Acostado en esa cama Zero pensaba sobre el sueño que acababa de tener, ciertamente en un principio no se puso a reflexionar el porque de ese sueño al estar tan tranquilo y a gusto en los brazos de aquella mujer pero ahora que caía en que nunca había visto a esa mujer en su vida y aunque al principio pensaba que se trataba de esa maldita vampiresa Shizuka Hio de inmediato desecho la idea ¿porque? Pues porque aquellas manos no eran frías ni crueles como las de aquella vampiresa que volvió su vida un asco, al contrario esas suaves manos eran delicadas y cálidas.
Se levanto de su cama aun con sus pensamientos hechos un lío pero tenia que ir al instituto para su desgracia, por favor él era lo suficientemente inteligente como para saltarse grados pero el estúpido de Croos seguía insistiendo en que viera las clases como un alumno normal, “normal” si claro le sorprendía lo cruel que podía llegar a ser el legendario vampiro sin colmillos es como si olvidara todo lo que había pasado en la academia solamente por proteger a una maldita princesa sanguijuela y eso lo hacia enfurecer aun más.
-ZEROOO HIJO MIO-casi es tacleado por un hombre de cabellos largos de un tono color arena al igual que sus ojos, pero como normalmente hacia simplemente se aparto dejando que se golpeara la cara contra el suelo.
-MOO ZERO QUE MALO ANDA DALE UN ABRAZO A TU PADRE!!- pero lo que recibió fue una mirada fría y cruel por parte del chico, antes Zero simplemente lo veía con fastidio y le recriminaba que le dijera hijo cuando obviamente Croos solo lo cuido pero ahora los vacíos ojos amatistas lo veían con frialdad y desprecio, siendo que sin decir ni una sola palabra al hombre que lo “cuido” salio de la casa azotando la puerta.
¿Que cara habrá puesto el adulto? Eso a Zero no le interesaba dejo de verlo como la persona que lo cuido, dejo de verlo como el director y por supuesto las esperanzas de algún día decirle padre se habían desvanecido, a fin de cuentas ¿para que decirle padre? ¿acaso ese hombre creía que él era estúpido? Ciertamente había llorado, tanto dolor tenia que salir de alguna manera que no fuera hacer algo tan bajo como suicidarse o mutilarse, Zero Kiryuu era un orgulloso cazador y no se rebajaría a hacer eso solo porque la persona que amaba lo utilizo y porque su hermana lo abandono,no les daría el gusto de verlo al borde del suicidio. El fastidio de ir a clases se hizo presente y con el ceño arrugado dio un giro para adentrarse en las profundidades del bosque que rodeaba la academia, no necesitaba esforzarse en las clases y aunque se llevara a cuestas la materia solo necesitaba un examen para pasar con excelentes notas y no hacia falta que estuviera presente en el aula.
Alzo la vista para ver los altos arboles que conformaban el bosque, el olor a naturaleza era embriagante y la suave brisa meciendo sus cabellos lo relajaban aún más, un bello paisaje digno de un recuadro pero que al mismo tiempo no debía ser perturbado; la calma y silencio de tan hermoso lugar lo envolvían, sus agudos oídos de vampiro escuchaban hasta el animal más pequeño, el sonido del viento y la vida que poco a poco iba despertando para un nuevo día lo hizo sonreír para sus adentros, los bosques conformaban en las historias de cuentos fantasiosos el hogar de criaturas crueles y despiadadas, historias contadas por los padres para advertir a los niños curiosos que no se acercaran a estos lugares, él era un cazador conocía de sobra las criaturas que aquí habitaban, pero así como existían estas crueles bestias también existía la fauna y la flora una pena que nadie llegara a apreciarla.
Se adentraba más y más al bosque mojándose con las suaves gotas frías del rocío mañanero que aún no se habían secado, en esa parte del bosque era difícil que los rayos del sol penetraran y era en ese lugar donde agradecía su aguda visión nocturna algo bueno tenia que tener el ser una maldita sanguijuela.
-jeje con esa actitud que te cargas no tendrás ninguna novia pequeño Zero- volteo de golpe al escuchar esa voz, pero no había nada, ¿que rayos pasaba? Primero el sueño y ahora esto ¿se estaba empezando a volver loco por la sed de sangre?
-escucha zero, los bosques no son solo una porción de naturaleza, no están solo conformados por arboles, vegetación y animales ellos también hablan, ciertamente no todos pueden escucharlos ya que las personas dejaron de prestarles atención, los oídos fueron tapados por egoísmo y avaricia es por eso que los no inmortales los talan y da inicio a la desaparición de los bosques,ellos perdieron la fe en nosotros.
-perder la fe- miro el tupido y oscuro bosque, bien con lo que iba a hacer ahora si podían darlo por loco y él le echaría la culpa a la comida envenenada de Croos.
-Nosotros no somos los únicos que escuchamos, existen humanos que están conectados de algún modo a la naturaleza, no pueden escucharlos pero los arboles están ahí, nadie esta solo y me resulta triste que algunas personas quieran terminar con su vida por esa palabra tan cruel llamada soledad, cierra los ojos pequeño Zero y escucha, aleja los ruidos innecesarios y deja que la naturaleza te hable.
Cerro los ojos, era una idea tonta hacerle caso a la voz en su cabeza que por cierto no sabia de donde provenía, pero algo le decía que era de confianza, así que inhalo profundo y con lentitud dejo salir su respiración dejando su mente en blanco, al principio no paso nada y comenzaba a pensar que quizás si era cierto que comenzaba a volverse loco pero cual fue su sorpresa cuando poco a poco empezo a escuchar un silbido, no era la gran cosa a decir verdad pero luego escucho voces entrelazadas eran tantas pero hablaban tan bajo y con tanta suavidad que no le resultaba molesto, sonrio escuchando la suave sinfonia de las voces juntas eran tan curiosas que hasta le daba risa.
-hace muchos milenios, cuando la primera gota de lluvia toco la tierra un ser que no era ni humano ni animal piso un bosque antiguo, se rumoreaban cosas malas de ese bosque y ese ser tubo curiosidad, camino 8 días y 7 noches metiéndose cada vez más y más en las profundidades de ese bosque ¿porque asustas? Pregunto el ser pero nadie respondió, ese ser no entendía el porque el bosque no le devolvía la palabra “ya veo debe ser triste que nadie te escuche” y extendiendo sus manitos parecidas a las de un infante realizo una reverencia “te debes sentir tan solo, que triste debe ser dar todo de ti y que al final te dañen, déjame escuchar tu voz, yo quiero ser tu amigo”, el bosque estaba sorprendido ya que hasta ahora nadie quiso escucharlo, solo ese ser que llego a ese lugar por mera curiosidad, la voz de la naturaleza, el bosque le otorgo ese don al pequeño ser de mirada dulce y amable repleta de inocencia-es una historia tan triste mi pequeño Zero, ese ser protegía al bosque y le enseñaba a los humanos a escucharlo “ya no se sentirán tan solos” pero se hicieron tan avariciosos ese hermoso don se volvió en su contra y aquel ser de mirada amable pereció al intentar salvar a su preciado amigo de ser incendiando por los humanos, en su estado de inconsciencia escucho los gritos de dolor de la naturaleza, las llamadas por ayuda del viento que soplaba intentando apagar las llamas pero logrando lo contrario ya que estas avivaban las llamas, entre lágrimas y su cuerpesito apunto de colapsar por la perdida de sangre hizo una plegaria, que existieran personas tan nobles como para llegar a escuchar la voz de la naturaleza misma así ninguno se sentiría completamente solo.
-yo llevo en mi cuerpo el deseo de ese ser, dime mi lindo Zero ¿te gustaría ser capaz de escucharlo? ¿Si? Me haces feliz Zero ¿he? Que cruel, disculpa pero mi tipo de persona son mujeres de carácter no eres para nada mi tipo, no seas tontito Zero la razón por la que te enseño es sencilla a fin de cuentas somos familia.
Despertó de golpe, ¿cuando se había quedado dormido? Pero de nuevo ese sentimiento estaba en su corazón, esa voz rebosaba confianza y cariño aunque era de hombre tan parecida a la de aquella mujer en sus sueños ¿que rayos le pasaba?
-así que aquí estabas tonto pupilo- volteo a ver aquella conocida voz, Yagari Toga su maestro si es que podía llegar a llamarlo así- deja de perder el tiempo y vámonos el estúpido de Cross nos espera en su oficina- Zero solo pudo asentir, se levanto sacudiéndose sus ropas y pasándole por al lado al de cabellos negros sin siquiera mirarlo.
-#es un amargado!!##cierto cierto hay que llevarlo a un spa para que se relaje##que es un spa?##NO PUEDE SER QUE NO LO SEPAS!! un spa es un... ni idea##agg cállense que confunden al niño# - el de cabellos plata parpadeaba confundido esas voces ¿acaso lo que hizo?
-#estas en lo cierto cazador, ahora escuchas las voces de los arboles, disculpalas son arboles jóvenes#
Sonrío, esa voz era más suave y madura que las otras que había escuchado, pasando entre árbol y árbol escuchando sus pisadas y las de su maestro se dejo perder de todo lo que lo rodeaba, aquella madura voz le hablaba de todo y de nada distrayendo su mente de recuerdos dolorosos, ellas lo conocían sabían de su tristeza, de su soledad a esas voces chillones uniendosele voces mas antiguas y gruesas, le contaban historias que se habían perdido de los libros de historia, disfrutaba de esto era como tener muchos amigos, se tomaban pausas para no estresarlo y hasta podía sentir la “energía espiritual” como ellos lo llamaban haciéndole compañía, tan cómodo estaba que no noto cuando llegaron al despacho del director el cual tenia la ventana abierta y a su lado un alto joven de cabellos negros como el carbón y unos ojos zafiros tan claros que podía verse reflejados en ellos, pero no fue este hecho lo que lo hizo cambiar su pose relajada por una de defensa sacando su bloodie rose en el proceso.
-Kiryuu Zero baja el arma- ordeno serio el director
-jaja no se preocupe director Croos se que no me va a disparar a menos que haga un mal movimiento- Croos Kaien lo miro sorprendido ¿desde cuando un vampiro sabia cuando un cazador iba a atacar? - Mucho gusto Kiryuu Zero he escuchado muchas cosas de usted por parte de la boca de Cross-san y he de asegurarle que no he venido a hacer algo malo, déjeme presentarme me llamo Kansai Yaboku espero que podamos llevarnos bien.
El cazador por un momento arrugo el ceño pero sintió el impulso de querer tomar su mano, así que extendiendo su brazo tomo aquella pálida mano, el mismo sentimiento que en sus sueños lo invadió sorprendido solo pudo articular su nombre.
-llevemosnos bien Zero- sonrío, enserio era él, Zero no había cambiado en nada quizás un poco en actitud y en esa mirada tan triste ¿que le habían hecho? ¿porque los ojos de Zero no brillaban? Él se encargaría de averiguarlo y aunque le sabia mal tendría que mentirle a Zero ya que aun no era el momento de que supiera la verdad.
CONTINUARA