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Sentimientos por contrato por AcidRain9

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Capitulo 16: Cursilería macabra

I heard the truth was built to bend 
A mechanism to suspend the guilt 
Is what you are requiring still 
You've got to dance little liar, Arctic Monkeys; Dance Little Liar 

 

Cuando Sanji regreso a casa, ZoroCasa; fue jalado hacia un vortex.

Sintió escalofríos en el momento en que las toscas y curtidas manos se enroscaron en su cuerpo y lo arrojaron al sofá. Sus ojos solo pudieron ver como la bolsa de plástico de las sobras del Baratie, su cena, se quedaba solitaria y abandonada arriba de la encimera, el hombre estaba sobre él y lo besaba de forma feroz. 

Trato de respirar y recobrar el aire que a sus pulmones le fue negado, pero no se le permitió, así que jadeo cuando Zoro paso los dientes por la piel de su cuello y enrosco las manos cuando Zoro rasguño sus caderas, deslizando rápidamente los jeans y la ropa interior hasta que se atoraron con sus tobillos y sus converse.

  Era un animal gruñendo sobre sus clavículas y enterrándole las garras en los muslos, separando sus nalgas, y ni por asomo paso por su cabeza que era visto como un depósito de frustraciones, porque para él Zoro solo era un hombre con la necesidad de ser amado.

No hubo explicaciones, ni preparación previa, o caricias de amantes, todo paso rápido y Roronoa Zoro comenzó a embestirlo ansiosamente.

El departamento olía diferente, a fruta rancia y perfume de coco, mientras Zoro se hundía dentro de él Sanji podía verse reflejado en sus pupilas; por un momento se pregunto en donde estaba el hombre adulto que era una combinación de todo, el tipo que se avergonzaba cuando él le tocaba las manos o le besaba la frente, y que estúpidamente pensaba que por ser mayor automáticamente tenia que cargar el peso de los dos.

Levanto la caja torácica por inercia, y Zoro apretó sus caderas, frotando los dedos justamente en sus huesos mientras lo atraía hacia él y lo colisionaba profundo, Sanji gimió y atoro las manos detrás de su nuca, cambiando sus expresiones ante las diferentes sucesiones de ritmo, Zoro le beso y Sanji sintió como su lengua se movía dentro de su boca, se estremeció fuertemente cuando ambos alcanzaron el clímax.

—Hola. — sonrió entrecerrando los ojos, era un gesto infantil y su risa jodidamente ridícula.

—Hola. — Zoro seguía jadeando, tenía las manos sobre su cara, hacia redondeles con su cabello y lo cepillaba suavemente, se inclino sobre él y pego la frente a la suya, en el momento en que Sanji lo abrazo por la espalda Zoro pensó que esa era la escena mas miserable que había vivido.

 

— A veces siento que tengo una extraña capacidad para poner triste a todo aquel que se relaciona conmigo.

Anotar, tachar, estofado de ternera y manzana para la mesa dos, rayar, meter en la boca pedazos de nuez, masticar y anotar de nuevo.

—Nunca lo había visto de esa manera, de hecho es lo ultimo que hubiera pensado en torno a ti. Yo no estoy triste, tampoco Luffy, Chopper o Nami.

—No te das cuenta, pero creo que lo hago, al menos con la gente que no es inmune a mí. ¿Recuerdas a Coby?

Agarrar más nuez, masticar más fuerte.

—Coby no estaba triste por tu culpa, su tíos estaban completamente locos, cualquiera estaría triste teniendo a Alvida y Buggy como únicos adultos responsables, ahora se independizo y le va bien.

— ¿Viola?

—Viola apenas y pensaba en ti, o en alguien en general, ni si quiera nos consideraba sus amigos, y no esta triste, Nami vio su facebook; da clases de flamenco en el centro y esta aprendiendo a hablar ruso.

— ¡Nojiko!

—Sanji, perdiste a su perro— los ojos de Usopp se hicieron profundos pozos cafés. —Y no estaba triste, estaba furiosa.

— ¿Kohza?

Hubo un silencio reflexivo.

—Tal vez solo a él, lo que es una pena ya que Kohza es un tipo increíble, pero ya te supero y la vida le va de maravilla, sta andando alla grande.

Usopp miro fijamente a su amigo cortar el filete que tenían que entregar a la mesa cuatro hace quince minutos, Carne les grito algo que se escucho como un ¡De prisa par de parásitos, no es momento para la charla! Pero que con el ruido de los hornos no alcanzaron a entender, escudriño el atractivo rostro, los labios tersos y los pómulos agraciados, y volvió a arrojar a su boca otro puño de nuez. Él pensaba que era un poco narcisista mirarse a uno mismo como el ladrillo que levanta o que rompe los muros de los demás, pero tal vez en el fondo era verdad, Sanji gozaba de ese poder.

Ahora fue Patty el que les grito, y al igual que con Carne no pudieron entenderlo.

Sanji suspiro vertiendo jugo de toronja sobre el platillo y Usopp suspiro también, recargo su espalda en el mostrador y miro sin mucho interés el televisor. Rebecca decía algo de que su verdadera aspiración siempre había sido ser maestra, que ahora preferiría de eso en lugar de la glamurosa y corrupta ciudad de ángeles, todo por y para el prójimo.

—Es bonita— Usopp dijo.

—Preciosa, pero no le creo— Sanji acomodo cuidadosamente la verdura. —Hace más donando una mínima parte de lo que gana a beneficencia de lo que haría educando a un par de niños, y siendo sinceros, ella prefiere vestir de Hermès o Chanel, pero no lo puede decir en voz alta porque la crucificarían. Y no es su culpa gustar de lo que otros no pueden tener. Digamos que el mundo es un lugar de desafortunados en el que... — se rió, levantando los ojos azules hacia Usopp —Realmente no todos son desafortunados.

—Cruel aunque cierto —Usopp suspiro— ¿Y que hay con ese tipo? El policía con el que no puedes definir que clase de relación tienes.

—A veces esta genial y otras veces es como si pudiéramos tomarnos de las manos y arrojarnos juntos por un puente.

—Eso no es precisamente algo muy sano.

—Ya se que no es muy sano, es obvio que no es muy sano señor obviedad. ¿Sabes que cosa tampoco es muy sana? ¡La comida rápida! Y aun así la seguimos consumiendo porque somos débiles a sus conservantes, grasa y químicos.

— ¿Harás una analogía de tu vida usando comida? me gustaba mucho mas la analogía del cigarro y la ceniza, era profunda.

—Si fuera Kaya, ¿Qué es lo que harías?

Usopp puso una cara pensativa. —Una de las principales razones por las que las personas nos sentimos cómodas opinando de la situación de otras, es porque no estamos en sus zapatos.

— ¿Podrían dejar de perder el tiempo?, ustedes dos trabajando en la misma área siempre buscan una manera para distraerse, es tarde, no tenemos todo el jodido día— era Zeff, atravesando la puerta y agarrando el platillo, lanzo una mirada molesta cuando vio a Usopp comerse los condimentos.

— ¿Me puedes recordar porque te acepte aquí?

— ¿Porque me quitaron la beca y las colegiaturas no se iban a pagar solas? 

 

....

Nunca se esta preparado para una confesión, mucho menos cuando la persona que la dice te mira directamente a los ojos y estas justo en medio de sus piernas; son palabras intimas y que no tienen permitido decirse a la ligera. Si te paras y preguntas un ¿Qué tan en serio estas hablando? Corres el riesgo de perder la erección, Katakuri se movió un par de veces más y salió cuidadosamente del interior de Ichiji, retiro el preservativo y subió el zipper de sus pantalones, pero solo fue cuestión de voltear y mirar al ojiazul parándose lentamente y tratar de recobrar la fuerza para mantenerse de pie, que sintió una sensación nada amena en el pecho, lo vio flaquear e inmediatamente le ofreció la mano como apoyo, Ichiji se recupero rápidamente y en cuestión de segundos podía caminar normalmente.

— ¿Tienes hambre? —se encontró con un ceño fruncido. —De acuerdo, tú nunca tienes hambre.

— ¿Qué fue eso?

—Sabes que fue eso. — Sabes que al decir eso automáticamente todo tiene que cambiar.

— ¿Escuchaste lo que te dije?

—Me gustas, te quiero, te amo.

—Por favor no lo digas de esa forma, haces que suene increíblemente ridículo—lo siguió— ¿Podrías responder algo?

Katakuri suspiro caminando hacia su oficina, escucho a Ichiji regresar a la habitación y abrir la cajonera, traía una de sus camisas puestas, la prenda resbalaba de su hombro derecho y se arremolinaba en torno a sus blancas piernas.

Sin embargo un sobre en su escritorio hizo que el moreno cambiara el blanco de su atención, levanto el papel y lo desdoblo alzando una ceja y enfocándose en la nota arrugada que había dentro. Solo basto mirar de reojo para ver al pelirrojo perder el color, y conforme él leía el contenido Ichiji permanecía expectante, quieto y en alarma.

Lo que estaba plasmado en el papel fue suficiente para que Katakuri sintiera una apuñalada.

Ichiji levanto la mano tratando de arrebatársela pero él fue más rápido y la alzo, dejándola fuera de su alcance.

—"Te prefiero vacio antes que feroz, dócil antes que indisciplinado, gris antes que de color.—Katakuri se recargo en el escritorio cambiando su posición. —...Al costo que sea necesario, no importa como lo consigas— miro directamente a Ichiji mientras arrugaba la nota en su mano. —...Úsate a ti mismo como arma"

—Katakuri...

— Vaya, esto es lo más repulsivo que un padre puede escribirle a un hijo, tampoco es lo mas inteligente, así que esta es la razón por la que hemos estado durmiendo juntos, ¿no?— levanto una ceja, botando el papel. —Judge otra vez, siempre Judge.

—Él no tuvo nada que ver con mi decisión— Ichiji puso la mano sobre su brazo pero el moreno lo removió toscamente.

—Evita tocarme, Ichiji— el tono que uso fue duro y despectivo. — ¿Cuántos ceros tengo que agregar por haberme acostado contigo? Voy a pagar por todo.

—No soy una...

— ¡Entonces dime que demonios eres!

—Al principio ese era el plan, buscar cualquier manera de tener tu dinero, pero cuando me confesaste que ya sabias de nuestra situación simplemente me resigne. No te mentí, te hubiera usado de ser necesario pero no lo hice, ¡tu eres el que me ha usado a mi y él que es incapaz de darme una maldita respuesta!

—No estaba esperando a que me amaras cuando te correspondí, era el poco respeto que tenía por ti el que me impedía hacerlo— gesticulo lentamente. —No tenias que hacer esto para asegurarte que iba a cumplir mí parte, no soy un estafador— avanzo hacia el pelirrojo, haciéndolo retroceder hasta que su espalda toco la pared. —Ni si quiera estabas decidido, y todo ha sido una ridícula actuación porque eres capaz de revolcarte en lodo si Judge es quien lo dice, es casi como si te hubiera forzado.

Recordaba los detalles, no solo la penetración, si no acciones como las caricias y los besos, las manos entrelazadas y compartir espacio juntos, parecía todo una sátira, la sátira que se burlaba de las relaciones convencionales y trataba de convertir la cosa deforme que ellos tenían en una. 

— ¿Me reclamas realmente porque quieres quitarte esa sensación de culpabilidad sobre si yo...

Katakuri meneo el rostro, con falso humor. —Y tu juegas el papel de indignado todavía, y yo realmente no se si admirarte o despreciarte por eso.

Resultaba que el hombre era adicto a su miseria, y vivía de la sempiterna esperanza de atrapar quimeras, se excusaba con la esperanza de cambio cuando la realidad era que el cambio es algo meramente ilusorio, y Katakuri no sabia que Ichiji era el que había ideado en su cabeza, la versión conmiserar del funesto niño reprimido y melancólico o Ichiji, su esposo, el hijo de puta. Porque pertenecía a esa pequeña fracción de gente que vivía agónica en apariencia, pero era a la que en verdad se le había de temer porque nunca disminuían el paso y realizaban cosas que otros podían categorizar grotescas para mantenerse, los verdaderos cabrones.

Y resultaba también, que el hombre pese a sus grandezas, era solo un hombre.

— ¡Lo hago porque se que no soy el único que siente algo! — Ichiji grito con fuerza. —Yo quería hacerlo, y ni si quiera era solo un asunto de sexo. ¡Si no porque eras tu pedazo de infeliz!

—Por que era yo— repitió con sorna, golpeando la mano en la pared, justo sobre la cabeza de Ichiji, tuvo que cercenar sus pensamientos consumidos por la furia y el erotismo que representaban tener a Ichiji temblando, y entonces también se vio a si mismo replanteándose sus palabras, exactamente que era lo que verdaderamente sentía por él, mas allá de la decepción que lo carcomía en esos momentos... — ¡Deja de mentir!

—Intenta creerme— bajo la voz.

—Curiosamente esta carta llego el mismo día en el que me pediste te tocara—dijo fríamente. —Cuando te quitaste la ropa para que tan siquiera te mirara.

—No fue así...— Ichiji le enseño los dientes, también herido y amenazante.

—Mi error fue ir mas allá de lo estricto, no respetar la relación laboral que teníamos, felicita a Judge, ha educado a un ganador. 

La expresión de Ichiji cambio radicalmente, se rió sardónicamente, cruzando los brazos en su pecho. — ¿Quieres que simplemente te diga que me acosté contigo para asegurarme que cumplirías tu parte?, bien, eso hice, y lo hice tan bien que simplemente lo amaste.

Impetuosidad, dolor y ego; eran la gasolina que alimentaba el caos y volvía las bocas  de los hombres tan peligrosas como pistolas.

— ¿Es la clase de confesión que querías? — solo bastaba de unas pocas palabras para romper la brecha y regresarlos al estado pasivo-agresivo del que tal vez no tendrían que haber dejado nunca. —Deberías de volver a contemplar quien es la victima aquí, porque no soy yo— bufo.

Katakuri se sintió incapaz de avanzar sintiendo que todo —absolutamente todo— simplemente había sido una maniobra que él no había podido ver, su desconfianza era natural, pero Ichiji, él acababa de...

El Charlotte sintió escalofríos cuando el menor recargo la cabeza en su pecho y suspiro, él no sabia o al menos no pensaba en ello en estos momentos, pero cuando una persona criada entre violencia se sentía atacada entonces respondía el ataque con muchísima mas fuerza.

—Tú me la metiste hasta la garganta Katakuri, pero yo dañe tu orgullo, y un hombre con el orgullo dañado no es nada.

La mirada de Katakuri centello con dolor e Ichiji se mordió los labios, cuando su enorme sombra lo dejo, sintió la lucidez golpeándolo de repente y llamándolo estúpido una y otra vez. —No, no, no, Katakuri, escúchame.

—Te escuche lo suficiente.

—Se que también me quieres, solo...

—Deja de fantasear y no esperes nada de mí, después de todo soy tan repugnante como tu, te compre, vivamos con eso.

Ichiji lo sostuvo por la muñeca, pero tembló cuando abruptamente el de ojos carmesí lo sujeto de los hombros.

—Realmente te—

—La planificación para Germa esta lista, iba a decírtelo, voy a depositar a la cuenta de Germa todo el dinero que te prometí, sumándole cada una de las cosas que hicimos y créeme — lo miro a los ojos. —Voy a pagártelo con creces, y tu simplemente te mantendrás al margen y cumplirás con tu rol, cherry— susurro lo ultimo con burla, solo eran palabras añejas.

Todo lo que habían dicho se volvía solo una falacia, todo lo que habían hecho ahora solo era un impulso al que uno se aferraba y el otro renegaba.

Ichiji negó con la cabeza y lo beso impulsivamente, Katakuri lo sostuvo de la cadera y aparto delicadamente el largo mechón de cabello dejando al descubierto los dos ojos azules, contorneo sus parpados y sus mejillas suavemente.

—Querías una respuesta...— paso la nariz por su cuello y respiro su aroma, sonrió ácidamente. —Me das asco.

Ichiji abrió los ojos, dándole un fuerte empujón en el pecho. — ¡Idiota!

La ama de llaves barrio en silencio, ella era solo una cosa incorpórea cuando Katakuri bajo las escaleras y salió por la puerta, solo una sombra taciturna cuando Ichiji cayo al suelo semi sentado y sus dientes crujieron de dolor y de rabia, esa casi anciana solo era una sirvienta después de todo, tampoco tenia remordimiento de saber que había sido la culpable de tal pelea por haber guardado la nota de "cursilerías y estupideces", como Ichiji llamo, sus manos estaban pañosas y lastimadas, llenas de artritis, ella sabia que ese seria su ultimo día en la casa del matrimonio Charlotte y partiría con las manos llenas y la conciencia tranquila. 

 

....

Sanji se aseguraba de que su cabello no le golpeara la cara y se abrazaba el torso, caminando a contra la ráfaga mientras el peliverde con el ceño fruncido buscaba su gorra dentro del agua, el clima era muy húmedo, miro la línea costera y los altos acantilados que presumían a la intensa vegetación; veía maravillado los troncos gigantescos de arboles centenarios que los glaciares arrancaban y desprendían durante el invierno esparcidos por toda la arena.

Levanto su polaroid y se adueño de aquella imagen.

Ahogo una risa cuando Zoro comenzó a caminar de regreso a la orilla, daba enormes zancadas entre las fuertes corrientes y el oleaje, Sanji no podía evitar hacer muecas al pensar en que el terco hombre estaba muriéndose de frió pero trataba de hacerse el valiente.

— ¿La encontraste?

Zoro negó con la cabeza, pero una sonrisa maliciosa se formo en sus labios cuando alzo el objeto mojado y trato de ponérselo.

— ¡No, no, marimo, mi cámara! ¡Vas a mojar mi cámara! ¡Maldición Zoro, no seas imbécil! —gruño y palmeo el aire cuando el ojimiel lo despeino juguetonamente.

El auto estaba en la zona de aparcamiento, Zoro se había quejado de tener que pagar cinco dólares para obtener un pase, dado a que no eran residentes del complejo, y había sido Sanji el que se había quejado por dejar cinco dólares mas para conseguir un permiso para la fogata y la leña, también lo hizo mientras caminaban alrededor de una milla y media de bosque para llegar a la playa rocosa situada justo en la desembocadura del rio.

Nunca había estado ahí a pesar de que solo fueran dos horas de viaje por carretera; él prefería los vuelos a playas calurosas y paradisíacas, (¡bloqueador, bronceados, bikinis, bermudas, olor a comida marina!) pero ahora se arrepentía por no apreciar las zonas olvidadas que habían al norte del condado, el lugar simplemente tenia una esencia fantasmagórica y hechizante.

Había esperado a niños volando cometas, ver a surfistas, o gente paseando a sus perros, en cambio encontró un montón de preciosas maderas flotando a la deriva o acentuadas en la superficie, muchas lo suficientemente grandes para sentarse y disfrutar de la vista.

Y el rubio había tomado un par de buenas fotografías de la inserción a la playa.

La marea estaba comenzando a venir y se rompía contra las rocas, además había visto una nutria y un león marino, le pareció interesante ver a un grupo de hombres viejos hablar sobre pirotecnia y fuegos artificiales que arribarían durante la noche y fijo los ojos en los afloramientos rocosos que se extendían desde lo acantilados exteriores, jugo con los dedos descalzos entre la arena oscura y respiro el embriagante olor.

— ¿No había una mejor fecha para haber venido aquí? — Sanji susurro con los dientes temblando, le echo una mirada al policía, el idiota tenia el pantalón totalmente mojado y aunque aparentaba no importarle, las venas en su cuello decían que se estaba congelando.

—Gracias Zoro, es un placer que compartas un poco de tu vida conmigo—el peliverde gruño, poniendo una lata de refresco sobre la cabeza rubia antes de sentarse.

—Gracias Zoro, es un placer que compartas un poco de tu vida conmigo— arremedo.

Zoro se acostó de espaldas mirando el cielo nublado y las aves que volaban sobre el cielo, bebió de su cerveza, Sanji trepo encima de él y recargo el rostro sobre sus manos, mirándole. —Ya, en serio gracias, es increíble.

—Shanks también se quejaba cuando Mihawk lo traía aquí, decía que se le congelaban los pies.

Sanji bufo y giro la cabeza. —Habría esperado a que fuera al revés, dado a que Shanks es guardabosques y tiene una naturaleza mucho más libre que la de Mihawk —el comentario logro sacar una risa de Zoro. — ¿Cómo terminaron juntos?

Zoro levanto una ceja y volvió a darle un trago a la cerveza, su mano libre se acomodo sobre la curva entre el trasero y la espalda baja de Sanji.

—Crecieron en el mismo lugar, pueblo pequeño y gris en donde toda la gente se conoce, el resto es cliché.

Sanji parpadeo, y se sentó sobre su abdomen, mirando como las olas se rompían en la orilla. — ¿Qué hacían aquí?

—Pasar el rato, antes Mihawk era un adicto al trabajo, lo que enfurecía a Shanks.

El moreno hizo una mueca, él sabia que cada que cruzaban el porche y esos dos llevaban maletas significaba que habían tenido una discusión previa a esa reconciliación, y que Mihawk hablaba con Shanks sobre lo necesario que era tener ingresos extra, solo había que fijarse en la manera en que Mihawk no podía quitar las manos del torso del pelirrojo para que la sirena de peligro, peligro Zoro, huye mientras puedaspapá y papá están cariñosos comenzara a sonar.

—Prendíamos fogatas antes de que costara cinco dólares pedir un permiso para hacerlo— lanzo una mirada de desacuerdo y descanso las manos en los muslos del rubio. —Ellos bebían vino, y Shanks sonreía como foca retrasada porque sabia que Mihawk solo tocaba su mierdecilla cara en ocasiones especiales, yo comía salchichas azadas y recolectaba conchas.

Sanji parpadeo lentamente y Zoro ahueco las manos en la curva de su cadera.

—Entonces podemos venir aquí, si es un lugar que te trae buenos recuerdos, tenemos que venir aquí, al carajo con un poco de frió.

—Gracias — Zoro sonrió. — ¿Y que hay de ti? ¿Un lugar en especial?

Negó con la cabeza, inclinándose hacia él, el ligero cabello se balanceaba etéreamente, hablo tan cerca de sus labios que Zoro podía sentir el delicado roce. —Así de significativos, no, no como aquí.

—Se supone que este es un punto clave para las ballenas durante su peregrinación, nunca vimos ninguna y realmente esperaba que nos topáramos con una.

— ¡Te has topado con una nutria! ¿Qué más puedes pedir?

—Una ballena.

El rubio sonrió extendiendo su flexible cuerpo y atrapando las manos de Zoro con las suyas, entrelazó sus dedos. —Entonces vendremos todas las veces que sean necesarias hasta ver una ballena—, bajo acariciando el lóbulo de la oreja del peliverde y susurro con la voz ronca. —Haremos que el pequeño niño Zoro cumpla su fantasía de ver una ballena.

Zoro se carcajeo, girando a Sanji hasta tumbarlo sobre la arena, su sonrisa era hermosa. —Eres tan idiota— negó con la cabeza, mierda, mierda, tan increíble, tan...

Cuando el cielo se rasgo de un intenso color carmesí y los nubarrones se hicieron cada vez más pequeños hasta ser insignificantes, absorbiendo el color antes de ir cambiando a tropezones por el negro, fue que Sanji recogió sus cosas, que solo eran latas y una frazada, vio a Zoro hablar con uno de los residentes de la península y los rayos se ciñeron encima de su tostada piel, Sanji descolgó la polaroid de su cuello y la sostuvo, enfocando al hombre que estaba parado debajo de la difusa luz.

Zoro se veía concentrado, serio y sobre todo apuesto y vibrante.

El click fue suficiente para hacer que los ojos miel se voltearan hacia él.

—Tengo una perfecta foto tuya hurgándote la nariz— Sanji se rio.

—Entrégame esa cosa ahora, cejas rizadas. — Zoro gruño.

—Antes muerto neandertal.

—Sanji— Zoro estiro la mano tratando de parecer severo, pero en las comisuras de su boca nadaba una sonrisa que buscaba ser reprimida, el rubio negó con la cabeza, y el moreno respondió tomándolo de la cintura y tumbándolo otra vez, de forma suave.

Se ciño encima de él y le contemplo reír con los ojos cerrados.

Su vista se enfoco en los carnosos labios y se acerco lentamente, deseoso de besarlo y acariciarlo, Sanji levanto la cámara otra vez y cinco segundos antes de que Zoro dijera el nombre de su antigua esposa la foto se tomo y la sonrisa de Sanji desapareció. 

 

Notas finales:

Como siempre muchisimas gracias a quienes leen esta cosa, de verdad! 


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