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Ni tan casados por jotaceh

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Día 60: El papá

 

 

La vida es... como decirlo, una mierda. Resulta ser que mi abuela no era tan estúpida como parecía, porque unos de los requisitos que dejó en las cláusulas, fue que al ser un bebé varón, se debía realizar una prueba de paternidad. Como oyen, ¿por qué mierda no nos dijeron eso antes?

-Estamos bien jodidos... Todos estos meses de espera por nada... - estaba muy enojado.

Nos reunimos en el bosque todos los involucrados: Gaby, su nuevo novio Flo y Clarisa.

-Lo siento... Todo es mi culpa, no sirvo para nada... - se inculpó la prostituta.

-No es tu culpa, no pienses así... - me da pena verla tan depresiva siempre.

-¿Qué vamos a hacer ahora? - cambió de tema la gorda.

No supe qué responder, ya no tenía ningún plan en mi cabeza para salir de ese embrollo.

-Pues tú no tienes nada de qué preocuparte cariño... Conmigo no te va a faltar nada... - Se dirigió Flo a su novia, no estaba interesado en nuestra herencia, solo se preocupaba de sí mismo.

Miré a Gaby para ver si reaccionaba de alguna manera, pero no hizo nada, solo asintió a lo que su pareja decía.

-Da igual... Si ya perdimos todo... - me daba la depresión a mi también.

-Quizás podríamos pedirle ayuda al papá de mi bebé... - habló tímidamente Clarisa.

-¿Qué? ¿Sabes quién es? - exploté de sorpresa ante tal revelación.

-Sí, no tengo muchos clientes, así que sé perfecto quién es el papá de mi criatura...- confesó.

Nos quedamos un rato esperando a su revelación, pero no decía nada, como si le hubieran comido la lengua los ratones.

-¡¿Quién es?!- le gritamos todos al no tener respuesta.

-Ay, lo siento... No sé su nombre, es muy guapo... Es grande, tiene barba, la voz muy ronca... creo que tiene dinero...- decía como si estuviera creando un retrato en su cabeza.

Me sentí un poco paranoico, porque de inmediato se me vino a la cabeza Manuel, tan solo que ¿cómo íbamos a tener esa suerte? Preferí salir de dudas y buscar una foto suya en mi celular.

-¿Es él?- le pregunté un tanto nervioso.

-Sí, él... es tan hermoso...- tal parece que la fea tenía buenos recuerdos de mi primo.

Cuando te ha ido mal, es mejor que no pienses que no puedes caer más bajo, porque o sino, más hondo te precipitas. Ahora no tenía herencia y dentro de todo, le había conseguido la solución al tarado de Manuel.

-Entonces... ¿esa criatura es mi nieto?- Flo se percató de lo que significaba.

-A la mierda con todos... Yo me voy de este pueblo de mierda, estoy cansado... Que todos sean felices aquí, porque parece que el único que no consiguió algo fui yo... Ahora Clarisa tiene al heredero legítimo de mi primo, él va a cuidar a su hijo y ya no necesitarán de mí... y Gaby consiguió el amor de su vida con mi tío... ¿Y yo qué? ¿Qué cosa buena me pasa a mí? Pues nada...- y me fui del bosque completamente enfadado, aunque en el fondo lo único que deseaba era llorar.

¿Por qué todos tienen mejor suerte que yo?

Caminé hasta la mansión, estaba decidido a hacer mis maletas y marcharme de allí, tal vez comenzar solo era mi solución, irme lejos sin ninguna amistad y buscar al amor de mi vida.

-¿Qué haces?- no sé cómo, pero Clarisa ingresó a mi habitación de la nada. ¿Cómo mierda entró a la mansión?

-¿Qué haces aquí?- le pregunté con la respiración entrecortada.

-Es que no me dejaste decir el plan que tenía pensado, solo te fuiste... Así que vine acá para que sigamos con nuestros pasos...- habla muy raro la muchacha.

-¿Qué pasos?... Ahora puedes ir con Manuel y decirle que Gabriel es su hijo...-quizás la pobre era muy tonta como para comprender la oportunidad que tenía entre las manos.

-Soy puta, pero no tarada... Él solo quiere la herencia, no le preocupa su hijo ni muchos menos yo... Nunca se va a casar con una mujer tan horrenda... Así que se joda...- Clarisa me estaba mostrando su apoyo, y en ese momento de oscuridad, me hizo recobrar la esperanza en la vida.

-¿Y qué hacemos ahora?- sonreí con el pecho más calmado.

-Bueno... me tienes que ayudar con los rehenes...- lo dijo tan calmada que no imaginaba lo que decía.

Y tuve que verlo con mis propios ojos primero para entender lo que había hecho la mujer. Me llevó hasta el bosque, donde tenía amarrados a los árboles tanto a Florencio como a Gaby.

-Ellos no pueden salir de aquí, porque o sino van a chivar toda la verdad... Les voy a traer comidita cada tres días si no se me olvida...- aunque todo parecía estar bien para mí, me dio un tanto de miedo la frágil Clarisa.

-¿Cómo pudiste atarlos?- estaba muy sorprendido, porque es fácil para cualquiera reducir a Flo, pero... ¿Y Gaby? ¿Cómo mierda le pudo ganar a tremendo animal?

-Me he tenido que defender desde pequeña... Con hombres más grandes que ésta... Ahora tenemos que conseguir a Manuel, para atarlo en este árbol de acá... hay que sacarle un poco de sangre para hacerla pasar por la tuya y así que el examen salga positivo...- ¡Oh pos Dios! Esa mujer es un genio.

-¿Y cómo lo traemos hasta acá?- a mí no se me ocurría nada.

-Tú eres gay ¿verdad?- tuve que suponer que el sacar mi orientación sexual no era buen indicio.

Lo bueno de la vida anterior de Clarisa, es que, aunque no sea muy agraciada, aprendió a ser una buena prostituta, por lo que me dio unos consejos para convertirme en toda una maraca.

-Contigo quería hablar... machote...-dije cuando la puerta de la habitación de Manuel se abrió.

-Pero... ¿qué mierda?- el hombre estaba sorprendido al verme allí... Bueno, siendo sincero, estaba sorprendido por ver mi cabeza bajo mis piernas y estar mostrándole todo mi ano dispuesto.

-Ven papi... quiero que me metas toda tu leche adentro...- dije como pasiva de película erótica norteamericana.

Mi primo estaba petrificado en el umbral de la puerta, sin poder siquiera pestañear, la imagen de mi cuerpo desnudo y expuesto, lo había traumado.

¡Maldita sea! El plan de Clarisa no iba a funcionar. Pensé en ese momento.

-Bueno... si tienes miedo que nos descubran, te espero en el bosque... ahí estaré esperándote ansioso por sentir tu polla venosa matándome por dentro...- entonces me puse una bata y me fui de la habitación, tal como me había dicho la madre de Gabriel.

Me fui corriendo al bosque para encontrarme con mi cómplice, quien estaba serena sentada sobre una roca. Desde lejos la contemplé, tan débil y depresiva como siempre, ¿quién podría pensar que es el cerebro de todo este plan maquiavélico?

-Ya hice lo que me pediste...- mencioné al llegar.

-¿Estás segura que va a venir? Él no es gay, no creo que quiera follarme...- tenía mis dudas.

-Conozco bien a los hombres, si hay algo que les gusta es lo prohibido... Va a venir porque en este momento no hay nada más en su mente que tu trasero ofrecido en bandeja... Tal vez nunca ha pensado en follar a otro hombre, pero ahora la idea de pisarte y demostrar que es superior, está rondando en su cabeza... Va a venir, porque es débil y caliente a la vez... Una muy mala unión...- dijo como si fuera profesora de universidad. ¿De dónde saca tanta genialidad?

Me senté a su lado a esperar. Los minutos trascurrían y la noche comenzaba a iniciar, al igual que una duda en mi cabeza.

-Am... ¿Clarisa? Y bueno... le dijimos a mi primo que lo estaría esperando aquí para que me follara... pero en realidad solo queremos sacarle un poco de sangre... y eso... entonces... ¿no me va a follar de verdad?- tenía que preguntarlo, es que era mi oportunidad de estar con tamaño macho.

-Claro que sí... ¿Cómo crees que le vamos a sacar sangre?... Mientras te monta, voy a sacarle una muestra con esta jeringa... por eso trata de ser salvaje, para que no el pinchazo no sea lo único que le duela y no se percate...- todo estaba fríamente calculado.

-Entonces, ¿no lo vamos a amarrar como a los demás? - quería comprender mejor.

-Pues no... lo mejor es que no se entere de nada. Así estamos más seguros...- Clarisa me ha sorprendido mucho.

Luego de una hora más de espera, escuchamos unas pisadas a lo lejos. ¿Sería Manuel?

-Es mejor que lo encuentres más allá, para que no vea que tenemos a su papá secuestrado...- me aconsejó la prostituta.

Hice lo que me pidió, y no terminé de caminar cuando me encontré de frente con el hombre. ¡Rayos! Que sí había ido, que quería follarme como se debe... Y bueno, lo hizo, pero eso se los contaré otro día.

 


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