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Promesa de vida, rota en una noche. (YuriOnIce) por Roronoa D Hinata

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Notas del capitulo:

Pues aquí estoy denuevo. 

Les recuerdo que pueden leerlo en Wattpad si gustan.

https://www.wattpad.com/413922988-promesa-de-vida-rota-en-una-noche-pr%C3%B3logo

 

(Viktor)

Estaba cansado de esta rutina. Yuuri me despertaba, tomaba un baño, me vestía, desayunaba, iba a una aburrida junta, luego a otra, a otra... Hablaba con mi padre... Le sonreía a gente, fingiendo que estaban menos podridos que yo... Llegaba a casa, comía, revisaba los documentos, algunos días llegaban las personas con las que pasaría la noche... Fingía divertirme y me volvía a dormir...

Todo siempre era igual, pero encontré una forma de entretenerme por lo menos a ratos. Adoraba ver Yuuri enojarse. Era el único que lo hacía enojar y era el único con el que Yuuri era atento y frío a la vez.

El era conocido por tratar a las personas con amabilidad y ser una persona muy respetuosa. 

Conmigo el no era así. Bueno, la primera parte si.

Cada día que me despertaba, siempre me gustaba iniciar el día haciendo recelar a Yuuri, haciendo preocupar a Yuuri y siendo el centro de su atención. Conforme crecí, el fue la única persona que se preocupaba por como me sentía, ni mi padre, ni Mila, ni nadie más notaba mi estado de animo como Yuuri lo hacía.

Poco a poco me empecé a fijar más y más en él. Hasta que me di cuenta que no solo yo me interesé... Mi alfa empezaba a notarlo con él tiempo.

Veía chicas todas las noche, pero siempre me imaginaba como sería estar con Yuuri, el era diferente conmigo, me trataba diferente... ¿Quizá era especial para él o solo lo era para mi?

Cuando mi padre anunció mi boda, tenía esperanzas en que hiciese algún comentario. Que me dijera que esta mal o que estaba feliz por mi... Algo... Pero solo me dijo "Déjalo en mis manos" Ese era el Yuuri que todos conocían... Pero, no el que yo conocía.

Esperaba que alguien preguntará como me sentía yo con ello. Nadie lo hizo. Entonces decidí que solo sonreiría ante la idea ¿Era solo para aparentar no?... Solo tenía que firmar un papel.

Estaba tranquilo por fuera, por dentro... No era así. En mi había una... ¿Laguna? 

Diría que un océano de emociones que se desbordo cuando mi padre me dijo que esto significaba cambios grandes en mi vida. De verdad, todo se volvió un caos. Sabía que mi padre detestaba la idea de que un omega me acompañará, pero era una de las últimas peticiones de mi madre... Por ello respeto su decisión. Me lo advirtió conforme crecí.

"Algún día tendrás que dejarlo ir"

Yo no quería dejarlo ir.

Tenía que cumplir con ambos, mi padre quería que me hiciera cargo de la empresa y mi madre quería que estuviera con Yuuri como mi compañía... Quería complacerlos a ambos... Pero esta maldita sociedad no me lo permitía. Yuuri era como mi madre; fuerte, amable, maravilloso. Yo realmente lo admiraba.

Mayordomo, secretario, profesor, amigo y, con todo lo que implicaba... Omega, a veces me preguntaba como llegaba a hacer tantas tareas. Sin tomar en cuenta que cuidaba de mi, cumplía mis caprichos y cuidaba del jardín de mi madre como si de un tesoro se tratase.

Traté de convencerlo de contratar a alguien más que hiciera algunos de sus trabajos, pero se negó. 

Siempre fue muy terco.

Era respetado por las demás familias por su responsabilidad, respeto y destreza al realizar sus tareas. Yuuri era el pilar de la familia Nikiforov.

Me gustaba observarlo de vez en cuando. A pesar de ser una persona simple y que parece bastante normal, alguien que pasaría desapercibido, sin una personalidad extravagante... 

Mis ojos solo podían verlo a él, buscaba cada rastro de él. 

Lo admiraba como nadie.

Adoraba ver sus  caras, sus gestos, sus manías, cuando se desesperaba. Por que fuera de ese caparazón, había un chico de mentalidad débil, bastante tierno y agradable, una persona muy compleja para mi y una persona que me había dado más de lo que podía pedir. Yo no tenía derecho a reclamarle nada.

Ésta misma mañana, me reuniría con mi padre. Hablaríamos de las condiciones para heredar su empresa, me tendría que casar y tener un heredero. Mi padre tenía esperanzas de que mi futura esposa me diese un alfa, cuando menos un beta, después de todo eramos una familia de prestigió.

Mis celos siempre fueron los más problemáticos de la familia. Era supervisados por Yuuri. Al no tener una pareja, siempre estaba con diferentes personas. Pero... Estos días... No me sentía satisfecho con ninguna de ellas.

Y algo en mi estaba incómodo con la idea. No deseaba un hijo en esté momento, al menos no de Camille, no era alguien muy agradable, era caprichosa y sumamente conformista, estaba de acuerdo con todo, solo con tal de llevar el prestigio de la clase alta. 

Su padre era un alfa y su madre una beta. No es como si eso fuese el fin del mundo, pero decía que estaba deseosa de tener un hijo alfa y de buena sangre. Jamás mencionaba a su madre, la conocía gracias a lo que mi padre me contaba.

Me incomodaba su forma de tratar a todos los demás que no fuesen alfas, era un poco desagradable, pero el trato entré mi padre y el suyo, ganó ante la diferencia de ideales. No me relacionaría mucho con ella, pero tenía que tomar en cuenta que sería la madre de mi hijo. Solo esa sería mi preocupación. Estaba seguro de una cosa, cuidaría de ese niño sin importarme lo demás.

Pensaba todo esto mientras me bañaba, terminé al poco tiempo, escuché esos pasos, dirigiéndose a mi cuarto, agarré mi toalla algo ansioso, tome aire y salí.

Yuuri entró al cuarto, las chicas ya se habían ido. Me molestaba un poco bañarme con ellas, solo así me quitaba sus olores. El tomó una toalla y a paso lento se acercó a mi, me dió la sonrisa de todos los días, mi razón de levantarme todas las mañanas.

—Tan torpe como siempre.

Sonreí.

Me senté en la esquina de la cama, sentía el agua fría caer de mi cabello. Esta era una de las ceremonias de todos los días.

— ¿Esa es la forma de hablarle a tu amo y señor?

Solté una risa, yo sabía que a Yuuri al inició no le gustaba llamarme "Viktor", así que lo molestaba de vez en cuando. Cuando estábamos únicamente él y yo nos tratábamos como iguales.

Puse mi toalla en su mano. El sabía que significaba eso, se paró frente a mi. Comencé a sentir sus manos en mi pelo, me gustaba mucho esta parte del día, era como volver a ser un niño pequeño. Veía siempre su traje, justo a la medida, después de que se lo pedí dejo de usar tan constantemente su traje de pingüino y usaba uno más discreto. 

Solo podía lucir así en su cuerpo.

Me gustaba deshacerme de mi presencia dominante con Yuuri, me sentía "yo" estando con él. Podía dejar de ser aquel hijo, socio y amigo perfecto con todos, con el era totalmente yo. 

Terminó de secar mi cabello, tomó un peine delgado de plata, herencia de mi madre. Empezó a cepillar mi pelo. Me daba una paz enorme y despedía un aura sin igual, un aura protectora igual a la de mi madre. 

Me encantaba pasar el tiempo con él.

El momento más relajante del día.

Algo me distrajo, hizo que se me erizará la piel, una corriente me recorrió de la punta de los dedos del pie a la cabeza y algo saltó dentro de mi. Así que le pregunte, quería asegurarme que no era el único que lo podía oler.

— ¿Qué es esto?

Probablemente rompí el ambiente.

— ¿A-a qué te refieres Viktor?

Busqué ese aroma, ese aroma que una parte de mí quería conocer más a fondo. Lo busqué atentamente, estaba en el cuarto... ¿De dónde venía? Tomé en cuestión de segundos su muñeca,

Lo encontré. El olor venía directamente de Yuuri. Acerqué mi nariz a su piel, esa piel lucía tan dulce, era de un tono claro, se veía muy suave al tacto. Ese olor me estaba mareando, tenía una extraña sensación de morder su piel a como diera lugar.

—Así que este es tu olor.

Me mordí los labios sin que el lo notacé. Sólo así pude ahogar esa sensación. En ese instante sentí el tirón de su mano, la retiró de mi poder y de un momento a otro dejó el peine de mi madre sobre la cómoda.

—H-hoy no te podré acompañar, Pichit irá contigo.

Pichit no me desagradaba, pero prefería mil veces a Yuuri a mi lado. 

Ese olor a Jazmín y lluvia me estaba haciendo estragos en la cabeza, sentía un nudo en la garganta que en el interior pedía a gritos olerlo nuevamente ¿Cómo un olor así me podía hacer sentir de esa forma? Mi cuerpo empezaba a arder un poco. Recordé, estaba lidiando con un omega...

—¿Es por tú celo?

Asintió un poco dudoso.

—¿Entonces te tomarás unos días libres?

Odiaba esas fechas, eran sumamente aburridas y tediosas. En esas fechas, recordaba lo miserable y monótona que era mi vida. 

Miró directo a mis ojos, algo en mi empezó a perderse en ellos, en esos ojos café que tanto tiempo había fingido ignorar.

Estaba feliz, procuraba que no se notará, pero creo que no pude... Yuuri no me pediría eso por cualquier cosa, debía ser algo serio si iba a faltar al trabajo.

—Entiendo, entonces te esperó mañana temprano.

Cuando me percaté, Yuuri ya estaba corriendo directo a la puerta, ¿qué necesidad tenía de correr de esa manera?

Era un poco extraño, pero jamás vi que el hiciera algo así. El sólo se comportaba de esa manera cuando estaba mi madre.

Después de la muerte de mi madre vi a todos sufriendo por ella, todos culpaban a alguien más por ello, pero... ¿Había culpables? Era extraño, mi madre solicitó que Yuuri se quedará conmigo, pero mi padre se negó. 

El cambio mucho tras su muerte, sin embargo... El no era una mala persona. Con el tiempo mi padre me permitió estar con Yuuri.

Después de mis primero celos las cosas se complicaron, pues mi padre no quería que estuviera con Yuuri. Pero en esos momentos, yo no era capaz de tocarle un pelo.

Mi padre se volvió a casar, nadie me pregunto nada, solo Yuuri. No estaba triste ni nada, en realidad no me gustaba pensar en ello. Ella siempre decía que había hecho lo que deseaba y que estaba tranquila, buscaba que su muerte no me doliese tanto. 

Me hace falta mi madre todos los días, siempre pienso en ella a pesar de que no lo demuestre, pero aparento ignorarlo. Siempre es más fácil, así evitaba preguntas innecesarias.

 Fui educado por mi madre, quien me enseñaba que todos eramos humanos, desde betas, alfas y omegas. No siempre podía uno tratar a todos igual, en ocasiones, el perjudicado era uno mismo. Aprendí eso a la mala...  

 Un alfa y un omega, ambos varones y de diferentes clases. Todo lo que la sociedad detestaba. Mi madre me contaba siempre esa historia de amores prohibidos. Ahora me voy cuenta que esa historia era la de mis abuelos, pero para mi solo era un cuento de hadas, los admiró mucho por estar juntos, pero... 

Desgraciadamente no siempre podía uno tratar a todos igual, en ocasiones, el perjudicado era uno mismo. Aprendí eso a la mala...

Dejé de observar por la ventana, el tiempo pasaba muy lento en este momento. Sentía que llevaba horas en ese automóvil.

Íbamos en el carro camino a la oficina de mi padre. Pichit me leía mi itinerario y me preguntaba que me gustaría para la cena, en eso se me ocurrió una idea.

—Pichit ¿a ti que te gustaría cenar?

Sólo se quedó mirando... ¿realmente era tan raro que lo dijera? Se quedó pasmado por unos segundos hasta que agité mi mano frente a su cara.

—Ah... Perdón... Mmm... No lo se, no lo había pensado... ¿Qué podrá ser...?

Miraba al techo del coche mientras sujetaba su barbilla, con su tono usual respondió:

-~¡Katsudon!~

-¿Katsu... don?

Me miró y sus ojos se llenaron de brillos.

—Hiroko-san* es una estupenda cocinera, es de origen japones y prepara platillos exquisitos... Bueno... ¡Ya los haz probado, pero la comida japonesa es su mayor especialidad. Escuché que Yuuko lo prepararía hoy!

Me hizo pensar más de lo que ya lo estaba haciendo.

—Es una delicia y es divertido comerlo juntos...

¿Juntos?

—¿A qué te refieres con juntos?

Eso me recordaba a las cenas que tenía todos los días.

... Juntos...

-¡Ah perdón!... Me refiero a todos los de la servidumbre; Yuuko, Nishigori, sus hijas, Hiroko-san, Toshiya-san*, de vez en cuando Leo, Yuuri...

—¿También Yuuri?

Se rió ligeramente.

—¿Acaso crees que Yuuri no come?

Se escuchó la voz de el conductor, llamando la atención de Pichit.

—¡AH! Perdón, perdón. Si Yuuri me escuchará seguramente me habría regañado por ser tan grosero.

Reí un poco, Pichit era alguien muy agradable, de vez en cuando me hablaba como su igual, en realidad no me molestaba. Al contrario, me gustaba que rompiera de vez en cuando esa barrera.

—No te preocupes por eso.

Me empecé a preguntar, ¿Por qué teniendo tantos años con Yuuri no me había percatado de todo eso? Es muy constante con su trabajo, siempre me acompañó en las comidas, pero solo estaba de pie a un lado de la mesa. No sé mucho de Yuuri, no se su comida favorita, no se que música le gusta, nunca lo he visto con ropa casual, siempre lo veo con su uniforme o a lo mucho sin su saco.

De pronto, esa curiosidad comenzó a crecer en mi...

Quiero conocer más a Yuuri.

Llegamos a la oficina de mi padre. Minako, la secretaria de mi padre nos esperaba en la entrada. Era una mujer agradable de verdad. 

Me saludo y me abrió la puerta, caminaba detrás de mi junto con Pichit susurrando y bajando sus tonos de voz. 

Me entrometí en su platica, cosa que no acostumbro hacer...

— ¿Así que Yuuri fue a ver a Leo?... Mmm... Solo esperó que todo este bien, lo he visto muy presionado últimamente...

¿Presionado?

—Se esta esforzando como siempre, me alegra que ya acepté un poco más de la ayuda de otros.

Típico de Yuuri. La parejita bajo un poco más la voz

—Desde su "incidente", Yuuri ha tenido que aceptar ayuda de otros, creó que fue bueno que eso sucediera. Pero aún no quiere dejar algunas cosas.

¿De qué estaban hablando? ¿Incidente?

—Yo estoy muy presionada con lo del abogado y los acuerdos del matrimonio, no me imaginó al pobre de Yuuri, con la casa ya es suficiente y ahora se tiene que preocupar con la boda.

Minako estaba en lo cierto, lidiaba con la casa, conmigo y ahora con la boda... Probablemente el estaba agotado... Quizá debería pensar más en su salud y menos en mi... Me gustaba molestarlo, en realidad, de vez en cuando me gustaba actuar inmaduro con él... Quizá la gran mayoría de las veces.

¿Tal vez estaba siendo egoísta?

Aún que en realidad era mi culpa...

—En fin, quizá Leo lo haga entrar en razón, sabes que si Yuuri o tú necesitan algo no pueden dudar en llamarme.

Me estaba dando cuenta de muchas cosas hoy, Yuuri se llevaba bien con todos, quizá no solo Yuuri, era muy probable que todos los demás se llevasen bien. Yo casi siempre he tratado con Pichit y con Yuuri, pero creo que de vería darme tiempo de conocerlos a todos...
Terminaron de hablar. No era mi costumbre hacer estás cosas. No me sorprendía que tuviesen la guardia baja al platicar.

Llegué a su oficina y empecé a charlar con mi padre.

Me senté y me dijo que quería hablar conmigo de padre a hijo. Me extraño esa actitud... me preguntó si... Estaba confundido... 

— ¿Qué es lo que quieres?

No entendía su pregunta, así que respondí con otra.

— ¿Sobre el matrimonio?

Me miró seriamente.

— Sobre todo.

No entendía, ese no era el padre al que yo estaba acostumbrado, el que decidió hacer todo por mi sin preguntarme antes.

— Katsuki me dijo debía preguntarte antes, acerca de lo que tu querías, no permitiría que un omega me hablase así, pero en este caso se ha ganado su lugar en la familia Nikiforov. Te he descuidado, probablemente tu madre está enojada conmigo. Lo pensé bien y te vuelvo a preguntar. ¿Qué es lo que quieres?

Mire hacía una foto de mi madre que tenía el encima de uno de los cajones de su oficina. Suspiré...

— Ni siquiera yo lo se.

-

 

 

Entramos a la casa, Yuuri aún no llegaba, había muchas cosas que quería preguntarle.

Bajé del auto, subía las escaleras. 

Escuché un gran ruido. La vi llegar, ahí estaba Camille, mi futura esposa. La mujer con la que pasaría el resto de mi vida. Sin duda, con ese rostro sería el centro de atensión en las fiestas, su pelo era castaño claro, ligeramente quebrado y bien arreglado, era alta de ojos grises y de piel clara. Su cuerpo era perfecto, había visto muchos cuerpos en toda mi vida, pero ninguno como el suyo.

Sería la candidata perfecta para cuidar de mis hijos y manejar la empresa de mi padre a mi lado... o eso aparentaba su rostro. Lástima que por dentro, estaba tan podrida como otros alfas... Como yo lo estaba.

Ella era gentil conmigo, amable, coqueta y dulce, pero cuando alguien de mi servidumbre se acercaba, tanto su olor como su rostro cambiaban.

No la conocía lo suficiente, pero mientras hablaba con ella, parecía la mujer perfecta. Tocaba el piano, leía libros todo el tiempo, sabía muchos idiomas, era educada y refinada, con miles de talentos. Era "la mujer ideal"

Pero no estaba seguro, ella había sido criada para éste momento, igual que yo. 

Sabía que tenía que ser un caballero como nunca lo había sido, tenía que lucir elegante y poderoso. Ella seguramente actuaba igual.

El abogado leyó el acuerdo que ambos firmamos, un acuerdo acerca de las necesidades de ambas empresas donde firmábamos como futuros herederos, no como futura pareja. Lo demás sería discutido por ambos en su debido momento.

Mi hermana, Mila estaba ahí. Ella formaba parte del acuerdo junto con el testigo de la familia de Camille.

Cuando todo terminó y estaba a punto de ofrecerle una taza de té a mi prometida en el jardín, escuché la voz de Pichit.

— ~¡YUUURI!~...

Sin darme cuenta mis pies se movieron de la habitación y acabaron en el barandal del vestíbulo. En eso noté la presencia de alguien nuevo, pero con un olor familiar. Ese chico traía el saco de Yuuri y estaba apreciando la pintura que a mi madre tanto le encantaba.

Hablaba con Pichit, no distinguía de que trataba su plática, hasta que se escuchó un fuerte grito en la habitación.

— ¡¡¿HORRENDA?, PERO SI ES LO MÁS GENIAL QUE HE VISTO!!

Pichit soltó una carcajada y comenzó a reir.

— Yuuri de verdad trajiste a alguien estupendo...

Se sujetaba el estómago y no paraba de reír. Vi a Yuuri quien también estaba riendo.

Me sentí celoso hasta del cuadro, por estar más cerca que yo para ver esa sonrisa tan pura.

— Yuuri, me encantaría que rieras así conmigo.

Envidiaba tanto a los betas y a los omegas, ellos tenían mayor libertad de estar con diferentes personas, tener momentos de torpeza sin preocuparse por lo que dirán después. Sobre todo... estar con quien aman sin preocupaciones.

— Yuuri...

Susurré, de alguna forma quería que me escuchará... 

El siempre tan cerca y a la vez tan lejos...

En ese momento salió Mila, seguida por Camille.

— Vaya parece que recogiste un gatito.

Mila adoraba molestar a la gente, era algo juguetona, pero me extrañaba que bromease así con ellos, ella casi nunca les dirigía la palabra

— ¿¡HAH!? 

Gritó con fuerza el bulto de ojos verdes.

Yuuri lo tomó de la muñeca, me frusté por que lo trataba diferente a los demás... Y diferente a mi... Quería ser el único especial en la mete de Yuuri...

—Yuuri, ¿qué planeas hacer con ese chico?

Le dije en un intento de que soltará esa muñeca de la que tan celos... ¿celoso?

—Esa decisión no me compete, por el momento le daré un poco de ropa limpia y comida si no le molesta, con permiso señor.

Mi intento no funcionó, solo logró hacerme enojar más.

—Huh... con que es eso...

Dentro de mi algo estaba sumamente molesto, estaba seguro que no escondía ese enojo. Pero no me importó. Me dí la vuelta y regresé al salón donde estaba previamente.

Ya había pasado un rato desde ese incómodo momento, todos se habían retirado a excepción de Mila, quien estaba recargada en el pequeño sofá café.

—Deberías ser más discreto.

Ahí estaba, su tono juguetón.

—¿A que te refieres?

Me sonreía picaramente mientras jugaba con su cabello

—Me refiero a tu relación con Yuuri Katsuki.

No comprendía muy bien, ¿Qué relación?

—Vamos ¿crees que me tragaría la historia de que llevas años con él, un omega, quien te sigue a todos lados y no le has tocado un solo pelo?

Ya entendía a donde iba esto.

—En realidad así es.

Detuvo todos sus movimientos, estaba perpleja. No le estaba mintiendo y ella lo sabía.

—¿Es eso cierto? ¡Wow! Si que tienes muy buen auto control...

Mila era un poco menos exigente, no le importaba si era alfa, beta u omega, si era hombre o mujer, era una persona de gustos simples.

—No se como lo has hecho, yo soy débil ante los omegas.

Miro al piso, estaba sorprendida de verdad.

—Pensé que Yuuri era tuyo, por eso no tenía pensado tocarlo, pero veo que no es así.

Me puse de pie de un salto y empezó a actuar extraño.

—¿Qué dijiste?

Me volvió a sonreír.

—Vez es a eso a lo que me refería pensé que después de ese ataque que le dio en uno de tus celos, él o tú no se habrían podido controlar, pero veo que ambos son buenos en ello ¿ó me equivoco?

Ahí estaba otra vez, su mirada se hacía cada vez más pesada.

—¿De qué ataque hablas?

Me miró con extrañeza.

—¿No lo sabías? Hace unos meses en uno de tus celos Yuuri tuvo un ataque debido a tu presencia. Fue uno muy fuerte, hasta papá pensó en alejarlo de ti, pero el se negó y le pidió otra oportunidad, papá se la concedió de mala gana y por lo que veo la aprovecho muy mal... aún que quizá para el solo eres su amo.

Esa palabra me llegaron muy al fondo... ¿De verdad había hecho sufrir tanto a Yuuri?

—En fin, mis visitas están a punto de llegar y en cambio estoy aquí perdiendo el tiempo. ~Adiós.

Lo pensé bien, Había metido a Yuuri en muchos problemas, hablaría con el... Me iba a disculpar con Yuuri, decidido me dirigía hacia su cuarto, sonó el teléfono y me detuve.

Contesté.

—Residencia Nikiforov.

—Disculpe se encontrará disponible el señor Viktor Nikiforov.

Escuché la voz definitivamente era Leo.

—Él habla.

La plática siguió con fluidez.

—Perdón Viktor, no te reconocí.

—No te preocupes por ello. ¿Qué ocurre?

—Quería hablarte de Yuuri.

—¿Qué ocurre con él? ¿Es grave?

—Yo diría que no de momento, estoy consiente de tu futuro matrimonio, pero te quería pedir que por favor no descuides a Yuuri, ambos sabemos lo mucho que el te cuida, se esta forzando demasiado en esto y su salud ha estado inestable por ello o eso quiero pensar.

— ¿A qué te refieres? 

— Quería preguntarte algo de alfa a alfa y como su médico. ¿Haz estado provocando a Yuuri?

—... ¿Provocando?...

—Entendería que lo hicieras, está en nuestra naturaleza. Pero necesito saber si tú lo provocas o es otra la causa. Sus celos han sido inestables últimamente y pueden ser muchas las razones, la principal podría ser la incitación constante de un alfa.

Me detuve un segundo ¿provocar a Yuuri? ¿Por qué lo haría?

—Necesito que lo pienses, incluso puede que sea involuntario, pero el toma diariamente un supresor fuerte y el día de hoy le tuve que recetar uno aún más potente y con ciertos riesgos que ponen en peligro su salud, se que será duro e incomodo. Te lo pregunto como amigo... ¿estas interesado en Yuuri?

¿Qué si lo estoy?, lo llevo diciendo todo el día, pero era más como un... ¿amigo? No estaba seguro, se a que tipo de interés se refiere Leo, pero... 

—...

—Quería decírtelo porque, si esto sigue así, las alternativas de Yuuri serían o conseguir una pareja estable con quien unir lazos o alejarse de ti.

Mi mente estaba en blanco.

... ¿Qué es lo que yo quería? ¿Qué es lo que Yuuri quería?

— Yuuri me dijo que lo pensaría, pero creó que lo correcto era contarte la situación y así lo apoyaras con la decisión que él eligiera. Pero tampoco quiero verte salir herido.

—Disculpa si fui muy duró, es sólo que no encontraba otra forma de decírtelo.

—Yo... yo... Gracias por decirme, necesito pensarlo...

—Esperó no causar muchas molestias, que descanses.

—Hasta pronto.

Colgué.

¿De verdad he sido tan ciego?

¿Soy una persona tan egoísta?

¿De verdad merezco tener a alguien como Yuuri?

...

 

 

Necesitaba hablar con Yuuri. No entendía, me preguntaba una y otra vez.

"¿Estás seguro de no provocar a Yuuri?"

Por más que lo hacía y más que lo pensaba no podía decir que no. ¿Desde cuando Yuuri había empezado a estar en mi mente? ¿Desde cuando pensaba tanto en el? ¿y si tuviera relación con el celo de aquella ves? pero... ¿y si no?

Lo ví venir en el pasillo, era Yuuri con unos supresores en la mano, no traía ni su saco, ni sus lentes, parecía una persona diferente así vestido. Y justo ahora tenía que recordar al rubio ese.

—¡Vaya!... venía a preguntarte como había estado tu cita con el médico y esperaba verte en tu alcoba. Pero en cambio me encuentro con que le estas sirviendo al gatito perdido.

No sabía por que actuaba de esa forma, no estaba ni siquiera pensando en lo que decía.

Retiro su mirada de mi, estaba tan enojado y seguro de que él no lo estaba notando, eso me hizo enojar aun más. Sin pensar, lo tomé de la barbilla acercándolo a mi, esos ojos achocolatados me tenían hipnotizado.

—El único al que puedes servir de esa manera es a mi.

El estaba algo tieso ¡era mi oportunidad!

De repente sentí como el aparto mi mano con esa firmeza típica de Yuuri.

—El día de mañana regresaré con usted joven amo, de cualquier forma no es como si el fuese a apartarme de su lado.

Me miró de manera extraña.

Se fue lejos de mi, cada paso que daba me hacía sentir frustrado, algo dentro de mi quería gritarle que se detuviera, pero me contuve.

Miré a aquella puerta donde estaba el chico rubio, ¿Por qué le ponía tanta atención a alguien así? ¿Qué tenía de interesante?... Éstas preguntas ya me las había hecho antes... Quería que el solo me viese a mi, yo siempre lo veía a él, ¿Por qué no podía ser así conmigo?... Quería que fuera mio... No estaba seguro de lo que decía pero quería hacerlo.

Me fui a mi cuarto esperando que al siguiente día todo fuese como antes. Pero mi cabeza estaba hecha un asco.

Notas finales:

Estoy un poco indecisa sobre como continuarlo, gracias a las personas que lo leyeron. :D

En fin, quería hacer más una especie de monólogo donde Viktor no se percatará de muchas cosas. Dejando intacto su lado de niño consentido...

En fin, creo que seguiré con esto más tarde.

02/07/18

** Dejé el "-san" porque no me acostumbraba a ponerlo de otra forma, sentía que era irrespetuosa con los dos. Así que lo dejé y probablemente lo siga escribiendo de esta manera. 

Es extraño leerlo de nuevo, este capitulo fue de los que más me costó y recuerdo que tenía varios errores, pero creó que quedó mejor así, espero lo disfruten, que ya se viene lo bueno...

Gracias por leer.

 

 


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