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Ni tan casados por jotaceh

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Día 24: A la mierda con todos

Leticia se quería morir cuando supo que ahora trabajaría de garzón. Claro, como se había acostumbrado a ser la esposa de un doctor.

-Ay, pero que hermoso.... ¿Y cómo la tiene el tal Lorenzo? - preguntó de pronto Gaby.

-No lo sé... Solo nos hemos dado un beso... - respondí.

-Pero uno sabe como la tiene al verle la cara... Dime, ¿tiene la nariz grande? Porque eso es un buen indicio... ¿Las orejas chuecas? Porque ahí tendrías que ver hacia qué lado se le inclina... ¿Los labios son gruesos? Eso da cuenta de cómo tiene la glande... - hablaba la doctora Gabriela, especialista en vergas.

Pensé un momento como mi amiga, porque eso significaría que el muchacho la tiene chica, inclinada y con el glande ancho. ¿Qué mierda? Tenía un hongo entre las piernas.

-¿No deberías averiguar primero si es pasivo o activo? - apareció Leticia con su astucia.

Puta madre, tenía razón ¿y si me sale pasivón de nuevo? Ahora si que no lo soportaría, esta vez me suicido.

-Tú siempre tan arcaica... Eso de seme y uke es tan de los noventa, lo que está de moda ahora es ser suke... Dar y recibir, hermana... - dijo la gordita con toda la experiencia que el yaoi le ha dado.

Bueno, supongo que es mejor que le gusten ambos a qué solo quiera que le den ¿no?

-¿Y cómo me entero qué rol tiene? ¿Se lo pregunto? - me entró la duda.

-Estás loco, así solo va a creer que quieres sexo y nada serio... - habló la madura de mi ex esposa.

-Mete la mano en su calzoncillo... Tócale el pene y el ano al mismo tiempo... Si se excita sin dilatar el ano, significa que es activo... Si no se excita, pero si se le dilata el ojete, es pasivo... Si le pasan ambas, es versátil... Y si buscas y buscas y no encuentras un pene, entonces es mujer... ¿Puedes creer que ayer una chica en mi trabajo me quiso coquetear? De hecho, fue tan descarada que me metió la mano en el calzón y al tocar mi panocha quedó traumada... La tonta creía que era hombre y yo le dije: "no hermana, a mi las mujeres no me gustan, solo los hombres maricas que hablan fino, se depilan las cejas y usan tanga"... - habló Gaby y sólo la escuchamos. Creo que habló mucho más, pero ya no le tomé atención.

Resulta ser que mi amiga encontró trabajo en un supermercado, como reponedora, de esas personas con camisa corporativa que va llenando las góndolas cuando se vacían. Lo ha disfrutado mucho, porque está rodeada de chicos universitarios que trabajan a medio tiempo. Según ella, todos son gais y no va a descansar hasta verlos haciendo una orgía.

Tuve que guardarme las dudas sobre el rol de Lorenzo.

Fui a mi primer día de trabajo con mucho entusiasmo. Todo era muy nuevo para mí, jamás trabajé cuando joven, solo me dediqué a estudiar mientras mis papás me mantenían. Creo que fui afortunado, tan solo que por ello, me privé de muchas experiencias.

Caminé junto al sol mañanero, esa luz clara que tanto alegra. Si hasta veía al barrio hermoso. Mientras me dirigía hasta el mercado, me topé con un muchacho que vendía dulces en un paradero de autobús. Era muy delgado, moreno como... Ya, lo voy a reconocer, tenía rostro de indígena, pero de esos bonitos que parecen chinos. Maldita clase alta, me tiene podrido el cerebro y es que en este país de mierda, la gente rica es rubia y blanca, mientras que los pobres somos morenos e indígenas. Sí, somos, porque desde ahora Adiós bloqueador solar, quiero tener la piel quemada como todos mis vecinos.

En fin, lo que sucedió es que él, muy galante me regaló un dulce de los que vendía.

-Que tenga un lindo día el chico más guapo que he visto... - ay madre mía, que me oriné en ese preciso momento. Ya eran dos quienes me habían coqueteando. Estoy que ardo.

Ahora si que estaba feliz, me sentía la persona más feliz del mundo, hasta que llegué a mi trabajo.

-Hola guapo, ¿quieres un dulce? - Lorenzo también me ofreció un caramelo.

Que verga la vida, que coincidencia más mala. De todos modos se lo recibí, aunque tengo que reconocer que me sentí como un maldito infiel.

-No, no, no... Soy  un asco, no puedo darte ese dulce, debería botarlo... ¿Sabes por qué? Porque me lo regaló mi ex, sí.. El tal Jonathan que trabaja aquí antes... Éramos pareja, pero él me fui infiel así que terminamos... Ahora el pobre trabaja vendiendo dulces en los paraderos... Me hizo mucho daño, pero no sé qué me sucede... Sigo pensando en él... - y yo quedé helado.

Ay claro, si la vida es una zorra, primero me hace pensar que estoy siendo popular, para después golpearme y demostrarme que los únicos chicos que me han coqueteado en la vida, eran pareja y parece que siguen enamorados entre ellos. ¡Vale pico la puta vida y la concha de tu madre! Ya, la de tu mamá no, pero es que estoy muy enojado.

 


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