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Mi historia de cuento de hadas por ToniestImpala

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Notas del capitulo:

;-; lamento la demora, mi celular murió durante mucho tiempo y la PC es de mi mamá. Pero lo hecho, hecho está. Traigo nuevo cap :'D

Los rayos matinales ya comenzaban a colarse entre las cortinas de la habitación. Aunque de forma tenue.

El pelirrojo, al notar la suave iluminación en su rostro, comenzó a despertar. Abría lentamente sus ojos. Al principio esperaba encontrarse en su habitación, como siempre. Pero tras ver las grandes diferencias del lugar donde se encontraba recordó que estaba en casa de Kageyama. El sólo pensarlo, hacía que sus mejillas ardiesen.

El pequeño bostezó y estiró sus brazos lo más que pudo. Había descansado muy cómodamente. De hecho, las sábanas y almohadas tenían el aroma del pelinegro en ellas, por lo que era sumamente agradable. Ese embriagante aroma le hacía sentirse tranquilo.

Se levantó de la cama y se miró en una de las ventanas. Aunque la ropa de Tobio le quedaba muy grande, no se veía mal. Sería suficiente para volver a casa.

Hinata caminó hasta la puerta y asomó la cabeza para echar un vistazo al pasillo. No encontraba a Kageyama, así que supuso que estaría abajo. Tomó rumbo a las escaleras, mirando todas las cosas que tenía el de ojos azules en casa.

Cuando llegó al piso de abajo, vio a Kageyama tendido en el sillón de la sala, estaba completamente dormido. Shoyo se le quedó mirando pensativamente. Se veía lindo cuando dormía. No tenía esa expresión aterradora como cuando estaba despierto.

Simplemente el pequeño pelirrojo se agachó y sopló un poco en el cabello de Tobio. Tan sólo fue una pequeña y suave ráfaga de viento, pero fue lo suficiente para despertar a Kageyama.

-Hola!! - Con su típica voz chillona, Hinata se puso justo delante de Tobio, por lo que el pelinegro se sintió algo avergonzado, aún más después de haber besado su mejilla anoche.

-Ah, hola...- Dijo Tobio aún medio adormilado. Lentamente se fue incorporando y se levantó del sillón. Le hizo una seña a Shoyo para que lo siguiera hasta la cocina. No habían desayunado, y Kageyama le había prometido a Hinata que volverían hasta su casa a primeras horas del día.

Pasaron a sentarse en una mesa, frente a frente. No sería mucho, un poco de pan y carne no estaría mal.

Y eso fue lo que ambos comieron, no en gran cantidad, pero si lo suficiente para regresar.

Hablaron bastante durante ese tiempo, todavía para conocerse mejor. Hinata aún se sentía algo preocupado por su madre. Se había ausentado toda una noche, así que debía estar muy preocupada.

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-Ven, ya nos vamos- Habló Kageyama parado frente a la puerta. Estaba esperando a Hinata, que se había entretenido con varias decoraciones.

-Ah, sí!!- Entusiasta, Shoyo se colocó a un lado de Tobio con esa hermosa y deslumbrante sonrisa que tanto amaba Kageyama.

Ambos pusieron marcha a la entrada del bosque. Aún debían cuidarse de que no vieran a Hinata y así ahorrarse explicaciones.

Todo iba bien, pero el pelinegro quería asegurarse de cruzar por el pueblo del que le habló Sugawara. Si se ubicaba bien, podrían llegar hasta ahí sin problemas. Quería que Hinata pudiese ver hacia su pasado.

Seguían andando, pero Shoyo notó que tomaban un desvío.

-Es por aquí?- Preguntó el pequeño. Ahora seguían un extraño sendero en lo profundo de los árboles.

-Es un desvío- Le respondió el de ojos azules. Aún no quería que Hinata supiese su plan.

Mientras seguían el sendero, los árboles cada vez tenían menos hojas, mientras que otros estaban caídos o medio quemados. "No debería ser así" era lo que pensaba el pelirrojo mientras experimentaba un ligero dejavu con ese entorno.

Caminaron un rato más hasta llegar a un enorme portón de madera. Sería normal de no ser porque estaba caído, con flechas clavadas y quemado. Al estar junto al portón, Hinata de inmediato retrocedió y puso la mirada en blanco. Estaba temblando, aunque no sabía por qué. Al ver a Kageyama seguir caminando, tomó impulso y cruzó el portón. Su miedo aumentaba al ver que las casas estaban en las mismas condiciones. Era cada vez más intensa la incomodidad y temor. Trató de soportar aquello, hasta llegar a un punto exacto.

Era una casa. Sólo una. De pronto, cayó de rodillas y comenzó a llorar desconsoladamente. Muchos recuerdos invadían su mente, haciéndole vivir de nuevo una antigua pesadilla.

Se vio sumergido en un mar de memorias enterradas, ocultas. Jamás creyó que tuviese recuerdos así. Esa casa, era su hogar. Tenía una madre y una hermana. Eran felices, todo marchaba bien... Hasta que todo cambió. Ahora se encontraba entre fuego y desesperación. Podía sentir la angustia y el terror a flor de piel. Mirar su propia casa en llamas le partió el corazón. Era sólo un pequeño niño que había huido de una gran tragedia. Se perdió en los bosques y llegó hasta el arroyo. Ahí fue donde conoció a Kenma. Él fue quién le acogió durante su desesperación, así fue como había llegado hasta Nekoma.

Sumido en tristeza al ver todo ese pasado, Shoyo seguía en el suelo, llorando tan fuerte como podía. De verdad había olvidado todo aquello? Ahora apreciaba todavía más a Kenma y a su madre. Ellos le dieron todo lo que había perdido.

Al ver el estado en el que se encontraba el pelirrojo, Tobio se acercó a él y con cuidado y calidez le abrazó. Con fuerza le transmitió pena, pero compasión también. Sabía que no podría saber a ciencia cierta por todo lo que había pasado Hinata, pero podría apoyarle en lo que tuviese por delante. Lo acercó más a su cuerpo, haciéndole sentirse a salvo y protegido.

Hinata, aún llorando, le devolvió el abrazo al pelinegro. En esos momentos era algo que necesitaba mucho. Cerró los ojos y fuertemente se aferró a la espalda de Tobio.

-A-aún tenemos que volver...- Shoyo aún se preocupaba por su "madre" Sabía que ella lo consideraba como un hijo, y eso no podía negarlo. Estuvo mucho tiempo con ella, así que tenía que regresar.

Kageyama asintió y le ayudó a levantarse. Le tomó de la mano para darle confianza de seguir por aquel lugar. Ya se dirigían a los bordes del bosque para llegar hasta la frontera con Nekoma. Aún sollozando, Hinata se aferró a Tobio para sentir la calidez de su cuerpo.

Al cabo de un rato, ya podían escuchar el arroyo. Ya estaban a un paso de llegar. Sabían que ya debían separarse.

-B-Bueno... Gracias...- Dijo Shoyo algo apenado. Había sido toda una aventura, y en muy poco tiempo. Kageyama apartó un poco la mirada y le dijo un casi inaudible "No hay de qué"

Después, Hinata se dio la vuelta y comenzó a correr hacia su pueblo. Tanto como podía, quitando toda planta o rama en su camino. Al llegar a donde los árboles ya eran más escasos, volvió a correr pero aún con más fuerza.

Al fin llegó hasta donde estaban las casas. Con desesperación buscó la suya, hasta encontrarla. En cuanto lo hizo, llegó rápidamente hasta la puerta y tocó. No pasó mucho tiempo para que abriesen.

-SHOYO!!- Gritó la mujer de la casa para acto seguido abrazar con mucha fuerza y cariño al pelirrojo, mientras lloraba al verlo.

-Estaba tan preocupada!!- Dijo mientras hacía más fuerte el abrazo. Hinata con gusto se lo devolvió con la misma intensidad.

Después de quedarse así, pasaron al interior de la casa. La mujer se dio cuenta del cambio de ropa y los ojos enrojecidos de Hinata, así que de inmediato preguntó por ello.

Al principio, Shoyo no estaba seguro en sí contar lo ocurrido o no, pero sabía que debía hacerlo. Tomó suficiente aire como para relatar todo a detalle. Al llegar a la parte de su oscuro pasado, su voz comenzó a quebrarse.

-Ya veo... Sabía que algún día lo descubrirías...- Su madre se acercó hasta él para consolarlo. Aunque se podía apreciar un poco de tristeza en sus ojos.

-Pero... Quiero que sepas que aquí siempre será tu hogar. Tendrás mi apoyo y el de Kozume, porque de verdad te queremos. No debes sentirte mal.- Dijo para ayudarle. Shoyo la miró agradecido y se juntó a ella. Atesoraba todo lo que tenía ahí, así que se quedó junto a su madre, sonriendo levemente. Cuando dejó de sollozar, almorzó con su madre, para después irse a su habitación y tumbarse en la cama. Era cierto que allí tenía un hogar y amor.

Pero, aún sentía un gran sentimiento hacia Tobio. Con él, también se sentía protegido, pero no de forma maternal, o familiar, como lo hacía sentir Kenma. No, era una sensación distinta. Jamás había experimentado algo así, por lo que no lo entendía, pero su curiosidad era mucha. Tal vez, no dejaría de verse con él, en su sitio especial. Si pudiese conocerle mejor, tal vez descubriría por qué se sentía así con él.

CONTINUARÁ~

Notas finales:

UwU, terminando esto, volveremos con Kuroo y Kenma :3 

Los amo <3


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