Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Restableciendo una vida por ninnae

[Reviews - 5]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Saint Seiya ni sus personajes me pertenecen, son de propiedad exclusiva de Masami Kurumada.

 

Hola, nuevas palabras :3

 

 

Quizás

 

Quizás no debió macharse de esa manera tan cobarde quebrando su palabra, quizás debió haber hablado con Siegfried, quizás, quizás. Hay muchas cosas que pudo haber hecho. Pero eligió marcharse sin decir una sola palabra. Era más sencillo tratar con sus demonios en el silencio de la soledad y en suelo desconocido.

 

La misión al Santuario de Atena no era algo que le agradase del todo a Sigmund, aún mantenía recelo con los caballeros por todo lo sucedido en Asgard, a pesar de haber sido ellos mismos quienes devolvieron la paz. Pero también era su salida para alejar de su cabeza los incesantes pensamientos que se acumulaban estrepitosamente. Amenazando con destruir su cordura. Solo por eso había aceptado.

 

—Nunca creí que te fueras a sentir a gusto en un lugar como Grecia, Sigmund.

 

Aquella voz gruesa y autoritaria Sigmund la conocía. Saga era la única persona que permitía acercarse. Su batalla en Asgard les había dado un pequeño hilo para conocerse mejor. El cual había aprovechado al llegar a Grecia.

 

—El calor no es mi fuerte Saga, pero el mar me permite pensar con claridad.

 

Saga se sentó a un lado de Sigmund que yacía sentado sobre una roca muy cerca de un acantilado que apuntaba directamente hacia el mar.

 

—Por qué presiento que no es eso lo que te perturba

 

—No es nada en lo que puedas ayudarme Saga. Es algo que debo resolver por mí mismo.

 

Sigmund confiaba en Saga, de una manera extraña el griego había logrado superar la capa de amargura que en ocasiones pareciera cubrirlo. No podía decir que eran amigos, pero entre dos extraños lograban entenderse.

 

—Sea lo que sea, lo mejor siempre es asumirlo, sin importar cuál sea su naturaleza, no podemos reprimir lo que somos. Eso me costó mi mente por más de trece años, los actos más atroces que nunca he cometido y perder a una de las personas que más he querido. La familia al final suele ser nuestro único resguardo.

 

Sigmund dio un respingo al escuchar al heleno, se sintió casi como si Saga hubiera leído su mente y los pensamientos que pasaban por ella, pero al ver con más atención al griego se percató que la mirada de este se hallaba perdida como si se hubiera esfumado de ese tiempo. Las palabras de Saga calaron profundo. No quería perder a Siegfried de ninguna manera, no de nuevo. Debía afrontar sus enfermizos sentimientos y darle un nombre a todo ello. Le gustara o no. Ya no veía a Siegfried como su hermanito pequeño y Saga había terminado de confirmárselo sin saber. El tiempo de los quizás se había acabado.

 

 ~.~.~.~.~.~.~.~.~.~

 

Pelea

 

En cuanto Sigmund pisó el palacio Valhala una manzana fue a dar directo a su cabeza. La fuerza del impacto le hizo comprender que el golpe fue una amenaza hecha adrede. Levantó su mano derecha para palpar la zona del golpe, pero una nueva manzana fue dar directo sobre su pecho. Alzó la cabeza para saber quién demonios se atrevía a hacerle aquello. Grande fue su sorpresa al encontrarse con Siegfried y los brazos llenos de manzanas mirándolo con enojo. La escena era irreal y un tanto graciosa, pero al volver a sentir el dolor dejado por las manzanas, Sigmund se percató que no podía tomar a la ligera la situación. Por más extraña que le pareciera.

 

—Siegfried, no desperdicies las manzanas que nos dio la señora Lene —la voz de Bud sonó fuerte y pesada quien también traía una gruesa carga de manzanas. Las cuales se veía muy frescas a pesar de no ser la época típica de cosecha.

 

Siegfried se acercó a Sigmund con un rictus severo en su mirada.

 

—Me mentiste —dijo con los ojos brillantes. Siegfried le sacaba al menos una cabeza de altura a Sigmund. Comenzó acorralar a su hermano sin importarle la presencia de su compañero—. ¡Dijiste que si te ibas me avisarías! Pero me trataste como si fuera un idiota y un estorbo en tu vida.

 

Sigmund se quedó estupefacto ante la reacción de Siegfried. Su hermano menor siempre había sido alguien moderado, de buenos modales y carácter afable. Pero en ese momento…

 

—Era un misión importante —se excusó Sigmund. Sabía que tratar con Siegfried no sería sencillo, pero no se imaginó que se generaría una pelea en el proceso.

 

—Lo prometiste —volvió a mascullar Siegfried avanzando más pasos, esta vez encerrando a Sigmund contra una de las paredes—. ¿Por qué lo hiciste?

 

Sigmund desvió la mirada, no pensaba contestar aquello, aún no se sentía listo. Pero Siegfried lo tenía arrinconado, muy cerca, tanto que podía sentir el calor de la piel de su hermano menor. Su corazón latía con fuerza y deseaba con todo su ser que su hermano se callara e hiciera algo mucho más interesante con sus labios que amenazarlo. Todavía se cuestionaba los insanos sentimientos que mantenía hacia Siegfried. Pero la escena se lo había confirmado. Quería a Siegfried como algo más que su hermano y se odiaba por eso. Siegfried confiaba en él, y estaba traicionándolo de la manera más vil. Debía escapar antes de que hiciera algo de lo que acabara arrepintiéndose.

 

Sigmund empujó con fuerza a su hermano, sin mirarlo en ningún momento.

 

—Me estorbas Siegfried, no hay nada que decir. Necesitaba hacer esa misión. Nada era más importante.

 

Sigmund aprovecho el desconcierto de Siegfried ante sus palabras para alejarse. Nuevamente estaba huyendo como el cobarde que era.

 

 




 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).