Capítulo11
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La primera mañana que los tres pasaron juntos fue evidentemente incómoda. Despertaron tarde, y hubieran dormido más de no ser por los ruidos que se deslizaban desde los jardines. Tomaron turnos usando el baño y, una vez estuvieron vestidos apropiadamente, llamaron a una mucama y ordenaron que trajeran un poco de desayuno a su habitación, a pesar de que estaba cerca de la hora del almuerzo.
Ingirieron su comida en silencio, cada uno de ellos perdido en sus pensamientos. Ni siquiera Naruto intentó hacer alguna broma para iluminar el ambiente. Se sentía bastante contento, pero muy cansado. Se había quedado despierto casi hasta la caída del sol hablando con Itachi, y aunque estaba bastante seguro de que esta vez se mantendría su palabra y se quedaría, las breves horas de sueño que había tenido no eran suficientes para hacerlo sentir descansado
Mientras tanto, Sasuke enfrentaba una confusa mezcla de emociones, como la euforia, la victoria, el agotamiento y una completa mortificación. Itachi estaba aquí junto a él, y estaban disfrutando del desayuno juntos, como deberían hacerlo los buenos hermanos; por eso, su corazón estaba hinchado de felicidad.
Y, sin embargo, al pensar en su crisis emocional, la forma en que había suplicado y se había aferrado a su hermano llorando como un bebé indefenso, le avergonzaba profundamente. Por supuesto, lo haría de nuevo, si eso hacía a Itachi escuchar, pero deseaba que no hubiera sido necesario. Ahora era difícil para él estar en la misma habitación que Naruto y su hermano, y no preguntarse qué estaban pensando de él.
¿Habría cambiado la forma en que le veían? ¿Le considerarían más débil de lo que lo hacían antes? No podía soportar la idea. Pero, ¿cómo podía mirarlos a los ojos para asegurarse de que sus temores eran infundados, después de la obvia falta de control emocional que él había mostrado ayer? Era más fácil comer en silencio y dejar que Naruto o Itachi tomaran la delantera durante el día.
Cuando terminaron de comer, Itachi les agradeció cortésmente por los alimentos, algo que Naruto y Sasuke raramente se molestaban en hacer, y después se ofreció a limpiar los platos. Cómo es que un criminal exiliado podía mostrar mejores modales que ellos era una pregunta que ambos, Sasuke y Naruto, estaban felices de ignorar.
Una vez la mesa estuvo limpia, y sin nada más que pudiera distraerles, la sensación incómoda, regresó. Sasuke y Naruto intercambiaron una rápida mirada desviándola casi en el acto. Intentaron poco a poco lucir ocupados, doblando un futón o revisando el clima a través de la ventana, algo que Itachi, parado en medio de la habitación, no se molestó en hacer. Los tres tenían la misma pregunta en mente.
¿Ahora qué?
Al final, fue Itachi el único que se atrevió a sacar el tema— ¿Supongo que ninguno de los dos planea regresar a Konoha?
— ¡Por supuesto que no!—la negativa de Sasuke fue inflexible.
Naruto encogió los hombros, respondiendo un poco más tranquilo—. No por un largo tiempo al menos.
— ¿Hay algún lugar en particular en el que deseen residir? Porque me temo que mi mala reputación me precede. Soy un criminal buscado en casi todas las naciones y, como podrán imaginar, no soy bienvenido en ninguna de ellas.
Sasuke arrugó el ceño, resentido ¿Qué derecho tenía esa estúpida gente para juzgar a su hermano? ¡Él era más valioso que cualquiera de ellos! Pero también se sintió bastante complacido. Itachi se había incluido a sí mismo en sus planes, lo que significaba que ya no necesitaba dudar de su hermano. Se mantendría fiel a su palabra y los seguiría como lo había prometido.
—No teníamos nada planeado más allá de encontrarte— admitió a su hermano. Con lo que respectaba a sus planes futuros, observó a Naruto— ¿Hay algún lugar al que te gustaría ir?— el rubio lo consideró por un momento, pero quedó sin respuesta.
— ¿No te extrañaran en Akatsuki?—pregunto a Itachi a su vez.
El mayor de los Uchiha negó con la cabeza—. Le dije a Kisame, mi compañero, que lo encontraría en cuatro semanas en un lugar que teníamos acordado. Y que, de no hacerlo, debería considerarme muerto y no pensar más en mí.
— ¿Pero no vendrán por ti cuando se enteren que has desertado?
—Existe una muy pequeña posibilidad. Nadie es forzado a ser parte de Akatsuki. El líder podría querer mi silencio, para asegurar que no venda sus secretos, pero siempre fue cuidadoso de no compartirlos con ninguno de nosotros.
—Si vienen, podremos hacernos cargo— declaró Sasuke con certeza.
Naruto no estaba tan seguro—. A dos de ellos, seguro. Pero en nuestro estado actual, sí todos ellos vienen a la vez…
—No lo harán— les aseguró Itachi—. Pain nunca dejaría su base por mí, no sin enviar a sus agentes primero. Así no es como operan. Y en cualquier caso, dudo que vengan por mí. Aunque, en algún momento, vendrán por ti— advirtió, con la vista fija en Naruto.
—Por Kurama— entendió.
—Sí.
—No les dejaré tenerlo—declaró—. Y creo que es claro lo que tenemos que hacer.
—Entrenar— afirmó Sasuke con resolución aunada a la suya—. Entrenaremos hasta que nuestros cuerpos tengan toda su capacidad. Y luego iremos a por ellos antes de que tengan oportunidad de venir por ti. Si los detenemos antes de que tengan si quiera una oportunidad de atrapar a los bijus…
—Todo el plan de Madara será abortado, y no habrá guerra—. Naruto terminó por él.
Los ojos de Itachi viajaron de uno al otro, ligeramente divertido por su sincronía.
—Es un objetivo loable—reconoció— pero lejos de ser sencillo. Mientras el líder podría no estar inclinado a actuar en contra de mí, Madara -Obito- como ustedes lo llaman—, se corrigió, apegándose a los recuerdos que Sasuke le había mostrado—. El desconfía de mí, además tiene contactos e influencia en el gobierno interno de muchas aldeas.
—Lo podemos derrotar— Sasuke estaba seguro de eso.
Naruto asintió de acuerdo—. Sabemos todas sus debilidades y él no conoce ninguna de las nuestras.
Su amigo sonrió—. Así que ese es el plan entonces. Entrenamos y nos aseguramos de que Akatsuki no pueda obtener a los bijus— era un buen plan, en lo que concernía a Sasuke, no obstante buscó los ojos de su hermano—. ¿Estás de acuerdo con eso? ¿Ir en contra de tus ex compañeros de equipo?
—Akatsuki no es un equipo— respondió rápidamente—. Y siempre les estaba espiando. Mi verdadera lealtad siempre ha pertenecido a Konoha.
Era una muy diplomática manera de evadir la pregunta de Sasuke. Para Itachi, quitar una vida siempre era difícil. Cada vez que mataba a alguien, estaba dolorosamente consciente de que le estaba robando a esa persona todos los diferentes caminos que estaban aún por vivir, todas las decisiones que aún estaban por hacer. Y sin embargo, él nunca había dudado.
Tampoco dudaría si esa persona era un antiguo aliado. Aunque, después de cuatro años de coexistir, había logrado entender e incluso empatizar con un considerable número de miembros de Akatsuki.
—Tal vez no tengamos que hacerlo— intervino Naruto, para sorpresa de Itachi—. Tal vez no tengamos que enfrentarlos siquiera—. Los dos hermanos le miraron—. Conocí a Nagato en el pasado. Lo conozco bien. Su corazón está en el lado correcto, incluso si sus métodos están errados. Creo que puedo cambiar su forma de pensar si hablo con él. Lo hice antes.
Esta información era nueva para Itachi, estaba ausente de la recolección de recuerdos de Sasuke. Arqueó una ceja interesado. Mientras Sasuke se veía conflictuado—. Solo después de que él matara a tu maestro— señaló.
—Si— admitió Naruto—. Pero él se sacrificó para traer de vuelta a la vida a Kakashi y al resto de las personas que había matado. Estaba errado en sus acciones, pero él se expió por ellos. Y creo que es una buena persona.
Sasuke no tenía nada que decir acerca de eso. Para ser completamente honesto, nunca entendería como Naruto era capaz de perdonar -incluso ser amistoso, hasta cierto punto- con la persona que había asesinado a alguien que había amado profundamente. A veces pensaba que era una locura, y un terrible error además. Otras veces… Otras veces, lo admiraba por ello. Necesitaba un extraño tipo de valentía perdonar a alguien que te había agraviado, mostrar amabilidad por alguien que te había herido intencionalmente. Sasuke nunca tendría esta habilidad, tampoco la quería. Pero confiaba en el instinto de Naruto con su vida.
—Si pudieras convencer al líder de ponerse de tu lado, el resto de Akatsuki le seguiría—, Itachi juzgó con convicción—. Todos ellos le temen abiertamente, y la mayoría también me temen a mí. Pero de Obito habrá que hacerse cargo.
Naruto aceptó la verdad de estas palabras. Después de todo, fue casi necesario el fin del mundo para que Obito viera el error de su camino. Y sin embargo, le rehuía a la idea de matar a alguien que no solo había sido un corto aliado por algún tiempo, víctima de Madara además, sino también a quien había sido alguien tan querido para su antiguo sensei.
—Ya cruzaremos ese puente cuando lleguemos a él— decidió.
Había poco que discutir después de eso; solo algunos detalles restantes. Acordaron permanecer en el pueblo por algunas semanas más, pues el lugar estaba considerablemente libre de la influencia shinobi y ponderando que sus identidades ya estaban establecidas, disminuía el riesgo de atraer atención no deseada ahora que Itachi se les había unido.
Naruto y Sasuke entrenarían a fin de incrementar la resistencia y durabilidad de sus cuerpos, además de incrementar sus niveles de chakra. Los tres tambíen tenían que acostumbrarse a las técnicas y estilos de combate de cada uno, para ser capaces de operar como una sola unidad cuando la situación lo requiriera.
Después de eso, tal vez viajarían al País de la Roca de nuevo, o quizá a una tierra lejana en las orillas del País de la Arena. Algún lugar aislado donde ellos pudieran practicar sus más visibles y poderosos jutsus sin ser detectados por nadie, y sin poner a nadie en peligro.
Como si fuera de mutuo acuerdo, el ambiente incómodo fue despejado después de la primera conversación. Tenían el camino claro delante de ellos ahora, al igual que un objetivo concreto. Era más sencillo adaptarse a los cambios que el presente les trajera, cuando sabían a dónde los llevaban esos cambios. La incertidumbre se desvaneció, el camino de una convivencia exitosa se abrió ante ellos.
No hubo mayores cambios en los días siguientes, a pesar de la presencia de un nuevo compañero en sus vidas. Itachi se ajustó muy bien al estilo de vida de Naruto y Sasuke. Siguió su ejemplo y ocupó el jutsu de transformación para disfrazarse como un jóven promedio, a quién presentaron como Yohi Itami, su sobrino -hijo de su hermana- lo suficientemente mayor para empezar a aprender el negocio familiar.
Con el fin de alcanzar sus objetivos, los tres también establecieron una rutina de entrenamiento a la que se apegaron rigurosamente.
Temprano, por las mañanas, desayunaban en la habitación y después partían a su rincón en el bosque donde podían entrenar en privado. Se ejercitaban individualmente por unas cuantas horas para incrementar su aguante y resistencia y aumentar la fuerza de sus cuerpos. Después tomaban un momento para comer un refrigerio juntos. Después de eso, retomaban el entrenamiento. Ésta vez, tomaban turnos para hacer encuentros de uno a uno, excepto cuando Sasuke y Naruto hacían equipo en contra de Itachi y le enfrentaban juntos, cosa que pasaba muy a menudo.
Sasuke y Naruto se esforzaban incansablemente y, como resultado, ambos lograron grandes progresos en sólo dos semanas. Aunque aún no era suficiente para sobrepasar las defensas de itachi.
Hoy habían resistido por casi dos horas antes de tener que admitir la derrota, lo que era una mejora si lo comparaban con la hora y quince minutos que había durado el día anterior.
—Aún no puedo creer lo rápido que eres—se quejó a regañadientes Naruto, sentándose en el suelo con un suspiro de alivio.
Su espalda dolía, así como caso todos sus músculos, hasta el culo, pero ya se estaba acostumbrando después de las últimas semanas. Itachi se sentó junto a él, mientras Sasuke permanecía de pie con la espalda contra un árbol, respirando pesadamente. Él y Naruto habían unido sus fuerzas una vez más para derrotar al mayor de los Uchiha, pero no habían podido más que darle un par de golpes. Era humillante.
—No es tanto cuestión de velocidad, sino de prever—les retroalimento Itachi calmadamente, haciendo gala de su habitual humildad—Hay muchos shinobi que son más rápidos que yo, y tú particularmente tienes el potencial de volverte el más rápido de todos ellos—estaba mirando fijamente a Naruto—Pero, aún así, podría derrotar a la mayoría de ellos—no era arrogancia lo que le hacía decir esto, sólo señalaba ese hecho—La clave está en tus ojos. Si observas cuidadosamente a tu oponente, descubrirás que sus movimientos siempre evidencian sus pensamientos. Una vez tienes acceso a sus pensamientos, la batalla es tuya.
—Bueno, eso ya lo sabía—dijo Naruto. Y lo hacía, al menos en cierta medida—Pero nunca conocí a nadie que pudiera predecir las acciones de su oponente tan acertada y rápidamente como lo haces tú.
Shikamaru trabajaba así también, siempre analizando la mentalidad de su oponente, así como su entorno para ocuparlos a su favor, y sin embargo, no había siquiera llegado de cerca al nivel de pericia de Itachi. Aunque de todas las personas con las que Naruto había entrenado, era él quien se acercaba más.
—No pienses que será tan fácil, una vez que estemos lejos de aquí y seamos capaces de usar nuestro ninjutsu también—se unió Sasuke a la conversación. Con la respiración estable ahora, aunque sus mejillas seguían ligeramente sonrosadas por el combate previo.
— ¿Es así?—lejos de sentirse afrontado, los labios de Itachi se curvaron en una rara y honesta sonrisa—En ese caso, espero poder tener un encuentro uno a uno contra tí, Sasuke.
Sasuke automáticamente sonrió de vuelta, obviamente complacido por el reconocimiento de su hermano, y el rosado de sus mejillas oscureció unos cuantos tonos.
Luce adorable No pudo evitar pensar Naruto, lo que le hizo sentir culpable, por lo que se apresuró a abordar otro tema; lo que fuera para distraerse— ¿Creen que deberíamos irnos este domingo, o deberíamos quedarnos otra semana?
Fue lo primero que se le vino a la mente, pero Sasuke parecía tomarlo seriamente ya que arrugó el entrecejo y lo pensó por unos cuantos segundos.
—Sólo soy capaz de usar mi Rinnegan por minuto y medio, mucho menos si intento usar cualquier técnica pesada. Mis reservas de chakra se agotan de inmediato si ocupo el Susanoo, eso además del hecho de que apenas y puedo moverme después de eso—se mostró a disgusto con eso, especialmente cuando recordaba cómo su hermano tuvo que llevarlo de regreso al hotel -otra vez- después de despertar al Dios de las Tormentas por primera vez—Admito que hemos mejorado, pero necesitamos hacerlo aún mejor.
Al menos no hacía sangrar sus ojos. En el segundo día de entrenamiento descubrieron que Sasuke podía acceder a todas las habilidades de su Mangekyo Sharingan desde su Rinnegan, sin tener efectos negativos de su parte. Lo que explicaba por qué si ojo derecho no sangró después de usar el Tsukuyomi en Itachi.
Y cómo el Susanoo podía despertarse desde cualquier ojo, en teoría no había nada que le detuviera para usarlo. En la realidad, su cuerpo era demasiado débil para mantener al DIos por más de unos segundos: tenía la habilidad pero no la capacidad de hacerlo aún. Lo que le frustraba sin fin.
—No puedo decir que no esté de acuerdo. Kurama y yo estamos mejorando en el uso de su modo chakra, pero no estamos ni cerca de ser tan buenos como antes. —Ellos eran imparables en el taijutsu, pero cada vez que Naruto intentaba algún ninjutsu, la técnica no funcionaba de la forma que se suponía: o era demasiado débil, o tan fuerte que se salía de control. Lo peor era que no había podido descubrir cuál era el problema aún. —Y aún no puedo acceder al modo sabio de los Seis Caminos—volteo la cabeza para mirar al mayor de los Uchiha, pidiendo su opinión— ¿Itachi?
—Creo que ambos han hecho un gran progreso, aunque podemos quedarnos otras dos semanas si quieren—les dijo a ambos—Pero necesitan tener en mente que sus cuerpos son jóvenes, y cada día usan mucha de su energía para poder crecer. No importa cuánto entrenen, no alcanzaran el nivel que tenían en el futuro, no hasta que sus cuerpos estén completamente desarrollados.
A regañadientes, Sasuke admitió lo acertado de semejante apreciación, pero no estaba listo para rendirse aún—Eso no significa que no podamos volvernos más fuertes—afirmó obstinadamente. Itachi asintió concediéndole el punto.
—Bueno, si nos vamos a quedar, creo que debemos tomar un par de días descanso para darle oportunidad a nuestros cuerpos de recobrarse—por su puesto esto fue idea de Naruto.
Sin quererlo, Sasuke retrocedió ante la perspectiva. Era fácil enfocarse en su objetivo y no dejar que nada lo distrajera, cuando pasaban tantas horas de entrenamiento todos los días. Para cuando el día había terminado, los tres estaban agotados. Uno no se preocupaba por miedos tontos o sentimientos irresolutos cuando estaban demasiado cansados siquiera para mantenerse de pie.
De alguna forma, ambos hermanos se habían escudado así mismos en la rutina para evadir la confrontación de los temas que quedaban pendientes entre ellos.
Itachi ya debía estar al tanto de esto, porque parecía tan renuente como Sasuke a la sugerencia de Naruto a pesar de reconocer que, de hecho, era una buena idea. Ellos necesitaban dar a sus cuerpos un par de días de descanso, después de demandarles tanto por tanto tiempo. Itachi no había agotado el suyo tanto como su hermano o Naruto, aún así sabía que si quería entregar y mantener al cien por ciento, necesitaban descansar primero.
—Creo que es una sabia idea—admitió con pesadez en el corazón, esforzándose en no ver hacia Sasuke.
— ¡Grandioso!—Naruto no compartía la renuencia de ambos hermanos—Le avisaré a Hikari entonces. Ella me ha estado preguntando acerca de eso.
— ¿Quién demonios es Hikari?—la vacilación de Sasuke rápidamente dio paso a su mal humor.
— ¿La chica de recepción?—respondió Naruto como si fuera obvio. —Honestamente, Sasuke, hemos estado aquí por más de un mes ¿y no te has molestado siquiera en aprenderte su nombre?...
En lugar de ser arrastrado a otra discusión, Sasuke rápidamente se puso de pie, y tomó la salida que Naruto le había dado involuntariamente. Solucionaba dos problemas a la vez. —Iré a informarle entonces. De esa forma puedo preguntarle su nombre y asegurarme de que podamos conservar nuestra habitación por otras dos semanas.
Naruto no tuvo ni tiempo de registrar aquellas palabras, cuando Sasuke desapareció de vista. Frunció el ceño, desconcertado— ¿Qué demonios?
—No le agrada la recepcionista—aclaró Itachi.
Naruto no prestó mucha atención a sus palabras—Supongo que ese es Sasuke para ti—dijo, sintiéndose abatido después de ser dejado atrás de tal manera—Cómo pronto te darás cuenta, a tu hermano no le gusta casi nadie…
—Él no estaba entusiasmado con la idea de pasar tiempo conmigo fuera del entrenamiento tampoco—Itachi no pudo evitar agregar.
Naruto buscó su mirada esta vez y su infantil irritación se desvaneció después de semejante declaración—Eso no es verdad, y lo sabes.
Itachi regreso la mirada abiertamente— ¿No lo es?
—Por supuesto que no. Deberías haberlo visto antes. No paraba de hablar acerca de ti antes de encontrarte, y nunca le he visto más feliz de lo que lo ha sido las últimas dos semanas.
—Tal vez—Itachi no tenía manera de saber si eso era cierto, pero confiaba en las palabras de Naruto cuando se trataba de su hermano—Pero le lastimé, mucho. Y aún si me ha perdonado, ahora que estoy cerca de él, no es fácil dejar ir aquello…
Naruto admitió que eso era verdad, pero después de todo el esfuerzo que Sasuke había puesto en traer de vuelta a su hermano, se rehusaba a creer que esto era un obstáculo que no pudieran sobrepasar.
—Sólo necesitan tiempo para volver a conectarse, recordar lo que es ser hermanos—dijo—.Me aseguraré que ustedes tengan algo de tiempo a solas mañana.