanzó sobre la cubierta del barco, sin delicadeza y luego le pateó la cara. Law sintió como de inmediato sus labios se partían y sangre comenzaba a brotar de ellos. El dolor fue insoportable.

Todos estaban presenciando la escena, y los tripulantes sonreían con satisfacción al ver a Law en aquel estado deprimente. El moreno jamás se había sentido humillado de tal forma en su vida, y estaba seguro de que aquello no acabaría ahí. Fue entonces que, limpiándose la sangre, se puso de pie como pudo y encaró a Kid, haciendo que este se echara para atrás, confundido.

-Para ser tu zorra, esperaba que me trataras con más cariño, Eustass-ya—Le dijo, sonriendo.

-¿Q-qué demon…?

Y ahí fue cuando Kid definitivamente estalló.

 

Continuará…

Notas finales:

Ëspero les haya gustado.

Dejen sus comentarios, los esperaré con ansias <3

Muy buenos deseitos para lo que resta de esta semana :3

Los leo luego!

 


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