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Ni tan casados por jotaceh

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Día 38: Un buldog

A Claudio no le intereso,  y adivinen, al final Jonathan está con la señora Mauri. Creo que salen a citas y moteles, todo eso eso que hacen las parejas. Para ser sincero, quería que rechazaran a la vieja ridícula esa, pero todo le salió bien. Perfecto, ahora uno parejas y yo sigo soltero. ¿Cómo lo hago para ser tan estúpido?

¿Para qué me hice pasar por alguien joven y pobre? Se suponía que para hacer todo aquello que me había reprimido. A la mierda con todo, voy a ser irresponsable y pensar solo en mí.

Descargué Grindr una vez más, quizás esta vez sí tuviera suerte.

Cerca de mí casa, me encontré con dos tipos de sujetos: con chicos jóvenes que parecían mujer y con hombres viejos, con cuerpo "trabajado" que buscaban a otros hombres que no se les notara que eran maricones. ¿Y dónde quedaba yo? Porque no soy un macho alfa, pero tampoco se me nota tanto la pluma como para maquillarme o usar filtro de perrito sumiso.

Era complicado, nadie me hablaba, hasta que llegué una tarde a mi trabajo y en el bar, alguien me habló.

-Me gustan tus ojos... - me escribió como saludo.

Salté de la alegría, alguien estaba interesado en mí, pero lamentablemente no tenía foto de avatar, ¿con quién estaba hablando?

-Gracias, ¿tú cómo eres? - quería saber de quién se trataba.

-Caliente... - respondió.

Que bien, ahora me queda claro lo que busca.

-¿Sólo quieres sexo? - le encaré.

-No... - esto iba bien. - También quiero unos besos en el trasero... - festejé antes de tiempo.

Lo más probable es que fuera un sujeto feo que no se mostraba porque sabía que lo rechazarían. Y solo buscaba sexo, así que no me importaba, porque... Si fuera bonito, no alego, pero caliente y feo, eso ya sería mucha caridad.

Me puse mi uniforme y comencé a limpiar el piso del baño, la habitación más sucia de todo el antro.

Estaba en ello, cuando siento algo duro detrás de mí. ¡Oh por Dios! Nunca imaginé que los fantasmas tuvieran erecciones.

Me volteé para encontrar el rostro del cliente más fiel del bar. Se llama... Bueno no sé en realidad, porque todos lo conocen como Barnie, no en honor al dinosaurio pedófilo, sino que al ebrio de Los Simpsons. Siempre está ahí, en una esquina oscura, bebiendo cerveza. Es como si fuera su casa, o un adorno más.

-Córrete cochino... - le empujé y es que, aparte de ebrio, es un oso de los sucios, con panza gorda y peluda, barba crecida repleta de canas. Su ropa está asquerosa siempre y huele a demonios.

-Pero si me gustan tus ojos.... Me encantas, en serio... Estoy enamorado de ti desde que llegaste a pedir trabajo, nadie limpia mi vómito como tú... - así que era ese viejo el que siempre vomita en el cubículo de al fondo.

-No eres mi tipo, Barnie... Lo siento... - le hablé con más calma.

-¿Entonces para qué estás en Grindr? Ves que me ilusionas...- dijo apenado.

-¿Tú me hablaste por la aplicación?.... ¿Tienes celular? - estaba sorprendido.

-Claro que fui yo, si soy tu más ferviente admirador... - decía con brillo en sus ojos.

No sé cómo, pero terminé en el chiquero de departamento donde vive, en cuatro patas sobre algo que parecía una cama, y de pronto, vi el cielo. ¡Santa Cachucha! Que nunca había conocido una lengua más diligente. El hombre me lamió hasta el ojo (en verdad lo hizo), pero fue todo tan rico, que a la hora que comenzó a dilatarme estaba en el paraíso.

Madre mía, que beber tanto le dio gran habilidad para lamer.

Estaba todo listo, el hombre me tenía a su disposición, esperaba a que me follara, cuando...

¿Conocen a los perros buldog, esos que tienen muchas mejillas y una trampa chiquita? Eso se me me vino a la mente cuando vi a Barnie desnudo. Con los testículos no hay problema, eran bastante grandes en realidad, pero la dificultad era con el pene. ¡Qué cosa más chica! Era un maní en medio de una cama peluda y arrugada. Un oso grande tenía un osito diminuto entre sus piernas. ¡Qué vergüenza!

Ofuscado me fui de su casa. Odio Grindr, primero me dio a un burro superdotado que me dejó en el hospital y ahora me entregó un buldog con trompa de maní. Juro que voy a demandar a esa aplicación, porque vende una imagen de homosexuales musculosos y candentes, cuando en realidad no es así, o por lo menos en mi país están todos bien feos.

 


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