Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Sentimientos por contrato por AcidRain9

[Reviews - 188]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Capítulo 17: Cuatro tristes lobos tragaban trigo en...

Estoy volando a la luna otra vez,

Soñando con heroína,

Probablemente te di todo y te arrebate la vida,

Te puse en un avión con destino hacia una tierra extraña

Mi esperanza es que regreses otra vez

Y me digas que todo está bien

Lana Del Rey; Heroin

Quince minutos debajo de la lluvia y ya podía considerarse un idiota; estaba enojado, treinta y ya era un maniático golpeando la puerta hasta que los nudillos comenzaron a escocer, se sentía desesperado, a los cuarenta ya era un histérico arrojando piedras a las ventanas, se sintió...sin dignidad, y a la hora, estaba enojado de nuevo.

— ¡Padre! — vocifero, chocando la palma con más fuerza, pero nadie abrió. —Niji, maldita sea, Yonji.

Se tambaleo hacia las estacas de madera entrelazadas que resguardaban un montón de azafranes moradas y de delicadas hojas, y rasco el lodo, buscando ansiosamente el juego de llaves que su hermana escondía, la lluvia salpicando sobre sus pestañas y la noche mimetizando todo en su negrura apuntaba en su contra. No encontró nada, así que gimió y de tajo arranco un puñado de las flores.

Sorpresa era lo menos que sintió Sanji al ver la escena, bajo lentamente del taxi y abrió su paraguas protegiéndose de las salpicaduras que caían cual proyectiles, lo sostuvo fuerte para que el viento no se lo llevara y no espero a que el conductor del auto le devolviera su cambio cuando con un ademan, le pidió se fuera.

Ichiji estaba en el jardín gritando y golpeando como un loco, dejando que el agua lo sumiera en ella, fue al estar a solo centímetros de él que Sanji comenzó a medir sus pisadas.

—Maldición, maldición, maldición— tirito cerrando los ojos y mordiéndose los labios. — ¡Maldición, abran!

— ¿Ichiji? — en cuanto Sanji pronuncio su nombre este paro inmediatamente, retomando un control falso, pero el rubio podía ver los espasmos en su espalda. — ¿Estas...

—Bien, estoy bien, solo dime en donde esta nuestro padre.

—No lo sé, no he estado aquí durante—

—Me da igual en donde hayas estado, nunca puedes ser útil— chisto la lengua y se volteo intempestivamente, solo así fue que Sanji pudo ver lo demacrado y consternado que se veía su rostro.

Saco sus llaves del bolsillo y tentativamente abrió la puerta, mirando con sospecha a Ichiji. — ¿Vas a entrar o no?

El pelirrojo asintió, se sentó en el sofá y apretó la boca, tratando de calmar los ruidos temblorosos que salían de ella, Sanji se rasco el brazo, visiblemente incómodo.

— Deberías cambiarte de ropa, estas, mmm, el sofá— lo había empapado al sentarse sobre el— ¿Quieres un calmante?

—No vas a drogarme para después llamar a Zeff.

Sanji se sentó en el sillón más alejado, a una distancia más que prudente y cruzo una pierna sobre la otra.

—¿De verdad crees que le llamaría a un hombre de la tercera edad solamente por esto? No, que Judge o Niji se encarguen de ti.

Su celular comenzó a sonar, y los ojos de Ichiji siguieron a Sanji, el rubio miro la pantalla y frunció el ceño, cortó la llamada tajantemente, pero cuando sonó nuevamente decidió apagar el aparato y arrojarlo, Ichiji sonrió.

— Problemas, ¿eh?

—Deberías primero verte a ti mismo antes de tratar de burlarte de mí. —se encogió de hombros. —Y si, problemas ¿quieres que prepare galletas y discutamos a cuál de los dos se jodieron más duro?

Ichiji se cubrió el rostro con la capucha de su sudadera y le enseño el dedo medio, le dio la espalda y se encogió en el sofá, Sanji subió las rodillas y las abrazo contra su pecho, prendió un cigarro y le dio una fuerte calada mientras enterraba los dedos entre las hebras doradas de su cabello, estaba por encerrarse en su habitación cuando la voz de Ichiji se alzó.

—A mí me jodieron más duro, Katakuri me pediría el divorcio si solo tuviera la opción.

—Uh, así que Charlotte Katakuri divorciado— Sanji levanto una ceja. — ¿Crees que otro Vinsmoke pueda tomar la vacante?

—Eres un asco.

—No hablaba de verdad, se que todos ustedes piensan lo peor sobre mí, pero conoces mi postura sobre su matrimonio, negociar sobre las emociones humanas es algo que yo no podría haber hecho nunca, ustedes lo hicieron, son hombres prácticos, yo simplemente ya estoy ligado a mi propio tormento. —dejo salir el humo por la nariz. — ¿Qué haces aquí?

— ¿No puedo estar aquí?

—Puedes estar si quieres, nadie te lo impide, tal vez Judge preferirá que no pases demasiado tiempo aquí ahora que estas casado, pero ya lo conoces. — Sanji miro a Ichiji discretamente. — ¿Katakuri y tu pelearon? — Ichiji apretó los labios. — ¡Claro que pelearon! ¿Si no porque estarías—

—Cierra la boca fracasado.

Sanji levanto las manos y segundos después paso los dedos sobre su boca, fingiendo poner un candado. Estaba siendo un poco hosco; podía serlo con naturalidad cuando estaba alrededor de sus hermanos, y porque un corazón roto no era compañía para otro igual. Observo las guirnaldas de humo subir y deformarse antes de tocar el techo y dejo colgar el cuello en el brazo del sofá.

—Yo...no sé qué hacer— el pelirrojo hilvano con dificultad la oración e imito el gesto del rubio —enterrar los dedos a través del pelo—, Sanji abrió los ojos enormemente, había imaginado que su reencuentro sería distinto, más conflictivo, igualar cuentas después de lo que sucedió en la boda. —Quiero volver a su casa —verlo, no estar aquí— pero no sé cómo.

Sanji casi pudo escuchar las paredes de la casa rugir, ver a Epony quitando las telarañas, y al niño todo poderoso, nunca contento con nada, desgarrarse desde adentro.

— ¿No pudo soportar ver como realmente eres?

—No hables de mí como si tú fueras mucho mejor, ni juzgues a Katakuri como si lo conocieras.

—A él no lo conozco, pero a ti si— Sanji sonrió con los ojos cerrados. — ¿Qué tal todas esas veces en que hiciste que Niji y Yonji hicieran cosas malas por ti? — agito el cigarro. —Y si vas a justificarte diciendo que eran cosas de niños, mejor cierra la boca.

—Eres tan predecible. —Ichiji lo miro mal. —Siempre quieres tener la atención y no lo admites como si estuviera mal hacerlo. Mártir.

—Está mal.

—¿Recuerdas cuando empezaron todas tus fiestas?, te convertiste en un desastre, estabas descontrolado, al mismo grado que Yonji, tratando de superar a Niji. ¿Qué querías, Sanji?, no podías destacar o preocupar a papá si tus otros hermanos hacían exactamente lo mismo. Ah no, si podías. ¿Sabes cómo?, por el simple hecho de que tu eres Sanji y siempre tiene que haber un maldito trasfondo en lo que haces.

—Yo no estaba buscando la atención de nadie.

 

—Ni siquiera deseo hablar contigo. —Ichiji suspiro.

—Igual no tienes a nadie más con quien hablar, estas solo.

—No haces esto porque quieras escucharme, lo haces porque necesitas saber que hay una persona con una peor situación que la tuya para que todo sea más fácil.

Sanji parpadeo, pero no negó la acusación. Ichiji lo sabía, lo olía. —el hedor que ambos desprendían— Sanji-Sanji, el soleado Sanji, sufriendo por su misma causa, un hombre. Pero que al contrario con lo que fue en antaño, no era el niño rubio que lloraba y gritaba por ayuda.

—Entonces debo de suponer que primero voy yo, estoy con este sujeto, pero él no está conmigo, o no completamente, ya que está anclado a alguien más y mis intentos por conseguirlo no parecen suficientes.

— ¿El hijo de Nefertari?

—Él era Nefertari Kohza, este sujeto se llama Zoro— frunció el ceño. —Zoro es alguien, umh, era parte de la escolta cuando—

—Cuando arruinaste mi boda. —Ichiji dijo fríamente.

—Insultaste a Bellamy.

—Ni siquiera era tu amigo, te trataba mal cuando estábamos en la escuela y tampoco dije nada que no fuera cierto.

—Ni yo hice nada que no estuviera justificado.

— ¿Quieres decir que arreglas tus problemas así?, ¿Actuando como un estúpido?

—Mira quien habla. — Ichiji se tensó, y Sanji suspiro, calmándose lentamente. —Escucha, no voy a pedir perdón, no sé si estuvo mal, o si estuvo bien, no pensé que tu reaccionarias de—

—Ya no importa— Ichiji lo corto escuetamente. — Estabas hablando de un sujeto.

Sanji exhalo largamente. —Él me advirtió todo desde un inicio, me dijo que había alguien a quien no podía olvidar y yo insistí. —Meneo el cigarro de lado a lado— insistí e insistí y ahora heme aquí.

— Eso solo refuerza la importancia que la otra persona tuvo, tiene, y si alguien como tú no puede sacársela de la cabeza, tal vez de verdad estas perdiendo el tiempo— su mano cansada y pálida palmeo el aire. — Pero que va, igual siempre te sales con la tuya.

—Tú no tienes ni una remota idea de lo que se siente que nadie tenga fe en ti. —Sanji le lanzo una mirada ofendida, pero Ichiji ni siquiera reacciono al gesto.

— ¿Y qué me dices de que todos esperen siempre algo de ti?

Sanji suspiro con exasperación, jamás llegarían a entenderse, sin embargo, comprendió que en el fondo Ichiji no era tan diferente a él, y tenían las mismas sensaciones —aunque de extremo a extremo— pues a fin de cuentas estaban hechos de los mismos cimientos. Eran miel combinada con ponzoña.

Encendió un nuevo cigarrillo y lo llevo a sus labios, respirando ansiosamente el tabaco, después dio dos golpes con sus dedos, agitando la ceniza. —Entonces, ¿Katakuri y tú?...

—No confía en mí— dijo simplemente, poniendo las manos sobre su vientre.

— ¿Y? — Sanji guardo su encendedor. —Le quieres, ¿no?, estas así porque ya no es un negocio para ti.

—Me importa, por más estúpido que suene viniendo de mí, lo hace, él es una persona que...— hizo una mueca, apretando los dientes. —Solo no quiero dejarlo ir.

Me estoy consumiendo.

—Espero que soportes las emociones bruscas, porque todo se jode a partir de ahí.

El sonido de un auto aparcando hizo que ambos se pararan rápidamente, las rejas se abrieron, y las llantas derraparon sobre un charco, finalmente las luces de la residencia se encendieron y el resto de sus hermanos entro por la puerta.

Niji sonrió abiertamente cuando miro a Ichiji, y se acercó a él, pero su gesto se volvió igual al de Reiju —sospechoso y minucioso—, mientras que Sanji pudo percatarse había algo raro en Yonji.

Fue el hermano menor quien señalo afuera. —El viejo está feliz así que traten de no cagarla.

Judge atravesó la puerta, sonriente, orgulloso, y si bien se sorprendió al ver a sus dos hijos en la casa, no contuvo las ganas de acercarse al mayor de estos y darle un tosco abrazo. Olía a old spice, celebración y derroche. Olía a alguien que sabe se ha salido con la suya.

—Hijo...— lo estrecho en sus brazos. —Lo has hecho, la cuenta de Germa...— negó con la cabeza, no tenía palabras. —Seremos grandes otra vez, estaremos en donde debemos de estar y todo es por ti.

El pelirrojo se removió, mirándolo con sus ojos sombríos y perdidos.

—Katakuri lo sabe, siempre lo supo, yo no conseguí nada, no lo engañe ni lo persuadí, él nos regaló esto.

— ¿De qué estás hablando?

—Quiero decir que mandaste al diablo todo lo que conseguí padre.

—Habla claro Ichiji.

—Él y yo...— no hubo necesidad de continuar para que Judge entendiera, el hombre meneo la larga melena y puso los dedos entre su sien.

—No seas ridículo hijo, por favor no seas ridículo— se rio escuetamente. —Quita esa cara, deberías de sentirte tan orgulloso como yo, mira lo que has hecho.

La mentalidad de Judge, narcisista y cerrada entendía que, si él estaba bien, por ende, los suyos también lo estarían, ellos eran una parte de él, a fin de cuentas, le necesitaban para tener un soporte.

Germa, líder analógico, viviría, viviría hasta que Vegapunk lo absorbiera, hasta que Judge se diera cuenta de que ya había explotado lo que tenía, hasta que otra vez regresara al inicio porque Judge abarcaba todo, — ¿Unos estúpidos mandados por el esposo de su hijo diciéndole como tenía que administrar su propia empresa? ¿Su modelo de negocios?, No gracias, no sería un segundón en su propio territorio.

— Deja de ser tan imbécil — Sanji susurro ariscamente.

La mirada de Judge se oscureció. —Cuida la manera en que me hablas Sanji.

— ¿Tienes algún problema con que te llame imbécil?

—Apareces cuando se te da la gana después de estar en Dios sabrá donde, al menos evita que tenga que concentrarme en ti y pasa desapercibido.

Sanji torció la boca y lanzo un bufido, sabía que su padre odiaba cuando lo retaban.

—Estas en terreno peligroso Sanji, déjalo— Fue Yonji, susurrando con disimulo.

—Él concepto que tiene de mi es basura— Ichiji levanto la mirada. —Tú y yo lo hicimos pensar eso.

—Hizo el depósito, ¿no? Si el muchacho está enojado ya se calmará.

Ichiji miro el suelo y enterró los dedos en sus brazos fuertemente. —No lo hará...— apretó los dientes. —Y todo es gracias a ti.

—No estas casado con él, no es un matrimonio real y lo sabes.

—Era diferente, estábamos haciéndolo diferente.

—Ichiji, basta, ocurrió porque era necesario. ¿Crees que, si no hubiera un fin, lo conocerías? Hijo por favor, se racional, quiero que estés bien, espera a que la lluvia pare y vuelve a casa. —se quitó el saco, colgándolo en el perchero. —Katakuri es joven y tiene el mundo en su palma, quiere pasarla bien, tú también pásala bien y no pretendas pedir algo que no se te puede dar.

—Tu no entiendes nada— Ichiji lo miro desesperado. —No, si lo entiendes, pero te importa un carajo. Tienes lo que quieres, así que lo que pase conmigo poco o nada importa ya. ¡Al diablo con mi vida! Que se pudra la vaca a la que sacrificaste. — jadeo, avanzando. —Katakuri no es como tú piensas, no tiene tu mentalidad mediocre.

—Pero que melodramático eres.

— ¡Padre!

—Si actuaras como debes te darías cuenta— Judge puso la mano sobre su frente, despeinando su cabello, comenzaba a irritarse — ¿¡Crees que realmente él se hubiera interesado en ti?! Cuando solo tienes opciones malas, escoges la que parece ser mejor si la comparas con el resto. Es todo, y es tan simple así que entiéndelo.

— ¿Y por qué no podría interesarse en mí? — grito, mordiéndose los labios.

Judge lo miro con humor e hizo una negación. —No me hagas decir cosas que no quiero.

—Soy un Vinsmoke.

—Son lo que son por mí.

Ichiji se sintió insultado y se acercó al hombre, tomando su brazo, pero Judge se soltó y sostuvo su mentón.

—No me retes, y si te digo que no quiero discutir esto, entonces obedece. — dijo una por una las palabras, haciendo énfasis.

El pelirrojo se hizo un ovillo en el suelo, y cuando sintió como el vómito subía a su garganta doblo el cuerpo dejando salir todo la bilis de su interior, las arcadas se hacían más fuertes, trastabillando abrazo su abdomen pero una violenta arcada lo hizo quebrarse.

Judge se sintió indignado al ver a su hijo.

—Por amor a dios, ¿Qué estás haciendo? —Judge arrugo la nariz con repulsión. —¡Ichiji! ¡Compórtate como debes! Solo mírate en un espejo, te ves...

—Se ve como la mierda— Sanji dijo con acritud. —Finalmente lo ves, ves que todo en esta casa se ve como la mismísima mierda.

—Estas siendo muy rudo padre, déjame hablar con ellos, yo puedo manejarlo. —Reiju denoto, las palabras salían atropelladas de su boca, Judge la ignoro, la hizo a un lado y se concentró en Sanji.

—No estoy para atender tus cosas ahora, quítate.

— ¿No puedo decir lo que pienso?

— ¿Piensas?

Sanji asintió, sonriente. —Si padre, y pienso que eres un imbécil.

—No uses ese tono altanero conmigo porque voy a...

— ¿Vas a qué? ¿Golpearme? — escupió cínicamente. —El problema es que eres sordo, pasas por encima de los demás y haces que sean otros los que se encarguen de tu trabajo sucio, todo en lo que has puesto tus manos se ha convertido en porquería. ¡Y no escuchas! ¡Nunca escuchas! Golpéame y vuélvete más miserable de lo que ya eres, papá, hazlo para que ellos también lo puedan admitir, para que vean lo que yo veo.

—Sanji ya basta por favor— Reiju pidió.

— ¿No alcanzas a ver cómo nos has jodido la vida?

— ¿Te he jodido la vida? — Judge lo empujo del pecho y lo hizo tambalear. — ¡Tú te jodiste a ti mismo la puta vida! ¿Crees que no se todas las formas en que desperdiciaste mi dinero avergonzándote a ti mismo? —lo empujo todavía más fuerte. —Te ofrecí una carrera, estudiar en una universidad prestigiosa, tus amiguitos tendrían que haber vendido un riñón para tener las oportunidades que te he dado, las que tú nunca has aprovechado porque eres igual a tu madre.

La mujer que había parido aves de rapiña, él los había enriquecido, les había enseñado a tener orgullo, a siempre apuntar alto. ¿La humildad?, eso eran excusas de la gente conformista, y, aun así, pese a todo insistían en parecerse a ella, quien no les dio nada, la que hizo débil a uno de sus hijos. Sora que no tenía más que canciones de cuna y flores.

La mujer que se había negado a darle leche materna a todos ellos, la que no les gritaba, nunca los castigaba, solamente lloraba cuando arrancaban sus plantas y mataban su jardín, él le había dado un verdadero apellido, le había quitado ese putrefacto Redleg, la salvo de ser una mediocre, la salvo de un padre ignorante y de ser una puta mesera toda la vida, la había hecho una princesa.

Niji miro con estupor a Ichiji, que trataba de ponerse de pie, iba a imitar a Sanji, lo podía ver en su mirada, y a cada paso se sentía más nervioso, fue cuando se enderezo completamente que lo agarro de las muñecas y lo golpeo contra la pared.

—Paremos con esto Ichiji, necesito que seas tú, otra vez tú, hermano.

—No te metas— su mirada decía miles de cosas y ninguna le gusto a Niji, el pelirrojo se movió, quitándolo de encima, pero Niji lo volvió a estampar a la pared y puso el brazo debajo de su mentón, justo por la garganta.

—Y desearía no hacerlo, pero no puedo.

— ¡Por favor! ¿Y qué me dices de él? — Sanji señalo a Ichiji. —Aprovecho toda esa mierda de la que hablas. Si tu hijo consentido esta así, ¿Te has puesto a pensar en cómo estarán los otros?

—Él es otro pobre idiota como tu— Judge grito colérico, las venas de su cuello resaltaban. —Y no tienes idea de cuanto me duele decirlo, de cuanto me lastima poder verlo. Mis hijos, ustedes... ¿Qué se han hecho?

— ¿Nosotros? — Sanji se carcajeo.

—Ya cállate Sanji— Yonji gruño, tomándolo del antebrazo.

— ¡Que tú no tengas el valor para decir lo que piensas no significa que yo tampoco! ¡Cobarde! — se soltó, encolerizado, y la cara de Yonji se desestabilizo.

—Sanji, escúchame carajo—bramo el menor de los varones, apretando tanto los dientes que crujieron, sus facciones estaban lívidas. —Solo vamos arriba, ¿de acuerdo?

—Eres un asco Judge y aunque todos lo sabemos, soy el único que te lo puede decir a la cara.

Vinsmoke Judge no era un villano, solo era demasiado ciego.

Dentro de él había más amor propio que amor por su carne y su sangre, él había debido saber que su matrimonio con Sora —el cual antes del nacimiento de los cuatrillizos ya estaba cuarteado— solo sería su cruz; la mujer le contradecía, le afirmaba no estar feliz y él no podía complacerla, pues Sora no quería oro y joyas, no podía entenderla aunque lo intentara, así que se frustraba y recurría a distracciones y amantes como la preciosa Baccarat; la mejor de todas, morena, exótica, exuberante y pelirroja, una fiera inhibida de toda vergüenza —caliente, de boquita sucia—, frívola y sin rodeos, y ni aun así suficiente para quitarle su amor enfermo por la preciosa Sora, su dulce Sora, su puta Sora.

— ¿Qué debería hacer? ¡Padre, Katakuri

Todos tenían la enfermedad de su amada mujer, estaban enfermos de ella. Como ella.

— ¡¿Te das cuenta de que esto lo ocasionaste tú, Judge?!

 ¡Papá!

Todos se sentían valientes para juzgarlo después de iluminarlos, de engrandecerlos.

Redleg Sora vivía en todos ellos, por eso se burlaba de él, se reía hasta que su suave voz se deformaba en espeluznantes carcajadas, la podía ver, nunca lo dejaba en paz.

Mujer que con sus ojos dulces y sabios había visto en el tercer de sus hijos a un ser tan desgraciado como ella, mujer que había sabido que su mejor arma contra él sería la indiferencia.

—Porque como padre eres una mierda, y como persona también. Todo lo que tocas Judge, tú te encargas de quebrarlo.

Judge contuvo la respiración y espero, espero a que su hijo se arrepintiera, pero él alzo la mirada y levanto el mentón, lo miro tácitamente con sus ojos que decían No pudiste hacer también de mí una cáscara vacía, no me convertiste en ellos; mis hermanos, no me volviste como mamá.

— ¡Cierra la puta boca!

Sanji miro con los ojos abiertos la mano de su padre dirigiéndose hacia su cara llena de rabia y cólera, y apretó los dientes, porque sabía que iba a dolerle.

Pero quien cayó al suelo por el impacto fue Niji y no él.

Niji silbo, contrayendo las manos en su nariz para disimular el dolor, Sanji lo contemplo estupefacto, y él...le enseño el dedo medio.

—Me gustaría dejarlos continuar su enternecedora escena— se sacudió la sangre de la mano y lanzo un escupitajo. —Pero me están poniendo enfermo.

Judge vio a su segundo hijo escurrir lienzos de sangre, y no pudo evitar sentirse más traicionado, dio otro paso hacia Sanji y levanto la mano, y en esos momentos, todos sus hijos sintieron miedo.

Reiju, dura y complaciente, estúpida

Ichiji, toda la vida tragándose a otros, estúpido.

Niji, vanidoso y engreído, estúpido.

Sanji, conmiserar y sacrificado, estúpido.

Yonji, eterna sombra, estúpido.

Todos ellos eran Sora y Judge, tontos, pobres, esa era su carga, ya estaba en su sangre y no podían escapar de quienes eran y se lo tendrían que tragar les gustara o no.

Había algo en Judge, germinado hace décadas, que le impedía ser el hombre que se esperaba —el que su familia había necesitado—, y ahora solo era un lobo en espera de que sus niños repitieran sus pasos, retomasen sus vicios y construyeran una vida igual que la suya.

Sanji se preparó para el golpe, sin embargo el visceral grito de Yonji fue lo único que hizo parar a su padre.

— ¡Deje la escuela! — cerro los ojos con fuerza. —Fue hace algunos días, no me preguntes que voy a hacer porque no tengo la menor idea todavía...solo lo hice, no podía más.

Si querías ver el rostro de un hombre perdiendo todo; entonces tenías que ver a Judge, cayó como un peso muerto en el sofá, pasando la mano sobre su cara y tallándola una y otra vez. —Fuera de aquí...— su voz salió baja.

—No puedes hacerles eso— Reiju susurro. —Son mis malditos hermanos, papá—

— ¿Quieres irte con ellos?, ¡Dije que se largaran! ¡Largo de aquí, váyanse ya!

—Está bien Rei, podemos cuidarnos solos, no somos niños.

—Ya vi que pueden cuidarse solos— ella dijo duramente, poniendo la mano en el puente de su nariz. —Iré por mi cartera, está en...¿En dónde está?, ¿en dónde está?— paso las manos nerviosa sobre sus pantalones, no tenía efectivo ni tarjetas. —Esperen aquí.

—Reiju, no— Sanji levanto la voz, y ella comprendió por más que no quería, que tenía que dejarlos.

La mujer se cruzó de brazos, Yonji levanto cuidadosamente a Ichiji mientras que Sanji de forma tosca hacía que Niji se pusiera de pie, los cuatro niños que había visto pelear estaban juntos, quienes se mofaban de ya no tener ningún arreglo. —De ser rica fruta podrida—, se sintió entristecida pues solo el caos era suficiente para unirlos, y su padre, solo Judge y nadie más, aquel capaz de despertarlos.

Miro a su padre poner las manos entre sus palmas y suspirar temblorosamente, sus ojos conectaron con los suyos y ella negó con la cabeza, con reproche y lastima antes de tomar su bolso y subir a su habitación tragándose las lágrimas, no se merecía verla llorar.

Vinsmoke Judge; hijo de un padre estúpido y sin aspiraciones —ese don nadie que apostaba hasta la vida en un casino—, hijo de una madre vanidosa y frívola, —perra burguesa y de hielo—. Hombre compuesto de ego y de banalidades.

Pensó en Baccarat sonriendo mientras se cubría los senos con las manos, y luego en las otras; pero al final siempre estaba Sora, y era más hermosa y brillante que todas.

Sora, su mariposa de las alas rotas.

....

Estertor recorría el cuerpo de cada hijo Vinsmoke, que sentían alfileres punzando sus pieles en cada paso que les robaba un poquito de lo último que tenían y que se perdía entre la niebla de la ciudad en la que todo era frio, húmedo y verde, llovía a raudales, penetraba sus huesos, jodía sus cabezas.

Ninguno cargaba dinero, Ichiji no traía auto —lo cual no sabían si agradecer o maldecir— y ningún taxi pararía en medio de la tormenta, se movieron entre el trasegar de árboles como los tontos niños que eran.

Fue Niji el primero en romper el silencio, costras de sangre seca debajo de la nariz y la camiseta, los labios morados y desechos.

—Cuatro idiotas caminando en la calle en medio de la noche, ¿Cómo se llamó la obra?

—Cállate Niji. — pidió Yonji, antes sería el primero en secundar al otro, ahora solo estaba cansado.

— ¡Se llamo "Cuatro idiotas a punto de pescar neumonía"! Oh Dios, si hubiera mantenido mi boca cerrada eso significaría que algún día la herencia seria mía —hizo una pausa dramática— Y de Reiju. — volteo hacia Ichiji. —Y por supuesto te daría una pequeña parte a ti, solo una parte, no te emociones.

Ichiji no hablaba, solo caminaba, simplemente les seguía con movimientos cadenciosos.

— Niji— Sanji pronuncio el nombre, su hermano se detuvo un segundo, levantando una ceja.

—No tengo porque darte explicaciones, solo sucedió.

—Gracias.

—Bien.

Los faroles de un auto cayeron sobre ellos, y el conductor apretujo los dedos en el volante, viendo el rostro de su chico sombrío siendo iluminado, las gotas escurrían de su cabello y su frente, y su piel de alabastro se hacía estremecedoramente pálida por el contraste de la sudadera negra; cuando Ichiji lo miro esos ojos electrizantes lo quemaron —Ichiji, que con su sexo, sus palabras y sus besos lo había manejado, y Katakuri, que aun así inspeccionaba su cuerpo, su rostro, no había heridas, él estaba bien— apretó con más fuerza y paro frente a ellos, cortándoles el camino abruptamente.

—Sube—dijo fríamente, señalando la puerta del copiloto, después giro la cabeza mirando al resto de los hermanos indicándoles que entraran.

Nadie hablo.

Hasta que antes de que cruzara la diagonal, Sanji fue el primero. — ¿Podrías llevarnos a El Baratie?

Niji lo jalo. —Yo no quiero ir con el abuelo, esta es una escena patética. ¿Quieres que nos vea así? 

— ¡Al demonio con todo Niji! — Yonji grito, harto. — Que nos vea, que importa.

Al llegar al restaurante, el anciano, con el pijama puesto y sin su pierna ortopédica se agarraba de sus muletas, el temible pirata pata de palo solo era un simple viejo lleno de cabello plata y de arrugas, pero su mirada estaba muy viva, vio a sus nietos y sus ojos se abrieron con desmesura, después esos mismos iris azules y aterradores treparon en Katakuri, imponente hombre que sostuvo su mirada con la misma dureza, al que no intimido, entonces Zeff asintió con solemnidad agradeciéndole con un sencillo gesto que significaba demasiado.

El auto marcho de nuevo y Zeff se convertía solo en una mancha blanca que dejaban atrás.

— ¿Por qué estás aquí? — Ichiji susurro, mirando el semblante de Katakuri.

La piel oscura, la nariz recta, los ojos profundos, el cabello que era más suave entre sus dedos de lo que aparentaba ser, sintió un aleteo en la boca del estómago; esperanza.

Él la odiaba, la detestaba, era para la gente que se creaba promesas, para aquellos que ya no tenían nada que perder y solo se aferraban a la mera ilusión, pero Ichiji la tenía.

—Eres mi responsabilidad y cualquier cosa estúpida que hagas me concierne, fue el trato.

Sonrió débilmente, era una mueca dolorosa y torcida, pego el rostro en el cristal y entrecerró los ojos, hacia frio.

—Pensé que tu no mentías Katakuri, pensé que tu no lo hacías.

—Que irónico, yo pensé que tú tampoco.

Notas finales:

N/A: Kohza por si no lo recuerdan se nos mostró hace muchos ayeres en Arabasta..."Era el líder de la facción rebelde contra el rey, además de liderar el Clan Suna Suna", aquí (en el fic xd) hace muchos capítulos se menciono que era medio hermano de Vivi. Y Baccarat, una de las antagonistas de One Piece Film Gold, nadie me quita la idea de que ella seria la perfecta madrastra de los Vinsmoke, es prácticamente lo contrario de Sora lo cual sinceramente me deja dudas de que tan buena o mala seria su presencia en tan peculiar familia.

Millones de gracias a todos, de verdad


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).