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Crystal Tears por Samy_DBS

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Notas del capitulo:

Aquí el segundo cap!

Espero os guste.

Gracias por leer! Bye bye 

Esa noche no durmió, se quedó en su balcón observando a la dirección por la cual Sasuke regresaría a casa. El sol comenzó a mostrarse.

La última lagrima se deslizó por su mejilla hasta llegar a su mentón, cerró los ojos con fuerza para posteriormente ponerse firme y con una mirada dura y decidida se prepararía para la cita con Gaara.

 

Sasuke había escogido pelear junto a los Uchiha.

Y el escogía el bienestar de los suyos sellando un matrimonio con Gaara.

 

Se bañó limpiando cada parte de su cuerpo, en el aún había marcas que él le había hecho mientras se entregaban el uno al otro. Pronto desaparecerían para siempre.

 

Se arregló con un kimono dorado un poco sencillo con el obi en color rojo, se recogió algunos mechones de cabello mientras bajaba a la cocina a desayunar. El ambiente todavía se sentía frío, las plantas aún permanecían bañadas en la brisa mañanera.

 

A las cinco de esa tarde iría para reunirse con su futuro esposo.

 

Dada la hora establecida se encontraría con el pelirrojo el cual lucía radiante y vigoroso.

 

-¿Naruto? –El pelirrojo al verlo no pudo contener esa sorpresa, pues el hijo del general Minato era hermoso, y vestido de esa forma tan elegante y a la vez sencilla… causaba que su corazón latiera acelerado.

 

-Hola. –Saludó llegando a su lado, un poco nervioso pero sonriendo levemente.

 

-disculpa que no te haya recibido adecuadamente pero es que…-No pudo terminar cuando sintió los azules ojos en su persona.

 

-No te disculpes por favor. –Decidido apretó los puños. –Yo tengo algo que decirte. –

 

Se veía tanta seguridad en el blondo que no evitó sentirse intrigado, pero su semblante cambió a segundos por uno dubitativo y tristón. -¿Qué vas a decirme? –Lo presionó un poco siendo cuidadoso.

 

Sasuke, ¿por qué pensaba en él? ¿Por qué justo ahora dudaba? Sasuke había dado por terminado todo lo que habían compartido. Su postura debía ser firme, si es que de verdad estaba dispuesto a avanzar junto a Gaara.

 

-Yo vengo a aceptar tus buenas intenciones para conmigo y el pueblo Senju. –Dijo convencido.

 

Gaara le dedicó una mirada corta y sincera. –Sé que esto para ti es una obligación. –su semblante se mostraba gentil. –Pero te prometo que nunca te decepcionaré y que te protegeré con mi vida… -Naruto cortó sus palabras.

 

Una sonrisa sincera esbozó el blondo. –No tienes que decírmelo, yo sé que cumplirás eso y más.- bajó la mirada levemente. –Permíteme ofrecerte mi cariño. –Un rojo leve atacó sus mejillas. –Si me das un poco de tiempo estoy seguro que mi corazón te pertenecerá. –

 

Gaara había escuchado aquello sintiendo que en su pecho su corazón estaba más acelerado que nunca. –Agradezco eso. –Con su pulgar acarició la tersa piel de las mejillas del más bajo.

 

-¿Quieres ir al jardín? –sugirió Naruto mostrando una pequeña sonrisa. Por alguna razón se sentía sofocado con la cercanía del pelirrojo.

 

-¿Jardín? –preguntó siguiendo los pasos del rubio.

 

-Si. –reafirmó mirando con atención el brillo en los aguamarina.

 

El pelirrojo se avergonzó cuando su prometido lo vio actuando como niño ilusionado. Carraspeó. –Es que Suna no es tan fértil como este país. –Se excusó. A lo que Naruto río levemente.

 

-Ya lo creo. –Los ojos aguamarina se asombraron al precioso jardín.

 

Arboles frutales rodeaban un área circular, cuyas paredes estaban compuestas por arboles frondosos y rocas. El pasto de un verde vivo con distintas flores coloridas creciendo. Y justo en el centro un lago de agua azul. Un pequeño puente de madera los lleva al kiosco blanco situado en el medio de todo alumbrado por pequeñas lámparas de papel colgantes.

 

Debido a que empezaba a oscurecer había pequeñas luciérnagas volando por el lugar dando un toque mágico al lugar. Parecía otro mundo, uno alejado de la guerra y en donde podías sentirte tranquilo.

 

-Este sitio es…- se quedó mudo. En su vida como soldado estaba acostumbrado a escenarios devastadores, pero ese pedacito de fantasía lo había conmovido.

 

La mano delgada del blondo sujetó la suya con cuidado. –Ven. –Lo llevó hacia el kiosco.

 

-¿Quién hizo esto? –preguntó observando cada detalle.

 

-Mi abuelo y yo. –confesó.

 

-Realmente es hermoso. –reconoció. –En Suna las plantas medicinales y algunas comestibles las criamos en pequeños invernaderos. –mencionó ganándose la atención de su acompañante. –Y yo solía cuidar cactus de pequeño, siempre soñé con un lugar así. –

 

Naruto sonrió enternecido por tales palabras.

 

-Oh, disculpa. Estoy hablando solo de mí. –Se puso nervioso. -Y cuéntame, ¿como es que crearon este jardín? –

 

Naruto carraspeó mientras cerraba los ojos al recordar. –Mi abuelo solía venir a este lago a pescar, porque aseguraba que había visto peces en algún momento. –Rió levemente. –Pero cada vez que venía solo llevaba un puño de sapos a la casa. –

 

-Deja de decir tonterías, viejo. –reprochó el pequeño rubio. –Aquí no hay peces, seguramente estabas borracho cuando viste a los dichosos pescados. –

 

El hombre de larga cabellera blanca soltó una risa. –Tal vez tengas razón. –admitió mientras observaba a los anfibios en su bolsa.

 

-Los sapos son asquerosos. –Dijo sacando la lengua al ver a uno saltar al agua.

 

-Eso crees…-su abuelo le sonrió mientras tomaba uno en sus manos, era un sapo extraño de color naranja con manchas moradas alrededor de sus ojos y boca.

 

-¡Aléjalo, seguramente es venenoso! –chilló alterado. Prefería haberse quedado a estudiar etiqueta con su abuela Tsunade.

 

Jiraiya ignoró al rubio revoltoso. –Cuentan que un bello doncel besó a un sapo de este lago, y al hacerlo este se convirtió en un valeroso y apuesto príncipe. –Contaba una de sus historias con falta de verdad. -¡Inténtalo, Naruto! Tal vez sea un príncipe. –

 

El niño puso una mueca. -¡Ni loco! –se cruzó de brazos mirando de reojo al sapo. No es que le emocionara un príncipe, pero tener de esclavo personal a un príncipe sonaba tentador. –Bien. –

 

El mayor le extendió el sapo. –Te advierto que no será más atractivo que tu abuelo. –Dijo ganándose un bufido del menor.

 

El pequeño doncel formó con sus labios un “piquito de pato” y con un poco de valentía besó al sapo mientras cerraba con fuerza sus ojos azules.

 

El mayor aguantó la risa. Los pequeños zafiros se abrieron de a poco, encontrándose con la decepción de tener a un viscoso sapo y no a un príncipe.

 

Comenzó a reír el adulto. –Caíste pequeño. –Anunció.

 

Su rostro enrojeció hasta las orejas. -¡Ero-sennin! –chilló enojado lanzándole al pobre sapo. -

 

-Ya, ya. –Levantó ambas manos en señal de rendición. –Que te parece si venimos mañana a sembrar esos arboles que traje de mi ultimo viaje. –ofreció.

 

El menor olvidó su vergüenza y enojo llenándose de ilusión al instante. -¡Si! –

 

Suspiró con una pequeña sonrisa. –Despues de construir el jardín no volví a verlo. –murmuró.

 

Gaara puso su mano sobre el hombro de Naruto. -¿El señor Jiraiya sigue con vida? –preguntó, odiaba saber que los Uchiha arrebataban este tipo de relaciones.

 

-Sí. –Afirmó triste. –Él aún nos escribe- sonrió un poco. –No ha podido regresar, pues dirige a las tropas en el frente. –

 

El pelirrojo guardó silencio. –Naruto. –lo llamó levemente y con la voz baja. Deseaba protegerlo y asegurarse de que nunca más pusiera esa cara triste.

 

Naruto volvió la mirada hacia él, se miramos durante varios minutos, cada minuto sus rostros se acercaban más hasta el punto de rozar sus narices, la mano del pelirrojo sujetó la cintura del menor cortando la distancia, con la mano libre acarició la mejilla acanelada, sintiendo su respiración tan cerca, el rubio instintivamente cerró los ojos pegando la suave piel de sus labios con los contrarios por primera vez.

 

-Te amo…-susurró contra su piel.

Con los ojos nublados del placer que experimentaba por primera vez le dedicó una cariñosa sonrisa, sus uñas se enterraron en la ancha espalda pálida dejando marcas rojas.

-Sasuke…-cerró los ojos con fuerza. –También te amo.- besó los labios de durazno con añoranza.

 

Se separó exaltado al recordar con tanta lucidez aquella escena que juró que al que tenía enfrente era Sasuke y no Gaara.

 

-¿Qué sucede? –el Sabaku se mostró preocupado. -¿Hice algo mal? –

 

-Yo…-desvió sus añiles pupilas. –No lo sé… esto es nuevo para mí. –Mintió sintiendo un nudo en la garganta al ver el semblante de Gaara. –Debo irme, lo siento. –Y salió corriendo no dando oportunidad de que el pelirrojo le diera alcance.

 

 

▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬ஜ۩۞۩ஜ▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬

 

Sasuke observaba distraído por la ventana. En la mesa se discutía que colonias serían conquistadas o atacadas, le daba igual.

 

Karin, la única mujer en el ejercito Uchiha frunció los labios al ver el mapa. La colonia de donde la habían sacado. Porque ella fue una pacifica que desde temprana edad se mostró a favor de la tiranía de Madara se ofreció a ayudarles sin tener que ser una concubina.

 

-El país del remolino debería ser aplastado pronto. –mencionó uno de los generales.

-Se te ha visto constantemente por allá hijo ¿hay algo que no sepa? –Fugaku, uno de los líderes de Uchiha habló por primera vez ganándose la atención del moreno.

 

Las penetrantes miradas sobre él le molestaron. –Comencé a patrullar por las fronteras del bosque, porque se rumoreaba que rebeldes usaban esa ruta para poder moverse para  traer provisiones y armas. –Dijo una verdad a medias. Pues esos rumores estaban vigentes desde luego, pero él realmente acudía a ver a Naruto.

 

-Debiste informármelo- dijo severo.

 

-Si el capitán Uchiha cree que esas rutas son utilizadas tenemos que atacar. –

 

Fugaku suspiró. –Mandaremos a un pequeño grupo para enfrentarse al ejercito del general Minato. Será para probar su armamento y hombres, si es sencillo conquistar ese país, lo haremos. –Dijo rotundamente. –Quiero que vayas encabezando a ese grupo, Sasuke. –

 

-Claro. –Dijo seriamente, aunque debía admitir que le preocupaba la seguridad de Naruto. Ya que este se encontraba ahí.

 

-No se diga más. –Sentenció.

 

Intentaría sacar de peligro al rubio, a pesar de haberse prometido dejarlo en el pasado. Pero era imposible, ya que lo amaba.

 

Lo que Sasuke no espera es que Naruto ya tiene un prometido que se encargará de protegerlo.

 

CONTINUARA…

Notas finales:

Bye bye 


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