Su respiración era acompasada mientras miraba el cielo a través de la ventana como si esperara a alguien, durante cinco años había estado así, desde que había muerto su pareja, como si aquel hombre se hubiera desvanecido totalmente.
Aun compartía con sus hijos cuando venían a visitarle, se había vuelto un hombre testarudo aunque no tuviera la edad para hacer las cosas por sí mismo y sus hijos le habían atrapado en aquel acilo.
Tantos años trabajando duro para darle todo a sus hijos y terminar de esa manera no era la mejor forma de vivir sus días, pero ya no le dolía, su corazón se había marchado con su pareja y solo esperaba el día de cerrar los ojos y volver a verle.
-. . . . –Suspiro cerrando los ojos nuevamente no tenía ganas de levantarse esa mañana –
-Señor Kamui tiene visita –Pronuncio una enfermera hizo una mueca y se dio la vuelta –
-Buenos días padre –susurro uno de sus hijos el mayor de los dos – ¿Cómo has estado? –No recibió repuesta alguna, como los últimos tres años –. . .padre por favor tú… -Suspiro –Yo… no quise que te quedaras aquí… pero es que… eres muy terco.
-. . . . –Silencio nuevamente –
-Su hijo se sentó en la silla –Sabes tus nietos tienen ganas de verte, te extrañan aunque bueno cuando han venido tampoco le has hablando. . . sé que no te gusta estar aquí, pero es lo mejor sabes bien que ahora ya no tienes la memoria de antes, que te confundes y te pierdes en las calles no quiero que te pase nada malo. . .padre sabes bien que yo te quiero demasiado enserio
-. . . –Nada aun pero lágrimas silenciosa resbalaban de sus ojos –
-Y sé que siempre fuiste independiente y libre, hacías lo que querías y lo que deseabas, siempre no diste todo, a papá, a mi hermano y a mí, fuiste muy fuerte. .. Pero ya no eres el hombre que eras debes recordarlo –Comentó –No eres el hombre estoico que con su mirada penetrante hacía temblar a cualquiera, ya eres mayor, lo único que puedes ahuyentar es un par de palomas. . .y sé que te duele lo que te digo pero es la realidad siempre te gusto que te habláramos con claridad… Aoi quiere hablar contigo se siente muy culpable tanto como yo…
-Ambos tienen familia, no necesitan a este asqueroso viejo para arruinárselas –Respondió de manera seca –
-Padre jamás has sido asqueroso y no, nos arruinaras la vida. . .
-Vete Murasaki… solo vete ¿quieres? Ya te di lo que más necesitaba, te di estudio, te di una formación, eres lo que eres ahora. . .eso es lo que debía hacer, no me debes nada yo como tu padre cumplí mi parte, jamás podrás pagarme todo lo que te dado, o todo lo que Kaito y yo te dimos –Respondió –por eso. . .no vuelvas. . .no los quiero aquí a ustedes, no quiero que me vean así. . .jamás… también dile Aoi que no regrese, mucho menos a mis nietos… si esto son los últimos días de mi vida, lo pasaré solo. ..
-No son los últimos días de tu vida padre –Contestó –
-Su risa era lenta y ahogada derramando lágrimas que su hijo no veía –si eso es lo que quieres creer bien… lamento haberte molestado tanto, haber sido un inepto que ni café pudo preparar –expreso –“lamento haber sido una carga para ti que aquí me viniste a botar” “como si fuera basura desechable” –Ahora vete.
-Padre. . .
-¡Largo antes de que se me alteren los nervios! –Exclamo, su hijo solo suspiro –
-Yo… lo siento…
-No sientas una mierda Murasaki…. Odio la piedad ajena, más la tuya y la de tu hermano –Gruño –
-. . . . Aun así te quiero padre –Se dio media vuelta para macharse escuchando la risa lenta y ahogada –
-Sabes… soy feliz –Su hijo se detuvo –Cuando tenías eventos importantes yo estuve allí apoyándote y Kaito también, cuando necesitabas ayuda yo te ayude, te di mi sostén y si era de enseñarte te enseñe. .. aún si tenía que tener más trabajo para pasar tiempo con ustedes dos lo logre, le di todo lo que desearon y más… aun así en el lecho de muerte de mi amado fueron incapaz de estar –Eso hizo que su hijo se sintiera culpable como tantas noches lo había hecho –A pesar de que te pedí que te quedaras conmigo y le pedí a Aoi que llegara temprano esa mañana, pero ustedes ya tenían familia y ese viejo que le dio todo el amor y cariño que ustedes necesitaban y que una madre no le pudo dar por que los lanzo a la calle a ver como se defendía ya no le eran de importancia –Su hijo se iba a voltear a abrir la boca pero solo la cerro –Era más importante otra cosa que lo que yo te dijera… vendré luego… no te preocupes papá seguirá allí los médicos son buenos ellos no miente –En sus labios una sonrisa de ironía apareció –Y. . .se fue triste porque no les vio, pero creo que a final solo fuimos nosotros dos…
-padre. ..
-Así que –le interrumpió –No vengas más, ni tú, ni tu hermano, no los quiero aquí a ninguno, estoy bien con quien estoy ahora. . .
-Si eso es lo que quieres está bien padre, pero yo no tengo la culpa, no lo sabía…
-. .. Los seres humanos siempre nos lamentamos cuando ya no hay marcha atrás ¿no? –Contestó –Vete.
-. . . –No se dijo más solo se fue, pero aun así en si sabía que regresaría nuevamente a ese lugar –
-Suspiro limpiándose las lágrimas que sus ojos derramaron, tomo el diario de su pareja lo único que le habían de él dejado y se quedó leyéndolo como tantas otras veces, dejando un escrito en las hojas finales junto con la de su amado, mientras la mañana avanzaba y la tarde consigo se llevaba los rayos de luz, sus ojos comenzaron a sentirse pesados su respiración era acompasada hasta que simplemente se quedó dormido –
-amor…. Amor –Alguien le agitaba en su sueño –Amor ya despierta, abre los ojos.
-mh… que cálido –Susurro –
-Amor ya enserio abre los ojos –Aquella voz dulce abrió los ojos de pronto para encontrarse con su amado, estaba joven como cuando se conocieron sonriéndole –me alegra que hayas despertado.
-¡Kaito! –Se abalanzó a abrazarlo –Estoy tan feliz de verte de nuevo, vaya que joven te ves.
-¿Es que no te has mirado amor mío? Estás tan galante como cuando te conocí –Respondió el resplandor en aquellos ojos azules hermosos lo había extrañado tanto –
-¿dónde? ¿Acaso? –miro a su pareja quien le sonreía, podía escuchar el canto de las aves al mirar mejor estaba debajo de un frondoso árbol de cerezos, algunas mariposas revoleaban por el lugar y más lejos de ellos estaba un extraordinario jardín de rosas, el pasto donde estaban era un verde esplendoroso oliendo al roció de la mañana–
-lamento lo que paso… enserio yo no… no quería que te fueras así… que llegaras conmigo de esa manera… yo –su pareja le callo con un beso –
-lo que me importa es que estamos aquí juntos los dos –Su pareja sonrió –
-Si –Se abrazó a él –Te extrañe tanto amor… tanto.
-Yo también te extrañe y lo que me importa ahora es que ya estoy contigo –beso su mano para luego besar sus labios –por la eternidad.
-Si por la eternidad –Se volvieron a besar como tanto añoraron esos cinco años separados –
Mientras tanto en aquel cuarto del asilo en una mano arrugada por el tiempo se encontraba un viejo con una sonrisa en los labios sosteniendo el diario de su amor cuyo último escrito decía.
-Es hora de encontrarme nuevamente contigo para que estemos juntos por la eternidad, entonces no me duele morir en soledad a sabiendas que al abrir los ojos mirare los tuyos de nuevo.