Los gatitos nunca traen problemas..
Los gatitos son lindos, curiosos, juguetones, tiernos, dios son unos angelitos...
Si...tan lindo jugando a cazar mariposas en el parque...con los perritos,.... que lindos...espera
Oh!, diablos!
¿¡¡COMO PUDO HABERLO PERDIDO!!?
¡¡Hinata iba a matarlo cuando se enterara!!, ¡tan solo se durmió un rato bajo aquel árbol en el parque!
¡Dios!, estaba seguro de que vio pelo naranja en el hocico de ese pulgoso perro labrador!.
¿¡COMO LE DIRIA A SU AMIGA QUE UN LABRADOR ALMORZO A SU GATO!?
Tenia que encontrarlo a como diera lugar, así que corrí por todo el parque gritando “gatito” como vil desquiciado y preguntando a cada persona que veía sobre el.
Mi alma regreso a mi cuerpo cuando una amable pareja dijo haberlo visto hace unas horas, pero toda esperanza se esfumo cuando comentaron que un joven pelinegro se lo llevo.
¡Ahora si que nunca lo encontraría sin decirle a Hinata primero!. Tendría que pegar papeles por todas partes para encontrarlo.
Caí rendido en el pasto, no seria fácil encontrarlo pero no se rendiría...
***
Desperté rápidamente tras escuchar un ruido en mi cocina, me había quedado dormido en el sofá.
Camine sigilosamente hasta el lugar creyendo que alguien había entrado a mi casa...
-¿¡¡QUE DEMONIOS!!?-
<<¿¡Como es que esa pulgosa bola de pelo naranja pudo hacer tal cosa!?>>
Mi cocina era un desastre, los trastes botados por todo el piso, todos mis platos rotos, se había comido toda mi comida, todo era un desastre de alimentos en el piso.
Y esa bola de pelo felizmente bebía la leche derramada en el piso, dirigiéndome una fugaz mirada totalmente indiferente, como si tratara de decirme “te lo mereces por no alimentarme”
Toda mi ira se esfumo, y tras un largo suspiro salí a comprar comida para gato, no sin antes limpiar el desastre.
***
Caminaba hacia mi casa exhausto, casi todo el día corrí por el parque, y definitivamente no haría mas ejercicio en lo que queda del mes.
En mi camino me detuve en una tienda, empezaba a hacer frío y el delicioso aroma del chocolate caliente me atrapo.
Me dirigía a pagar en la caja cuando note que alguien mas se paro frente a mi, un joven alto, de tez blanca y pelo negro, era realmente atractivo, iba a comprar comida para gato. La verdad no parecía una persona de animales por fuera, pero bueno, nunca se sabe.
El pago, y me miro por un momento, se dio la vuelta y salio del lugar, vaya, de cierta forma me recordó a el gatito de mi amiga, con esa actitud tan altanera que tenia cuando me veía, y esos ojos fríos.
Al salir de la tienda supe que mi suerte era la peor pues empezó a llover, al no llevar paraguas simplemente me resigne y camine a casa bajo la lluvia.
<<Definitivamente no podría ser peo...¿verdad?>>
***
Salí de la tiendo con el alimento, no pude evitar pensar en que aquel chico se parecía el gato en mi casa, tal vez era por esos ojos azules tan grandes.
De pronto se soltó la lluvia, por lo menos llevaba mi auto.
Llegue a mi casa, abrí la puerta y.... y tenia ganas de romper algo junto con ese pulgoso.
¡MI PERFECTO SOFA DE PIEL COLOR VINO LLENO DE GARRASOS!
¡Y el descarado causante durmiendo plácidamente sobre el!.
Camine hasta el tomándolo de el pellejo y lo mire directamente a los ojos.
Tenia miedo, estaba asustado...
Pude verlo en sus ojos, un sentimiento tan real... Lo baje con calma y el se quedo tenso en su lugar, sin dejar de mirarme ni un momento. Fue entonces que entendí, que era un gatito en una casa nueva, y todo gato necesita jugar, estaba simplemente confundido.
Valla, si esto era tener un gato no quiero saber que era tener un cachorro. O tal vez era que el gato era engendro del demonio.
Suspire frustrado y me fui a mi habitación para descansar, había sido un largo día. Abrí la puerta y....
-¡¡¡ODIO A LOS GATOS!!!-
Mis gritos se escucharon por todo el lugar...
<<¿Que cuantos problemas podría traer un gato?, ¡Tengo ganas de darme una paliza yo mismo!>>
***
Llegue a mi apartamento totalmente empapado, inmediatamente me duche y me cambie, y me prepare un poco de ramen instantáneo para ver una película.
Un toque a mi puerta me hizo levantarme del sillón. Mire por el picaporte.
¡Era mi casero!, ¡y vino por la renta!, ¡y yo debía tres meses!. Aun estaba reuniendo el dinero para pagar, había conseguido un trabajo pero aun no me pagaban.
-¡¡¡Mocoso!!!, ¡¡mas vale que empaques tus cosas, mañana te quiero fuera!!- Grito al otro lado de la puerta, la cual inmediatamente abrí.
-¡Espere, ya casi me pagan, se lo juro!, ¡no me eche a la calle!-
- Lo lamento niño pero ya no, mañana te vas-
-P-p-pero no tengo a donde ir-
-Ese no es mi problema, búscate un motel o algo-
Se marcho sin mas. ¡Maldito! claro que pensaba mudarme pero no tan pronto..
Bien los caseros nunca fueron ángeles, pero la angustia me estaba matando, los problemas venían uno tras otro, miles acumulándose frente a mi. Definitivamente no era mi día...
Después de eso mi noche fue larga, no podía dormir de pensar en como solucionaría mi vida...
<< Mil problemas, ese debería ser el titulo de mi vida>>