Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Hanami [YuTae] [NCT] por Kuromitsu

[Reviews - 2]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

—Cocinas mejor que nadie…

Yuta, sintiendo cómo sus papilas gustativas eran invadidas por el perfecto equilibrio de sabores contenidos en el bol de ramen que tenía el placer de comer, le sonrió al habilidoso chef que estaba sentado al frente suyo.

Ver a TaeYong nervioso ante el cumplido que acababa de decirle no hizo más que aumentar su felicidad al doble.

—Es imposible que esté tan bueno, si es mi primera vez cocinando ramen —le escuchó decir, desviando la vista. Incluso así notó la coloración rojiza de sus mejillas—. Pero gracias…

—Es el mejor regalo de cumplemes que podrías haberme hecho —indicó con una sonrisa—. Han sido unos lindos cinco meses a tu lado.

Como un suspiro, los días junto a TaeYong se fueron tan rápido que ni siquiera fue capaz de percibir el momento exacto en que los cinco meses se cumplieron. En sí, fue una suma de eventos —besos en el parque a medianoche, compras semanales para abastecer la alacena, citas esporádicas en el cine o en locales de comida rápida, e innumerables caminatas nocturnas tomados de la mano— lo que logró registrar en sus recuerdos. Pero de todo ello, lo realmente importante era el hecho de que TaeYong cada vez salía menos y menos a “trabajar”.    

Y que para mejor, el día anterior le había visto con el periódico del día en una mano, un marcador color rojo en la otra, pasando lentamente la mirada por la sección de ofertas laborales.   

—Yuta, ¿podemos hablar de algo importante?

Dejó de sorber los fideos y le quedó mirando con curiosidad. La cabellera azabache fue lo único que pudo visualizar de su novio por unos instantes, porque su cabeza gacha casi rozó la mesa en la que estaban comiendo. Vio cómo sus pulgares jugaban entre sí, y un largo resoplido se dejó oír antes de que sus palabras cortaran el silencio.

—Sé que es mucho pedir, pero… ¿podrías ayudarme mientras busco otra ocupación?

Parpadeó, mientras TaeYong levantaba la cabeza y le miraba directamente a los ojos.

—Pienso pagarte todo apenas encuentre empleo. No puedo… no puedo disponer de mis ahorros mientras esté en esta etapa, por eso es que te pido esto incluso si no quería arrastrarte a mis líos económicos. Y entenderé si no quieres, descuida…

—¿Eso quiere decir que dejarás de…? —TaeYong asintió antes de poder asentir, y una sensación de alivio le invadió desde la punta de los pies hasta la cabeza, en un escalofrío de pura satisfacción—. ¿Por qué?

—Por ti. Porque no es justo que estés conmigo en esta situación, que debas aguantarlo sin más. Y porque… estoy harto de esa vida, Yuta. No puedo más.

No fueron sino las últimas de sus palabras lo que hizo que se levantara del asiento y le rodeara con los brazos, abrazándole con cariño. Las uñas de TaeYong se enterraron unos momentos en su espalda, y cuando dejó de hacerlo le separó lo suficiente como para levantarle la barbilla y estar a la altura justa, donde podía mirarle a los ojos.

—Te ayudaré, amor. Confía en mí. Saldremos de esto.

Esa noche, no fueron necesarias las palabras para expresar el amor que se tenían. Yuta hizo mero uso de sus labios y dedos para demostrarle a TaeYong que no le dejaría solo, sin importar nada: ni siquiera el hecho de que los rumores de despidos circularan en el bar en que trabajaba, o que el pago de la semana fuese más escaso que nunca por la falta de público, o que prácticamente hubiera invertido todos sus fondos en un viaje sorpresa de fin de semana para los dos a Tokio.

De todas formas, encontraría la manera de hacer suficiente dinero para que su novio no tuviera que preocuparse por nada más que por alejarse del submundo en que estaba envuelto.   

Sin perder el contacto visual en ningún momento, y después de pasar largos minutos perdido entre los adictivos labios de su novio y en el juego previo de la dilatación mediante sus dedos imbuidos en lubricante, se abrió paso en su interior con ayuda de un poco más de esa sustancia. TaeYong no se quejó, y fueron sus mismas caderas las que le empujaron a continuar, a ritmo suave, lento, que se sintió como una verdadera delicia mientras percibía su miembro siendo envuelto por sus estrechas paredes. Alargó el clímax al detenerse solo para besar su cabellera, su frente sudorosa y sobre todo sus labios, a los que escuchó maldecir y gemir en más de una oportunidad, con una voz que constituía uno de las tantas razones por las que le fascinaba hacerle el amor. Entre ellas caía también la forma en que su cuerpo reaccionaba cada vez que le embestía, al arquear automáticamente la espalda cuando lograba alcanzar su próstata.

Ese cuerpo hermoso como ninguno que, tal como pudo notar gracias a la tenue luminosidad del cuarto, ya no lucía marcas ajenas en su superficie. Ver aquello fue suficiente para dejar salir lo que llevaba guardando en su corazón desde hace un tiempo, siempre quedándose en la punta de la lengua, demasiado asustado como para pronunciarlas.

Un par de simples y poderosas palabras.

Te amo.

TaeYong entonces abrió sus ojos y una sonrisa surgió en sus cansados labios, los que a pesar de ello otra vez buscaron un beso al que sació felizmente. Los gemidos aumentaron en intensidad, lo que le obligó a subir el ritmo de sus estocadas, y no bastó mucho para que ambos llegaran al tan ansiado orgasmo.

Al salir de su interior y acostarse a su lado, atrayéndole hacia sí para estrecharlo entre los brazos, Yuta supo con exactitud cuál era la razón tras la sensación tan maravillosa que le siguió al placer: fue la certeza de saber que esta vez no se marcharía más tarde, como siempre hacía.

Ni hoy, ni mañana, ni nunca más.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).