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Porque ahora lo sé: Todos los Caminos llevan a Ti por StarlightRain

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Notas del capitulo:

N/A: Hola todos. No tenía la intención de actualizar este capítulo hoy. Me tomó un tiempo volver a escribir esta historia, después del paréntesis que tomé para trabajar en mi disertación, y quería tener algunos capítulos listos antes de comenzar a actualizar nuevamente.

Pero, bueno, hoy es mi cumpleaños. Y mi amigo starlightnorain me envió un correo electrónico de felicitaciones, y pensé que sería agradable subir el capítulo hoy, como una forma de agradecer a todos ustedes, personas maravillosas que nos han apoyado a mí y a esta historia desde el principio, Hace más de un año.

No hubiera podido terminar este capítulo si no fuera por IImage, que hizo un trabajo maravilloso editándolo, y PsychopathOnADiet, cuya contribución aprecio mucho. Gracias, a los dos.

Para todos los demás, espero que lo disfruten.

 

N/T: Ya sé que hace eones no nos vemos pero sepan que me puse a hacer actividades que rebasan mi tiempo disponible y, aún así, me he encontrado con el tiempo disponible para traducir. La que seguramente no está tan emocionada es Enigmatek quien se está encargando de revisar y corregir cualquier cosa que se me pasa ya que ahora en menos de un par de horas me he puesto a adelantar todo lo que he podido sin mirar atrás, obviamente se me han ido muchos detalles y casi pierde el cabello en el proceso así que siéntanse libres de agradecerle mucho. Sin más los dejo con el capítulo.

Capítulo 15

 

Hace algunas horas…

 

Itachi nunca había sido instruido en el arte de la sanación. Era un área que jamás le había llamado la atención y su padre consideraba aquellos talentos femeninos por debajo de las habilidades de su primogénito. Sin embargo, Pain había insistido en que todos los miembros de Akatsuki debían tener un mínimo de conocimiento en habilidades médicas, al menos suficientes para mantenerse vivos a ellos mismos y a sus compañeros en el campo de batalla, hasta que pudieran encontrar ayuda. Ahora mismo, Itachi estaba haciendo uso del conocimiento y habilidades adquiridas para mantener a ese chico con vida.

 

A pesar de eso, su condición empeoraba cada minuto.

 

Los sellos hechos para imposibilitar el acceso a su chakra estaban fallando, y lo estaban drenando en su lugar. Sin chakra las partes vitales de su cuerpo estaban en constante riesgo de colapsar. Itachi estaba intentando mantener el flujo constante de su chakra a través del cuerpo, creando caminos artificiales que permitieran llegar a sus órganos; pero hasta ahora se había visto forzado a reanimar su corazón al menos una vez y uno de sus riñones definitivamente estaba fallando.

 

Incluso si Lady Tsunade llegaba a tiempo para salvar su vida, Itachi dudaba que el pobre chico pudiera recuperarse sin secuelas a largo plazo.

 

Imposibilitado de hacer algo más para ayudarle por el momento, sus ojos se dirigieron a uno de los clones que Naruto había dejado atrás -el otro se había desvanecido la noche anterior, ansioso de informar al original los cambios en la condición de su amigo. Su rostro estaba mortalmente pálido, marcado por una expresión de ansiedad y profunda preocupación.

 

—¿Eran muy cercanos?— Itachi se encontró a sí mismo preguntando, sin tiempo de censurar sus pensamientos. El clon dirigió su mirada a él. El agotamiento era evidente en sus ojos. No había dormido nada desde que Sasuke y Naruto se fueran.

 

—Sí— contestó el clon después de un momento—. Él era...— no su mejor amigo, ese privilegio le correspondía a Sasuke y sólo a Sasuke. —Él era especial. Para cuando la guerra terminó, ya había hecho muchos buenos amigos, pero ninguno era tan apreciado para mi como lo era Gaara. Éramos los únicos que sabíamos lo que era ser un jinchuuriki; lo cerca que estuvimos de convertirnos, en algún momento, en los monstruos por los que otros nos tomaban.

 

—Ya veo— Itachi recordó una vez más lo cruel, obscena y fanática que podía llegar a ser la gente a veces. El que había elegido lastimar a un niño de esa manera era un ejemplo de lo malvada que podía llegar a ser la humanidad. Aunque los que lo habían repudiado, los que lo habían alejado, tanto a él como a Naruto, eran sólo personas comunes.

 

—No nos veíamos muy seguido— continuó explicando el clon —él era el Kazekage en Suna y yo vivía en Konoha, pero él siempre se inventaba tiempo. No le gustaba mucho Sasuke. Solíamos discutir mucho por él, aunque siempre respetó mis decisiones. Él...—su voz tembló— él me amaba.

 

Había muy poco que Itachi pudiera decir aquí. No había sentido en preguntar si había devuelto esos sentimientos, cuando la respuesta era obvia con su sola presencia aquí. Si había roto o no su corazón era irrelevante. Como irrelevante era discutir las hazañas y los sacrificios de ese hombre en sus años como Kazekage. El niño acostado en esta cama era completamente otra persona, una que tal vez nunca vuelva a elegir ese camino.

 

—Ve a descansar un poco— eligió decirle—. Te ves como si lo necesitaras.

 

El clon negó con la cabeza— ¿Cuál sería el punto? En unas pocas horas desapareceré y no importará lo cansado que me sienta. Naruto no se molestará por eso.

 

—Puede ser cierto— reconoció Itachi—. Pero lo que sucederá en unas horas no debería usarse para demeritar lo que estás sintiendo en este momento.

 

El clon bajó la mirada por un momento, como regañado, pero luego sus brillantes ojos azules recorrieron la habitación, deteniéndose en Gaara por un momento, anclandose sobre él— Es mi culpa—Itachi le sostuvo la mirada—. Esto no debía haber pasado. Debía haber peleado con él para luego mostrarle que no estaba solo, y luego vine aquí y lo arruiné todo, y ahora está postrado ahí, medio muerto, y no hay nada que yo puede hacer por él.

 

—¿Hay algo que pudieras haber hecho?

 

El clon fue tomado por sorpresa con esa pregunta, y le tomó un par de segundos responderla—. Yo… ¡Si! Me podría haber quedado. Podría no haber venido aquí en primer lugar.

 

—Eso es verdad— dijo calmadamente Itachi—. Ahora ya sé las razones por las que viniste. ¿Pero por qué no te quedaste en Konoha?

 

Lo pensó por un segundo—. Ya sabía la mayor parte de lo que iba a suceder. No quería jugar a ser Dios con la vida de mis amigos— respondió honestamente. Aunque también era verdad que estaba cansado de Konoha. Cansado de la presión de ser alguien más que no era y cansado de interpretar un rol que no le quedaba.

 

Las facciones de Itachi se tornaron serias—. Una razón muy válida entonces. Asumes que al venir aquí tenías un conocimiento que nadie debería tener y tienes razón al pensar eso. Aquellos con demasiado conocimiento o demasiado poder, suelen terminar oprimiendo a los demás por lo que ven como un bien mayor. El conocimiento que tú y mi hermano tienen sobre las personas, sobre sus secretos y los eventos por venir es tremendamente peligroso. Y sería extremadamente sencillo para cualquiera de los dos (especialmente para ti que estás más comprometido) tomar el control de las cosas, de la gente que no nació para ser controlada. Buscando la protección de aquellas personas puedes, inadvertidamente, quitarles su libre albedrío, es decir, su derecho de tomar las decisiones sobre el sendero de sus vidas, incluso a equivocarse.

 

—Así que entonces… ¿no hago nada? Y dejo que cosas como estas pasen..

 

Itachi le sonrió, de acuerdo con eso.—Por el otro lado, el conocimiento también viene con responsabilidad. Saber que alguien va a ahogarse y no saltar al agua para rescatarle; saber que un niño está siendo abusado por sus padres y permanecer inmune a lo que sucede; saber que hay un asesino en la calle, y no abrir tu casa para recibir a los que huyen de él. Te hace un poco responsable de las tragedias que siguen, ¿no es así? Y, sin embargo, esa responsabilidad es tan grande o pequeña como lo desees, ya que solo tienes que responder a tu conciencia.

 

El clon pareció considerar sus palabras por un momento—. Entonces ¿cómo alcanzas el punto medio? ¿Cómo salvas a la gente sin convertirte en un tirano?

 

La sencilla sonrisa de Itachi se volvió entonces desdeñosa—. Me temo que no soy el más indicado para responder a eso. Yo sigo buscando una respuesta.

 

Eso no era de mucha ayuda. Itachi había apuntalado, con perfecta precisión, la lucha interna que lo había estado molestando durante años, desde que hubo terminado la guerra. O tal vez sería más preciso decir desde que despertó de aquel sueño, ese que le había mostrado un vistazo de una realidad alterna donde ya era el Hokage y la mayoría de sus sueños de infancia se habían hecho realidad, haciéndolo completamente miserable.

 

Antes de eso, y antes de la devastación de la guerra, siempre había estado seguro del camino a seguir. Había entrenado durante años para llevar a Sasuke a casa, para que pudieran estar juntos de nuevo. Él había querido ser Hokage, para que su valor fuera reconocido por otros. Él había querido hacerse más fuerte, para poder proteger a su apreciada gente. Durante la guerra, después de descubrir la verdad sobre Itachi y darse cuenta de cuán profunda era la corrupción en Konoha, había querido convertirse en Hokage para cambiar el sistema desde sus raíces.

 

Pero si había algo que el sueño le había enseñado, era que el sistema no quería ser cambiado. La gente estaba feliz de olvidarse de las tragedias de la guerra; para seguir con sus vidas como si nada hubiera cambiado, y deseaba seguir haciendo las cosas como siempre lo habían hecho. La gente tenía la intención de cambiarle a él, para que se adaptara al papel que le habían preparado.

 

En ese universo, el nombre de Itachi nunca se limpió. Kakashi consideró que era demasiado tarde y demasiado peligroso como para cambiar el recuerdo oficial de esos eventos. Su nombre todavía estaba maldito. En todo el mundo, era conocido como un traidor y parricida. Mientras tanto, los dos ancianos que habían estado involucrados en la masacre del clan, habían mantenido su posición, y caminaban por las calles de Konoha con la barbilla muy arriba, sin importar que hubieran sido culpables de aquel homicidio. Ellos eran amados, mientras Sasuke era odiado.

 

El clan Hyuga, en contra de sus deseos y recomendaciones explícitas, continuó esclavizando a los de la segunda rama. No importaba que él fuera el Hokage. No importaba que su esposa fuera una Hyuga. No importaba que la misma Hanabi, la nueva cabeza del clan, no estuviera de acuerdo con la práctica. El sello maldito fue marcado en todos los segundos hijos varones a la edad de tres años.

 

Raíz también siguió operando bajo un mando diferente, y no le respondían a él.

 

En ese mundo, Naruto podría no haber tenido el conocimiento del futuro, pero era fuerte. Era uno de los dos hombres más fuertes con vida, por un gran margen. El otro era Sasuke y lo habría apoyado en todo. Él tenía el poder de cambiar el sistema, corregir sus errores y la fuerza para llevar a cabo esos cambios; nadie podía oponerse a él. Y todo ese poder no valía nada.

 

Porque, ¿cómo cambias un sistema que no quiere ser cambiado? ¿Cómo haces lo que sabes que es correcto, cuando aquellos a los que tienes a tu cargo lucharán contra eso? ¿Descartas todos sus deseos? ¿Impones tu voluntad sobre ellos? ¿Los obligas a seguir tus propias ideas? ¿Qué es lo correcto?

 

Fue un conflicto que ni siquiera se le pasó por la cabeza durante su juventud y su niñez. En aquel entonces, él operaba bajo la creencia de que la mayoría de las personas eran buenas, y las buenas personas querían hacer lo correcto, incluso si a veces debían ser forzadas a ello. Fue solo después de la guerra, una vez que alcanzó la adultez, que Naruto se dio cuenta de lo infantil que había sido su forma de pensar. La certeza que había acompañado sus decisiones antes, nunca volvió completamente a él.

 

Tal vez consciente de su conflicto interno, Itachi habló otra vez—. Naruto, debes entender que nadie, no importa lo fuerte o sabio que sea, puede salvar a todos. Para hacerlo tendrías que cambiar la naturaleza humana, y sólo un Dios puede hacerlo— eso sonó muy similar a algo que Sasuke le había dicho un tiempo atrás—. Pero puedes salvar a algunos. Gaara, por ejemplo; le estamos manteniendo con vida mientras tu y mi hermano se apresuran a traer a alguien que le pueda ayudar. Y esta gente que salvamos, seguirá con sus vidas, podrán tener hijos, podrán seguir su destino y salvar a alguien más, o podrán simplemente conocer a una persona especial un día y cambiar su vida a algo mejor. Y eso es valioso.

 

Eso tenía sentido. Naruto intentó ver las cosas desde esa perspectiva—. ¿Pero qué pasa con Gaara? ¿Qué pasa con aquellos quienes serán lastimados a causa de mis decisiones?

 

—Primero que nada— respondió Itachi— no importa cuanto recuerdes sobre tu pasado, no puedes cometer el error de pensar que ese es nuestro futuro. No lo ha sido desde que tu y mi hermano llegaron. Cada acción conlleva consecuencias impredecibles. Algunos lo llaman el efecto mariposa: la dependencia sensible dadas unas condiciones iniciales, en donde un cambio pequeño dentro del sistema determinado no lineal, puede resultar en grandes diferencias a largo plazo.

 

Lo que creo que significa es que es imposible conocer las consecuencias de nuestras decisiones. Podemos calcular, podemos jugar con las probabilidades, pero siempre hay un gran margen de error. No se puede saber que permanecer en Konoha habría evitado que esto pasara, ya que eres una persona diferente de cuando sucedió en primer lugar, y las personas a tu alrededor en consecuencia tendrán diferentes reacciones a tu presencia. Tal vez no hubiera sucedido. Quizás estaría muerto en lugar de aquí. Quizás quienquiera que le haya hecho esto también te habría capturado. No hay manera de que lo sepas.

 

Sin embargo— Itachi continuo—, podemos asumir que la mayoría de los eventos históricos no han cambiado aún, especialmente aquellos eventos que se sucedieron lejos de tu esfera de influencia ¿Cuánta gente murió en la guerra?

 

Naruto tuvo que pensar en eso antes de poder dar una respuesta directa. La Guerra había causado 684 bajas ninja de Konohagakure, y 13,936 samuráis y luchadores libres de la Tierra de Fuego. En total, de las cinco grandes naciones, murieron más de 9,000 ninjas, alrededor de 21,000 samurais y 12,000 luchadores libres. Y eso fue descartar cualquier causalidad civil—. Más de 55,000 personas murieron— dijo al fin.

 

Los ojos de Itachi se ensancharon levemente ante tal número, pero luego asintió con la cabeza, aceptándolo—. Eso genera 55,000 vidas en ese momento. 55,000 vidas que no serán desperdiciadas sin sentido. 55,000 vidas que se salvarán sí se previene la guerra. Incluso si sus elecciones desde que llegaron aquí han alterado, para bien o para mal, las vidas de algunos cientos, ¿no vale la pena salvar 55,000 vidas?

 

Las palabras de Itachi no eran realmente reconfortantes, ni estaban destinadas a serlo. Pero eran realistas y sonaron verdaderas, y Naruto no pudo oponerse a ellas, incluso si él tampoco estaba de acuerdo con ellas; no todavía, de todos modos, por más infantil que pareciera, siempre había soñado con salvar a todos, y ese sueño se negaba a morir.

 

Pero 55,000 vidas, incluso si esas vidas pertenecían principalmente a extraños, valían mucho. La culpa que pesaba en su corazón desde que vio a Gaara en tan terrible condición todavía estaba allí; no se había ido... pero tal vez se había vuelto un poco más soportable ahora.

 

En silencio, esperaron, rogando porque Naruto y Sasuke pudieran traer a tiempo a Tsunade, antes de que fuera muy tarde.

 

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De regreso al presente, siguiendo a Sasuke…

 

La obscura calle estaba vacía, a pesar de la gran cantidad de lugareños y turistas que inundaban la ciudad. Solo había dos personas de pie en este pequeño rincón del pueblo. A pesar de su falta de conocimiento sobre la detección de chakra, la mayoría de los civiles aún podían sentir el peligro. De alguna manera, podían decir que las dos figuras oscuras que deambulaban por el callejón eran malas noticias, y sabiamente, mantuvieron la distancia.

 

Sin embargo, él no era la mayoría de los civiles. Sasuke apenas necesitaba enfocarse para sentir cada gramo del poderoso chakra retorcido que emanaba de Orochimaru. Dominante, pero no del todo natural, contaminado por todos los experimentos que había llevado a cabo en su vida. El chakra de Tsunade era similarmente poderoso, pero tenía un sabor completamente diferente. Limpio y fuerte. Sasuke podía decir que se usaba principalmente para la curación, pero se sentía rígido, lo que podría deberse a una falta de uso.

 

Había otro chakra a unas calles de distancia, más pequeño si se compara con los Sannin, pero seguía creciendo. Sasuke lo reconoció como el de Kabuto inmediatamente, y no se sorprendió en absoluto al encontrarlo a la sombra de su maestro.

 

No dispuesto a perder más tiempo, Sasuke saltó del techo y aterrizó a unos metros de los dos Sannin. Los dos fueron tomados por sorpresa por su llegada repentina, e inmediatamente dieron un paso atrás, los cuerpos cambiaron a modo defensivo. Le tomó un par de segundos al gesto de Orochimaru relajarse, yendo de la sorpresa al reconocimiento. Luego a otra cosa, algo parecido a la lujuria.

 

Esa expresión no era nueva para Sasuke. Había vivido tres años bajo el peso de esa mirada. Solía ​​hacerlo sentir incómodo, incómodo en su propio cuerpo. Sin embargo, eso fue hace mucho tiempo. Hoy se encontró con la mirada de Orochimaru sin miedo.

 

—Sasuke Uchiha— le reconoció el Sannin arqueando ligeramente la cabeza— he escuchado historias de tu deserción… y sin embargo, lo admito, no esperaba verte tan pronto— su voz sonaba engañosa, y sus ojos brillaban con codicia— ¿Has venido a buscarme Sasuke-kun?

 

—“Sasuke” será suficiente— Sasuke lo corrigió, haciendo caso omiso de su pregunta— o Uchiha-san. Hay un asunto que necesito discutir contigo, en privado.

 

La risa suave de Orochimaru hizo eco en el callejón. Sasuke era solo un niño a sus ojos, apenas tenía trece años. Tomó sus palabras como un intento pomposo de hacerse el mayor. Y sin embargo, el recuerdo de su derrota a manos de Itachi pesaba mucho en su mente. No subestimaría a un Uchiha de nuevo; ni siquiera a este jovenzuelo con un peor ladrido que mordida.

 

Él accedió.

 

—Como desees, Sasuke. Hay asuntos que también deseo abordar contigo. Sin embargo, ¿serías tan amable de darme unos momentos con lady Tsunade primero? Me temo que obtuve considerables lesiones durante mi última confrontación, y ella es la única que puede curarme ahora.

 

Tsunade, todavía tensa, que había estado observando su intercambio en silencio, habló al fin—. ¿Entonces eres un traidor a Konoha?— su voz estaba llena de desprecio y miró a Sasuke con los ojos entornados—. Era de figurarse. Otro renegado Uchiha.

 

Sasuke sintió que la vieja, familiar y turbulenta rabia despertaba en su corazón, como sucedía cada vez que alguien se atrevía a hablar mal de su familia, de su hermano. Pero esta vez era mucho más fácil controlar su furia, el fuego en su pecho era no lo suficientemente como para sobrepasarlo. Itachi estaba bien. Lo estaba esperando en casa. Y él estaba aquí por Naruto, quien confiaba en él.

 

—No soy más traidor que tú— respondió a Tsunade con calma—. Yo también dejé la aldea, pero no busco destruirla— sus ojos se detuvieron deliberadamente en Orochimaru mientras pronunciaba esas palabras—. Mi hermano es mucho más leal de lo que cualquiera de nosotros aquí podría aspirar a ser.

 

—¿De verdad?— ella obviamente no estaba creyendo nada de eso, pero Sasuke la ignoró. Fijó su mirada en Orochimaru, quien lo miraba ahora con cautela—. Me voy y no volverás a encontrarme. Depende de ti, si deseas seguirme.

 

Fiel a sus palabras, el joven Uchiha les dio la espalda, saltó y desapareció entre los muchos techos que rodeaban el callejón. No miró hacia atrás ni se detuvo hasta que sus pasos lo sacaron de la ciudad hasta una colina cercana al borde del bosque. Él conocía al viejo Sannin demasiado bien. Él sabía cómo pensaba, la forma en que su mente funcionaba. Sabía que Orochimaru lo seguiría.

 

Su intuición resultó acertada, tan solo un minuto después.

 

El Sannin se le acercó, y no parecía tan feliz como antes—. Mejor habla rápido, Sasuke. Tsunade no es conocida por ser una mujer paciente. No es prudente darle tiempo para cambiar de opinión.

 

Lentamente, Sasuke miró a su viejo maestro de la cabeza a los pies. Su rostro todavía era espeluznante, y su piel estaba aún más pálida de lo normal. Su cuerpo no reflejaba su fuerza normal, y sus brazos colgaban muertos a los costados, ya que no podían moverse en absoluto. Inútil. Los labios de Sasuke se curvaron en una sonrisa desdeñosa.

 

—Te ves patético—. Orochimaru lo miró.

 

—Cuidado niñito— le advirtió— no necesito mis brazos para ponerte en tu lugar.

 

—Estás equivocado— respondió Sasuke con calma— eres débil. Incluso con el uso de tus brazos, eres aún más débil que yo. A pesar de todos tus experimentos, todavía no podrías vencer el poder de un verdadero Uchiha—. Sasuke activó su Sharingan, y sus ojos cambiaron de su color negro habitual al rojo sangre. El patrón se diversificó, denotando el Mangekyou. Orochimaru lo observó sin impresionarse. Sasuke sonrió, el púrpura del Eterno Rinnegan floreció en sus ojos.

 

—¡Imposible!— Orochimaru dio un paso atrás, con los ojos muy abiertos, y una súbita expresión de miedo en su rostro—. ¡Ese poder se perdió!

 

—Y, sin embargo, me fue otorgado por un Dios— respondió Sasuke con una sonrisa, disfrutando del temblor que sacudió el cuerpo de su antiguo maestro—. Hagoromo podría haber sido un viejo tonto con el corazón blando, pero era generoso con los que consideraba familia.

 

—¿Hagoromo? ¿Te refieres ... al famoso sabio de los seis caminos?

 

—Así es— asintió Sasuke.

 

—No es más que una leyenda— protestó débilmente Orochimaru, y sin embargo, estaba claro para Sasuke que le creía: sus ojos brillaban con su expresión codiciosa, pero esta vez no era Sasuke a quien estaba codiciando. Estaba sediento de conocimiento. La mayor debilidad de Orochimaru. Donde él encontró su mayor fortaleza.

 

—El hombre es real— aseguró Sasuke.

 

—Y él… ¿te dio esos ojos?

 

—Lo hizo. Y dejó un regalo más para otro. Tenía dos hijos, hace mucho tiempo, antes de que murieran peleando el uno contra el otro. Y llegó a creer que nosotros éramos su reencarnaciones, que llevábamos las almas de sus hijos en nuestros cuerpos.

 

—¿Y es así?— Sasuke se encogió de hombros.

 

—Realmente no me importa, si es una cosa u otra. Tal vez fuimos ellos, hace mucho tiempo— admitió, aunque no le gustaba pensar en eso—. Pero somos quienes somos ahora, y ninguno de nosotros cambiaría lo que somos.

 

Orochimaru no pareció muy satisfecho con esa respuesta, y por un momento, parecía que iba a insistir en el asunto. Sin embargo, cambió de opinión en el último segundo y preguntó algo completamente diferente.

 

—¿Por qué me buscaste, Sasuke?— Sasuke le contempló por un momento antes de responder.

 

—Vine a darte una advertencia, y un regalo de despedida.

 

—¿Oh?— las facciones de Orochimaru no lo traicionaron esta vez—. ¿Y qué me darás primero?

 

—La advertencia, desde luego— respondió rápidamente con una mueca sobre sus labios— de ahora en adelante, dejarás a Konoha tranquila. Dejarás de matar gente en tus experimentos. Y nunca jamás amenazarás a mi hermano otra vez, de ninguna manera.

 

El Sannin no pareció muy feliz con esos términos.

 

—¿Y si no lo hago?

 

—Entonces te elimino— declaró Sasuke, simplemente.

 

—Veo que no tengo elección...— se quejó el viejo ninja.

 

—No la tienes— Sasuke convino con él—. Valoras tu vida sobre todo lo demás. Has hecho cientos de experimentos para prolongarla. Te has asegurado contra errores, de prueba a prueba de fallos, solo para asegurarte de que haya una forma de regresar, cuando mueras. Pero nada de eso te salvará. Si te atraviesas en mi camino, enviaré tu alma a un lugar desde donde no hay retorno.

 

Orochimaru miró al chico en frente a él. No era -no podía ser- todo lo que parecía. Era hermoso y juvenil. Fue bendecido con la cara de un ángel y un cuerpo de dimensiones perfectas. Se parecía poco a su hermano, que también era hermoso, pero de una manera más oscura y más viril. Las facciones de Sasuke eran más finas, su rostro más delicado, su cuerpo menudo, y sin embargo, el niño llevaba una fuerza que era inusual en la mayoría de los hombres. Orochimaru lo había descartado como soberbia al principio, un grave error de su parte.

 

Sólo ahora, después de haber sido amenazado, podía ver que la belleza de su rostro era solo una fachada, y cualquier cosa que acechaba detrás era peligrosa, amenazante, como la muerte misma, incluso para Orochimaru, uno de los Sannin legendarios.

 

—Considero que tus términos son aceptables—. No estaba contento con estas concesiones, sin embargo, en lugar de ira o derrota, había una sensación de profunda fascinación creciendo dentro de él mientras lo miraba. Sasuke asintió, una vez—. Bien— dijo y luego fijó sus ojos en un punto a unos pocos pies de él. Sus manos se movieron rápidamente, formando algunos sellos.

 

De la nada, apareció una figura imponente. La criatura clavó su mirada enojada en Sasuke, que no apartó la mirada. Por el contrario, parecía comandarlo.

 

—Conoce a Yama, el Rey del Infierno— habló Sasuke con orgullo—. Emma, ​​el Rey Mono, que fue convocado por el Tercero no es más que uno de sus sirvientes— miró a la criatura otra vez, comunicándose con él en silencio, y luego, muy lentamente, la figura abrió su boca y una pequeña luz brillante color turquesa emergió de ella y huyó directamente a Orochimaru.

 

Sasuke inclinó su cabeza hacia la criatura, y desapareció poco después. Orochimaru no se dio cuenta. Sus ojos estaban fijos en sus brazos. ¡Podía sentirlos! Podía moverlos de nuevo!

 

—¿Qué hiciste?

 

—Recuperé tu alma del Inframundo. O, más exactamente, ordené al Rey del Infierno que devuelva la parte de tu alma que el Rey Mono** había encerrado— Orochimaru le contempló maravillado.

 

—¿Dominas a la muerte?

 

—No hay nada que mis ojos no dominen ahora si así lo deseo— dijo Sasuke—. Este es mi regalo para ti. Tsunade no habría podido ayudar, incluso si estaba realmente dispuesta a intentarlo, pero yo sí podía. Tu alma es una vez más tuya, siempre y cuando cumplas mis términos.

 

La amenaza no era sutil, pero a Orochimaru no le importaba, no mientras este bello enigma estaba frente a él.

 

—Te he dado mi palabra y la cumpliré— juró. Sasuke lo aceptó, con una inclinación de cabeza. Volvió la vista hacia los árboles detrás de ellos y sin decir a nadie en particular…

 

—Mis términos también se aplican a ti. Sé que estás escuchando, así que sal ahora.

 

Por un momento, nadie llegó, pero luego apareció una figura familiar al borde del bosque y se acercó a ellos. Orochimaru no se sorprendió al ver que Kabuto los había estado espiando, pero le molestaba que él no hubiera notado su presencia, mientras que Sasuke lo había notado todo el tiempo. ¿Era posible esconder algo de esos ojos?

 

—No te tengo miedo— dijo el adolescente estúpido una vez que los hubo alcanzado. Tenía la barbilla levantada y sus facciones desafiantes, mientras miraba al chico más joven.

 

Sasuke no perdió los estribos. Incluso parecía aburrido con el cambio de conversación.

 

—Entonces eres un tonto— replicó con calma—. Aún más tonto de lo que pensaba—. Él sonrió de nuevo—. Te veo, Kabuto. Mis ojos te ven. No hay nada que puedas esconder de ellos. Y eso es exactamente lo que eres, nada. Podría matarte ahora, y nadie lloraría por ti. Nadie te extrañaría, y morirías sin saber quién eres realmente. Nada más que una tumba sin nombre.

 

Orochimaru vio que Kabuto abría la boca para responder, pero no salió ningún sonido. Había un horror creciente en sus ojos. Orochimaru nunca antes había visto a su joven alumno tan conmocionado. ¿Qué tipo de poder residía en esos ojos? Una sola mirada fue suficiente para que su dueño estuviera al tanto de los pensamientos y temores más privados de aquellos a los que miraba.

 

—No te preocupes— sonrió Sasuke—. No voy a matarte esta vez. El hombre que arruinó tu vida es el mismo hombre que arruinó la mía y alguien que me importa se interesa en tu supervivencia, así que obtienes un pase de una sola vez. El mismo trato que a él— le hizo un gesto a Orochimaru—. Rómpelo y te mataré. ¿Entiendes?— Kabuto asintió.

 

—Lo entiendo.

 

—Bien. Y deja de jugar al ninja-copia con Orochimaru. Es asquerosamente raro. No vas a encontrar tu identidad copiando a otros. Deja de ser tan cobarde y ve a buscarla al lugar donde la perdiste. O mejor aún, deja de obsesionarte sobre quién eras, y comienza a pensar en quién quieres ser. No eres el único que tuvo que construir su identidad desde cero, aunque, supongo, no todos apestamos en eso como lo haces tú— concluyó con una expresión arrogante sobre sus rasgos.

 

Un momento después, giró su cabeza hacia la derecha, su cara neutral otra vez, como si estuviera enfocándose en algo. Les dio una última mirada.

 

—Recuerda mi advertencia y prepárate para las consecuencias— dijo. Luego les dio la espalda y estaba listo para partir. El Sannin sabía que no iba a volver a verlo.

 

—¡Sasuke, espera!— Orochimaru lo llamó sin pensar. El chico se detuvo, pero no giró su cuerpo. Él los miró por encima del hombro, arqueando una ceja—. Todo ese poder que tienes ahora, ¿qué vas a hacer con él?— él se encogió de hombros, desinteresado—. No lo he decidido aún.

 

Era una respuesta honesta, pero no era suficiente—. ¿Y si quiero encontrarte?

 

—Amegakure sería un buen lugar para empezar— admitió.

 

Los ojos de Orochimaru se abrieron un poco—¿Akatsuki? ¿Vas a unirte a Akatsuki?

 

—Vamos a tomar el control del Akatsuki— le corrigió Sasuke enfáticamente—. Su plan es estúpido y llevará a la guerra. Además, tengo asuntos pendientes con uno de ellos. ¿Eso es todo?

 

Él estaba cada vez más impaciente. Era fácil de ver. Por mucho que Orochimaru quisiera mantener la conversación, solo había una cosa más que tenía que decirle—. Konoha… No creo que sean tan admiradores tuyos como tu pareces de ellos— le advirtió.

 

—¿Oh?— esta vez Sasuke pareció más interesado.

 

—El Hokage me hizo una oferta no hace mucho tiempo— explicó el Sannin—. Tu cuerpo, junto con tus ojos, con la condición de que reclame públicamente la responsabilidad de tu muerte.

 

—Ya veo—. Fue una sorpresa, en cierto modo. Sasuke no había pensado que el viejo Hokage fuera capaz de ordenar el asesinato de alguien tan joven como creía que él era. Por otra parte, se había quedado mirando cómo un chaval adolescente era chantajeado para asesinar a toda su familia, hombres, mujeres y niños, todo en una noche, solo para salvar la vida de su hermano pequeño—. Supongo que tendrán que matarme primero— bromeó, sonriendo maliciosamente—. Nuestro trato permanece como igual. Lo rompes, y te mataré.

 

Con esa última advertencia, desapareció de su vista.

 

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Naruto esperó impacientemente a que Sasuke se les uniera. Su confrontación con Tsunade había sido larga, y las palabras que intercambiaron fueron agudas y cortantes. Al final, la anciana había accedido a acompañarlo y hacer todo lo posible por sanar a Gaara, aunque ambos todavía desconfiaban el uno del otro.

 

Por un momento, su corazón anheló a la antigua Tsunade que había dejado atrás en el otro universo. Ella había sido su aliada contra viento y marea; había estado a su lado cuando incluso sus compañeros más leales y más antiguos lo habían abandonado. Ella había sido su familia. En cierto modo, lo más parecido a una madre que Naruto había conocido, incluso si el papel que había desempeñado en su vida era más bien una tía cercana.

 

Ella había entendido cuando decidió que la vida de un Hokage no era para él, y le había dado su bendición para buscar la felicidad lejos de Konoha, y fuera de su mundo, incluso si eso significaba que nunca se verían más. Se despidieron, y vió a través de él, yendo tan lejos como para decirle que tal vez el corazón de Sasuke no estaba tan lejos de él como pensaba. En un pueblo donde el Uchiha se encontraba con la sospecha y el odio apenas oculto donde sea que fuera, esas preciosas palabras habían significado todo para Naruto.

 

Sin embargo, eso fue hace mucho tiempo. La mujer parada a su lado ahora no se parecía en nada a la mujer que había dejado atrás. La mujer a su lado tenía el mismo carácter, la misma valentía, los mismos hábitos molestos, pero ella no lo amaba. Ella ni siquiera lo conocía. Y eso la convirtió en una extraña.

 

Finalmente, Naruto sintió que el chakra de Sasuke se acercaba al callejón. Su rostro era cuidadosamente neutral mientras caminaba hacia ellos, sin revelar ninguno de sus pensamientos, pero Naruto lo conocía demasiado bien. Vio, en la forma en que alzaba la barbilla y como caminaba con sus ojos mirando al frente, que no se sentía tan bien como parecía.

 

Sasuke había agotado su chakra, y estaba haciendo uso de una técnica prohibida que enmascaraba este agotamiento magistralmente. Le preguntó:

 

—¿Estás bien?

 

—Bien—respondió.

 

Pero esa respuesta no fue suficiente para Naruto, quien lo miraba preocupado—. Nada que una píldora de chakra no resuelva—. Añadió ante la insistencia de su amigo.

 

Finalmente, Naruto asintió. Tsunade, cansada de este intercambio, se acercó a Sasuke.

 

—¿Dónde está Orochimaru?

 

—Donde lo dejé, supongo. Ya no te necesita. Y no nos causará más problemas.

 

—¿Querías hacerme creer que lo echaste?— preguntó con voz incrédula.

 

Sasuke se encogió de hombros con indiferencia—. Cree lo que quieras —dijo— siempre y cuando vengas con nosotros...— miró a Naruto, quien asintió—. Bien, ¿entonces nos vamos?— extendió su mano hacia Naruto y lo agarró firmemente por el hombro. Giró la cabeza para mirar al ninja médico.

 

—¿Qué?— le arqueó una ceja.

 

—Tienes que agarrarme por el hombro— le explicó Naruto—. Va a ser más rápido de esta manera.

 

En todo caso, esta explicación solo sirvió para aumentar la incredulidad que ensombrecía sus rasgos. Ella miró a los dos niños como si estuvieran bromeando. Y, sin embargo, hizo lo que le pidió. Tan solo para ver a dónde iba todo este mal chiste.

 

Una vez que su agarre sobre él estaba seguro, Naruto movió sus manos para formar los sellos que activarían el Jutsu de Transporte. Unos segundos más tarde, se habían ido.

Notas finales:

N/A: Bueno ¿Qué piensan? Fue difícil volver a escribir a estos personajes después de un descanso tan largo, pero espero haber hecho un buen trabajo.

La primera parte del capítulo se centró realmente en el desarrollo de Naruto. Algunos de ustedes me preguntaron por qué estaba actuando tan vacilante y dudando de sí mismo, cuando estaba tan decidido y confiado en el manga. Esta es mi respuesta.

El caso es que, en el manga, hay un gran cambio entre el comportamiento y la personalidad de Naruto antes de la guerra, y algunos años después. En el epílogo y en Boruto actúa de manera tan fuera de lo común, diciendo y haciendo cosas que nunca hubiera hecho antes, que a menudo me pregunto por qué, ¿cómo podría suceder?

Esta es la respuesta que se me ocurrió. El Naruto adolescente era obstinado y seguro de sí mismo, pero a menudo veía el mundo en blanco y negro. Creía que los buenos eran buenos, los malos eran malos y los malos tenían motivos honestos para ser malos y podían convertirse en buenos. Y sus experiencias respaldaron esta forma de pensar.

Pero creo que probablemente se hizo añicos cuando llegó a la adultez y se le obligó a asumir más responsabilidades como adulto. Y a juzgar por lo que he visto de Boruto (lo admitiré, sin embargo, no ha sido demasiado), me pareció que nunca pudo recuperarse después de este choque contra la realidad.

Así que este va a ser el desafío para él en esta historia. Si Sasuke está aprendiendo cómo desarrollar una relación honesta con su hermano, y eventualmente, cómo ser parte de una relación romántica con Naruto, e Itachi está aprendiendo cómo vivir consigo mismo y cómo aceptar el perdón de Sasuke (y finalmente el de los demás) y amor por él, el desafío de Naruto será este.

Ahora ve el mundo como un adulto, y muchas de las creencias de su infancia acerca de las personas y la forma en que funciona el mundo se habían roto. Entonces, él necesitará encontrar una manera de ver el mundo tal como es y, aún así, permanecer fiel a su creencia de que puede convertirse en un lugar mejor.

Creo que esta conversación con Itachi lo ayudó un poco, pero veremos cómo continúa creciendo a medida que avanza la historia.

Por otro lado, me encanta escribir sobre él con Itachi. Son muy similares en formas que Sasuke y él no lo son, así que creo que hay muchas oportunidades para que se conviertan en buenos amigos, más allá de su mutuo amor y afecto por Sasuke, eso es. Y sí, también me encanta escribir Orochimaru y Sasuke. Su interacción fue muy divertida para mí.

¿Entonces, qué piensan? Me encantaría leer sus comentarios y opiniones sobre este capítulo. Y por favor, siéntanse libres de desearme un feliz cumpleaños.

Montónes de amor.

Anzu.

 

N/T: Sé qué me tardo horrores pero, como siempre, consideren que tengo una vida algo complicada que atender, ni siquiera he podido escribir las cosas que yo quiero XD. Ahora la traducción de lo que hace Anzu es algo complicada a veces porque la mujer está en inglaterra y suele usar expresiones que me cuesta horrores pasar al español y no, los traductores no ayudan en eso y estoy reacio a querer usar alguno.

 

Por otro lado las notas de autor de Anzu son enooooormes y las traduzco porque, debe hacerse jajajajaja, aunque nadie las lee. U_U. Pero bueno al menos para quién se ha tomado tiempo a leerlas verá que hace comentarios bastante desenrollados con respecto a su historia, tanto que a veces rayan en spoiler y eso no a todos les gusta (cof cof Enigmatek cof cof)

 

En fin pues que sepan que sigo con vida y aquí vamos a por el siguiente capítulo.


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