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Ni tan casados por jotaceh

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Notas del capitulo:

Hola a todos!!!

 

Espero que estén muy bien y que todos sus sueños se estén cumpliendo, aquí les traigo una nueva aventura de Nicolás, espero les guste mucho.... Nos leemos!!!

 

Y que pueden encontrarme en Facebook.

 

Que estén bien!!!!

Día 9: Si la vida te da limones

Estoy... Estoy... en un estado un tanto extraño. Estoy... lo bueno es que estoy, porque después de lo que me sucedió pensé que me moriría, imagino que debo estar contento de seguir en la tierra con todos ustedes.

A ver, como ya sabrán, el pollaricolino de Cristóbal es en realidad homosexual, o por lo menos lo suficientemente curioso como para estrangular una polla con su orto. En fin, lo que sucede es que cuando ya había roto todas mis esperanzas de estar algún día con él, aparece mi esposa saltando en una pata.

-No vas a saber lo que me acaba de suceder...- me dijo tras sentarse a mi lado en el sofá.

Estaba viendo los noticieros como buen ciudadano informado y lavado de la cabeza por las fuerzas opresoras, cuando Leticia llega riendo y saltando cual conejo libre en la pradera.

-Resulta que me llamó recién Canela y ha convencido a Cristóbal para que cambiemos de roles en el swinger... Que por fin voy a poder tortillear y tu morder la almohada...- parecía niña pequeña con la noticia de un nuevo juego.

Ay por Dios, ¿qué es eso de morder la almohada? Si por lo que me enteré es la pasiva más pasiva de toda la comarca. ¿O será que habrá una excepción y conmigo será activo? La sola idea de estar con el musculín me dio las mismas energías que a Leti, y por eso ambos comenzamos a saltar por nuestra casa.

-A ver neña, te traje todo lo esencial para esta situación... Condones tamaño jumbo, lubricante con sabor a frutilla y otro con menta. No sabía cuál te gusta más, así que saqué de mi bodega las dos botellas... Este es un dildo con cabeza grande, y este otro con una normal. En lo personal prefiero el de glande enorme, porque me entra y después no sale... También te traje un vibrador, por si se les cansan las manos. Descuida, que todo lo limpié con alcohol antes de pasártelos... Creo... Estas bolitas te las pones en el culo y las sacas de a poquito y ay no neña, ya verás lo rico que se siente...- estaba como gato delante de un pepino, viendo a Gabriela tratando de ayudarme pocas horas antes de mi encuentro con el musculoso.

Cada vez me sorprende más sobre todos sus conocimientos del sexo gay y es que, sabe más que yo, ¿cómo? si ni siquiera tiene un pito. Supongo que he tratado de no pensar mucho y agradecer toda su ayuda, aunque tuve que irme con dos cajas repletas desde el gimnasio hasta mi casa. 

Debo reconocer que estaba nervioso esa tarde, hace mucho que deseaba estar con aquel hombre y por fin, después de la humillación de mi amiga, podía tenerle en mis garras.

-Ay amor, que ahí vienen... qué nervios...- estaba pensando cochinas cuando veo correr a mi esposa camino a la puerta, tan nerviosa como yo.

-¿Por qué te colocaste eso?- le pregunté sorprendido, y es que parecía Freddie Mercury con un bigote en la cara.

-Pensé que así le gustaría más a Canela...-dijo apenada Leticia.

-Pero si se viene a acostar con una mujer, no con un hombre...- respondí extrañado, antes de verla entrar al baño para sacarse todo el pelo postizo que se pegó y que por lo que se demoró, no fue solo en su rostro.

Tuve que abrir la puerta yo y ahí me encontré con la parejita, igual de nerviosa que nosotros.

-Pasen por favor, les voy a preparar un trago para entrar en ambiente...- Ah no cabrón, te meto en la cama aunque sea borracho, ya he esperado mucho. Pensé en mis adentros.

Estaba en la cocina, preparando cuatro mojitos, cuando veo aparecer a Leticia cual prostituta, con un baby doll rojo, cadenas en la cintura y una boa de plumas en el cuello. ¡Madre mía! Y esa era la mujer que conocí y que imaginaba que el pene era un hueso durante nuestra primera noche de sexo.

-¿Vamos cariños?Dejémonos de rodeos...- invitó a Canela a su pieza, como si hubiera estado desesperada por probar la tortilla.

Ahí me quedé a solas con Cristóbal y de lo nervioso, me tomé un mojito completo de un solo sorbo. Era la hora de hacerme marica, estaba todo listo. Me arreglé la camisa en la cocina, tomé dos tragos y me dirigí hasta la sala, donde me esperaba nervioso mi amante.

-Está bien, soy la maricona más perra que existe en ese gimnasio, he mamado cada una de las pollas, hasta la del guardia ciego... Ahora quiero que me castigues como la zorra que soy, ven y golpea mi culo papi... ven y castígame con tu polla...- y bueno, se darán cuenta que muy nervioso el musculoso no estaba.

Le encontré en cuatro patas sobre el sofá, sin ninguna prenda en su cuerpo y mostrándome el culo depilado, listo para que le penetrara. ¡Joder! Si estaba tan abierto como la panocha de su esposa.

¿Y qué iba a hacer en ese momento chiquillos? Ya era muy tarde como para retractarme, así que tuve que seguir no más. Me bajé los pantalones, me puse uno de los condones de mi amiga, esos que me quedaron grandes, y se la puse a Cristóbal. Igual debo reconocer que tiene su punto, y es que está loca loca, me pedía que le pegara en los glúteos, que le gritara perra, que le escupiera en la boca.

-Méame... mójame con tu pipí...- dijo después, pero traté de no hacerle caso.

-No puedo... si la tengo parada, ¿cómo te voy a mear?- respondí tratando de esquivar su invitación.

Al final, ambos sudados y habiendo follado por una hora, terminamos eyaculando en la alfombra persa regalo de mi abuela. ¡Mama Lorenza, espero me odies desde el infierno, vieja de mierda! Se sintió tan bien manchar la alfombra de la anciana que me pegaba con una varilla cuando chico. Ahí tienes vieja culiá, igual te salí fleto.


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