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camino de la muerte. (camren) por Yelow

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-debemos irnos ya- hable llamando la atención de todos, abrace a mi pequeña hermana que temblaba con cada disparo que escuchaba.

-pero mi amiga dijo que volvería por nosotros…- pronuncio bajito Sofia- ella y la mamá de Hen dijeron que volverían…

Mire al pequeño moreno que solo asentía, era pequeño, pero su cara mostraba total seriedad, demostraba que no se iría si no era con su madre y la amiga de Sofí.

-si no salimos cuanto antes de este lugar, no la contaremos Mila- Alex se acercó a la puerta, la mantenía entre abierta y vigilaba el pasillo.

-los disparos provienen del ala norte- menciono la chica polinesia mientras se mantenía en una esquina pensando.

-el gimnasio está en esa ala, fue donde los maestros enviaron a todos los alumnos a refugiarse cuando las alarmas de incendios sonaron- aquello llamo nuestra atención, si era verdad lo que estaba pensando, no sería nada bueno ni agradable.

-¿hubo algún herido cuando todos estaban dentro?- pregunto la pelirroja sin perder la vista del pasillo.

Sofí no respondió, tan solo movió la cabeza afirmando lo que todas pensábamos. Estábamos en medio de un gran problema…

--------------

-alguien se acerca- informa la pelirroja, no habían pasado más de tres minutos hablando y viendo como saldríamos de este lugar.

-¿Cuántos son en total?- me atreví a preguntar esperando que no fueran malas noticias.

-dos- dijo bajito- ¡mierda!- exclamo en cuanto vio que detrás de aquellas personas venían los caminantes.

-bien, es hora de salir de este lugar- Dinah, se acercó hacia la puerta junto a Alex.

-pero mamá…- trato de decir el pequeño moreno.

-tranquilo chico, estoy segura de que la que se acerca es ella. Rubia y de chaqueta roja, ¿cierto? - pregunto al chico quien solo asintió- Cabello, coge a tu hermana en brazos y por nada del mundo te despegues de ella y del chico- me ordeno.

-cierra los ojos cielo- le susurré a Sofí cuando la sostuve entre mis brazos y nos preparábamos para salir; sentí sus pequeñas manos aferrarse a mi cuello, escondiendo su carita entre mi cuello y mi hombro. Con una mano sujetaba lo más fuerte posible a mi hermana, aferrándola a mi cuerpo y con la otra sujetaba al pequeño moreno.

Apenas pusimos los pies fuera del baño y una voz ronca pero suave y cansada nos gritaba que corriéramos, y así lo hicimos; corrimos por el pasillo que habíamos subido unas horas antes. Alex y Dinah iban por delante de mí, golpeando y deshaciéndose de los pocos caminantes que se nos cruzaban y trataban de acorralarnos mientras las mujeres de atrás hacían lo propio para acabar con los que las perseguían sin perdernos el paso.

-¡no se detengan! ¡al estacionamiento! - nos gritaba la rubia y no tuvimos más opción que confiar en ella y hacer caso.

Por suerte para nosotras el área estaba despejada; teníamos la respiración muy acelerada cuando llegamos hasta una camioneta en la cual no subimos lo más rápido posible, acomodándonos bien para poder caber todas. Sofí aún se mantenía aferrada a mí y no podía culparla, no sabía que cosas había pasado en estas horas en las cuales no estuve a su lado.

-¿estás bien pequeña?- escuche que alguien en el asiento de adelante pregunto a mi hermanita, quien levanto su cabeza y fijo sus ojitos llorosos en la chica que se había girado para poder verla mejor, teniendo en sus piernas al pequeño moreno.

Sofí no pronuncio palabras, tan solo asintió con la cabeza positivamente mientras sorbia los mocos que trataban de escapar de su nariz y borrando el rastro de lágrimas que antes caían de sus ojos.

-¿es tu hermana?- volvió a preguntar llamando mi atención y despegando el rostro de los cabellos de Sofí, pudiendo por fin ver a la amiga de mi hermanita.

-sí, te dije que ella vendría a por mí- dijo con claro cansancio para luego bostezar y recostarse sobre mi pecho, cerrando sus ojitos, cayendo en un profundo sueño.

-siempre cielo- le susurre, solo para que ella pudiera escuchar.

Nos que damos en silencio por unos segundos, tratando de asimilar todo lo que habíamos pasado y lo que estábamos viviendo.

-son las chicas de la tienda- pronuncio llamando la atención de nosotras tres- las vi cuando escapa de una horda de caminantes, ustedes estaban en medio de un enfrentamiento entre los militares y los caminantes.

-si, eres la chica que trepo los edificios- la recordé, ella era la chica que nos avisó antes de que la lluvia de bajas nos cayera encima- Gracias por eso- dije – si no nos hubieras avisado no hubiéramos tenido tiempo de refugiarnos.

-no fue nada, por cierto, soy Lauren, extendió su mano entre los asientos a modo de saludo- ella es Emma y al pequeño Henry ya lo conocen- sonrió, y era la sonrisa más bonita que había visto, tan bonita que por algún momento me olvide que el infierno había caído sobre todos nosotros.

-Camila- salude- ellas son, Alex y Dinah Jane- las presente, las chicas solo alzaron la mano a modo de saludo, al igual que la rubia de ojos verdes que se mantenía alerta al camino.

El sol ya se había ocultado hace algunos minutos, el frio de la noche ya comenzaba a sentirse, y es que pronto entraríamos a invierno, Alex se descoloco la cazadora negra que tenía y cubrió a Sofí con ella, mi pequeña hermanita suspiro en cuanto sintió en calorcito provocado por la cazadora.

-¿solo son ustedes?- por fin hablo la rubia de ojos verdes, un poco más oscuros que los de la otra chica.

-no, nuestros amigos nos esperan- respondió Alex.

-¿hacia dónde piensan ir?- nos volvió a preguntar Emma.

-nos informaron que las ciudades hacia el sur han sido tomadas por los militares y que lo más factible son las ciudades hacia el noreste. El ejército ha logrado asegurar Vermont, nuevo Hampshire y Maine- respondió esta vez Dinah, ganando la atención de las tres personas en los asientos de adelante.

-¿mamá?- llamo Henry en un suave susurro.

-Lo sé, cariño. Al menos sabemos que Regina y los abuelos están a salvo- dijo dejando escapar un suspiro.

-eres Emma Swan, ¿cierto? ¿Esa Emma Swan? - no sabía que era lo que Dinah trataba de saber, pero por la cara que puso Alex debía ser algo grande.

-si- se limitó a pronunciar.

-lo sabía, eres una leyenda. Mi novia va a flipar cuando se entere que te vi- sonrió con gracia, Alex realmente se veía alegre. Yo no sabía de qué hablaba, por lo cual me atreví a preguntar.

-¿leyenda?- pregunte mirando a mi amiga y ella solo sonrió un poco mas asintiendo con la cabeza.

-recuerdas que Maggie y yo estábamos por dar el entrenamiento para poder entrar en el escuadrón especial al que pertenece su padre. Ya sabes, estuvimos entrenando en nuestros ratos libres- asentí, sabía que ellas querían entrar en ese escuadrón, ahora entiendo porque es que Alex sabe moverse muy bien en un combate cuerpo a cuerpo- pues nos enteramos de que hace unos años hubo una chica que se graduó con los mejores honores dentro del escuadrón y luego de tan solo unos meses fue subiendo de rango, hasta llegar a formar su propio escuadrón especial. Emma a sido la primera mujer joven en llegar a ser teniente general con apenas treinta años- termino de contar. Wow, eso no lo sabía, había escuchado alguna que otra noticia sobre las caídas de grandes grupos terroristas y sobre todo sobre grandes grupos bioterroristas que habían sido detenidos por el complejo y gran trabajo del general Swan, pero jamás me imagine que la mujer que conducía la camioneta seria ese Swan.

-si… lo fui hasta que mi carrera quedo truncada por un ser despreciable que logro que me dieran la baja por actos que jamás cometí. Ese despreciable ser que estoy segura es quién está detrás de todo este infierno- dijo con seguridad.

-¿sabes quien puede ser el causante de este caos?- pregunte.

-si, es por eso que estoy en esta ciudad. Hace unos meses me llego un paquete anónimo a mi casa; el contenido de este eran algunas fotos e informes algo confusos de lo que era una investigación en uno de los corporativos mas prestigiosos del mundo. Luth… ¡mierda! ¡sujétense! - advirtió antes de que la camioneta diera un frenazo por lo cual esta derrapo unos cuantos metros antes de detenerse. Frente a nosotros, una increíble horda de caminantes nos bloqueaba el paso y lo peor… que el auto se había detenido tan abruptamente que el motor se había apagado y los caminantes se acercaban cada vez más rápido.

Notas finales:

sé que ha pasado un tiempo y lamento la demorea.

actulizaciones lentas, pero seguras.

gracias por leer.


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