CAPITULO 2 INICIO DE UNA AVENTURA
La tarde después de aquel “acontecimiento” pasó sin más contratiempos, Logan y Kendall regresaron justo a tiempo para la cena, al igual que la señora Knight, quien volvió con una pizza para los chicos.
Luego de que Katie terminara de leer el tercer fanfiction “Kogan”, finalmente salió de su habitación para disfrutar de su rebanada de pizza; la niña había decidido mantenerse callada por el momento y no contar nada a nadie de lo que había visto, al menos no por ahora.
Por su parte, una vez que Logan y Kendall habían salido del apartamento, Carlos y James habían tomado su lugar en el sofá naranja y fueron ellos quienes habían terminado de ver la película de Spider-man, de la misma forma en la que acabaron con todas las golosinas que había en el recipiente; así que para el final del día, ellos fueron los únicos en no comer pizza luego de terminar con indigestión.
Luego de ello, las cosas continuaron su curso normal para los chicos de Big Time Rush; tal y como lo habían prometido, Kendall y Logan no volvieron a hablar ni mencionaron a nadie sobre aquel “hecho”, para alivio de ambos jóvenes, su amistad no se vio afectada en ningún momento, por lo que los dos continuaron con su vida normal; bueno casi, puesto que un mes después de que Camille terminara con Logan, la chica había comenzado a salir con un chico llamado John que había conocido durante su última película; y aunque Logan sentía cierta nostalgia cada vez que veía a su exnovia al lado de su nuevo novio, le bastaba al chico continuar como amigo de Camille. Jo por otro lado, no había salido con nadie desde el rompimiento con Kendall, pues la chica había decidido concentrarse en su serie y en hacer crecer su carrera.
A decir verdad, Kendall, Logan y Carlos, tampoco habían tenido oportunidad de salir con más chicas; sinceramente ni siquiera habían tenido ocasión de salir muchas veces del Palms Woods, ni siquiera James había tenido muchas oportunidades de salir con Lucí, puesto que Griffin le había pedido a Gustavo presentar tres canciones nuevas en la fiesta de Halloween, así que todas esas semanas, Gustavo los mantuvo ensayando y grabando casi todas las tardes.
Seis semanas más pasaron desde que Kendall y Logan se hubiesen besado, la fiesta se celebraría un viernes y ya estaba prácticamente a la vuelta de la esquina; las coreografías estaban listas y las canciones aprendidas y grabadas, así que finalmente y luego de mucho implorarle, los integrantes de Big time rush consiguieron que Gustavo les diera ese fin de semana libres de ensayos para descansar.
Al enterarse de esto, Lucí tuvo la grandiosa idea de invitar a todos sus amigos a la casa de campo que sus padres tenían a las salidas de Los Ángeles; James, Logan, Kendall y Carlos estaban emocionados con la idea, su único problema era que…
-Definitivamente NO. Sentenció la señora Knight cruzándose de brazos.
-¡¿NO…?! Exclamaron a coro Logan, James, Carlos y Kendall. -¡¿Por qué no?!
-Porque aún son muy jóvenes para pasar todo un fin de semana ustedes solos y fuera de la casa, y según entiendo, no habrá ningún adulto con ustedes.
-Pero si ya tenemos 20 años. Declaró Logan intentando convencer a su tutora.
-Además, ya somos perfectamente capaces de usar el microondas si es que tenemos hambre. Comentó James haciendo que la señora Knight girara los ojos.
-Y ya hemos memorizado tooodos los números de emergencia. Aseguró Carlos uniéndose a sus amigos.
-Señora, puedo entender su preocupación. Hablo Lucí quien también se encontraba con ellos intentando convencer a la mamá de Kendall. –Pero Jo, Camille, su novio e incluso Jett irán, estaremos juntos todo el tiempo, además la casa tiene alarmas puestas para que nadie pueda entrar en ella y también tiene alarmas contra incendios; y en caso de cualquier emergencia, mis tíos viven a 20 minutos en coche de la casa.
-Mamá, sabes que te quiero, pero es momento que comiences a confiar más en nosotros y nos des la oportunidad de demostrarte que somos lo suficientemente mayores como para manejar esto. Expuso Kendall, tratando de sonar lo más convincente posible.
-¡Por favor! Exclamaron los otros tres chicos detrás de Kendall con ojos de cachorro.
-¡Bien! Exclamó finalmente la señora Knight luego de dejar escapar un suspiro, lo cual hizo saltar a los cuatros chicos de felicidad. –Pero…. si me entero que volvieron a meterse en un aprieto como cuando cuidaron la casa de Gustavo, les retirare el permiso que les había dado para llegar luego de la 12 de la noche de la fiesta de Halloween. Informó la señora Knight (pues pocos días antes los cuatro chicos le habían suplicado que los dejara llegar más tarde de lo usual, pues para poder estar antes de su hora permitida, debían salir corriendo siempre de las fiestas y justamente a mitad de lo mejor de estas; incluso el papá de Jo había accedido a dejar que la chica llegara después de las 12 a su casa ese día, así que ellos exigían el mismo permiso). -¿Puedo confiar en ustedes? Preguntó la mamá de Kendall.
-¡Lo prometemos! Aseguró Big time rush con una amplia sonrisa.
Esa mañana los cuatro chicos se dispusieron a empacar lo necesario para el fin de semana, pues los jóvenes partirían el viernes por la tarde y regresarían el domingo por la noche.
Finalmente, el reloj marco las 5:00 p.m., lo que significaba que era hora de partir, pues dicha casa quedaba a poco más de una hora de viaje en auto y debían salir temprano del Palms Woods si es que los chicos querían llegar con luz.
Luego de un rato de discutir, finalmente acordaron que Kendall manejaría el auto del papá de Camille, y en este se irían Logan, Carlos y James, además claro del conductor. Por otro lado, Lucí, Jo, Camille y Jett se irían con John, pues el novio de Camille contaba con camioneta propia.
Y fue así como finalmente, los chicos se pusieron en marcha con la canción de 24/seven, halfway there, get up, elevate, if I ruled the world, run wild, paralyzed y más sonando de fondo.
Aunque para desgracia del rubio, el pobre de Kendall debió soportar la discusión sin sentido de Carlos y James sobre una tontería (como era su costumbre) durante tooodo el viaje.
-¡Carlos eso es imposible! Exclamó James claramente frustrado.
-¡¿Cómo puedes saberlo?! ¿Alguna vez se lo has preguntado a él? Cuestionó Carlos igualmente molesto.
-Noooo, porque el Yeti ¡NO EXISTE!
-¡Claro que si existe! Y también tengo razón cuando te digo que él puede congelarte con su mirada. Dijo el latino muy convencido de sus palabras mientras se cruzaba de brazos con un puchero.
Normalmente Kendall no hubiese tenido problemas con la disputa que ahora se llevaba a cabo entre sus dos amigos, pero luego de pasar una hora completa en medio del tráfico, con el calor del interior del auto, y escuchando sobre el hombre de las nieves, pie grande y el yeti; finalmente había alcanzado su límite.
-¡YA BASTA! Exclamó molesto mirando por el espejo retrovisor a sus amigos. –No me importa si el yeti existe o no, aún faltan 20 minutos de camino y quisiera recorrerlos ¡sin más discusiones!
-¿Crees que este molesto? Le susurró James a su amigo.
-No estoy seguro…
-¡Si estoy molesto! Afirmó el joven rubio luego de escuchar a sus compañeros de banda. Eso de la sutileza nunca se les había dado muy bien a ninguno de los cuatro.
Luego de eso, James y Carlos resoplaron aburridos al tiempo que los dos se cruzaban de brazos al mismo tiempo. (A veces su perfecta sincronía asustaba).
-¿Y tú qué? Preguntó Kendall dirigiéndose a su amigo pelinegro que venía en el asiento del copilota a su lado.
-¿Yo que…? Respondió Logan sin inmutarse y sin siquiera hacer el intento por moverse.
El genio de la banda había permanecido aplastado en su lugar, con los brazos cruzados y con un puchero en su rostro, prácticamente desde que habían salido del Palms Woods.
-No has dicho nada durante todo el camino. Decretó el chico de ojos verdes sin dejar de conducir.
-¡Oh! ¿Es que acaso querías que viniera discutiendo todo el camino como ellos dos? Cuestionó Logan señalando a sus dos compañeros detrás de él.
-Nooo… pero al menos esperaba que dieras alguna señal de vida durante la última hora.
-Kendall tiene razón, creímos que habías muerto. Admitió Carlos desde su asiento.
-Pues sigo vivo. Sentenció Logan frustrado y acomodándose correctamente sobre su asiento.
-¿Seguro estas bien? Preguntó Kendall dubitativo, pues demasiado bien conocía a su amigo como para saber que algo no andaba del todo bien con él.
-¡Estoy bien! Exclamó Logan teatralmente mientras alzaba los brazos.
Pero sus tres amigos compartieron miradas intranquilas.
-¿Seguro que no tiene nada que ver con que John haya venido con…?
-¡No! lo menciones. Sentenció Logan sin siquiera permitir que Carlos completara su frase.
-¿Te molesta el hecho de que Camille y John compartirán habitación? Preguntó James indagador.
Pero mientras el castaño hablaba, el futuro doctor cubrió sus oídos con sus manos mientras cantaba un mantra de “lalalala…”
Por desgracia para Logan; esto era verdad, pues la casa solo tenía tres habitaciones; una de ellas pertenecía a los padres de Lucí y contaba con una cama matrimonial, en este dormirían Jo y Lucí. La segunda habitación pertenecía a Lucí y a su hermano, por lo que contaba con dos camas individuales, este sería el cuarto que Camille y John compartirían. Y por último, el cuarto de huéspedes, la habitación tenía dos camas King size, así que los chicos de Big time rush pasarían el fin de semana en dicho cuarto compartiendo cama.
-¡Escucha! Exclamó Kendall llamando la atención del pelinegro y deteniendo su tarareo –Se supone que vinimos para descansar y disfrutar de este fin de semana, lejos de la ciudad, el trabajo, los problemas...
-De los gritos de Gustavo. Acompletó James.
-Así que deberías dejar de pensar en Camille y John; solo dedícate a divertirte.
-¿Oh es que aun sientes algo por Camille? Cuestionó Carlos. –Porque si es así, tal vez podamos deshacernos de ese tal John. Aseguró el chico al tiempo que golpeaba su casco con una mano, mientras que en la otra sostenía un palo de Hockey.
-¿De dónde lo sacaste? Preguntó James impresionado y señalando el bastón de Hockey.
Pero antes de que Carlos pudiese contestar, Logan volvió a hablar.
-Yo sinceramente… ¡no lo sé! Realmente no creo volver con ella pero, Camille es la chica con la que más he durado en una relación así que, supongo que no esperaba que terminara conmigo, y… ahora es raro verla con alguien más. Explicó el pelinegro con algo de nostalgia.
Aprovechando que la carretera por la que en ese momento transitaban se tornaba completamente libre, y de que la camioneta frente a ellos se encontraba a una distancia considerable, Kendall se giró a mirar a Logan para hablarle.
-Oye, entiendo que ahora puedas sentirte confundido y afligido pero, no puedes solo perturbar toda tu vida por una chica, ¡de hecho no deberías!, eres un chico increíble con el que cualquiera tendría la fortuna de salir, eres un fantástico cantante, un joven atractivo, inteligente,
Carlos: Aah… Kendall…
-Con una linda personalidad…
James: KENDALL…
-Y con una sonrisa y unos ojos hermosos…
-¡¡KENDALL!! Gritaron exasperados y al mismo tiempo James, Carlos y Logan.
Pues su rubio amigo continuaba sin voltear a ver el camino por seguir mirando al futuro doctor, y no se había percatado aun de que la camioneta que venía frente a ellos acababa de detenerse.
Por suerte, Kendall consiguió reaccionar justo a tiempo para poner el freno al coche y evitar chocar con ella; pero esto resulto con los cuatro chicos incrustados en el parabrisas.
-Sí gracias, entendí el punto. Contestó Logan con la cara aun pegada sobre el vidrio.
-Gracias por el intento de homicidio. Profirió James sarcástico y en las mismas condiciones que su amigo.
-Lo siento chicos. Dijo el ojiverde mientras intentaba despegarse del parabrisas.
-¡Hay que hacerlo de nuevo! Exclamó Carlos divertido (en ocasiones como esta, el chico agradecía llevar un casco puesto).
Luego de la violenta detenida, los integrantes de Big time rush bajaron del coche para rencontrarse con sus demás amigos; los cuales ya habían comenzado a bajar su equipaje de la camioneta.
-¿Qué les pasó a ustedes? Preguntó Jo al borde de la risa, al ver a los cuatro chicos con las caras rojas.
-No quieres saber. Respondió Kendall mientras que sus otros tres amigos le dirigían una retadora mirada.
-Solo digamos que yo conduciré de regreso. Concluyó Logan.
-Bueno chicos, ¡bienvenidos a la casa de mis padres! Profirió Lucí reuniéndose con el resto de sus amigos.
La casa de campo de los padres de Lucí, literalmente era una casa de campo, puesto que dicho hogar se encontraba a mitad de uno, tal y como la chica había dicho, no solo sus tíos se encontraban a 20 minutos de la casa, sino que también la población más cercana.
-¡Wow! Sí que es una casa grande. Exclamó James al ver lo ENORME que era la vivienda.
-See… a mis padres siempre les ha gustado lo extravagante, así que la casa tiene diez habitaciones, una yacusi y un patio trasero. Explicó Lucí colocándose a un lado de James, mientras este pasaba su brazo sobre sus hombros.
-Aun no lo entiendo. Comentó Jett bajando su maleta de la camioneta y con su siempre habitual arrogancia.
-¿Qué no entiendes? Preguntó confundida la chica de cabello rojo.
-¿Cómo es que sigues con James habiendo la posibilidad de salir conmigo? Expresó el chico, provocando que Lucí lo mirara indignada, y ni hablar de James que casi lo fulminaba con la suya.
Pues en un principio, Jett había intentado por todos los medios salir con Jo al enterarse de que Kendall y la chica habían terminado; aunque los días de acosar a la joven actriz terminaron finalmente cuando Jo amenazo con acusarlo con su padre y al revelarle al chico que éste tenía la posibilidad de arrestarlo, desde entonces Jett había cambiado de objetivo enfocándose ahora en Lucí; lo cual le traía serios conflictos a James.
-¡Ah sí! Pues lo que yo no entiendo es ¿Quién te invito? Cuestionó James claramente molesto.
-Yo lo invite. Respondió John, haciendo que los cuatro chicos se giraran a mirarlo al mismo tiempo. –Pensé que sería más divertido si éramos más. Dijo excusándose.
-¡Como sea! Exclamó Lucí llamando la atención de todos (y evitando así una posible pelea). –Los cuartos están arriban subiendo las escaleras, así que pueden empezar a subir sus cosas.
Luego de que la chica diera la autorización para que pudiesen entrar a la casa, los chicos y las chicas comenzaron a bajar sus maletas y a meterlas a sus respectivas habitaciones.
El bajar el equipaje y desempacarlo, les llevo poco más de una hora, así que para cuando los chicos finalmente hubieron terminado, el reloj ya casi marcaba las 9:00 p.m. Agotados por el largo trayecto en auto y de tanto doblar ropa, todos decidieron que lo mejor era cenar y acostarse a descansar. Así que luego de que los chicos comieran algunos burritos, se alistaron para dormir.
Debido a que la casa contaba con dos baños y a que el cuarto de huéspedes tenía su propio cuarto de baño, no tuvieron mayores problemas para prepararse a la hora dormir (con excepción de James y Jett, ya que cada uno tardo casi una hora en el baño).
Cuando el reloj finalmente marco las 11:30 p.m., cada uno de los chicos estaba recostado sobre su respectiva cama y perdidos en su propio sueño; a excepción de dos de ellos.
Solo Katie, la señora Knight, Logan, Kendall, y claro, ellos mismos, sabían que Carlos y James gustaban de compartir todas las noches antes de dormir, galletas con chocolate y jugo de manzana. Y esta noche, no sería la excepción…
-¡James…! Llamó Carlos por tercera vez a su amigo, pues el castaño parecía inmerso en sus propios pensamientos.
-Lo siento ¿qué…?
-¡Tierra llamando a James! ¿En qué tanto piensas? Cuestionó el latino curioso y dándole un sorbo a su bebida.
-¡Es que no puedo dejar de pensar en lo que paso hoy! Confesó James cogiendo otra galleta.
-¿Qué de todo…?
-Lo que paso hoy con Kendall y el auto.
-¿Y por qué no solo lo olvidas? Después de todo seguimos vivos. Declaró Carlos con una inocente sonrisa y sin comprender el rumbo de la conversación de su amigo.
-¡No por eso! Si no la razón por la cual casi se estrella.
-¿Por voltear a mirar a Logan?
-¡Exacto!
-¿Y que con eso?
-¡¿Es que acaso no escuchaste lo último que le dijo Kendall?!
-¿Qué? ¿Lo de tener una sonrisa y ojos hermosos?
-¡¿Tú también lo escuchaste?! Exclamó James dramático.
-¡Siii! ¡Pero Kendall solo estaba tratando de animarlo! A mí también me gustaría que alguien de vez en cuando me dijera que mis ojos son hermosos.
-De acuerdo, ¿y qué me dices de la forma en la que están durmiendo? Cuestionó el castaño señalando hacia la cama de sus amigos. -¿No te parece extraño?
Debido a que las dos camas que se encontraban en el cuarto de huéspedes eran King size, James y Carlos dormirían en una, mientras que Logan y Kendall en la otra; para la mala suerte de los chicos, ninguna de las chicas estuvo dispuesta a compartir la cama con Jett, y la cama en la que dormiría John era individual, por lo que una solo persona cabía en ella, así que como último recurso, decidieron que Jett durmiera en el cuarto de huéspedes, y como no querían que James y él terminaran asesinándose a media noche, el veredicto final fue que Jett durmiera con Kendall Y Logan (aun ante las protestas de estos dos). Pronto descubrieron que en la cama cabían perfectamente los tres; sin embargo, Jett se había estirado a sus anchas abarcando gran parte de la cama, lo que provoco que Logan y Kendall terminaran durmiendo a la orilla de esta, aunque en realidad, era Logan el que se encontraba al borde de la cama, así que luego de que el joven estuviese a punto de caerse tres veces al piso, Kendall al final había optado por dejar su brazo alrededor de la cadera de su amigo para evitar que este se cayera.
Carlos observo la escena dubitativamente mientras tomaba de su jugo; a decir verdad, al joven si le parecía algo “comprometedora” aquella posición en la que sus amigos se encontraban, pero tampoco haría un drama de eso.
-Pues… tal vez un poco, ¡pero Kendall siempre agarra a Logan! Respondió finalmente el Latino tratando de restarle importancia al asunto.
James cogió la última galleta que quedaba y se la llevo a la boca mientras seguía observando a sus amigos dormir; tal vez Carlos tenía razón y el solo estaba imaginando “cosas”, después de todo, Logan y Kendall siempre habían tenida una amistad bastante cercana, más que cualquiera de ellos, así que… tal vez hacia mal en exagerar lo que veía.
-¿Sabes qué? Tienes razón, quizás solo estoy paranoico. Declaró James al final. –Hay que dormir ya, necesito mínimo ocho horas de sueño para mantener este rostro perfecto. Dijo señalando su propia cara.
-De acuerdo. Accedió Carlos, acostumbrado ya a la vanidad de su amigo.
Luego de eso, los chicos apagaron la única lámpara que hasta ahora los había mantenido iluminados, y se dispusieron a dormir.