Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

K-141 por sasunarujonathan

[Reviews - 9]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

 
¡Hola querido lector!
 
Hace días quería publicar, he tenido mucho trabajo. (Eso es bueno.)
 
Quiero agradecer su apoyo de todo corazón.
 
¡Espero que lo disfrute!
 

 
 
Sasuke despertó con un malestar muy característico de resaca, se dio cuenta que se encontraba en su habitación de la cabaña desnudo; que cómo había llegado hasta ahí, no le importaba. Hasta ahí todo iba bien, lo que no comprendía era porqué un rubio de ojos azules y raras marcas en sus mejillas estaba a su lado durmiendo plácidamente en las mismas condiciones.
 
 
— ¿Qué pasó anoche? Naruto… — dijo zarandeando al hombre rubio.
 
— Trata de recordar, ¿Por qué los humanos son así? — preguntó para sí mismo en murmullos.
 
 
Sasuke más calmado, recordó cómo fue que había llegado hasta ahí. Había sido toda una reunión familiar al principio, recordaba a su sobrina, al “amigo de Sai" Ángel Perico, Judith, dos pequeñas peleas a lo largo de la noche. Perfectamente, recordó todo, Naruto era apuesto, quizás la noche anterior lo notó con más claridad. ¿Por qué?
 
 
No lo sabía, algunas veces las cosas sucedían, el tiempo pasaba pero seguían siendo un enigma, un maldito misterio para él; los que se obsesionan  con las respuestas es muy probable que pierdan la cabeza al final, eso Sasuke lo tenía bastante claro.
 
 
 
— ¿No es que no te gustaba el sexo? — preguntó el pelinegro dejando los labios del otro por un momento.
 
— Es confuso, cuando piensas que será en todo tu última vez… eso no importa. — el rubio hizo una mueca en intento de sonrisa, Sasuke quiso borrarla, le gustaban más las pocas sonrisas del ojiazul, las verdaderas.
 
— No debes pensar que será tu última vez…
 
— El héroe muere joven, se va y es olvidado.
 
— No recites canciones. — comentó con reproche — Te aseguro que los que te conocemos jamás te vamos a olvidar. — el hombre de ojos negros le besó en la frente.
 
— Si logro, sobrevivir… volveré a darte las gracias, tanto a ti como a Sai.
 
— Aunque prácticamente nos obligaste a ayudarte. Al final, me alegra haberte conocido, creo que en parte, me salvaste a mí, y a Sai.
 
— ¿De qué?
 
— De nosotros mismos.
 
 
 
 
“Todo un poeta" pensó para sus adentros Sasuke, recordando cada detalle. Dejó a Naruto dormir, pasando su mañana jugando videojuegos y la tarde viendo películas.
 
Vio entrar a Sai a su casa como dueño por su casa, con una sonrisa de oreja a oreja, lo saludó y fue directo a la cocina.
 
— Estoy enamorado. — comentó.
 
— Tu siempre estás enamorado.
 
— No es verdad, no me conoces.
 
— Lo suficiente para decirte que siempre lo estás.
 
— Mmm, ¿Naruto y Mito?
 
— Naruto duerme. Mito, no lo sé. Sin embargo, sé que ella se puede cuidar sola. — habló Sasuke, cuando justamente en ese momento la puerta principal se abrió, apareciendo por ella la pelirroja.
 
— ¡Hola chicos! ¿Naruto?
 
— Duerme. — contestaron ambos hombres.
 
— Bueno, me daré una ducha y me voy.
 
— ¿A dónde?
 
— Vicente  y yo iremos a la playa, ¿Quieren ir?
 
— No. — respondió Sasuke.
 
— Sí. — contestó lo contrario Sai.
 
 
Los dos se habían ido. Al dar las ocho de la noche, aproximadamente, Naruto se levantó, con su cabello húmedo por la ducha que se había dado. Estaba vestido con unas botines negros, jean negro, una camisa anaranjada cuello V, estaba resplandeciente.
 
 
 
Noche tres.
 
— ¿Vas a salir? — preguntó Sasuke.
 
— Sí. — respondió Naruto.
 
— ¿A dónde?
 
— Mito me invitó a ir a la playa, como sabe que fui ayer, pensó que sería una buena idea.
 
— Entonces iré.
 
— Como quieras. — se encogió de hombros.
 
 
 
— Love, love me do, You know I love you, I'll always be true, So please, love me do, Whoa, love me do. — se escucha de fondo una canción, eran muy pocas las personas del mismo día anterior. 
 
 
 
Lejos del gentío se encontraban solos Naruto y Sasuke, sentados hombro con hombro.
 
 
 
— Es empíricamente imposible que te enamores de una persona por acostarte con esa persona, ¿Cierto?; ni por extrañar a esa persona. Es ridículo…
 
— No te enamores, eh. Porque yo no me comprometo, mucho menos con humanos.
 
— Ja ja ja, yo no me enamoraré jamás, nunca más.
 
— ¿Qué es el amor para ti?
 
— No lo sé. Pones en Google “amor", ¿Tienes idea de cuantos resultados salen?
 
— Supondré que muchos.
 
— Supongo que sólo lo sabes en el momento, te das cuenta. ¿Lo has sentido?
 
— Sí. — sonrió Naruto y esa sonrisa hiso que el pelinegro se sintiera bien.
 
 
Noche dos.
 
 
Volvieron a ir a la playa esa noche. Mito la pasaba bien junto a Vicente, Sai junto a una hermosa chica de largo cabello rubio y Sasuke junto a Naruto. Un Naruto que parecía querer distraerse desesperadamente.
 
 
Noche uno.
 
 
Última noche en la playa, era un clima cálido, el cielo estrellado, alejados de los demás, se escuchaba el sonido del mar, se apreciaba lo brillante cortesía de las luces de la ciudad.
 
 
— Mi padre me dijo cuando era joven, no juegues con fuego porque es divertido, pero con las llamas nos enamoramos.
 
 
Sasuke sabe que algo anda mal. Porque cada vez que el rubio odioso, estúpido y atractivo que le empieza a gustar más de lo que debería le recuerda que se va a ir, algo en el fondo, muy en el fondo le molesta.
 
— Mi madre me dijo cuando era joven, nosotros pronto nos iremos, lo siento hijo, tú no puedes estar solo si te enamoras, una y otra vez.
 
 
Sasuke en ese momento recordó ese ridículo libro infantil que tanto le gustaba a su hermano. Naruto era su principito que vino desde lejos, a ser su amigo, a salvarlo de su propia soledad, siempre sería su principito, cada vez que viera al cielo y viera las estrellas lo recordaría, hasta el día en que él vuelva.
 
 
Último día.
 
 
— La noche es fría, pero más frío es tu corazón, esperaré por ti (Esperaré por ti)
 
 
Vio a Naruto y a Mito entrar al jet negro, se habían despedido, odiaba las despedidas y Sai tenía los ojos demasiado rojos. Los vieron irse, eso era lo que quería cuando los conoció.
 
 
— El fallo de tus ojos me atrajo, pero esperaré por ti (Esperaré por ti)
 
 
Sai estaba triste, tanto como él quizás, y en el fondo dudaban si volverían a verlos. Sai tenía a su nueva novia, Sasuke a un nuevo amigo.
 
— No hay nada más que hacer, que correr y actuar yo mismo, un tonto, no tiene sentido confiar en nadie (Esperaré por ti)
 
 
Naruto al principio pensó que el plan era una basura, una completa mierda.
 
Cuando incluso la vio, supo que ella lo sabía. Tuvo que sacar a treinta de sus hombres del edificio, antes que volaran en pedazos.
 
— Informe. — dijo a uno de ellos.
 
— Somos ochenta contra doscientos.
 
— Bien. Veamos lo bueno de esto.
 
— ¿Qué sería?
 
— Que están conmigo.
 
— Hurra. — comentó con sarcasmo el que le había hablado anteriormente.
 
— Oh, vamos. — trató de animarlos Naruto. — Necesito a Kakashi en momentos como éste. No sé hacer planes de estrategia… el plan es, ustedes se encargan de los doscientos y yo de ella.
 
— No lo lograremos. — comentó uno de ellos.
 
— Chicos, chicos, chicos — llamó la atención Naruto. — mientras la Unión de los reinos está en el desierto Este, peleando contra miles, ustedes deben dar orgullo, llorar aquí no sirve de nada, quejarse es inútil. Pueden, yo puedo, vamos a acabar con esto para mañana desayunar tranquilamente. No he comido nada en cuatro días y estoy seguro que ustedes tampoco, maldición.
 
— Naruto tiene razón… — se escucharon comentarios similares.
 
— Bien. Todos a sus posiciones y que la suerte esté de nuestro lado. ¡Y el que se atreva a comentar que la suerte no existe yo mismo me encargo de él! — exclamó divertido Naruto, inspirando a los demás a no rendirse.
 
 
Un año en la tierra.
 
 
Sasuke había encontrado un trabajo. Sai estudiaba en la Universidad, sus gastos estaban asegurados con el dinero que su amigo rubio le había dejado, tenía el auto que Naruto había comprado, no era un Ferrari, pero le gustaba.
 
 
Un año en el planeta K-141.
 
 
Una enorme explosión hiso que algunos se alarmaran.
 
— ¿No queda ninguno?
 
— Zona despejada, señor.
 
— Bien.
 
— ¿El rey?
 
— Naruto estará bien…, esperemos.
 
— El creyó en nosotros, hay que creer en él. — agregó uno de ellos.
 
Una luz brilló a lo lejos y aún así tuvieron que cubrirse los ojos, una vez más un viento  con mucho polvo pasó rápidamente.
 
A lo largo podía apreciarse la figura de un enorme zorro y un punto pequeño era la mujer  que en la historia de K-141 jamás olvidarían. Alrededor de ellos, sólo podían verse enormes cráteres en el suelo.
 
 
— Esto tomará unos días más. — comentó uno de ellos.
 
 
Dos días después, el golpe final lo dio Naruto. Kaguya quedó inerte, sin vida, tenía un enorme agujero en su abdomen, ella estaba con los ojos abiertos.
 
 
Naruto se acercó a cerrarlos, para al fin poder dar un respiro de tranquilidad.
 
Quería con tantas ganas, caer de rodillas o dormir por un par de días; mas, sabía que debía llegar al desierto del Este, donde había aún una batalla. Agarró el cuerpo de la mujer y lo cargó en la espalda, tambaleante empezó a dar marcha hacía su destino.
 
 
Tres años en la tierra.
 
 
 
— ¿Crees que él va a volver?
 
— No lo sé. — dijo Sasuke.
 
— ¿Crees que murió?
 
— No.
 
— Yo tampoco. — agregó Sai.
 
 
Tres años en K-141.
 
 
 
— Por lo tanto se abrieron muchas ofertas.
 
— Está: K-133, K-199, incluso G-16.
 
— ¿G-16? ¿Qué piden a cambio?
 
— Vivir en nuestro planeta.
 
— ¿Qué?
 
— Nuestras mejores opciones son K-133 y K-199. Hay otras señores, pero no son tan buenas.
 
— Naruto, el representante de K-199, él estaba interesado en ti, hace un siglo. Podrías hacer buen negocio con él.
 
— Mira mi querido amigo Blank, si tú quieres meterte con un gigante deforme de color azul, es cosa tuya, pero no voy a hacer ningún trueque con esa cosa, ¿Alguno de ustedes quiere? — preguntó al aire, pregunta dirigida a los veinte presentes en una enorme mesa redonda, a lo que todos negaron.
 
— Bien. En ese caso, busquemos otra cosa con la que negociar con ellos. Personalmente quiero hablar con el representante de G-16. — los presentes estuvieron de acuerdo. — Está decidido. — dijo Naruto para finalizar la reunión.
 
 
 
Tus ojos de diamantes me mantienen de pie
Nunca pensé que podría ser tan duro
No tiene sentido confiar en nadie
 
 
Cinco años en la tierra.
 
 
— No vas a volver… estúpido alienígena, bicho raro, con tus ojos lindos, imbécil, ¿Qué creías?, que me enamoraría de ti porque me acosté contigo. Oh, sí, tú y tu locura de K-141, espera el día en que vuelvas. ¿Crees que soy eterno? ¿Qué viviré 3000 años o algo así? ¿Tú crees que te esperaré por siempre pedazo de mierda? — Sasuke le hablaba un poco airado al aire. Estaba en la playa esa noche, alejado un poco de las personas.
 
— ¿Quién dice que no?. Mírate hablando solo.— cuestionó Naruto detrás de él. El pelinegro se dio la vuelta de una manera frenética y pensó que el aire en sus pulmones se había ido por un breve momento.
 
— Estás aquí… — dijo para abrazarlo efusivamente, Naruto correspondió.
 
— Sobreviví. No fui olvidado. — agregó encogiéndose de hombros.
 
— ¿Tu planeta? — cuestionó analizándolo, tenía una gabardina negra, podía ver una camisa blanca cuello V, unos jeans negros, ajustados y unos botines negros.
 
— Tiene una reina remplazándome. ¿Podría quedarme un año?
 
— Quédate hasta que yo muera. — sugirió el pelinegro.
 
— No quiero pensar en más muertes. — dijo el otro arrugando la nariz.
 
— De acuerdo. ¿Quieres ver a Sai?
 
— Claro. ¿Cómo está él?
 
— Se casó.
 
— ¿Qué? No, ¡Qué bueno! — exclamó alegre de saber de su viejo amigo.
 
— Sí y me hizo el padrino de boda. Dijo que si hubieras estado él, te habría dado ese honor.
 
— Ya verás que lo haré cambiar ese título.  — habló el rubio, luego se sentó recargando sus antebrazos en sus rodillas.
 
— No joven, usted no puede hacer eso.  — le informó divertido Sasuke, sentándose a su lado, pegando hombro con hombro.
 
— Oh, vamos. Aquí en la tierra todo es fácil.
 
— Para ti.
 
— ¿Qué puedo hacer? Mi vida es tan fácil. — sonrió.
 
 
 
Esa sonrisa no había cambiado en nada. Había más experiencia en sus ojos, pero él seguía siendo Naruto. Sasuke se sentía completo. Ya no tendría que ver en las noches a las estrellas para no olvidarlo, escuchar una tonta canción, beber cócteles, ni visitar muy seguidamente la playa para recordarlo.
 
 
Había vuelto, ya no estaba perdido.
 
 
 
 
FIN.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

Notas finales:

 
Canciones utilizadas:
 
Love me do by The Beatles.
 
Over Again (feat. Micah Martin) by RetroVision.
 
Crystal Clouds by Phantom & Sage.
 
 
 
¿Qué le pareció el final?
 
Esta historia estaba vaticinada a ser un final trágico, sin embargo, al final llegué a la conclusión, luego de un arduo trabajo, en que debería ser un final feliz.
 
(El mundo necesita finales felices, aunque sea en historias.)
 
Espero sus comentarios, para saber qué les pareció.
 
Gracias una vez más. ¡Hasta pronto!
 
 :3
 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).