Zero había decidido que, en esta vida, se tomaría un descanso.
Por lo tanto, en cuanto se despertó, descubrió que tenía 15 años y que de alguna manera él era el gemelo débil a pesar de ser el mayor (pero aun así, su hermano no lo soportaba por ser débil–Duele, Quema, Lastima-) y decidiendo que no estaba de humor para soportar al idiota de su hermano y al Kuran bastardo, solo pudo hacer una cosa; preparo su maleta, tomo todo su dinero (y se aseguró de que el dinero que dejaron sus padres estuviera a salvo y disponible) y se fue volando de la academia después de borrar todas la s huellas u olor que pudo haber dejado detrás para que no lo encuentren, estaba demasiado cansado para seguir lidiando con esas mierdas habituales de casi todos los mundos, muchas gracias.
Lo primero que hizo fue buscar a Katsue quien, bruja como era, ya sabía que llegaba y tenía todo preparado para él.
Antes de partir, Takeru lo detuvo y le entrego un libro envuelto en papel de regalo, cuando lo abrió lo primero que capto fue la sugestiva portada y después el Titulo que decía “Como complacer a su mujer, Harem u horda de Vampiresas y tenerlas contentas…”
Sonrojándose hasta las orejas y no sabiendo muy bien que es lo que Takeru intentaba decirle, lo tomo con un agradecimiento y se fue. Lo revisaría mañana… si, mañana.
No sabía cuan acertada fue su decisión…
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Zero decidió que se pasearía por Europa. Había, sobretodo, un festival de música electrónica al que quería ir, solo por el placer de asistir a un evento tan grande como ese, además de otros increíbles y desconocidos festivales de los que había oído hablar por ahí, como la Tomatina de España, el Campeonato Mundial de guitarra de aire en Finlandia, el Campeonato Mundial de Buceo en Pantanos en el País de Gales, o el Festival del queso rodante en Reino Unido. Durante el camino Zero salvo a un par de vampiresas francesas de una horda de niveles E de nombres Adelaide y Charlotte de la familia Beaulieu. Cuando estas le pidieron su nombre para agradecerle, el solo dijo con cansancio la primera barbaridad que se le había ocurrido a Katsue poner en sus documentos falsos como su nombre: Roze Dela Tempesta.
Zero llegó a una plaza vacía de la ciudad y miró a su alrededor, la mayoría de los negocios parecían estar cerrados, pero una de las tiendas parecía estar abierta. Zero lo miro con recelo pues parecía, sospechosamente, una copia idéntica de la tienda de brujería de Katsue. Calculando que tendero sabría de un lugar adecuado para conseguir una habitación, Zero entró. Sonó una campana cuando Zero abrió la puerta y desde el fondo de la tienda oyó un murmullo
—Solo un momento—Zero, inseguro solo dio un Hmm como respuesta—Ahora bien—sonrió el tendero— ¿Qué puedo hacer por usted? Sr…?
—Tempesta— sonrió Zero—Esperaba que supiera de un hotel o de algún otro lugar que en el que pueda conseguir una habitación.
—Viniste un poco más tarde de lo que esperaba—el hombre se encogió de hombros—Pero todavía tienes tiempo, toma asiento... no será largo.
—Gracias—Zero se sentó, contento de que el tendero estuviera organizando un lugar que se quedara—Hace cuanto tu…
La campana en la puerta principal sonó, interrumpiendo la pregunta de Zero y entraron varias figuras envueltas en una capa.
—Justo a tiempo—sonrió el tendero—Tengo sus suministros listos, ¿quieres pagar ahora o te envíe una factura?
—Mándennos una factura— respondió una joven voz femenina.—Me sorprende que no este solo, por lo general tratan de evitarnos.
—No es de por aquí—respondió el anciano.—No es un mal tipo sin embargo.
—¿Oh?— La mujer se volvió para mirar a Zero sentado—te ves familiar.
—Tengo ese tipo de cara—Zero sonrió nervioso mientras jugueteaba con un mechón de su cabello, que había hecho crecer hasta la cintura por una poción de Katsue.
—Es el salvador de Adelaide y Charlotte— habló otra voz femenina.—Lo reconozco por sus fotos...
—¿Por qué estás aquí Roze?— La mujer principal dio una sonrisa invisible.
—Puedes ver a través de mi disfraz ¿eh?—Zero suspiró—Mi tren tuvo un accidente.
—Ah así que era el tren de hace rato—asintió la mujer.—te estás quedando?
—No estoy seguro—Zero se encogió de hombros.—Por lo pronto el señor me iba a buscar un lugar quedarse
—Entonces debes quedarte con nosotros— la mujer resolvió el asunto.—Es lo menos que podemos hacer por el salvador de nuestras primas.
—No me gustaría ser una carga— sonrió Zero.
—No es una carga, insisto en que te quedes con nosotros— mujer le tomó la mano—nuestros primos nunca nos lo perdonarían si te dejamos ir y quedarte en una posada sucia cuando pudiste haberte quedado con nosotros.
—Bien— asintió Zero—No quisiera causarle ningún problema.
—Para nada, será todo un placer.
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Zero se quedó con sus nuevas amigas durante varios días hasta que, finalmente, después de un largo adiós, logró dejar su hospitalidad y continuar con sus vacaciones.
Tambaleándose hacia la ciudad, Zero caminó hacia los negocios abiertos más cercano caminó dolorosamente hacia la barra.
—Buenas tardes— saludó el cantinero.—¿Algo que pueda hacer por ti?
—Sí—la mandíbula de Zero estaba apretada de dolor—Voy a necesitar a un doctor de algún tipo.
—Soy un médico— dijo el hombre al final del bar—¿Qué puedo hacer por ti?
—Creo que podría haber roto algo en mi cintura— respondió Zero en un silbido—Y estoy un poco mareado.
—Cantinero ¿tienes un lugar en donde pueda revisarlo? La clínica está cerrada.
—No es el lugar más reservado, pero este cuarto servirá—Dijo guiándolos a un cuarto, que solo estaba dividido por una finas puestas de papel.
—En un momento— el sanador cuando lo hiso acostarse en una mesa, al cabo de un rato frunció el ceño con concentración.—Tienen razón sobre el dolor en tu cintura, parece que tienes varias grietas finas en la pelvis.
—Oh—gimió Zero—¿Qué pasa con el hecho de que me siento enfermo?
—Deshidratación— respondió el Medico. Mientras escribía en una hoja—Bebe estos suplementos y aplícate este ungüento por dos semanas y estarás bien.
—Gracias, ¿Cuánto es?
—Está bien, déjalo así
—Gracias—Zero tomo la hoja y la guardo en su chaleco, mientras salían, pregunto al azar—¿Alguien sabe dónde puedo organizar el transporte hacia la capital?
—Justo aquí—dijo el barman—Al lado es una agencia de viajes, pero me hago cargo de ellos de vez en cuando.
—¿Cuánto cuesta?
—(Insertar cierta cantidad de dinero)—el cantinero se acercó a su computador (que Zero no había visto) y tecleo de forma rápida, después imprimió unos boletos y se los entrego—¿Necesitas algo más?
—No— respondió Zero, aceptando los boletos y entregándole el dinero
—Gracias— el camarero sonrió aceptando el pago.—Que tengas un buen viaje.
—Gracias—Zero logró una sonrisa débil justo antes de salir
—¿No fue ese el tipo que se fue con ese grupo de Vampiresas nobles hace unos días?—Uno de los clientes del bar al azar preguntó en voz baja.
Los ojos se ensancharon cuando los hombres consideraron la pregunta y el bar quedó envuelto en silencio hasta que el camarero se relamió los labios y preguntó
— ¿Cuáles son sus lesiones?
—Como ya he dicho—El médico le habló al grupo fascinado, sin importarle su voto como médico sobre la confidencialidad del paciente, con su voz llena de asombro—pelvis agrietada y un caso severo de deshidratación.
—¿Cómo crees que sucedió eso?— El barman preguntó en voz baja.
—Muchas formas, por ejemplo— los ojos del médico se abrieron de par en par—No puede ser...
—¿No quieres decir?—El cantinero parpadeó—no puede ser humano, pero no se sentía Vampiro tampoco, tal vez ¿Cazador?.
—¿Alguien consiguió su nombre?— El medico preguntó con entusiasmo.
—Tempesta— un anciano habló desde el fondo de la habitación—Cuando visitó mi tienda, me dijo que se llamaba Roze Dela Tempesta.
Los clientes del bar estaban congelados en estado de shock, sus ojos se abrieron aún más. Todos los vampiros en el bar habían escuchado sobre el misterioso Sr. Dela Tempesta y todas sus grandes hazañas. Como su cuando jugueteo a toda una escuadra de Cazadores en China, cuando asesino al tiránico vampiro de sangre pura en Barcelona, haber enamorado a las hijas de la familia Beaulieu o como aniquilo el solo varias hordas de niveles E.
—Bueno—el cantinero se humedeció los labios—Supongo que tiene sentido, si alguien sobrevivir a un harem de Vampiresas Nobles, tendría que ser el misterioso Sr. Dela Tempesta.
*
— Buenas tardes señor— un hombre uniformado saludó a Zero a su llegada—¿Es este tu destino final?
—No—Zero todavía se sentía un poco cansado y dolorido por su tiempo con las vampiresas nobles, ¿Quién diría que eran tan activas? Pero de nuevo, no había convivido mucho con los vampiros del circulo interno del bastardo Kuran mucho tiempo.—Moscú.
—Si quiere, puedo arreglar eso señor
—Eso estaría bien— asintió Zero—¿Cuánto cuesta?
— (insertar aquí cierta cantidad de dinero)—sonrió el hombre
—Bien— Zero pagó por el pasaje, en tren—¿Cuánto tiempo hasta que salga?
—En media hora estarás en camino
—Gracias— Zero sonrió débilmente.
*
Zero no disfrutó el viaje a Moscú
—¿El propósito de tu visita?— Una mujer de rostro liso con un uniforme monótono pregunto con tono de pizarra.
—Encontrarme con un viejo amigo— bostezó Zero
—¿Tu nombre?
—Dela Tempesta—bostezó Zero de nuevo.
—¿Nombre de pila?
—Roze— sonrió Zero, que poca originalidad de parte de Katsue.
—Puedes pasar
—Gracias
—Zero levantó su cuello mientras cruzaba la puerta de entrada.
Detrás de él, la mujer colocó tranquilamente un letrero de "próxima ventana" y se fue informar a su supervisor.
*
Zero sacó el Celular de su bolsillo y encontró un lugar tranquilo para conversar.
—¿Arcangelo y Brown, y Alex?—llamó a la pequeña llama—¿están ahí?
—Estoy aquí, señor Roze— sonrió Arcangelo—Gracias a su generosidad en la promoción los talentos de Alex, podremos encontrarlo más pronto que esperábamos
—Genial—sonrió Zero—¿Que tan pronto?
—En algún momento después de la hora local—sonrió—Podríamos llegar allí en tren pero nos pareció prudente ir despacio a la batalla
—Lo que quieras—Zero asintió.—Estaba planeando pasar un poco más de tiempo aquí, llegas temprano, entonces creo que tendré más tiempo para visitar algunos otros lugares
—Excelente— asintió el profesor—Si pudiera hacer una pequeña sugerencia...
—¿Qué es eso?—Zero sonrió.
—¿Por qué no viajas con Brown, Alex y yo?—Arcangelo sonrió ampliamente—planeábamos pasar uno o dos meses para una expedición prolongada de Vacaciones.
—¿A dónde piensas ir?—Zero se encogió de hombros.
—El Cairo—el profesor sonrió ampliamente—Después de eso, donde sea que quieras ir, los chicos y yo no tenemos preferencias
—Suena bien—asintió Zero—Pasaré el día mirando por la ciudad y nos encontraremos esta noche
—Nos vemos entonces— Arcangelo sonrió por última vez antes de cortar la llamada
—¿Ahora cómo voy a pasar el día?—murmuró para sí mismo. Encogiéndose de hombros Zero salió por la puerta principal para llamar a un Taxi.
—¿A dónde?—El taxista preguntó en un tono desinteresado.
—Muéstrame por la ciudad—sonrió Zero—Quiero ver cualquier cosa que creas que me interesaría
—¿Puedes pagar?
—Y dar propina muy buena— sonrió Zero—No tengo mucho tiempo en la ciudad y quiero disfrutarlo
—Si puedes pagar— el hombre asintió.
Zero y su conductor pasaron varias horas recorriendo la ciudad, vio cosas que haber imaginado haber visto en su primera infancia y que no había podido disfrutar en otras vidas y se deleitó con la atmósfera de la ciudad.
—Gracias—Zero se reclinó en su asiento—Solo hay un lugar más que me gustaría visitar entonces me gustaría encontrar un buen bar
—¿Dónde?
—Quiero ver el edificio amarillo en Lubianka— sonrió Zero
—No hay problema, no es tan lejos— El conductor asintió.—Después de eso, sé de un bar bueno, muy elegante
—Gracias— sonrió Zero—Dime cuando estemos allí
—Estamos allí— asintió el conductor—Como dije, muy cerca. Mire hacia la izquierda
—Guau—Zero negó con la cabeza, verlo en la televisión no hacía justicia al antiguo edificio—Nunca esperé verlo así, no parece lo mismo sin la estatua frente a él.
—Es un poco extraño—El conductor estuvo de acuerdo—¿el bar ahora?
—Sí—asintió Zero—Tengo un poco de tiempo para matar, y no puedo pensar en una m manera de matarlo
—Pasarán unos minutos hasta que lleguemos— ofreció el conductor—Relajarse—El conductor detuvo la cabina frente a un edificio poco llamativo—no parece mucho. Pero por dentro, es muy elegante
—Gracias— Zero sacó su billetera—¿Tiene alguna moneda en la que le gustaría recibir pago?
—Dólares estadounidenses—sonrió satisfecho el conductor—Si es posible, si no...
—No hay problema— entregó unos billetes de dollar—Gracias.
—Diles que Sergey te trajo— el conductor se encogió de hombros—Me dan una tarifa de búsqueda por traerlo
—Bien—asintió Zero.
—Adiós—el conductor subió la ventanilla y salió corriendo.
Zero caminó a través de las puertas dobles del edificio y fue detenido por un hombre elegantemente vestido con un traje oscuro.
—¿Puedo ayudarte?
—Sergey me dijo que este era un buen lugar para tomar un trago
—¿Nombre?
—Dela Tempesta
—Yo... ya veo—asintió el hombre del traje oscuro—Te ha estado esperando, mesa en la entrada trasera.
—Ok—Zero se acercó a la mesa trasera con cautela.
—Siéntate—el anciano en la mesa asintió—Te estaba esperando.
—¿Por qué?—Zero echó un rápido vistazo a la habitación.
—Porque conozco a una bruja y a veces me dice cosas— el anciano se encogió de hombros—Así que siéntate y diviértete.
—Gracias—se sentó Harry—¿Señor?
—Vania*— el anciano sonrió fríamente—Toma un poco de vodka, les pedí que sacaran botella de Posolskaya y no quiero tomarla yo mismo
—También me gustaría conseguir algo de comer si puedo—Zero aceptó el vaso.
—Haré que traigan algo— el anciano se bebió el vaso y se sirvió otro.
—Gracias— Zero se bebió el vaso—¿Por qué querías verme?
—Para darte esto—el anciano le entregó un libro de cuero desgastado—El mejor momento del desertar el poder de un Sangre Pura es durante el invierno, pero se puede usar todos los días del año
—Gracias—Zero aceptó el libro.
—Les debía un favor— el anciano se encogió de hombros.
—Gracias de todos modos—Zero sonrió.
—Disfruta de tu noche— el anciano se puso de pie—Me temo que debo irme.
—Adiós—Zero levantó su copa a modo de saludo—Y que tengas una agradable velada
—Lo haré—asintió el anciano.—Y gracias señor Tempest.
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Continuara
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