Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Ni tan casados por jotaceh

[Reviews - 281]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Día 78: Engañado

 

Hay veces en que alguien te cae muy bien, admiras su personalidad y te gusta follar juntos, tan solo que no es lo que buscabas. Debo reconocer que al escuchar las intenciones de Anastasia conmigo, me asusté terriblemente y es que nunca he pensado en estar con una chica trans.

 

Al principio me sentí un discriminador, ¿por qué rechazar a alguien por su forma de ser? ¿Quién soy yo para juzgar? Al llegar a la conclusión que debo tratarla como a todos los demás, me convencí que tenía que comenzar una relación con ella, que era lo mejor y es que tenía que darle una oportunidad. Podría ser que se convirtiera en el amor de mi vida.

 

-Contigo quiero hablar… Ya no puedes escapar…- me amenazó Clarisa al entrar al baño, menos mal solo estaba lavándome los dientes.

 

Cerró la puerta y nos dejó encerrados en aquel lugar. Por un par de días me escondí de la mujer y es que tras enterarse que me había acostado con un cliente, era obvio que estaría enfadada y me regañaría.

 

-Quiero que me expliques lo que está sucediendo…- me miraba detenidamente a los ojos como una gacela.

 

-Lo que sucede… es que… Lo siento, Clarisa… pero me siento muy solo como para no aceptar el sexo de quienes me rodean… ¿Pues creer que follé con Anastasia?... - parece que lo último no tendría que habérselo dicho porque quedó más ofuscada.

 

-¿Qué? Que hiciste ¿qué?... - suspiró profundamente ante mi estupidez.

 

-Es una buena chica… en serio…es preocupada, amorosa, protectora… creo que quiero tener una relación con ella…- le dije de frente, antes que enterara por otros medios.

 

A la madre de nuestro Gabriel no le quedó de otra más que bajar los hombros, respirar profundo y comprender que no me puede cambiar. Por Dios, que nadie en este mundo me puede corregir, soy todo un desastre.

 

-Está bien… pero ten en cuenta que los voy a estar vigilando, porque… no me malentiendas, tan solo que me cuesta confiar en ella…- Clarisa sentenció antes de marcharse y dejarme sorprendido.

 

Está bien, conozco su personalidad y sé que le gusta proteger a sus seres queridos, ¿pero tanto como para desconfiar de Anastasia? Eso me pareció muy extraño. ¿Sabrá algo que yo no?

 

Al otro día decidí ir hasta el cuarto de la chica para aceptar su oferta, para convertirnos en pareja y atreverme por fin a estar seriamente con alguien.

-Hola Niquito… ¿cómo estás? – me dijo la muchacha mientras se estaba depilando el ombligo.

 

-Bien… Bueno… quería hablarte de nosotros… -le mencioné un tanto nervioso.

 

-Está bien, dime…- se limpió la piel antes de mirarme detenidamente.

 

-Es sobre lo que mencionaste el otro día… Que somos novios… Lo estuve pensando y creo que estoy preparado para esto… Atrevámonos…- sonreí intentando convencerme.

 

Anastasia me quedó mirando un tiempo, sin expresión como estatua griega. Tras ello, y sin inmutarse, comenzó a reír.

 

-Ay, Niquito… que una después de un polvo dice muchas cosas… No, no quiero estar contigo… Eres muy simpático y todo, tan solo que… Lo siento, pero no eres mi tipo. A mí me gustan más varoniles, con músculos… Más como Gianluca. ¿Lo has probado? Dios mío, que es toda una fiera en la cama… -se mordía el labio inferior mientras me platicaba.

 

-¿Te has acostado con él? –no podía creerlo.

 

-Claro… y con Pedro, Javier, Macarena, Loreto… con la sirvienta de los sábados, el jardinero de la vecina, el chófer de al frente…Clarisa… El doctor González…-le faltaron dedos para enumerar a todas sus parejas sexuales.

 

-Espera… ¿Dijiste Clarisa? ¿Mi Clarisa? - no podía creer lo que estaba escuchando.

 

-Ups… creo que no tuve que decírtelo… pero sí, anoche me vino a agradecer por defenderlos y bueno… pasó lo mismo que contigo… -ah no, esa campesina tenía que darme explicaciones.

 

Salí de la habitación enojado, no podía creer que ella, que me había hecho prometer no tener relaciones con ninguno de los trabajadores, haya roto el trato y además me regaña por hacerlo también.

 

-¿Entonces te acostaste con Anastasia? – abrí la puerta de su habitación y la encaré sin más. Grande fue mi sorpresa al darme cuenta que estaba con las piernas abiertas y con Gianluca sobre ella.

 

-No… Nicolás… yo te lo puedo explicar... –esbozó la muy mentirosa. ¿Por qué mierda todos se han acostado con ese musculoso? Claro, todos menos yo.

 

Cerré la puerta para no ver más aquella escena. Me sentía engañado, porque en realidad intenté cumplir mi promesa. Ya sé, no lo hice, tan solo que me sentía muy mal por fallarle a Clarisa, cuando ni siquiera ella se había resistido a probar los placeres de los muchachos y muchachas que contratamos. ¡Esto es una traición!

 

Tenía que pensar y por eso salí de la casa, necesitaba caminar por el lugar, tomar aire y despejar la mente. No alcancé a llegar a la reja de entrada cuando me encontré con la vieja del otro día, acompañada de su grupo de amigas, igual de viejas y amargadas, protestando contra el burdel.

 

-¡Afuera el pecado, nosotros somos un barrio educado! ¡Afuera la sodomía, nosotros somos mayoría! ¡Afuera las putas, nosotras somos más puras! –gritaban mientras golpeaban cacerolas.

 

-¿Qué? ¿Qué alegan? Si todos sus esposos han venido esta semana… ¿Y quieren saber algo? No todos se han atendido con mujeres… Yo que ustedes les reviso el orto para ver si están abiertitos o no… -las encaré y es que tenía la sangre hirviendo desde antes.

 

-¿Qué sucede aquí? – apareció un policía producto del disturbio.

 

-Lo que pasa es que esta gente enferma ha puesto un burdel en este lugar… Somos un barrio decente…- la vieja líder respondió.

 

-Entiendo… Señor, quisiera ver su permiso municipal para desarrollar tal actividad…-el policía se dirigió a mí muy serio.

 

-¿Se necesita permiso? –pregunté y es que no tenía ni idea.

 

El hombre me miró fijamente antes de esbozar una pequeña sonrisa. Sí, era muy tierno el sujeto, tanto que me tomó preso y ahora estoy encerrado en una celda, rodeado de ladrones y gente que huele muy mal. Maldita burocracia, que no deja emprender a un pobre ciudadano decente. ¿Desde cuándo se necesita permiso para los putos? Esta sociedad está cada vez peor.

 

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).