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Ni tan casados por jotaceh

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Notas del capitulo:

Hola a todos!!!

Espero que estén muy bien :D

 

Hace mucho que no les escribo, qué les ha parecido la historia hasta ahora??? todo bien???

 

Si hiciera una nueva historia, cómo les gustaría que fuera?? de qué temática? escucho sugerencias :)

Nos leemos!!

Día 53: Clarisa

 

El prostíbulo era extraño, como todo en ese pueblo para ser sincero. Por fuera era una casa normal, una cabañita de campo de fachada desgastada, ventanas con cubiertas de madera, puerta chica como si fuera para personas pequeñas. Afuera había plantas que, en vez de nacer de maceteros, estaban enterradas en baldes de plástico, esos que se han desgastado y para reutilizar, los usaban para las flores, ficus, gardenias, hortensias, y cuanta planta encontraran por ahí. Nadie pensaría que adentro estaba lleno de habitaciones pequeñas, con solo una cama y que cada jovencita estaba designada a una pieza.

Toqué la puerta acompañado de Gabriela, la muy copuchenta quería adentrarse en aquel lugar para saber de qué se trataba.

-Buenos días, quisiera hablar con alguien para...-traté de decir amablemente, tan solo que la mujer que me abrió la puerta no me dejó.

-A ver querido, no atendemos de día... y mucho menos hacemos tríos... Somos putas, pero de las finas...- y sin siquiera despedirse, cerró la puerta en mi cara.

Nos quedamos mirando con mi amiga sin comprender qué había sucedido. Como tenemos que conseguir un bebé lo antes posible, decidimos tocar de nuevo. Aunque esta vez hablaría Gabriela.

-No me mires feo, puta... lo que queremos es un bebé. Gordito y blanquito, en lo posible que sea rubio de los ojos azules, pero si tienes morochito tampoco nos molesta... ¿cuánto cobras por uno recién nacido? - ella fue sumamente directa, tanto que la prostituta nos dejó entrar.

Nos hicieron sentar en la cocina, en el único lugar "normal" de la casa, ya que en todos los otros espacios reinaban las cortinas rojas, las velas aromáticas, el olor a perfume barato y los envases de condones en el suelo.

-¿Quieren un bebé hecho o van a hacer uno?- la prostituta vieja que nos atendió en un principio, es la que nos atendió.

-En lo posible que esté afuera de la vagina ya, si no podemos esperar... Él es marica y no va a tocar a ninguna de estas mujerzuelas, que le quede claro...- es que Gaby no tiene nada de compostura.

La vieja solo atinó a reír por la sinceridad de mi amiga.

-Que lo sé... se le nota la pluma desde lejos...- y comenzaron a hablar mal de mí, como si no estuviera yo presente.

-Llegaron en un buen momento, porque justo tenemos a una muchacha que quedó preñada hace poco... tiene cuatro meses de embarazo, así que les va tocar esperar... ¡Clarisa, ven! - gritó la señora como si estuviera llamando a una vaca.

Al rato llegó ella, la mujer en cuestión. Con Gaby solo nos quedamos mirando por la impresión.

- ¿Y no tiene a una más bonita?... queremos un bebé humano, no de ratón...- nuevamente la gorda no se pudo contener.

¡Por Dios! Que la muchacha era muy fea, y a mí no me gusta juzgar a las personas, porque tampoco es que sea un adonis o un modelo de Calvin Klein, pero ahora no tengo cómo defender a esa pobre criatura. Era delgada como una escoba, tenía muy poco pecho y nada de trasero, era como la hija perdida de Slenderman. Y su rostro, por Dios, su pobre rostro. Su nariz era tan grande como mi mano, curvada hacia abajo me hacía recordar el pito de una tetera. Sus orejas también eran desproporcionadamente grandes, mientras que sus labios eran pequeños. Su frente era enana, casi comenzaba su cabello al lado de las cejas.

-Agradece que le depilé el rostro ayer, o si no tendría barba también...- comentó desanimada la que tal parecía ser la líder del prostíbulo.

-Joder, ¿cómo es posible que sea prostituta? ¿Quién en su sano juicio podría acostarse con ella? - Gabriela preguntó.

-Bueno, digamos que ella es la promoción de la noche... Lleve a la bonita y de regalo, le metemos a la fea que le puede morder los pezones... O a veces, cuando los hombres están tan borrachos, ni siquiera le ven la cara y deciden contratarla... Total, a algunos le importa que tengan vagina tan solo...- la cabrona era despiadada con sus comentarios.

-En fin, Clarisa, estos señores quieren adoptar a tu bebé, así que nos darán dinero todas las semanas para mantenerte, hasta que paras... ¿entendido? – se dirigió a la muchacha como si se tratara de una esclava, de alguien que tiene que obedecer todo lo que diga.

-Está bien...- susurró la mujer, agachando la mirada.

Mierda, mierda, que en ese momento me dio una pena tan grande, tanto que se compara con la tristeza de ver a tu expareja besándose con tu mejor amigo, o cuando escuchabas decir a tu mamá que tu compañero de curso era tan bonito y que ella tenía pues, te tenía a ti, que según ella eras guapo, pero no tanto como el rubiecito del colegio. Esa pena tenía.

- ¿Puedo hablar con Clarisa?- le pregunté a la cabrona.

Tenía que platicar con esa mujer de mirada perdida, la que no podía mantener su mentón en alto. Salimos al patio trasero de la casa, allí donde tenían tendida la ropa de las prostitutas, y desde donde podías sentir el olor de estiércol de gallina del establo al fondo del predio.

-Bueno, quiero hablar contigo porque serás alguien importante para mí... Para serte sincero, hace un mes no tenía pensado en ser padre, y ahora estoy aquí pidiéndote que me des la criatura que crece en tu vientre... Mira, lo que quiero que sepas es que cuidaré muy bien a tu hijo, que nunca le faltará nada y que haré todo lo posible por hacerle el niño más feliz del mundo...- le tomé de las manos para demostrarle mi sinceridad.

La muchacha solo atinó a sonreír, parece que no es normal que alguien la trate bien, porque ese mínimo gesto, le hizo deslumbrar de alegría.

-Muchas gracias... solo quiero que mi bebé no sufra lo mismo que yo. Que tenga un mejor futuro que el que yo le puedo entregar...- y me volvió a partir el corazón con sus palabras.

Nos marchamos del lugar felices, ya que nuestro plan estaba yendo de viento en popa.

-Oye, ¿y si pare una niña? –le pregunté de pronto a mi amiga, mientras caminábamos en dirección al fundo.

-Según las pruebas que le han hecho a la muchacha, es un varón... algo que si la barriga está en punta es macho o no sé qué patrañas de campesinos, pero están seguros que saldrá con pene...-tal parece que de eso habló con la cabrona mientras yo salía con Clarisa.

-Que bien, nunca había pensado en ser padre y ahora tendré un retoño...-suspiré de la emoción.

-No te hagas ilusiones, que el bebé es solo para cobrar la maldita herencia, después lo devolvemos con el ratón...- la gorda era muy ruda.

-¿Qué? ¿De qué hablas? Si yo le prometí a la muchacha que me haría cargo del niño, que lo haría muy feliz y que nada le faltaría...- ¿había entendido mal el plan?

Gabriela solo me miró con desidia, como si quisiera retarme, pero no tuviera las energías para hacerlo.

Yo siempre cumplo mis promesas y si le dije a Clarisa que me haría cargo de su bebé, es porque así será. Total, no creo que ser padre sea tan difícil ¿o sí?

 


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