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Diario de amor. por Eliann

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Extra.

Era una mañana tranquila los niños correteaban por la casa persiguiéndose mutuamente mientras su padre revisaba unas cuentas en su computador, su pareja había salido por unos materiales que necesitaba para su nueva escultura, además que tenía que tratar con ciertas personas de los museos que exhibían sus preciadas obras de artes, sobre los compradores de dichas obras así que estaría la mayoría de la mañana y tarde fuera de casa, ambos pequeños siguieron persiguiéndose hasta que uno de ellos tropezó.

 

-Auh –Se quejó –

 

-Cuidado Aoi –pronuncio el mayor de los dos para apartarlo de la trayectoria de unas cajas que caían –

 

-Gracias –contesto –

 

-De nada –Respondió ambos se quedaron mirando las cajas era el estudio de su papá, no mucho se quejaba de que estuvieran allí pero tampoco le gustaban que desordenaran su desorden ordenado –Deberíamos irnos.

 

-Si pero las cajas –murmuro el otro –Se dará de cuenta ¿y si nos castiga?

 

-Ah –Ambos temieron por ello, su papá era de temer cuando estaba molesto más que su propio padre lo sabían pues una vez se había peleado con otro hombre que le había sacado de su temple serena y fue como ver al mismo demonio en persona –mejor la acomodamos.

 

-Si –Ambos se propusieron a ello cuando encontraron un pequeño libro con la letra K gravada en él se veía bastante viejo y gastado tenía un candado en forma de corazón –que raro.

 

-mira hermano creo que esta es la llave –su acompañante de cabello morado –lo recogemos y luego vemos que tiene… después lo ponemos en su lugar papá no lo notara muy poco revisa sus cajas.

 

-Tienes razón –Sonrió el menor, la curiosidad pudo más que su propia razón, al terminar de recoger las cajas y ponerlas en su lugar ambos pequeños se fueron corriendo hacia su habitación encerrándose en su habitación comenzando a leerlo lo poco que entendían –

 

-Había pasado un rato en que los jóvenes de la casa se habían encerrado en su habitación a leer dejando el lugar en completo silencio lo cual extraño al padre –Cuanto silencio –Comentó sacando la vista de su computador –Qué estarán tramando esos dos diablillos –porque sabía que sus hijos no eran unos santos de alabanza, hacían sus travesuras como los niños que eran y en muy contadas ocasiones la casa quedaba en silencio lo cual era señal de un mal presagio –niños –Toco a la puerta de su habitación ambos jóvenes concentrados en la lectura pegaron un brinco –

 

-Ah ¿si padre? –Respondió Murasaki –

 

-¿qué están haciendo? –Comentó –

 

-Leemos padre –Pronunció Aoi –

 

-¿leen? –Abrió la puerta encontrándolos a ambos sentados en la cama que le pertenecía a Aoi – ¿qué leen?

 

-Esto lo encontramos en el estudio de papá –Respondió Murasaki –

 

-Si… ah… ¿qué es un ogro? –Indago Aoi ladeando la cabeza –          

 

-Haber déjame ver –le pasaron el libro para leer la primera parte –Hijos esto no lo deben leer es el diario de su papá, los diarios son privados –les reclamo –

 

-… pero…

 

-pero nada –Comentó –no es un cuento que puedan andar leyendo cuando ustedes tengan un diario propio entenderán.

 

-ah, pero está interesante –objeto el mayor de los hermanos –

 

-Aun así ¿esto traía algo más? –Le entregaron el candado y la llave para que su padre suspirara –por favor no lo vuelvan a hacer.

 

-Está bien padre –Ambos bajaron la mirada para que les alborotara el cabello sonriendo levemente –

 

-Deben ir a prepararse pronto tendrán sus clases de Kendo –Ambos asintieron para saltar de la cama a vestirse –De donde sacaran tanta energía.

 

Salió de la habitación dejando el diario con su candado y llave cerca de su computador luego se lo entregaría a su esposo, los niños bajaron ya preparados para sus clases así que tomo sus llaves y llevo a sus hijos al dojo de kendo, ambos jóvenes se despidieron y entraron rápidamente al dojo, sonrió levemente para devolverse a la casa que en esos momentos se encontraba en su mayoría sola, suspiro dejando las llaves en la mesa de su escritorio.

 

-Suspiro para mirar el diario –El diario de Kaito me pregunto que contendrá –Se dijo más para sí que para cualquiera allí, miraba una y otra vez el diario –No debería hacerlo esa es su privacidad… aunque.

 

Era una tarde tranquila había llevado su novio a su casa y lo había dejado en su habitación por que tenía que hablar con sus padres y a su pareja no le gustaba tratar tanto con ellos porque le hacía sentir incomodo, soltó un suspiro viniendo de la cocina ya que una de las sirvientas había preparado un delicioso dulce que de seguro le gustaría a su pareja, al abrir la puerta de su habitación observo que su pareja se agito para ocultar algo, estaba completamente nervioso sudando frío.

 

-¿qué estabas haciendo Kaito? –indago –

 

-Yo… nada, nada ¿por qué? –Soltó una ligera risa nerviosa –

 

-Se acercó más a su pareja dejando el postre en la mesa de noche, su mirada era perspicaz, mirando los ojos azules mar de quien amaba intentado averiguar con esos penetrante zafiros todos sus secretos miedos y temores –Estuviste leyendo mi diario ¿verdad?

 

-Demonios –Gruño, eso era un si certero –Como siempre haces para descubrirme.

 

-llámale don o como tú quieras –Contestó sentándose en la cama –Sabes que no debes robar mi privacidad a ti no te gustaría que yo leyera el tuyo.

 

-Anda Gaku no creas que yo tengo alto tan tonto –Se tapó la boca de inmediato –

 

-¿algo tonto? –Enarco una ceja mirándole de manera seria mientras su pareja cavaba su tumba –así que es tonto –una sonrisa casi malvada surcaba sus labios –

 

-No, no Gaku, no es tonto, no al menos tu diario, tu diario es muy lindo tiene escritos muy bonito y versos tan hermosos… es… es muy hermoso enserio, me encanto… es como… como poesía… como le llamas tu ¿Haikus? Si, si es eso… además lo que escribes sobre mí –Se sonrojo –Son cosas muy hermosas –Sonrió –yo jamás podría escribir algo tan hermoso como lo haces tú.

 

-Suspiro –Como sea, solo no lo vuelvas a leer es mi privacidad –beso los labios de su pareja – ¿bien?

 

-Está bien –Sonrió para abrazarle –Sabes lo mucho que yo te amo ¿verdad?

 

-lo sé yo también te amo demasiado mi helado con patas –Su pareja rio suavemente por ello –

 

-Mi berenjena súper desarrollada –Ambos se volvieron a besar, al menos su novio había sabido cómo sacar la pata del fondo donde la enterró –

 

-él ya ha leído mi diario no sería nada fuera de lo común que yo violara un poco la privacidad suya –Tomo la llave del diario para abrirlo y comenzar a ojearlo –

                                                                                                                                                                                  

-Gaku amor ya estoy de vuelta –Se escuchó en la entrada de la casa, ambos niños que fueron recogidos por su papá de sus clases de kendo salieron corriendo adentrándose a la casa para tomar un merecido baño – ¿amor? –Se adentró a la oficina de su pareja – ¿qué lees?

 

-Kaito de Kamui –Comentó de manera seria mostrando el diario del nombrado quien se asustó un poco paso saliva –

 

-¿cómo encontraste mi diario? Lo… lo tenía muy oculto –Respondió algo nervioso –

 

-Al parecer no tanto amor mío –Se levantó cruzándose de brazos –No que tú no tenías algo tan tonto –

 

-la risa nerviosa de su pareja no se hizo esperar –Es que yo…bueno…ah, yo… bueno… como… que… je…

 

-¿tu? ¿Tu bueno que bueno tu bueno como qué? –le imito –

 

-Sé que yo no tengo cosas tan bonitas como las de tu diario ni nada por el estilo y sé que escribí muchas estupideces tú ya me conoces sabes que cometo muchas tonterías y más que las digo, no es algo que no sepas de mi o no te fueras casado conmigo –Era un punto –así que por favor no te enojes, además yo solo era un adolescente hormonal.

 

-No estoy molesto Kaito –Se rio –me sorprende que esperes esa reacción de mi parte no soy tan volátil, llevamos bastante años de casado y no tenemos tres días de pareja bien lo sabes llevábamos siete años de pareja cuando nos casamos y tenemos ocho años de casado ¿no es el tiempo suficiente para conocer ya mis reacciones?

 

-pues si… pero nunca quería que alguien lo leyera tiene cosas demasiados estúpidas bobas e irracionales –Contestó –Ya sabes es toda mi estupidez en un escrito.

 

-Su pareja rio –No todas las cosas son tontas, algunas me parecen muy tiernas de tu parte, otras pervertidas –Se acercó –Ese diario muestra todo lo que ya yo sé de ti –le beso –No hay nada que me enoje… y ya yo sospechaba que tú fuiste el que me nalgueo –Su pareja rio nerviosamente por ello –Y que esa caída fue demasiado extraña como para tomarme el culo así –otra risa más – además ¿con que un corcel de berenjenas y tu una princesa?

 

-¡Tenia una fiebre muy alta y estaba alucinando! –Objeto –

 

-Y el Gaku-Neko y el Neko-Kaito que tuvieron muchas siestas y apareamiento –Sonrió mientras su pareja se sonrojaba –

 

-Estaba muy hormonal esos días –Farfullo desviando la mirada –Y celoso por la peste rosa… que digo Luki.

 

-Su pareja negó con una sonrisa en los labios –Hay Kaito ¿qué hago contigo?

 

-Amarme, amarme cada día más y más profundamente ¿qué te parece? –Sonrió –porque yo te amo demasiado Gakupo y ese diario lo demuestra.

 

-lo se amor mío lo sé,  así que no tienes que pedírmelo si cada día me enamoro más de ti –Beso los labios de su pareja sonriendo –

 

-estaremos juntos hasta que seamos viejitos como pasitas, cuando este internado en un hospital y no pueda moverme dime que estarás al lado mío sujetando mi mano hasta que cierre los ojos –pidió sus ojos azules mar mostraban gran duda e incertidumbre, su esposo sonrió besando su frente y acariciando suavemente su mejilla –

 

-Te lo prometo –Contestó –Y que en la otra vida no encontraremos nuevamente, eres la mitad de mi alma Kaito, solo a ti te pertenezco y siempre te perteneceré, hasta ser una berenjena seca y arrugada que este sujetando tu mano arrugada, mientras se le estruja el corazón por verte cerrar los ojos para no volverlos a abrir y esperar para cerrarlos y encontrarme nuevamente contigo.

 

-Te amo tanto mi berenjena súper desarrollada –le abrazo sonriendo feliz, sabía que no era una despedida que le quedaban muchos años por delante y más por ver crecer a sus hijos, pero a veces esa eran las incertidumbres que agobiaban a su corazón –

 

-Te amo demasiado mi helado con patas –Respondió correspondiendo al abrazo de su pareja –Siempre te amare.

 


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