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Papillon por Reilaa_

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''… Y me robaste el corazón
me secuestraste la razón…''

 

- Bien niños, es hora de despedirse del profesor JongHyun, mañana volverán a verlo. ¿Si? - Dijo la directora a los más pequeños de aquel establecimiento, mientras estos, alrededor de veinte niños de entre tres y cuatro años le observaban con un ligero puchero en sus labios, pero en especial aquella pequeña niña a la que le había tomado tanto aprecio esa última semana.

Debido a su trabajo como profesor en el jardín de infantes, no había tenido tiempo de pasarse por la oficina para molestar a su padre y, por que no, también acechar un poco a MinHo. Ah, MinHo. Era dueño de sus pensamientos desde que había puesto un pie nuevamente en Corea, y sabía que él también había calado hondo en el mayor, tal como hacía un par de años atrás.

Salió de su ensoñación cuando la pequeña de ojos grandes le jaló del borde de su camiseta, señalando a su padre que se acercaba a pasos lentos hacia donde ellos estaban, o mejor dicho, él le veía en camara lenta, al igual que pasaba en las películas. Por dios, incluso sentía que estaba jadeando, debía comportarse, estaba frente a un montón de niños... Bueno, no, casi todos se habían ido pero la pequeña seguía allí. Asi que, haciendo uso de toda su cordura y autocontrol, tomó la mano de la pequeña suavemente y dibujó su típica sonrisa en su rostro, acercandose a MinHo.

~*~

Soltando un muy disimulado suspiro, MinHo observó a su pequeña hija jugar con uno de sus juguetes, sentada en el asiento trasero del auto, bien sujeta a su sillita. Aún podía sentir como su corazón latía rapidamente por el encuentro anterior con aquella persona que, había creido que ya no vería porque últimamente no se había aparecido por la empresa. Y como un iluso creyó que había logrado sacarle de sus pensamientos. Una risa irónica sonó en su cabeza, mientras él luchaba por entender que rayos era lo que tenía JongHyun que le afectaba de aquella manera tan exagerada.

Al detenerse en un semáforo en rojo, sus pensamientos le llevaron a aquella escena ocurrida hacía pocos minutos atrás.

Y allí estaba, la cabellera rubia que había buscado durante tantos días entre las miles de personas que veía en la oficina todos los días, su ropa un poco menos oscura, más adecuada al ambiente infantil, su sonrisa inocente mientras hablaba con su hija, acariciando sus mejillas y explicandole que mañana regresaría y podrían jugar juntos, que no estuviera triste, que aún quedaban muchos días para poder compartir con él y sus nuevos amiguitos.

MinHo sentía que su corazón se derretía con cada segundo que pasaba observando aquella escena.

Entonces, JongHyun se levantó y sus miradas se conectaron. Deseó sonreir al ver la sorpresa en los ojos ajenos, sin embargo se perdió en ellos, se perdió en lo que le transmitían, en aquel delicado y muy leve, casi invisible, delineado que le hacía aún más hermoso.

- Hola... - Escuchó decir a aquella voz que había imaginado ya de tantas maneras, que sintió como sus mejillas tomaban un leve color rojo al recordar de repente la noche anterior, encerrado en su habitación y entregandose al placer de la soledad ya que su mujer se había ido a una cena con amigas.

- Hola, no creí volver a verte... Digo, verte por aquí, digo... - Susurró, nervioso de repente, pero tranquilizandose de golpe al escuchar aquella risa tan hermosa que poseía el menor. Porque, era evidente que era menor que él.

- Tampoco creí verte por aquí. ¿Ella es tu hija, cierto? - Preguntó, ambos dirigiendo su vista a la pequeña que seguía con su manito aferrada a la del rubio, para MinHo una escena completamente adorable que si fuese por él, le gustaria ver cada día de su vida.

- Si, lo es... - Dijo en un susurro, sonriendo, pero su sonrisa se borró al recordar que tenía que encontrarse con su mujer urgentemente para ir al médico. ¡Dios santo, se le haría tarde! - Hija, debemos ir con mamá al médico. - Le habló a la pequeña, agachandose a su lado. A pesar de que se notaba que su hija quería quedarse con el rubio (igual que él), pronto tomó su mano y se despidió del rubio, sacudiendo su manito de forma completamente adorable.

El rubio imitó aquel gesto, con esa sonrisa que de repente era sensual, de repente era inocente. Y luego, sus ojos se clavaron en él, en su persona. Quitándole la respiración por un momento, enloqueciendole durante los segundos que sus miradas se conectaron.

- Nos vemos, MinHo. - Susurró, solo para él, de manera tan íntima que el corazón del mayor dió un vuelco en su pecho, latiendo como si estuviese corriendo una maratón.

- Espera... ¿Como te llamas? - Preguntó, de manera inconsciente y quizás pareciendo un desesperado, por la forma en la que el joven rió.

- Kim JongHyun. - Respondió en el mismo tono que antes, erizandole la piel, dejandole parado como un completo idiota en la vereda mientras ingresaba al establecimiento, seguramente para tomar sus cosas e irse a su hogar.

Y asi MinHo se dirigió a su vehiculo, sin escuchar realmente lo que la pequeña le decía, perdido completamente en sus pensamientos, en aquellos labios rojos y abultados, en los ojos delineados que le habían mirado con deseo, y aquella voz suave como la seda que, sin dudas, iba a acabar con su cordura en cualquier momento.

'' … Y el sonido de tu voz
La luz de tu mirada... ''


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