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Sabotaje por Vivaldi

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Tony no recuerda como llegó al parque, tampoco de cómo es que arrastró a Scott con él, solo que de un momento a otro tenía la necesidad de huir, huir y no mirar hacia atrás. Le agradeció a Lang que no preguntara nada o mejor dicho no abriera su boca. No hubiera tolerado el parloteo de la hormiguita, hoy no, ni mucho menos ahora.


─ Señor Stark, ¿está bien? ─ Escuchó la pregunta de Scott.


- ¿Tú que crees? -Le desafío con la mirada Tony, desviando sus ojos después al piso.


- ¿No? - Contestó inseguro el ex convicto.


-Oh, eres un genio Lang. ─ Dijo con sarcasmo el magnate. - Debiera darte un premio por ser tan suspicaz.


Lang sólo permaneció en silencio incómodo. Incapaz de pensar en algo para reconfortar al genio. Hasta que Tony cansado de su poca comunicación se exaltó.


- Ya, ¿sabes qué? Mejor déjame solo.


-No. - Alegó seguro Ant-man. ¿De dónde saco esa seguridad? Ni él lo sabía.


- ¿No? - Preguntó fríamente Stark a lo que Scott dudó en seguir, pero igual se mantuvo firme.


- No, no me iré.


- Haz lo que quieras. ─ Dijo él castaño alejándose. Scott, claro, pensó que acaba de ver a un demonio en el millonario y le dio miedo, mucho miedo pero le tenía más miedo al Capitán, así que mandó una plegaria al cielo, rogando por no morir en el progreso.


Vagaron un rato por el parque, sí con vagando se refería a recibir tres gritos con insultos, un proyectil del guantelete, tres policías acusándolo de acoso, un ojo morado y que este cubierto de bebida.


Sí. Una simple caminata en el parque.


Si Tony decía que quería su espacio, hay que dárselo y si decía que quiere estar solo, también.


Lástima que para Lang no podría hacer eso, teniendo un contrato con medio mundo (sólo los Vengadores, pero contaba porque estas personas eran letalmente mortales). No podía abandonar al pequeño castaño. Y no es que le tuviera miedo al Capitán y a la viuda negra, bueno un poco, pero también estaba preocupado por Tony, ya que además de que estuviera mal, le estimaba. Si, él recibía un suelo, una generosa cantidad de dinero pero también la había pasado bien en eso días y más ahora que sabía el motivo de todo esto, así que no se alejaría de él, menos aún, con su cabello quemado, gentileza del castaño.


-No te rindes, ¿no? - Exhaló frustrado Tony, deteniéndose en su caminar para posteriormente sentarse en una banca e indicándole a Scott que se sentara.


- Cómo puedes ver, soy terco en lo que me interesa.


- ¿Qué? Acaso es una declaración. - Preguntó Tony con una ceja alzada.


- ¿Qué? No, claro que no. Usted es atractivo y sensual, pero no es mi tipo y tengo a Hope, y no gracia quiero vivir y, y...


El genio comenzó a reírse, y no pasó mucho que Lang se uniera a las risas. Era bueno ver al castaño con una sonrisa, que esa cara de deprimido.


- Ya hormiga masoquista, ¿qué quieres?


- ¿Yo?


- Sí, tú ¿por qué insiste tanto? ¿Qué quieres? ¿Dinero?


-Sí bueno, quiero algo.


- ¡Lo sabía! Pequeña sabandija. - Refunfuño Tony, mientras el contrarío intentaba contenerse y no golpearlo por su comentario.


-Quiero saber si estás bien.


- ¿Yo? De maravilla. - Tony se encogió de hombros y desvió la mirada a la longitud del parque, intentando escabullirse de la mirada de Lang.


- ¿Tony?


- ¿Qué? Si es verdad.


- ¿Arrastrándome tres cuadras sin soltarme, para después mandarme a la mierda y literalmente mandarme a la mierda ¡¿Es en serio?!


- Ya, tal vez exagere un poco.


- ¿Un poco? ¿Solo un poco? - Oh, pobre Scott, estaba perdiendo la paciencia bendita y divina.


- ¿Quieres que hable? ¿Qué quieres que diga?


- Por favor, ya sabes ¿Qué te tiene así?


- Vi algo...


- ¿Algo? ¿Cómo qué?


- Vi a Steve besándose con Isabel. - Oh, bueno eso había sido entonces. El genio pareció abatido, más pequeño en un instante y más ausente de lo habitual.


- Oh, espera besándose, ¿el Cap con ella? ¡Espera! ¿Isabel? ¿Ya no es la arpía tramposa casa fortuna? -Exclamó Scott, pero sólo recibió una mirada cansada del castaño. - Perdón es que me asombro, prosigue.


- ¿Qué más quieres saber? Se besaron y yo me fui... listo.


-Es que eso no tendría lógica, es que no. - Realmente no la tenía, ¿pero que podría decirle al genio? ¿Que vio mal? ¿Qué se equivocaba? Debía pensar en algo, pero tan pronto como buscó una solución fue interrumpido por Tony.


- ¿Que no entiendes acaso? ¿Nunca te han besado? Qué pena tu vida. - Claro, y allí estaban los nuevos insultos del castaño.


- Tony, dime ¿exactamente que viste?


─ ¿Porque quieres saber?


- ¡Solo responde maldita seas! - Ese grito tuvo un impacto en Stark, ya que simplemente se quedó callado. Genial, ahora lo mataría y su hija quedara sin su padre. Si es que sobrevivía después de todo esto escribiría un libro, plantaría árboles y se retiraría a una granjita para vivir con Cassie, bueno mejor a una casa grande. Si es que alguna vez dejaba de ser pobre, además, Hope no se mudaría al campo con él.


-Estaba viendo las cámaras de seguridad, cuando vi como ella se acercaba a Steve, pasando su mano por el cabello del Cap, hasta que pasó algo, no sé, lo estaba felicitando por algo y cuando Steve se giró se besaron y no seguí mirando.


- ¿Es en serio? - Eso ni se consideraba un beso, un accidente penoso, hasta pudo escuchar como los dos chocaban entre sí, muy lejos a la realidad que el millonario había pensado. Bueno se trataba de Tony Stark, un fiasco con sentimientos. Así que una ayuda no estaría mal, solo decir lo obvio que es para todos.


-Tony, Steve está en...


- ¡Papá! -Se escuchó un grito a lo lejos, interrumpiéndolo.


Ambos fueron sorprendidos por una pequeña niña que literalmente se tiró a los brazos de su padre, seguida por un grupo de niños y una mujer mayor, que iba directamente hacia ellos con una mirada de muerte, como si alguien hubiera jodido su vida en los últimos días.


- Señor Lang. Que sorpresa es encontrarlo por acá. ¿Acaso decidió participar en las actividades de su hija? - Dijo la mujer con un tono de sarcasmo en su voz muy evidente para todos.


-Sí, Papá me vino a ver. ─ Respondió risueña Cassie aferrándose a los brazos de Lang.


El castaño no supo que responder y simplemente se quedó en silencio, viendo de cómo sacarse este problema y quedar bien con su hija. ─ Sí, si yo vine y traje a un amigo. - Mientras hablaba bajo a su hija y apuntó a su compañero, sujetándolo del brazo para que este no huyera.


- ¿Disculpa? - Preguntó indignado Tony, pero fue ignorado por todos. Lang solo suplicó con la mirada y siguió hablando.


- Él es Tony Stark y-


-Señor Lang, ni usted se cree tal barbaridad. - Interrumpió la mujer. - Hablemos sobre las actividades de los padres e hijos a las que usted ha faltado.


-Yo puedo explicarlo. - Se defendió, pero la mujer solo le tomó de la oreja y se lo llevó, pero antes miró al millonario con desdén. - Y usted, se queda a cargo de los niños.


- ¿¡QUE!?


-Tony por favor. - Suplicó Lang con lágrimas en los ojos. A lo que Stark lo miró y luego suspirando le respondió.


- Menos 200 dólares.


-Ok. - Respondió derrotado la hormiga. Adiós a sus ahorros.


Cuando se fueron los dos adultos a conversar, si es que eso era conversar, pues llevarse a uno de la oreja y gritándole mil y un insultos y él otro reclamando por el trato recibido. Pues sí, sé fueron pacíficamente.


Tony observó al pequeño grupo de niños que lo miraban atentamente, como depredadores y él era la presa, definitivamente la presa. Iba a hablar, pero en un momento fue bombardeado por millones de preguntas curiosas.


- ¿Tú eres Iron Man?


- ¿Puedes volar?


- ¿Lanzas cohetes?


- ¿Trabajas con Capitán América?


- ¿Cómo son los demás?


- ¿Has visto extraterrestre?


- ¿Visión es un robot?


- ¿Él hombre verde es fuerte?


-Ya déjenlo en paz o la profesora nos regañara. No se preocupe señor Tony Estrella yo lo cuidaré. -Hablo la pequeña Cassie, equivocándose tiernamente en su apellido, controlando a sus compañeros. Los demás niños solo asistieron en silencio mientras el castaño miraba a la pequeña hija de Lang. Vaya, ella si tenía carácter, debió heredarlo de la madre más que seguro.


-Pero yo quiero preguntarle algo al señor. - Murmuró una niña rubia de ojos cafés. Tony al ver eso solo la miró con ternura.


- ¿Que me quieres preguntar bonita? - Y al inclinarse vio su nombre escrito en su camisa. - ¿Nikka, no?- Recibiendo un gesto positivo.


- ¿Por qué estaba triste usted hace un momento? - La pregunta lo tomó con la guardia baja, pero igual le respondió.


-Bueno es porque pasó algo que me puso triste. - Seguramente se debió de ver bastante patético como para que los niños preguntaran... oh, tal vez solo tenía mala suerte, si puede que ambas.


- ¿Qué cosa?


Tony no sabía por qué le estaba respondiendo a esos niños, pero tampoco veía algo malo en responder. Solo querían hablar y si unos niños curiosos querían saber, bienvenido sea.


-Un amigo, está en una cita y dijo que yo estorbaba.


-Que mal amigo. ─ Gritaron los niños. - Sí, no se dicen esas cosas a los amigos.


-Y es por eso por lo que estabas triste. -Habló afligida la pequeña Nikka.


-Es que no sé cómo sentirme. - Respondió el castaño.


- ¿Te gusta tu amigo? -Preguntó otra niña de cabello negro.


- ¿QUÉ?


- ¡¿Qué sí te gusta tu amigo?! - Gritó la niña como si Tony no hubiera escuchado la primera vez. Tony miró a los transeúntes del parque que se quedaron mirándole curiosos, porque claro llamaba bastante la atención.


- Niños son muy pequeños para preguntar esas cosas. - Intentó excusarse el magnate sin saber que responder.


-Acaso ¿no sabes si te gusta? - Preguntó otro niño.


Demonios, estos niños eran buenos o él estaba vulnerable en ese momento y no sabía qué decir.


-No, no sé. -Se resignó a contestar, tras esa confección los niños se miraron las caras y comenzaron a hablar.


-Cuando alguien te ama, la forma en la que dice tu nombre es diferente. Sabes que tu nombre está a salvo en su boca. -Tony recordó todas esas veces en que Steve le llamó Stark cargando con frustración su apellido y se deprimió un poco con el recuerdo.


-El amor es lo que te hace sonreír cuando estás cansado. - Otro Recuerdo. Cuando terminaban una misión exitosa, la sonrisa sincera que Steve le dedica a su equipo.


-El amor es cuando mi mamá le hace un café a mi papá y lo prueba antes de dárselo, para asegurarse de que el sabor está bien.


- Si quieres aprender a amar mejor, entonces deberías comenzar amando a alguien que odies.


- Cuando amas a alguien comienzas a mover las pestañas y salen estrellas desde tu interior.


Todas y cada una de las respuestas que daban los niños con respecto al amor, fue todo el momento que ha vivido con Steve. De cómo su nombre a pesar de ser un regaño salía con seguridad de los labios de Steve. Que su sola presencia le sacaba una sonrisa cuando llegaba de una junta o un viaje. Los detalles que tenía con él con respecto a la la comida, el café matutino. De cómo sus peleas poco a poco fueron cesando. Como solo su presencia lo tranquilizaba, pero también estuvieron los malos recuerdos y se sintió afligido.


Oh no, no él no puede estar... o ¿sí? Y si así era, sería muy tarde, ya que ahora Steve tenía a alguien y él no era nadie para Steve. Tony, aun pensando en todo, no escuchaba los comentarios de los niños que seguían y seguían hablando, ya para ese instante se quería ir y no mirar atrás. Tan concentrado estaba en su miseria que no vio a Scott y la profesora volver mientras discutían hasta que Cassie gritó por él.


- ¡Papá regresó, que bien! Sabes el señor Tony nos pidió consejos de amor. ─ De inmediato que terminó la frase, los dos adultos recién llegados se le quedaron mirando con una ceja alzada.


-Bueno yo me voy, y Lang, tienes el día libre, no me sigas. - Habló él castaño evitando mirar tanto al padre como a su hija. Ant-Man, ante ello, quiso protestar pero sólo recibió una negativa de su jefe y antes de irse murmuró;


-Necesito estar solo, por favor. - Solo recibió una afirmación, para darle la espalda e irse de ese parque.


 


 


 


 


 


 


 
Notas finales:

Holis, ¿les gusto? sean sinceros, su opiniones las aprecio mucho...


Ya solo quedan dos capítulos más para terminarla y juro, no lo prometo. Lo juro, que no me desapareceré por dos meses. Lo tendré lo antes posible...


BYE BYE


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