Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Ni tan casados por jotaceh

[Reviews - 281]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Día 68: Conmigo no

 

Le había dicho a Claudio que quería amor, y en vez de recapacitar, lo que hizo fue follarme.

Como ya lo había hecho con él, tenía que conversar con Manuel para explicarle que lo que quería iba más allá de lo físico.

-Quiero amor, no solo un hombre con quien coger... ¿Entiendes? - le hablé el día que lo encontré en la entrada del hotel.

-Yo te quiero... - me dijo mirándome a los ojos.

-¿Quieres?... ¿Podrías llegar a amarme? ¿Tener una familia y estar por siempre juntos? - ese sentimiento no me convence.

-Pero tú ya estás casado, tendrías que separarte primero... - dijo tratando de pensar.

¡Que eso no era lo importante!

-Lo sé, ¿pero podrías amarme? - insistí.

-Me gusta estar contigo, y que tengamos relaciones... Todo eso está bien... - seguía sin gustarme su respuesta.

-Quiero que seas sincero... - me estaba enfadando.

-Ya te había dicho que siento algo por ti... No sé si eso es amor, pero me gustas... Aunque seas hombre... - era lo más profundo que podría conseguir.

-¿Y ahora podemos follar? - me dijo como si eso fuera lo que estaba buscando desde el inicio.

Me enojé mucho, no podía creer que en todo aquel momento había pensado solo en sexo. Era un asunto importante para mí.

-No, no vamos a hacer nada... - pronuncié antes de salir del edificio.

Ya había caído con Claudio, y no quería volver a hacerlo con Manuel. Por alguna razón sentía que para encontrar al amor verdadero debía separar el sexo del romance, que ellos entendieran que no todo se trata de coger... Porque... Así es el mundo, ¿verdad?

En fin, me fui de compras al distrito del lujo, quería gastar dinero para salir del estrés que me ha creado toda la situación.

Caminaba por los pasillos del centro comercial con las manos llenas de bolsas de compra, cuando de pronto me encontré frente con una tienda de bodas. En la vitrina vi los vestidos de novia, esos grandes trajes blancos de despampanante confección, hermosos en todos sus detalles y pensados para hacer de la ceremonia el evento más memorable. Y al lado de ellas, en un rincón casi escondido, estaban los trajes de los hombres. Todos iguales, sin gracia ni distinción. ¿Por qué era así?

Me quedé un buen rato frente al lugar. ¿Qué quería decir todo eso? ¿Acaso son las mujeres las únicas que se quieren casar? ¿Acaso los varones lo hacen por obligación?

Estando en ello, no pude evitar recordar mi matrimonio con Leticia. Fue hace tanto tiempo, aunque todavía recuerdo lo nervioso que estaba, no por la ceremonia en sí, sino por la estupidez que cometía, estaba tratando de engañar a todos siendo que ya sabía que era gay. Lo que más rememoré de aquel momento, fue la emoción en el rostro de mi esposa, lo ilusionada que estaba de comenzar un proyecto al lado del hombre que se suponía la amaba. Le mentí, la engañé para poder ocultar mi orientación sexual. Y ahora, intentaba lograr lo mismo que ella, ¿y qué tal si me engañaban también?

En ese instante me percaté que quizá los hombres que estaban compitiendo por mi amor solo lo estuvieran haciendo para complacerme, que en realidad ninguno de los dos deseaba casarse conmigo y solo lo hacen para no perder al sujeto fácil que les da sexo.

¡No! Claro que no, no iba a permitir que me sucediera eso, por lo que tenía que idear una forma para corroborar lo que sentían por mí.

Llegué a mi suite y me encontré con Clarisa, quien le daba pecho a nuestro hijo.

-¿Qué te sucede? - fue lo primero que me preguntó la mujer.

-Lo que sucede... Es que necesito de tu ayuda... - de regreso al hotel seguí pensando en el asunto y logré crear un plan.

Si se supone que solo quieren estar conmigo por el sexo, eso significaría que no les interesaría ser infiel siendo que solo buscan el placer. Mi primera opción era contratar a una prostituta, pero... Por favor, si a mi me pusieran a un hombre guapo, con el pene grande y músculos trabajados, obviamente caería en la trampa. No, tenía que ser alguien no agraciado y en lo posible cercano a mí, ya que eso sería más duro a la hora de catalogar una Infidelidad. No es lo mismo engañar a tu pareja con alguien que conociste en una fiesta que con su hermano.

-Necesito que folles con Manuel y con Claudio... - fui al grano, necesitaba que ella fuera quien comprobara sus sentimientos.

-Mis días de puta ya pasaron... - respondió un poco ofuscado.

Tuve que explicarle mis sospechas y el gran plan que se me había ocurrido. El rostro que colocó lo dijo todo, ¿por qué nunca puede encontrar buenos mis planes?

-¿No se supone que el amor trae consigo confianza? ¿Por qué no crees en sus palabras? - preguntó con ese tono de estirada intelectual que tiene.

-Eso da igual... Responde... ¿Me vas a prestar tu panocha para descubrir la verdad? - yo solo quería acción.

-Es que no te entiendo... ¿Qué sucedería si son infieles conmigo? ¿Les vas a alejar? ¿Te vas a quedar solo? - continuaba con su discurso.

-Que quiero verlos follar con otra persona, mierda... Que no sepas ayudarme... Si tú me dices que no, le diré a la señora Mauri... Pero que les hago la prueba, se las hago... Ya no importa quién sea... - me levanté del sofá para enfatizar, solo quería una respuesta.

-Está bien, lo haré... Sé que esto va a terminar mal, pero solo sigo tus órdenes... - finalmente Clarisa se resignó y me dio la razón.

Ya está todo planeado, la mamá de Gabriel comenzará a coquetearles de a poco, insinuando que los quiere hasta el punto en que se ofrecerá como carne para que la devoren. Este es el momento de corroborar sus palabras.

¡Conmigo nadie juega! 

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).