Día 20: Listos
A ver, Leticia me fue infiel con mi mejor amigo además de estar metida en el ardid de Canela con Cristóbal. Ahora se supone que está embarazada, de alguien, y quiere que le acompañe en su proceso porque no tiene otra familia.
-¿Y por qué no vas con Claudio? Supongo que él es el padre de tu bebé. - mencioné a mi esposa.
La hice pasar hasta la sala, le permití sentarse en el sofá para que me platicara sobre todo aquello que la llevó a buscarme.
-No lo amo... Esa es la verdad... Es obvio que él es el padre, sin embargo.... Nicolás, eres tú con quien siempre ideé pasar mi vida... No me importa si eres homosexual, solo quiero estar a tu lado, como tu mejor amiga... No creas que soy tan estúpida como para amarte como un hombre, sé que lo nuestro es imposible, tan solo que eres parte de mi vida y no quiero que eso cambie... - tomó mis manos y me habló tan acongojada que pronto se largaría a llorar.
-Ay no, lo que faltaba... Para que tú sepas, soy yo su mejor amiga y con quien va a pasar el resto de su vida... ¿Entendido? - apareció de pronto Gabriela, entrometida como siempre.
En ese momento, preferí llevarme a Gaby hasta su cuarto para platicar.
-No puedo hacer esto... - es lo primero que le dije.
-Pero yo si, la voy a sacar de las mechas... - la gordita quiso salir para sacar de los cabellos a mi esposa.
-No me refiero a eso... - la detuve antes que hiciera una locura.
-No puedo dejarla... Sé que no se merece mi cariño, pero la quiero... Durante todos estos años ha sido mi compañera, me ha cuidado cuando he estado enfermo, ha estado siempre que la necesito... Cuando supo que era gay, nunca me criticó, siendo que pudo hacerlo y es que la engañé... Ambos nos hemos equivocado, es parte de mi vida y no la voy a abandonar ahora que me necesita... - hablé convencido, y es que quiero mucho a Leticia.
-Ya... ¿Y qué vas a hacer con tu plan? ¿Vas a iniciar una nueva vida de marica con tu esposa? - mi amiga estaba muy enfadada.
-Pues... Sí, ¿por qué no? - me puse serio.
Supongo que Gabriela se terminó resignando, porque no chistó más. Salimos de la habitación y le dijimos nuestros planes a Leti.
-Bueno... Antes de querer estar conmigo, debes saber algo... Primero que todo, Gabriela es mi amiga y no la voy a dejar nunca, así que si vas a estar a mi lado, también tendrás que estar con ella... - la miré fijamente para que comprendiera de qué hablaba.
Mi esposa miró a la gordita, quien la despreciaba con la mirada. Fue un momento tenso y es que tal parece que ninguna de las dos soporta a la otra.
-Está bien, trataré de llevarme bien con la... Señora... - mencionó mi mujer, tratando a mi amiga de vieja.
-Yo igual intentaré soportar a la... Maraca... - Gabriela no fue para nada sutil.
Luego de ese momento tenso, tuve que seguir.
-Ok, y ahora viene lo extraño... Leticia... Quiero volver a ser joven, vivir la vida que me perdí y para eso, vamos a fingir... - esperé la reacción de Leticia.
-¿En serio?... ¡Qué entretenido! Me gusta la idea.... Nosotros podemos ser hermanos... Y con unos arreglos, aparentamos veinticinco... Yo quedé embarazada de un narcotraficante, y voy a tener a mi bendición sola, porque el hombre está en la cárcel... Podemos arrendar una casita en los suburbios, en esos barrios donde vive mi sirvienta... Siempre quise ser pobre... ¿Podemos fingir ser pobres? - la mujer parecía muy entusiasmada con la idea, demasiado para ser sincero.
Nos miramos con Gabriela y es que nos sorprendió mucho todas las ideas que dio.
-Ok, ¿y yo quien voy a ser?.... ¿La tía gorda? - intervino mi amiga.
-O la abuela... - dijo molestando mi todavía esposa.
-Chicas, vamos a vivir juntos, tenemos que llevarnos bien... Los tres vamos a ser hermanos, ¿entendido? - calmé la situación.
Y así es como iniciamos nuestra travesía, tres personas adultas haciendo una locura de niños. Espero que todo salga bien y pueda conseguir a mi príncipe azul, o a mi narcotraficante de negro, en fin, me conformo con que tenga pene y sea activo, o versátil, que ya no me regodeo.