Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Ni tan casados por jotaceh

[Reviews - 281]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Día 103: Se rompió el trato

 

 

Tener vergüenza es normal, no siempre podemos tener confianza en todo lo que hacemos o sentimos. Intenté meditar sobre esto mientras estaba encerrado en mi cuarto evitando a toda costa toparme con alguien y es que el chisme que me había enamorado de Fabricio se esparció por toda la casa como un barril de pólvora encendido.

 

No es que me dé pena sentir algo por el muchacho, lo que me provoca vergüenza es que él no me ama y que todo fue en un contexto en que se supone habíamos planeado colocar celosa a Anastasia. Había salido todo mal y finalmente, no me pude contener. 

 

Incluso en el hospital trataba de esconderme para no toparme con Ani, quien había salido triunfadora de toda esta situación. Iba a visitar a Clarisa con frecuencia y es que necesitaba compañía en aquel momento tan difícil. 

 

-¿Qué vas a hacer entonces? ¿Te vas a esconder para siempre? –me preguntó mi amiga tras contarle lo sucedido.

 

-Es la idea –dije apenado.

 

-Trataría de aconsejarte, pero no soy quién para hablarte de amor –ambos estábamos sumergidos en un abismo enorme.

 

Muy en el fondo estaba destrozado y es que había sido rechazado, no en forma explícita, pero era obvio que Fabricio seguía enamorado de Ani y que no me correspondería porque, vaya, soy hombre y él es heterosexual. Es bastante extraño todo, lo sé y es que ellos son transexuales y se aman, y yo soy un hombre homosexual, por lo que es el triángulo más progresista que pueda contar, pero, como siempre, soy yo quien termina perdiendo. ¡Maldita sea mi suerte!

 

-Su esposa está evolucionando favorablemente, pronto le daremos el alta y podrá seguir con sus terapias desde casa –me encontré con el doctor que atiende a Clarisa en el pasillo.

 

-Me alegra mucho saberlo, aunque... no es mi esposa. Solo es la madre de mi hijo, porque yo soy gay –debía dejar bien en claro mi homosexualidad.

 

-Vaya, así es que también eres marica. Mira tú –esbozó en una actitud extraña.

 

-¿Tiene algún problema con ello? –pensé que estaba frente a un homofóbico.

 

-Claro que no, no podría –se defendió el profesional.

 

-¿Te da asco acaso que me gusten los hombres? ¿Quieres pegarme? ¿Discriminarme por ser maricón? –no sé por qué, pero me enfadé mucho con ese sujeto, no había sido maleducado ni nada parecido. Tal vez desahogué toda mi frustración con él.

 

-No, de hecho, trataba de ligar contigo –resultó que el doctor era gay.

 

-Ah –fue todo lo que pronuncié y es que estaba sorprendido.

 

-¿Quieres follar? –me dijo de lo más tranquilo. ¿Qué era todo esto? ¿Una película porno? ¿Por qué tan fácil?

 

-Si eres activo todo bien, porque no me gusta mucho follar a otros –debía ser sincero.

 

-Perfecto, porque a mí no me gusta que me la metan –por Dios, ¿podría ser el hombre perfecto?

 

Caminamos hasta una sala muy pequeña llena de trastos y escobas. Ahí pude ver mejor al sujeto, quien no era tan alto ni tan joven, pero tenía bellos ojos de color azul. Eso sumado a que es activo, me llenó de alegría por la suerte. 

 

Debía comenzar la acción, por lo que me hinqué frente a su paquete, le iba a dar el mejor oral de su vida. O eso pensé, porque cuando le bajé la ropa interior y quedé frente a su polla, comencé a llorar.

 

-¿Qué te sucede? ¿Tan fea la tengo? - preguntó extrañado el doctor. 

 

-Es que ya no puedo tener sexo con cualquiera. Estúpido amor no correspondido - me excusé. 

 

Era verdad, ya no me daban ganas de intimar con cualquiera, solo tenía cabeza para una sola persona y él no sentía lo mismo. 

 

Me levanté del suelo y abrí la puerta. 

 

-¡Estás loco! - gritó el hombre que rápidamente se subió los pantalones. 

 

No podía seguir ocultándome, así que me dirigí hasta la habitación de Fabricio. 

 

-Sí, me enamoré de ti, es verdad. Sé que estás enamorado de Ani y que nunca te fijarías en mí, pero ya no puedo seguir ocultando algo que es evidente. Aunque no te preocupes, porque no voy a hacer nada para separarlos, espero que sean muy felices - dije inmediatamente después de entrar al cuarto. 

 

-Tu novio ya se marchó, le dieron de alta. Se fue con esa mujer grandota, con voz de hombre- mierda, me había confesado sin fijarme que mi amado no estaba ya internado. 

 

Me habló el hombre borracho de la otra vez, quien me miraba extraño por saber que soy homosexual. 

 

Supuse que se habían ido a la casa, así que me dirigí hasta allá. Debía enfrentar sí o sí mis sentimientos, no podía ocultarme más. Lo había decidido y no me arrepentiría. 

 

Abrí la puerta de nuestro hogar para encontrarme con un desorden descomunal. 

 

-Esas tres maletas son mías, y esa pequeña de Fabri - Anastasia era ayudada por sus compañeras de trabajo a sacar sus pertenencias. 

 

-¿Qué sucede aquí? - pregunté a lo que todos voltearon a verme. 

 

-Con mi prometido nos vamos de esta casa, queremos tranquilidad y dejar de trabajar en esto... Espero volver a vernos un día - Ani decía eso último como si quisiera decir todo lo contrario. 

 

Al instante apareció el hombre a quien buscaba, caminaba con muletas y se desplazaba lento. 

 

-Creo que es lo mejor, Nicolás. Gracias por todo lo que has hecho por nosotros nunca lo olvidaremos - parecía apenado, debía estar pensando en mis sentimientos hacia él. 

 

-Pero... ¿De qué van a vivir? ¿Y dónde? No están pensando bien - soné a padre preocupado. 

 

-Ya somos adultos, podemos valernos por nuestra cuenta - la muchacha que se suponía mi amiga tomó del brazo a su novio para alejarlo de mí, para tomar todas sus pertenencias y desaparecer de mi vida como si nunca los hubiera querido.

 

Me quedé en medio de la sala, rodeado de todos quienes trabajan en el burdel, quienes me veían y cuchicheaban, trataban de explicarse qué había sucedido, si era verdad que me había enamorado de Fabricio. Tan solo que no les tomé atención, ya no me importaban sus opiniones. 

 

Así, aunque estaba rodeado de gente, me quedé solo. 

 

-¿Entonces no habrá boda? Yo ya me había comprado la tanga - sentenció la señora Mauri rompiendo los murmullos. 

 

-No, no habrá show... El trato ya se rompió - respondí, dándome cuenta también que aquello que me unía a aquel hombre había desaparecido. 

 

 

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).