Día 47: El amante
Supongo que era de esperar que Jonathan me visitara.
-Y nos engañó a los dos, solo se quería vengar.... - me comentó con lástima cuando nos juntamos en una plaza.
Debo reconocer que todavía me cuesta comprender todo lo que ha sucedido, porque es muy raro de verdad.
-¿En realidad te habías enamorado de él? - me preguntó luego de percatarse de mi introspección.
¿Lo había hecho? Mierda, no. No he dejado de amar a Claudio, nunca le he olvidado y menos ahora, después que intimamos.
-¿No?... Porque... no sé... Había pensado que quizás podríamos tener algo... Nosotros dos... - el muy desgraciado pensaba que todavía podría existir algo.
En ese momento se me vino a la cabeza el rostro de la señora Mauri, con sus manos arrugadas arrancando vello tras vello de mi pene.
-Jamás... No vuelvas a decir nunca más eso... - grité de inmediato, no es una posibilidad para mi.
Jonathan se puso triste y como niño pequeño cruzó los brazos.
-Ahora me voy a quedar solo... - murmuró.
-Pero tienes a la seño... A Mauricio... - casi le dije por su sobrenombre.
-¿Estás loco?... No estoy tan desesperado, no voy a regresar con esa momia... - estaba muy seguro de su respuesta.
A la semana después de nuestra conversación, el vendedor de dulces regresó con la señora Mauri y ahora son pareja otra vez. Por lo menos alguien es feliz.
Yo he tenido que soportar a Claudio, quien visita nuestra casa como si nada hubiera ocurrido entre nosotros. Quiere ser un buen padre y consciente en todo a Leticia.
-Mira... Por accidente puede que le envíe el video de tu cuarto, cuando ese imbécil te follaba... Leti se entera de todo, queda sola.. Y todos somos felices... ¿Te parece? - Gabriela quería por todos los medios revelarle la verdad a la embarazada.
-No... No quiero hacerle más daño... - es todo lo que dije antes de ir a mi pieza a encerrarme.
Lorenzo es historia, me da igual lo que hizo, lo que realmente me importa ahora es Claudio, ¿por qué mierda le amo? Si es un sinvergüenza.
Estaba en eso, cuando el susodicho ingresó a escondidas a mi cuarto.
-Chúpamela.. - es todo lo que dijo tras bajarse los pantalones y mostrarme su erección.
-No... No... ¿Y Leticia? - me entró el cargo de conciencia.
-Si no se va a enterar... - se acercaba a mí con su falo erguido.
-No puedo... No está bien... - seguía con mi argumento. A los dos segundos tenía su verga en mi boca.
No puedo resistirme, es como si me mostraran un chocolate y he estado veinte años sin comer nada dulce, es imposible resistirse.
Al final todo quedó en una felación, él se fue en mi boca y se fue. Me comencé a sentir mal, pero no tanto como para decirle toda la verdad a mi ex esposa.
Como soy tan estúpido, se me había olvidado sacar las cámaras de Gabriela, así que la gordita volvió a enterarse de todo.
-Por favor... Déjame que le cuente todo a Leticia... - me encaró a la mañana.
-¿Contarme qué? - y de la nada, como un fantasma, apareció la embarazada.
Ahí quedé petrificado, ¿qué iba a hacer ahora? ¿Le debería contar la verdad? ¿Podría seguir amándome después de serle infiel con el padre de su bebé?
-Lo que sucede... Es que no me llevo bien con Claudio... - terminé mintiendo.
-Ay ya, qué mierda... - alegó la gorda porque no había dicho nada.
-¿Estás seguro?... Siento que me ocultan algo... - Leticia no estaba convencida.
En ese momento, volví a pensar en confesar todo lo sucedido.
-No aguanto más... Lo siento Leti, pero... Me he acostado con Claudio... - lo dije ¿y qué?
¿Y qué? Bueno, después me arrepentí de inmediato porque la embarazada se desmayó. Se cayó al suelo y no despertaba.
-¡Mataste a la cornuda! - gritó Gaby.
-Pero si tú querías decirle la verdad... - le recriminé.
-Pero no así... De forma más sutil... Mostrándole el video... - dejé pasar su argumento, necesitaba llamar a la ambulancia.
Al final quedé con mi mejor amiga en el hospital, con síntomas de pérdida. Si aquel bebé llega a morir, será solo por mi culpa, por mi estúpida... Calentura.