II
Entre más observaba el presente trastocado y cambiante, más se sorprendía en la veracidad de las palabras de Hermione que rezaban en su mente. El tiempo no era algo que se podía sobrescribir tal cual una línea recta, entre más vivía en el pasado, algunas de las cosas variaban de lo que sucedió la primera vez que lo vivió en cosas sutiles hasta otras a un caótico giro de 180°, empero, otras se mantenían invariables, perpetuas y tan marcadas que le hacía sentir una especie de deja vú.
Draco seguía siendo el mismo hombre tan maravilloso conversador y encantadoramente cínico, con una especial forma abierta de decir las cosas tal cual las pensaba que seguía sorprendiéndolo pese al tiempo que tenía de conocerlo.
"El único que cambió soy yo" se dijo meditabundo al momento que veía como el rubio emergía de la chimenea apartando los polvos Flu que osaban manchar su traje a la medida. Ya no era ese chico nervioso convertido en todo un manojo de nervios nada más verle, un acomplejado de su inclinación conjugado con su ser "y todo fue gracias a Draco, aunque este parece que nunca lo sabrá"
-Salazar que odio este método de transporte- exclamó haciendo un florete con su varita para quitarse el exceso de hollín y se observó en el espejo próximo para asegurarse que hizo un adecuado trabajo.
-Ni siquiera se cual es el que mejor toleras, pareces odiar todos- exclamó aproximándose para saludarle. Su corazón daba brincos en su pecho pues todo iba bien entre ellos. Su amistad prevalecía pero aun mas fuerte que la primera vez, con sutiles toques de camaradería y un peculiar contacto físico que aveces le hacia olvidar que solo eran amigos cercanos" tal vez va demasiado bien que es tan difícil de asimilar"
-Obvio que prefiero viajar en escoba… aunque también tiene sus defectos pues arruina el peinado, no es que tu sepas de eso, claro esta- Harry rodó los ojos ante ese golpe bajo contra su despeinado cabello y negó con la cabeza –además a largos ratos, duele el culo- hizo un mohín dejando su túnica impecable en el perchero -reitero lo dicho, este departamento es tan pequeño que me sofoca-
-Se nota que sabes de eso, del dolor en tu aristocrático trasero y no de los departamentos puesto que ya te he dicho que a mi me gusta mi departamento tal cual esta- el rubio alzó sus manos dando por pospuesta la batalla del departamento y retomó el primer tema.
-Claro que se de dolores de ese tipo, aquello es muy curioso, pero ni creas que te contaré esa historia... claro, amenos que insistas- Harry solo pudo reír. Conociendo a Draco esa era una clara provocación para dos cosas: una) hacerlo sentir celoso por esa insinuación y dos) provocarle curiosidad para hacerle indagar más en el asunto. "No va a pasar" se dijo negando con la cabeza. con una vez le bastó para una gráfica descripción de sus antiguos amantes para querer volver a tocar el tema.
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Recargando la cabeza en el hombro de Harry, tanteó terreno para hacer su siguiente análisis sobre lo que sucedería a continuación. Sintiendo el brazo del moreno rodear su hombro sin despegar su mirada del televisor, no pudo evitar sonreír con suficiencia. Era un gesto inconsciente que solía hacer y que las pocas veces que lo notaba, el moreno se avergonzaba rotundamente y el rubor en sus mejillas no lo dejaba por las siguientes dos horas.
"Es raro el tío" fue su primer pensamiento cuando lo volvió a ver en ese partido de Quidditch y mucho más tras esa tan bizarra pero fascinante apuesta que solo pudo reafirmar su primer pensamiento. Sí que Harry Potter era todo un caso, pero no por eso era malo. Adoraba su atención enteramente dedicada a él, sus ojos verdes que buscaban ansiosos los suyos y los continuos roces que hacían que su propia piel se estremeciera pero que le hacían aun mas desear que le tocara nuevamente para pescar su abochornada expresión.
Era divertido estar a su lado, tanto que cuando lo notó ya se había colado bajo su piel y tenía su constante compañía los siete días de la semana sin cansarse ni un solo minuto de ella, si no todo lo contrario; la buscaba ansioso. "Pero cabe decir que yo hice mi parte por esta amistad…" se dijo recordando cómo tan abiertamente le dio su amistad pese a los años de riña pueril, su mano rechazada de buenas a primeras junto con las pesadas miradas asesinas que llegaron a lanzarse y lo dejó entrar sin más, tanto a su rutina como a su vida. ¿Se arrepentía? Como el demonio que no.
Convivir con Weasley y Granger no estaba en sus planes cuando pensó en tener la amistad de Harry, sin embargo con reserva aceptó que esos dos estaban dentro del paquete amigos plus y no podía rechazarlo sin lastimar a cierto Gryffindor el cual, para colmo de males, parecía afectarle irremediablemente por aquellos ojos incapaces de ocultar su tristeza. "Me estoy suavizando…" suspiró ante de notar la alegre sonrisa que bailaba en los labios del moreno.
-Eres encantador- fue lo que le dijo tomando su mano con familiaridad. Draco arqueó la ceja con suficiencia.
-Eso es obvio Potter, creí que ya lo sabias- Harry negó con la cabeza sin dejar de sonreír y el rubio notando la calidez en su mano, no dudó en buscar un poco más de ella correspondiéndole entrelazando sus dedos. "Pero esta me la pagas" sonrió maliciosamente pensando regresarle el favor que le hizo de ensamblar en su vida a ese par.
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Harry recordaba lo que pasó la primera vez que le preguntó a Draco si quería acompañarlo a una fiesta con sus amigos y lo enfurruñado que se puso después.
"Prefiero salir con el calmar gigante y llevarle rosas, que verme tan urgido de congeniar con Granger y el pecoso ese… ya ni hablar con toda esa turba de Gryffindor que preferirían lincharme vivo que corresponder un perfecto salud cordial" Harry esa vez derrotado, prefirió no insistir. Sin embargo esta vez quería intentar hacerlo diferente e insistió.
Comprendía a Draco, pero eso no quería decir que aceptara su amistad superficial con sus demás amigos y algo un poco más cercano con Hermione y Ron a vuelta de rueda, con mucho trabajo de por medio.
-Por Merlín que no dejas de molestar Harry- suspiró exasperado despeinando con sus dedos sus sedosos cabellos – ¡Esta bien! Iré solamente por tu insistencia, no porque yo quisiera ir ¿entendido? Generalmente un Malfoy se da a desear y no busca con desesperación la amistad de nadie; ellos tienen que venir, no a la inversa, pero por ti haré una excepción a la regla-
-Y por ello te estoy enteramente agradecido, te aseguro que no te aburrías. Será divertido- Harry tuvo que contenerse de besar su respingada nariz como en los viejos tiempos y se enfocó en motivarlo.
-Sí, sí. Lo que tú digas. Pero te advierto que si se meten conmigo yo responderé de la peor manera posible y no estoy bromeando-
-Ya lo creo que si- contestó. Era obvio que estaba siendo precavido y por tanto le agradecía enteramente; solo esperaba que sus amigos no fueran muy oscos pues les saldría caro meterse con su Draco en guardia.
-¿Y cómo me lo pagarás? Porque debes de saber que no soy barato y esto más que un favor es una transacción. Si quieres algo, necesitas darme algo a cambio- Harry aguantó una risilla que amenazaba con salir de su boca. Eso no lo esperó, pero si se ponía a pensar detenidamente, era obvio que Draco siendo Draco, hiciera eso para sobrellevar una experiencia desconocida donde tantas cosas podían salir mal.
-Te invitaré al cine por las molestias causadas- lo bueno de haber estado casado con ese rubio en especial es que conocía de que pie cojea y esa propuesta fue recibida con su absoluta atención. Los ojos grises brillaron codiciosos.
-Te escucho-
-Y…te llevaré a cenar, claro que pagaré por todo lo que quieras pedir- Draco pareció meditarlo concienzudamente y entrecerrando los ojos le miró de arriba abajo.
-Parece un trato justo señor Potter-
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Dirigiéndose a su destino, Harry se desabotonaba el abrigo que Draco muy alegremente escogió para él. Según él era mucho mejor que el trapo viejo que pensaba ponerse. Claro que intentó defender su ropa con un "los clásicos nunca mueren", pese a saber que era una batalla perdida contra el siempre conocedor de moda Draco Malfoy, el cual, por obvias razones, no se tomó con gracia su argumento y en cuanto pudo se deshizo de toda la ropa que aseguraba estorbaba en su closet (siendo claros, la mayoría).
-Deja de quejarte Harry, te ves bien, incluso pudo decir que si vistieras así a diario, podrías agradarme-
-Ja- soltó Harry rodando los ojos –y si sigo escuchando eso, creo que mi estima por ti comenzará a disminuir-
-Tonterías, ambos sabemos que no puedes vivir si mi- la intención con la que lo dijo fue de lo más inocente, lanzada sin traza de maldad, pero que era tan veraz que solo le restó asentir con la cabeza. Absolutamente no podía vivir sin él aunque este no lo supiera.
-Bueno, como sea- dijo con ello dando el tema por zanjado -explica ¿porque es una despedida de solteros? Digo ¿no tu amiga se casa en seis meses? ¿No es un poco pronto?-
-En cinco, pero decidieron adelantar la boda junto con la despedida de solteros para aprovechar el tiempo viajando. Incluso planean que el primer ensayo de la boda sea la boda real sin que lo sepan los padres de ambos-
-Cuanta desesperación- dijo torciendo el gesto –a mí se me hace que está muy embarazada, por eso la prisa-
-No es eso, simplemente que Ginny ya fue nombrada capitana y quiere empezar con todo la temporada de invierno, ni hablar de Dean que le ofrecieron un muy buen empleo en el Ministerio-
-Aja- contestó como si no le creyera y solo le estuviera dando por su lado.
-Oye. Cuando encuentras al amor de tu vida lo único que piensas es que harías lo que fuera para estar con esa otra persona y que el vivieron felices pasa siempre llegue lo más pronto posible-
-Que cursi- Harry con las mejillas enrojecidas le lanzó una mirada desaprobatoria -pero tienes razón- asintió -aunque seguro esta operación en secreto romperá el corazón de mamá Weasley-
-No tienes ni idea- aún recordaba el reproche del siglo que les dio Molly Weasley a los tres cuando se enteró del gran fraude de la boda; pero como Dean y Ginny estaban muy lejos en su luna de miel para regañarlos, a ellos les todo la peor parte.
El salón de fiesta estaba tal cual lo recordaba. Las luces cegadoras y los estridentes colores de las paredes, los barullos de risotadas siendo apagadas por la fuerte música electrónica eran exactamente iguales a la vez anterior.
La primera vez que vivió ese día no se quedó mucho tiempo, pues Draco no estuvo de humor en lo que siguió de la semana por preferir a sus amigos que a él (obviamente que se lo compensó con una tarta de arándanos, una muy costosa comida italiana y un masaje para sus nervios, pero eso solo sirvió para apaciguar su molestia que amenazaba con continuar hasta el siguiente mes). Por tanto, llegar a ese lugar a su lado lo estaba poniéndolo nervioso.
¿Cómo reaccionaría su dragón? Draco solía ser un encanto la mayor parte del tiempo cuando se lo proponía, pero no siempre era el caso; mucho más se presenciaba el cambio cuando se trataba de alguien que le caía mal.
¿Qué tanto afectaría la presencia de Draco? Eso lo intrigaba pero esperaba lo mejor.
El silencio se hizo presente mirándole interrogantes en cuanto llegaron y estuvo seguro que no tardaría el sonido de grillos en acrecentar, solo Hermione junto con Ron se les acercaron con amplias sonrisas y saludos de lo más naturales.
-Pensé que no ibas a venir, Harry- ladeó la cabeza Hermione antes de darle un abrazo a Draco –no sabes cuánto me alegra que también hayas venido a pesar de no haber confirmado-
-¿Y perderme una fiesta como esta, Granger? Por nada del mundo- Harry puso los ojos en blanco. Como si hacía cinco minutos no hubiese hecho berrinche por obligarle a ir. "Pero al menos es todo deleite y eso jugará a su favor".
-Hola, sexy- Ginny quien tan arrojada como nadie, se aproximó a descubrir por su cuenta de que iba la cosa. Le dio un sonoro beso en su mejilla a Harry antes de inspeccionar con la mirada a su acompañante, el causante de todas las habladurías y de que nadie estuviera bailando -¿Así que Draco Malfoy, eh?-
-El que viste y calza-
-¿Tú eres el causante de esto?- señaló a Harry de pies a cabeza y Draco jactancioso asintió –me gusta lo que veo-
-¿Quién más? Era un desastre hasta que me conoció por segunda vez- Harry se ofuscó con sus mejillas sonrojadas -¿que te puedo decir? causo esa impesion hasta en alguien con cero gusto de la moda como aquí el caballero-
-¡Oigan!- exclamó avergonzado, pero nadie le hizo caso pues esos dos siguieron hablando.
-Hiciste un gran trabajo, mucho más de lo que yo logré hacer en dos años. Casi me dan ganas de comérmelo-
-Pues lastima primor, que este caramelo lo botaste hace tiempo y por si fuera poco, te casas en cinco meses, lastima-
-¡Dejen de hablar como si fuera una cosa o como si no estuviera aquí!- Ginny amplió su sonrisa dándose por bien servida y haciéndole una seña con la cabeza a su prometido, todas las demás personas comenzaron a acercarse.
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Cuanto agradecía que la fiesta hubiese empezado antes y que estuviesen algo alcoholizados los presentes, así la digestión de la presencia de Draco fue disminuida hasta atenuarse a sombras por su labia sin par y desbordante encanto en temas tan interesantes como superficiales que tuvo a cuantos quiso en la palma de su mano en cuestión de minutos. Bailó un rato con los invitados de honor y otro tanto con Hermione antes de pedírselo a Harry. Su cuerpo era tal como lo recordaba y la sincronía a la que lo sometía era la chispa que le hacía querer seguir bailando como si sus pies no fueran ni un poco torpes o sus brazos inseguros supieran lo que tenían que hacer.
-El pequeño oxigenado sí que tiene mucha energía y sabe moverse- exclamó a su lado una voz conocida.
-Hola George- saludó sonriendo. Sus propios ojos no dejaron de seguir a Draco por toda la pista y le alegraba enteramente lo bien que se la estaba pasando pese a sus "peros" sobre esa tarde. Ni siquiera él mismo había podido seguirle el paso y en esa esquina estaba refrescándose con un cóctel recobrando energías para volver a la pista a lado de Draco que le hacia gestos con las manos de que lo acompañara. ¿Quien podía decirle que no?
-Ya tiene tiempo que no te das una vuelta por sortilegios Weasley ¿eh? Estas rompiendo mi corazón- fingió que le dolía el pecho antes de sacar la lengua al no conmover el moreno.
-No he tenido tiempo, lo siento George-
-Te perdono esta vez, pero debes de darte una vuelta para que veas nuestras nuevas mercancías, oh gran inversionista- le guiñó el ojo y Harry asinitió –tenemos de todo un poco, desde nuestros clásicos surtidos salta clases, extra mejorados, a artículos de broma con electrochoques y rebotadores que te garantizan hasta cincuenta metros, incluso la sección de protección se ha ampliado, ya sabes los hechizos clasicos- una idea hizo clic en el cerebro de Harry emocionándolo con antelación que hasta George le sorprendió el súbito cambio.
-¡Creí que ya no hacían de esos!-
-Como no, con la inseguridad de hoy en día, pero dudo que alguien de tu calibre necesite algo así ¿o sí?-
-De hecho ahora que lo mencionas- regresó a ver a Draco que bailaba muy pegado a Ginny riendo de lo lindo y se decidió por una medida extra para asegurar su bienestar y que no se repitiera aquello que intentaba prevenir –quisiera pedirte algo especial- apareció un brillo especial en los ojos del pelirrojo que se acercó más a el como si fuera un secreto de estado.
-¿Que tienes en mente?-
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Una de las mejores noches de su vida fue aquella. No solo fue un éxito la incursión de Draco a su círculo de amigos, si no que fue bien recibido y no esperaba menos. "seguramente entra en mi top 10 de momentos memorables y mas preciados" se dijo jubiloso aunque un poco cansado de tanto bailar. La luna llena brillaba en el cielo despejado y Draco lucia feliz, aunque tal vez podría ser por los whiskys que se tomó, no estaba seguro.
Estaban lo suficientemente ebrios para no arriesgarse a aparecerse, pero lo suficientemente lucidos para saber con exactitud donde vivían.
Sin prisa llegaron a la entrada del lujoso loft de Draco, al cual en más de siete ocasiones fue invitado a entrar y aun seguía impactándole por la cantidad de cosas que tenia y a las que poseía acceso. "La vida de los ricos es tan diferente" se dijo inhalando profundamente el frío ambiente entremezclado con la deliciosa colonia que era la piel de Draco y su perfume.
Se quedaron viendo largos instantes donde ninguno de los dos decía nada, pero ni falta hacia. Era tan reconfortante tenerlo ahí de pie, con su inmaculada sonrisa sincera, sus ojos de plata liquida mas brillantes que la luna sobre sus cabezas y su cabello rubio tan claro que cosquilleaba su delgado cuello insitandole a tocarlo en la onda que formaban sus puntas.
-Bueno, creo que aquí es donde nos separamos- murmuró avergonzado por el impuso eléctrico que recorría su piel moviendolo por inercia contra su raciocinio por puro instinto; de regreso a su templo que era Draco. No quería hacer una estupidez y echar todo a perder. Tenía que ser paciente.
Pensó que estaba dandole su espacio, pero no contó con lo que pasaba por la mente del ojigris que era muy distinto. La sonrisa del rubio se desvaneció por arte de magia y una voz incrédula le siguió.
-¿Eso es todo?- Draco lo detuvo por el brazo haciéndole casi tropezar con él. Se veía furioso y un par de grados más sobrio; no muchos pues aun seguía sonrojado por el alcohol y un tanto inestable.
-¿De qué?- peguntó parpadeando dos veces.
-Que no sé qué es lo que estas esperando para besarme ¿o ya perdiste el interés Potter?- se cruzó de brazos e hizo un puchero.
-¿A qué te refieres? Yo no...-
-Me refiero a que todo ha estado muy bonito y divertido como congeniamos y que seamos tan cercanos, incluso me dije: "creo que estoy dispuesto a darle una oportunidad para ver qué tan en serio va conmigo" pero con el nulo avance que haces, comienzo a perder la paciencia-
-No quiero presionarte Draco, te aprecio mucho, eres el chico mas maravilloso que he conocido en mi vida, no tienes ni la menor idea…-
-Ahórrate tus cursos de moralidad y caballerosidad para alguien que le importe, Harry. Creo que ya me exhibí lo suficiente y me siento como un tonto…- dijo desviando la mirada –gracias por la fiesta y todo lo demás, supongo-
No se suponía que fuera así, ni de esa forma ni tan aprisa. Pero sus labios ardían por Draco que le supo a gloria fortuita el volver a probarlos de esa manera tan arrojada e impávida tal cual se sentía. Agradecía haber avanzado más y estar un escalón arriba para no tener que ponerse de puntillas, para con ello poder acunar su rostro con ese candor de antaño, demostrándole en ese beso todo su amor inextinguible.
-Te amo más de lo que piensas o puedes llegar a pensar Draco… incluso más que mi propia vida que desde hace mucho te pertenece- recargó su frente contra la suya acariciando con sus nudillos la fresca piel enfriada por el viento nocturno –era verdad cuando decía que no quería apresurarte ni menos presionarte a que me ames… quería darnos tiempo de convivencia, que me conocieras más de lo que me conoces ahora, que tuviéramos un trayecto más largo del que tenemos y que no solo te atrajera con sentimientos tibios como un método de pasar el rato. No es lo que yo deseo-
-¿Acaso no puedo hacerme una idea de mi sentir en poco tiempo? No importa que solo hayan sido siete meses que hemos convivido, da lo mismo que fueran siete días o siete años. Se juzgar a la gente, mi criterio no es perfecto, pero la mayoría de las veces acierto y puedo decir que: quiero estar contigo ¿tan difícil te es comprenderlo, cabeza de kelp?-
-Si es difícil de creerlo, pero me arriesgaré a aceptarlo como un hecho-
-¿Crees que a cualquiera le dejaría parte de mi valioso tiempo, solo porque si? ¿O incluso que compartiría la intimidad de mi casa conectando mi red Flu si pensara en ti como algo tibio?- arqueó una ceja con ironía -me gustas mucho más de lo que debería, idiota- dijo antes de volver a unir sus labios con los suyos en ese aguerrido y tan inflamable ardor que pensó no volvería a degustar. Si había cosas que desconocía de Draco, esa era una de ellas y no podía estar más agradecido con la vida de poder volver a tener aquello.