Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Ni tan casados por jotaceh

[Reviews - 281]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Día 35: Confesar es lo mejor

Como era de esperar, Claudio no se quedó con los brazos cruzados y comenzó a visitarnos todos los días, quería ganarse el afecto de Leticia a como dé lugar. Ha venido con flores, pasteles, juguetes para su hijo, pañales, ropa y toda clase de regalos que ya no recuerdo.

Leti siempre le hace pasar, creyendo que si lo hace él se aburrirá y no volverá a ir.

-Cuando acepté ayudar, imaginé que sería un par de veces, pero estoy cansada ya de tener que fingir todos los días que me gustas... - le recriminó Gabriela a la embarazada.

-Disculpa, es que se me había olvidado lo insistente que es este imbécil... - era verdad.

-Está bien, pero tenemos que idear un plan para que Claudio deje de perseguirte... - fue la conclusión de la gorda.

-Pues mientras sepa que el bebé es suyo, no se va a detener... - comenté aquel día, mientras estábamos los tres sentados en el sofá.

-A menos que... - insinuó mi ex esposa.

-Claro, no se me había ocurrido... - siguió Gabriela, como si le hubiera leído la mente a la otra mujer.

-¿Qué? ¿De qué hablan?.... Tiene que ver conmigo ¿verdad? - me asusté porque nada bueno podía venir de esas miradas.

-Él no se irá, a menos que algo le dé mucho miedo... Y ya sabemos qué no le gusta ¿no? - comentó Leticia.

No tenían que seguir con la idea, porque ya me había dado cuenta que querían que coqueteara con el desgraciado ése.

-No.... Sencillamente no.... No pienso denigrarme de esa manera, mucho menos después de cómo me ha tratado... - ¿estaban locas?

-Hazlo por mí.... ¿Sí? - la preñada colocó cara de víctima y claro, como uno es débil de mente, termina cediendo.

-Vale... Pero ustedes me pagan el psicólogo después... - no estaba muy convencido de todo eso.

Luego me fui a trabajar al bar, aunque no podía sacarme de la cabeza la idea de tener que lidiar de nuevo con el hombre que se decía ser mi mejor amigo, casi mi hermano, y que al saber que era homosexual, me rechazó como si tuviera lepra.

-Parece que a alguien no le ha tocado verga... - comentó la señora Mauri cuando me vio suspirar.

Trapeaba el piso sin problemas, hasta que llegó la marica que me tiene odio.

-¿Por qué te caigo mal?... Tú hiciste lo mismo con Jonathan... - le increpé antes que siguiera con su veneno.

-Es diferente... No te puedes comparar conmigo... - me vio de pies a cabeza de manera despectiva.

-¿Qué diferencia tiene? Si ambos follamos con él por calentura... A menos que.... No, no puede ser... Ahora entiendo, tú.... - pasó por mi cabeza la respuesta, como una estrella fugaz.

La señora Mauri abrió lo ojos como ganso antes de atacar, estaba anonadada porque había descubierto su secreto.

-Ni se te ocurra decir que estoy enamorado de él... - detuvo mis palabras muy asustado.

-¿Enamorado? - pregunté, y es que yo había pensado que le caía mal porque me encuentra más guapo que él, que me tenía envidia.

Pero que ciego fui, claro que ésa era la razón, el barman estaba enamorado de Jonathan y por eso me tomó tanta manía.

-¿Y qué te gusta de él? - di por hecho que así era.

-Nada, no estoy enamorado de nadie...¡Chismosa! - me gritó antes de ir hasta la barra e ignorarme.

Durante toda esa noche de trabajo, no pude dejar de imaginar desde cuándo Mauricio estaba enamorado del vendedor de dulces, tal vez desde siempre y que jamás había sido sincero, que nunca le había comentado lo que sentía. Y me fue imposible percatarme que era la misma situación en la que me encontraba. Nunca le confesé a Claudio que le quería, y aunque sé que no le puedo gustar porque es un homofóbico de mierda, sí puedo sincerarme y contarle la verdad. Total, tengo que coquetearle.

Decidido le llamé tras salir de mi jornada de trabajo.

-¿Qué pasó? ¿Sucedió algo con Leticia? - contestó el teléfono asustado, y es que le había llamado muy tarde.

-No, solo quería saber si podemos hablar... - fui al grano.

-Mmmmmmm, bueno... - es todo lo que respondió.

Me coloqué muy nervioso, jamás había pensado que le contaría lo que siento por él. Como no podía con el miedo, antes de ir a encontrarnos, volví al bar para tomar un poco de alcohol, así tendría valor.

Y me hice de mucho, porque llegué ebrio al lugar donde me juntaría con Claudio.

Decidimos reunirnos en otro bar, uno "normal" y no como aquel donde trabajo, porque el tarado se moriría si pisara un antro así.

-Hola... - el saludo del hombre fue seco, sentado en su silla frente a la barra y sin siquiera sonreír, como una reunión con el inspector del colegio.

Le saludé del mismo modo para luego pedir otro trago. El mundo se me daba vueltas, estaba en ese estado en que ya no sentía el rostro, ni mucho menos la lengua, así que decía todo lo que pensaba.

-¿Sabes? Iré al grano... Me calientas un montón, siempre me has gustado y me has parecido sexy... Creo que te amo y me encanta que te hayas acostado con Leticia, porque es como tener sexo indirecto... - le tomé la mano y me confesé, sin pensarlo, porque estaba borracho.

-Yo.... Bueno... - titubeó el sujeto, muy asombrado con todo.

Esperaba su respuesta, estaba expectante de sus palabras, hasta me dolía el estómago por eso. Al rato me di cuenta que no era de nervios, sino que de ebrio, porque le vomité los pantalones.

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).