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Porque ahora lo sé: Todos los Caminos llevan a Ti por StarlightRain

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Notas del capitulo:

N/A: Hola a todos. Primero que nada, una disculpa. Algo le pasó a un miembro de mi familia hace algunos meses, y tuve que dejar mi trabajo en Inglaterra y regresar a casa. Fueron momentos realmente difíciles, y a pesar de lo mucho que traté, no pude poner mucho empeño en el fic -y a nada en realidad-.

 

La situación es más esperanzadora ahora, todo va bien y debería estar regresando a Inglaterra en un mes o algo más. Este fic está en hiatus hasta entonces.

 

Este capítulo estaba terminado desde hace ya un largo tiempo, y siento no haberlo podido publicar antes o dejarles saber que era lo que estaba pasando. En ese entonces, estaba consternada y en una posición terrible. Como dije ya todo está mejor ahora, así que espero puedan disfrutarlo.

 

Quiero agradecer a mi amiga Bubbusaja, quien me ayudó a terminar este capítulo.

 

Y quiero dar un agradecimiento muy especial a mi nueva beta, IceCreamIceQueen, quien me ha ayudado un montón para revisar este y previos capítulos también. Muchas gracias por tu ayuda! Has hecho un trabajo fantástico!

 

N/T: Debo decir que tengo un amor especial por este capítulo y básicamente cuando llegué a este número, fue cuando dije: debo traducirlo. Y ahora estamos aquí y bueno lo demás es historia. Me alegra mucho que esto les esté gustando de verdad eso es lo que me anima a seguir cada vez que veo una palabra rara que no sé cómo se dice en español XD. No me malentiendan no tengo tan mal inglés o al menos me defiendo, pero sepan que a veces me encuentro una que otra palabra que digo ¿qué es esto? Por un lado esto me ha ayudado mucho a mejorar así que tampoco haré tanto drama XD. En fin les dejo con la historia.

 

Aclaro otra cosa, antes de que sientan la necesidad de sacaros el corazón o algo más drástico (¿?) Si bien he traducido las notas de Anzu con su indicación de HIATUS, éste hace tiempo termino por lo que habrán más actualizaciones así que no os preocupéis por eso.

Capítulo 10

 

En el silencio de su habitación, la luna en lo alto del cielo. Naruto observó la dormida figura de su mejor amigo. Cualquiera podía ver que los eventos del día previo le habían dejado exhausto. No era de sorprenderse. No sólo había sacado el Mangekyou al juego otra vez, sino que ahora lo había usado para mostrarle a su hermano diez años de recuerdos.

 

Sin embargo, fue el golpe emocional que le siguió fue el que realmente había drenado todas sus fuerzas. Él e Itachi permanecieron en su posición por un muy largo rato; ambos hermanos arrodillados en la tierra, sin atreverse a dejar ir al otro.

 

Al principio, ambos hermanos estaban llorando. Naruto jamás había estado tan sorprendido por tal muestra de emociones. Jamás había sido víctima del Tsukuyomi, pero recordaba el precario estado en el cual Kakashi había sido traído al hospital después que Itachi usara esa técnica en él. A pesar de que el propósito de Sasuke no era lastimar a su hermano, Naruto dudaba que hubiera tomado el tiempo y el cuidado para censurar los recuerdos que había forzado mirar a Itachi.

 

Naruto recordaba muy bien el comportamiento que Sasuke había mostrado unos cuantos años antes; los crímenes que había cometido, y el tambaleante estado de su salud mental. Había estado peligrosamente cerca de caer en la insanidad mental. Algunas noches, Naruto aún tenía pesadillas acerca de ello, dónde le alcanzaba demasiado tarde, fallando durante su batalla final, perdiendo a Sasuke para siempre en un mundo de obscuridad y los demonios de su propia creación.

 

A pesar del usual desapego de Itachi con sus emociones, soportar todos esos recuerdos arrojados a él, sin el tiempo necesario para procesarlos… No era de sorprender que su inquebrantable agarre sobre sus emociones se hubiese roto, dejándole incapaz de hacer otra cosa que abrazar firmemente a su querido hermano.

 

Naruto se apartó unos cuantos pasos, y volteo a otra parte. No quería violar la privacidad de ambos hermanos, ni quería escuchar las palabras que se susurraban el uno al otro. Este momento, este ansiado momento, era sagrado; y sólo le pertenecía a ellos.

 

Itachi fue el primero el calmarse, pero continuó aferrado a su hermano, sin desear soltarle ni por un segundo. Sus lágrimas se habían secado y sus expresiones habían recobrado su calma habitual para el momento en que los lloriqueos de Sasuke se silenciaron, cayendo dormido en los brazos de su hermano. Los ojos de Itachi buscaron entonces a Naruto.

 

—Por favor, muéstrame dónde llevarlo— le pidió.

 

Naruto asintió y empezó a caminar. El mayor de los Uchiha se puso en pie, cargando en sus brazos a Sasuke como a un bebé. No había nada en su postura o la manera en que se desplazaba que delatara el hecho de haber estado arrodillado en el suelo por horas. Siguió a Naruto mientras le conducía por el camino hacia la habitación del hotel.

 

Sasuke apenas y se movió camino ahí, pero en el momento en que Itachi le acomodaba en el futón, sus ojos se abrieron por completo y su mano se movió rápidamente para aferrarse al brazo de su hermano—. No te vayas. No me abandones. Por favor.

 

Itachi, quien no pudo soportar la idea de su hermano rogando una vez más, accedió sin reparos y se sentó en el futón justo al lado de Sasuke—. No lo haré—prometió.

 

Agradecido, Sasuke dejó sus párpados cerrarse una vez más, su respiración gradualmente se normalizo a un estado relajado. Para el momento en que la luna alcanzaba el cenit, estaba profundamente dormido.

 

Itachi se levantó lentamente del futón, sus pies le condujeron a la ventana. La noche lucía extremadamente tranquila y pacífica fuera de esas paredes, un contraste radical con la forma en que sus emociones, furiosas, se hallaban en guerra muy dentro de él. No estaba acostumbrado a ese… sentimiento -esa incertidumbre- y no le gustaba.

 

Alguien como él, quien poseía tanto poder sólo en los ojos, no debería dejar que las emociones le dominaran, o peor aún, que nublaran su mente. Era peligroso. Al mismo tiempo, Itachi estaba consciente de la raíz de tal confusión -la causa y origen del la tormenta que estallaba en su interior-, y sabía que pasos seguir para retomar el control de sí mismo.

 

Sus ojos viajaron hasta el cuerpo de su pequeño hermano, quien tranquilamente dormía en su futón. Su pequeño hermano…

 

—No puedes irte— le ordenó una voz, como si leyera sus pensamientos.

 

No era Sasuke esta vez. Itachi parpadeo y, por un momento, no pudo identificar al propietario de dicha voz. Siete noches sin apenas dormir finalmente le estaban pasando factura. Después le vió, la silenciosa figura que no estaba parada no muy lejos de él mismo. —Naruto—recordó el nombre de las memorias que Sasuke le había mostrado.

 

Itachi cerró sus ojos, sabiendo que frente a él yacía el hombre que había triunfado donde el falló. El jóven hombre al que Itachi debía la vida y la cordura de su hermano. El mejor amigo de su hermano.


Él también era el hombre que había hecho posible a Sasuke estar aquí; el que había descifrado el Jutsu que los había traído aquí, a un tiempo que habían vivido ya una vez. Itachi tenía sentimientos encontrados acerca de eso.

—No puedes dejarlo— dijo Naruto una vez más, al fallar en obtener respuesta de Itachi.

 

Itachi respiró profundamente, tratando de dar sentido al flujo de imágenes y sensaciones que plagaban su mente. Recuerdos que no le pertenecían, lo que tal vez explicaba la intensidad con la que le golpeaban. Eran los recuerdos de su hermano. Sasuke siempre había sentido las cosas de forma más intensa que él, sus emociones se movían más profundo que las de Itachi, incluso siendo un niño.

 

La mayor parte, eran terribles recuerdos. Recuerdos de una vida que Itachi hubiera deseado cambiar, que no hubieran sucedido en primer lugar. Y aun así, a pesar de eso…

 

—Estaba muerto— contestó, sorprendiendo a Naruto y a sí mismo. —Yo ya estaba muerto cuando ustedes vinieron aquí. La guerra había terminado; el mundo estaba en paz. Habías salvado a Sasuke, y él no te hubiera traicionado una segunda vez— él mismo estaba pasmado por la intensidad de sus sentimientos en este asunto. —¿Por qué vinieron?

 

“¿Por qué teníais que venir?” Pero no dijo eso. Hacerlo hubiera sido egoísta, e Itachi no quería ser egoísta en lo que respecta a su pequeño hermano. Pero tampoco podía evitar sentirse tremendamente celoso. ¿Cómo era posible?, se preguntó por un momento, ser consumido por esos celos hacia nadie más que él mismo, tan solo unos años mayor.

 

Sin embargo el Itachi de aquel universo futuro ya había encontrado la paz. Él finalmente estaba descansando. Ya no pertenecía a este mundo -este horrible mundo lleno de mentiras y de sufrimiento sin fin-. En la muerte, él era libre

 

Itachi no creía en una vida después de la muerte. Nunca esperó unirse a sus padres en el cielo, o sufrir eterno castigo por sus pecados. Él veía a la muerte como un dormir eterno sin sueños. Él sólo cerraría sus ojos, su conciencia se desvanecería, y la nada le abrazaría. No habría más dudas, ni preocupaciones, ni dolor. Todo se acabaría.

 

¿Cómo no anhelar ese fin? ¿Cómo no estar resentido cuando dicho destino le había sido arrebatado?

 

—Vinimos aquí por tí— respondió Naruto simplemente.

 

Su mirada era honesta e Itachi le creyó y aún así... —¿Por qué?—suplicó para entender—. Sasuke estaba a salvo. Todo estaba… tan bien como se podía estar en la vida. Y aún así dejaron todo atrás…

 

—Sasuke no estaba bien— le contradijo severamente—. Honestamente no puedes creer eso después de haber visto sus recuerdos.

 

—Estaba vivo— arguyó Itachi— estaba vivo y te tenía a ti, yo lo ví. Siempre estabas ahí para él, incluso cuando él no lo quería. Triunfaste donde yo fallé… Él te quiere. Él hubiera vivido por tí.

 

—Pero yo no quería que sólo viviera por mí— retrucó Naruto rápidamente—. Eso es lo que tu querías. Le diste una razón para vivir dónde no la había -vivir para matarte-. Le diste tus ojos, y así nadie sería capaz de arrancarle la vida. Pero eso no era una vida… El vivir así, sólo le llenó de odio, miedo y dolor… Y no es justo. Viste lo que eso le hizo.

 

Itachi no pudo negar eso. Nunca esperó que las acciones de hace cinco años destruyeran tanto a su hermano; para acarrearle a tan terrible destino. Había esperado… bueno, querido que sobreviviera, y estar orgulloso de quien era. Esperaba que su pequeño hermano le mataría algún día, obteniendo así la venganza de sus padres y los ojos que le protegerían de sus enemigos. Eso le habría dado a Sasuke el cierre que necesitaba para superar su asesinato, seguramente.

 

Entonces otra vez, era Sasuke. Tal vez Itachi no lo había pensado correctamente. Había sopesado sus opciones, había considerado todos los resultados posibles, y al final había elegido el que aseguraba la cantidad mínima de derramamiento de sangre en el largo plazo, y no lo lamentaba, porque había sido la mejor opción de una gran gama de malas decisiones, teniendo en cuenta la información que había estado disponible en el momento.

 

Pero Sasuke nunca entró en la ecuación. Sasuke no iba a perder la vida. En cada alternativa que él había considerado, cada opción que él había imaginado, ese hecho no estaba en discusión. Sasuke siempre sobrevivía.

 

Aunque Naruto tenía razón. Estaba tan ocupado asegurando la supervivencia de su hermano que no se ocupó ni un poco de su felicidad. Para Itachi, la felicidad siempre era volátil de todos modos; no algo en lo que alguien pudiera confiar. Era sólo un estado mental, una cuestión de perspectiva.

 

Por supuesto Itachi quería que Sasuke fuera feliz, pero si su felicidad era el precio a pagar por vivir…

 

—Pero él se encontraba mejor— replicó nuevamente—. Compartían una casa y, aunque no era perfecto… era una vida.

 

—Lo sé— Naruto admitió ese hecho—. Aunque lo creas o no, fui yo quien quiso dejar Konoha. Tu sabes que soy un jinchuuriki. A causa de eso, crecí solo y odiado. Durante toda mi vida, todo lo que quise, era ser reconocido por los demás. Pensaba el que lograría alcanzarlo volviéndome Hokage. Fue entonces que, cuando todo mundo me pidió volverme el Séptimo, me di cuenta… No era del todo lo que yo quería.

 

Naruto pensó en su sueño. En ese otro universo había sido reconocido, eso era cierto. La gente le admiraba y le respetaban. Pero sólo había logrado eso convirtiéndose en alguien que no era él; renunciando a su personalidad, metas y sueños, dejando que le convirtieran en otra persona.

 

Itachi le estaba escuchando con interés.

 

—La gente de Konoha, me veía como a un héroe y querían que me volviera su Hokage—le explicó Naruto—. Pero ellos no me querían a mí. Querían otra versión mía, una que llenara sus expectativas, esperaban que me adaptarse a sus ideales. Afortunadamente para mí —añadió con una sonrisa— me dí cuenta a tiempo que despreciar mi identidad y lo que me hacía ser yo, y la gente que amaba… Para que un montón de gente estirada y egoísta pensara que soy digno de ellos, bueno, no era justo en absoluto.

 

—Así que te fuiste…

 

—Sip— concordó Naruto, sin culpas—. Sólo tenía dieciocho, y como dijiste, el mundo estaba finalmente en paz. Antes viaje con mi maestro, y algunos de mis mejores recuerdos fueron hechos en ese viaje. No estoy diciendo que si ellos me necesitaban, no hubiera regresado a Konoha, porque mis amigos estaban ahí y la aldea siempre tendrá un lugar especial en mi corazón, pero yo quería ser libre y estar sin preocupaciones otra vez; largarme, ser joven, tener aventuras y conocer gente interesante. Mientras tuviera a Sasuke conmigo, sentí que podría ir a dónde fuera.

 

Itachi asintió. Él podía empatizar con semejante anhelo, pero aún había algo que necesitaba entender—. ¿Entonces por qué tuvieron que dejar su universo? Si podían haber ido a cualquier parte. ¿Por qué usar esa suerte de viaje de universo-tiempo? Sabes que no es natural.

 

Naruto bajó el rostro, y se tomó unos segundos para responder. La respuesta salió de corazón.

 

—Porque me dí cuenta...— continuó con sus ojos fijos en el paisaje fuera de la ventana mientras su mente traía todos los recuerdos de aquel despreocupado Sasuke, aquel que reía libremente, sonreía maliciosamente y besaba a Naruto contra el mostrador de la cocina, susurrando palabras de amor en su oído—. Me dí cuenta que si pudiera ir a cualquier lugar, el único al que querría ir sería aquel en el que Sasuke tuviera la oportunidad de ser verdaderamente feliz, para regresarle un poco de la felicidad y la esperanza que otros cruelmente le había quitado. Eso es lo que más quería. Y sabía que para poder lograrlo, la única cosa que podría hacer feliz a Sasuke nuevamente, eras tú.

 

Eso fue una declaración muy crucial. Si Naruto estaba diciendo la verdad -sí la mera presencia de Itachi jugaba un rol tan fundamental en la salud mental y emocional de Sasuke-, eso ponía otra pesada responsabilidad sobre sus hombros. Y, sin embargo, Itachi no podía dudar de las palabras de este joven; porque al oírlo hablar de Sasuke, también se había dado cuenta de algo.

 

—Lo amas— afirmó—. Estás enamorado de mi hermano—no había prejuicio en sus ojos cuando miró a Naruto, sólo reconocimiento.

 

—Lo estoy.

 

Naruto no quiso mentirle a Itachi. Él era la única persona que amaba y se preocupaba por Sasuke tanto como él lo hacía, y si había alguien que merecía saber la verdad, era él.

 

—Pero él no lo sabe, y no quiero que lo sepa— le advirtió calmadamente—. Lo amo— era la primera vez que lo admitía a alguien en voz alta y, a pesar de sus temores, se sintió bien al sacar eso finalmente de su pecho—. Y sé que yo le importo mucho a él. El hecho de que además me sienta físicamente atraído a él, no es importante.

 

Itachi le observó con expresión pensativa; su mirada llena con sabiduría más allá de sus años—. ¿Así es como realmente te sientes?— preguntó.

 

Los labios de Naruto se curvaron en una pequeña sonrisa, una amarga—. Creo que en otro mundo él podría haberse sentido atraído a mi también, y habríamos sido grandiosos juntos.

 

Él se rió ante esto, pero pronto sus facciones se tornaron graves nuevamente.

 

—Pero Sasuke, nuestro Sasuke, ha sufrido mucho. Y… aunque lo ha soportado, lleva con él demasiadas cicatrices. Él es tan inherentemente bueno, y sin embargo, se esfuerza demasiado para poder sentir cualquier tipo de empatía hacia los demás. Piensa que debería importarle, pero no lo hace -no puede-, y por eso se considera una mala persona. Nunca le pediría algo que él no estuviera listo para dar, o que se sintiera culpable por negarse. —Se juró así mismo—. Estoy feliz si él es feliz, y está a mi lado.

 

Itachi no tuvo respuesta para eso. Esta vez, fue él quien bajó la mirada y evitó los ojos de Naruto. Era tan fácil confundir a este hombre frente a él con un niño -lucía como uno- y de no ser por los recuerdos de Sasuke, sería muy difícil descartar la verdad de lo que sus ojos veían como una mentira.

 

Pero al escucharle… No importaba si el cuerpo era el de un niño; las palabras que había dicho sólo podían pertenecer a un hombre adulto. Y la persona a la que se refería, era también otro hombre, un hombre con la complejidad y las profundidades de una persona completamente madura. Un hombre a quien Naruto conocía íntimamente bien -tal vez más que él mismo- y uno a quien Itachi conocía muy poco.

 

Lo más triste era que, incluso si no hubiera viajado al pasado de un universo paralelo, Sasuke aún habría crecido para ser un extraño. Alguien de quien Itachi sabía prácticamente nada. Este descubrimiento -tan obvio como era- hizo a su corazón retorcerse de dolor.

 

Naruto no le dió el tiempo de recobrarse de eso.

 

—Necesitas tomar tu decisión— enfatizó firmemente—. Sasuke está aquí ahora, y ya no es más un niño. No puedes seguir manipulando su vida desde lejos, él no lo permitirá. Si lo amas necesitas elegir.

 

Ante esto, la mirada de Itachi finalmente se encontró con la suya, el negro de sus pupilas estaba ensombrecido por una sombra de temor. Sus ojos parecían, quizás, más humanos de lo que Naruto jamás había visto y tenían un parecido tan fuerte con los de Sasuke que, por un momento, el aliento de Naruto se detuvo. Pero ahora no podía dudar; por el bien de Sasuke, necesitaba decirlo todo.

 

—Si lo amas lo suficiente para perdonarte a tí mismo, y si lo respetas lo suficiente para no cuestionar sus decisiones -en hecho de que él las considere dignas- entonces quédate. Quédate, Itachi, y dale a Sasuke y a tí mismo una oportunidad de vida, una nueva oportunidad para ser felices. —Habló desde el fondo de su corazón, rogando que ésta fuera la elección que siguiera.

 

Sólo había otra alternativa.

 

—Pero si no puedes hacer eso...— añadió con sus voz en un tomo más bajo—. Si no puedes soportar el pensamiento de una vida a su lado, entonces vete, vete y pónle un final a esto. No le pidas hacerlo por tí. Tu tienes las armas. Si la vida es algo que no puedes soportar, entonces terminala, y deja a Sasuke ser libre de ti.

 

Era duro decir todo esto, primero, porque Naruto había llegado a admirar enormemente a Itachi de las últimas veces que se habían encontrado -y él le deseaba bien-  en segundo lugar, porque sabía que el corazón de Sasuke sería destrozado de nuevo si perdía a su hermano una vez más. Pero él realmente creyó que era lo mejor, para los ambos. Nadie podría obligar a otra persona a vivir si su corazón estaba en contra de ello. Uno podía asegurarse de que alguien sobreviviera, pero vivir en realidad tenía que ser su elección.

 

Incluso en su niñez, cuando cada aspecto de su vida era tan bueno como podría haber sido, Itachi continuaba cuestionándose el significado de la vida, habiéndose cuestionado por el propósito de todo en ella “¿qué sentido tenía estar vivo?”

 

Por muchos años después de eso, desde que sostuvo a un Sasuke bebé por primera vez, pensó que había encontrado la respuesta. Itachi vivía para proteger la inocencia  -para salvaguardar la inocencia de su pequeño hermano-. Él peleó para que asegurarse que otros no necesitaran hacerlo. Navegó en las sombras, así otros podrían mantener sus ilusiones de luz, así su hermano podría pensar en el mundo como algo seguro y valioso, un lugar donde valía la pena vivir.

 

Pero entonces, la vida le mostró su verdadera y más horrible cara -una decisión imposible qué debía ser hecha-. E Itachi había cometido un error. Después de ver los recuerdos de Sasuke, y ser testigo de sus sentimientos, era la única conclusión que podía hacer. Había cometido un error. Él debió tomar a Sasuke y huir - ya fuera destruyendo primero a su clan o dejándolo intacto tras él.

 

Estaría mintiendo si dijera que no había considerado esas opciones, repetidamente. Pero primero, su conciencia no le permitía escapar de una situación que hubiera causado una guerra en gran escala, cuando el portava el poder en sus ojos para evitarlo. Y después de convertirse en un parricida, su culpabilidad le había impedido acercarse a su hermano, ya que aunque Sasuke todavía lo amara y le perdonara, Itachi no se consideraba digno de tal estima.

 

Esta certeza sólo servía para probar que Sasuke había hecho bien al reprocharle a Itachi por tomar sus decisiones sin consultarle a él, pensando que hacía lo mejor. Esta, era su oportunidad de corregir eso.

 

¿Podría Itachi realmente aceptar que su hermano le amaba, le perdonaba, y deseaba su presencia, a pesar de ser consciente de la verdad detrás de sus andanzas sangrientas? ¿Podría él hacer de lado toda la culpa, el desprecio que sentía hacia sí mismo, y las obligaciones que le ataban a su vieja aldea para empezar de nuevo, para construir una nueva vida junto a Sasuke?

 

—No creo saber ya cómo ser un hermano mayor— confesó en un bajo murmullo, con el corazón lleno de pesar.

 

Sus palabras sacaron una pequeña sonrisa a Naruto. Por primera vez desde que la conversación comenzó, se sintió realmente esperanzado, y el miedo que se había apoderado de su pecho se había comenzado a desvanecer. En ese momento, Naruto supo que no importaba que sucediera de ahora en adelante, ellos tres estarían bien.

 

—No creo que Sasuke sepa cómo ser un hermano tampoco—dijo—. Pero está bien. Pueden aprender juntos, creo.

Notas finales:

N/T: Sí!! Siiiiiii al fin lo logré. Ustedes disculparan pero, este capítulo me hace tan, tan, tan feliz. Pufff no sé tiene tantas cosas, pero especialmente la plática entre Itachi y Naruto se me hacen ahhhh no sé cómo describirlo, es decir, está la palabra fangirlear pero, vamos, que no soy una chica y como que travestirme no me va así que…

 

En fin si he logrado llegar hasta acá les aviso que estoy por alcanzar el estatus actual de la historia, también por ello me estoy tomando el tiempo para traducir con calma porque una vez alcance el fic estaré en mi realidad, esa que dice que debo esperar un montón para ver que va a pasar XD.

 

En fin ¿Les gustó? Diganme que sí y que no soy un maniático, ya saben podéis dejar todos sus comentarios en la zona de reviews que todos son agradecidos y leídos, créanme. Nos vemos en el próximo cap.

 

N/A: Espero que lo hayan disfrutado. Como dije, el fic estará oficialmente en hiatus por algunas semanas, pero tenía ya este capítulo listo desde hace décadas y como espero regresar pronto a Inglaterra decidí publicar este capítulo aquí y ahora.

 

Si todo va como lo planeo, el fic tendrá alrededor de 30 capítulos, con 3 arcos argumentales. Éste es el fin del primer arco. Era básicamente una oportunidad para ver en qué punto estaban Naruto y Sasuke el uno del otro, un poco de su pasado y un monto de su actual relación y desde luego, la búsqueda de Itachi.

 

El siguiente arco tratara de como Sasuke e Itachi median su relación, y veremos también cómo Naruto y Sasuke llegan a estar juntos para el final del mismo. Pero me temo que aún tendrán que esperar un poco para eso.

 

Nuevamente, espero que hayan disfrutado este capítulo y que me hayan disculpado por mi ausencia. Prometo que cuando todo esté bien en mi vida nuevamente regresaré y escribiré apropiadamente esta historia.

 

Los mejores deseos para todos, nos leemos pronto chicos!


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