II
Chanyeol soltó un suspiro prolongando, aun teniendo entre sus larguiruchos dedos la hoja de inscripción del jodido “club de tenis”. Maldición, qué no se uniría a esa basura.
No sabía cómo había terminado de esa manera; recapitulemos.
Había dejado de ser la estrella del equipo ganador en la última temporada, su padre los había abandonado, tenían que mudarse a un lugar decadente, y debía estudiar en un instituto que no tenía Futbol como un club definido, además de tener que alimentar y cuidar al perezoso gato de su madre, cundo ella iba a trabajar.
¿Cómo se suponía que un adolescente afrontase una situación parecida?
Aun no creía que estaba pasándole, en serio, deseaba que de alguna forma su madre saliera de esos arbustos y le dijera: «¡Cariño, fue una broma, te hemos gastado una buena, ¿eh?! ¡Volvamos a Gwangju y vivamos felices como antes!»
Pero sabía que nada de ahí saldría.
De pronto, las ramas de la arboleda se agitaron, y un poco de esperanza se acumuló en su pecho al imaginar que realmente podría ser su madre, pero, no, solo era una jodida ardilla. Y así, sus sueños de ser oído por alguna entidad superior, fueron desechados, casi al instante.
Necesitaba encontrar un equipo, necesitaba salir de la fosa y ser el mejor, no tenía tiempo para compadecerse a sí mismo, esa no era su naturaleza. El tiempo se agotaba, y, tal vez no tenía idea de cómo lo haría, pero crearía un equipo con el que jugar y llegar a las nacionales, aunque eso le cueste la vida.
Asintió decidido, e hizo bola la ficha del club de tenis y la arrojó al tacho de basura, con la insignia de “Basura Orgánica”, y dio media vuelta para empezar con su ardua búsqueda. No importaba si tenía que soportar vientos despiadados, infernales desiertos, o si debía escalar hasta el último cuarto de la torre más alta… no, esperen, eso era demasiado dramático, pero sí, haría hasta lo imposible para reunir a todos los miembros del equipo.
—Hey, usted, señor, inspector de atmosfera…— Una voz le atrajo, llamándole con algo de burla.
Chanyeol frunció el ceño y ladeó su vista por los costados. ¿Quién demonios era?
—¿Acaso las nubes taparon tus oídos, grandote? — Farfulló de nuevo, el chico recostado en el pasto. Levantó su mano y señaló el bote de basura. —Dice “Basura Orgánica”, se supone que el papel no va ahí.
El castaño lo miró, y luego al tacho. —Ah, sí. — Comentó Chanyeol, rascándose la nuca. Bueno, no había notado a ese chico. ¿De dónde había salido? ¿Emergió de la tierra? ¿Era una especie de ninfa del bosque? ¿Había sido abducido por alienígenas y ahora era devuelto? Ajam, sí, ya, debía dejar de leer las historias que venían detrás del cereal.
El sujeto en el suelo se sentó, quitándose las hojas secas del cabello. —Eres nuevo, ¿cierto? — Preguntó. —Soy Kim Jongdae. — Se presentó, dejando su comic a un lado.
Carraspeó. Bueno, era un inicio. —Ah, claro… Mi nombre es Park Chanyeol. — Murmuró.
Jongdae rápidamente tensó su entrecejo, y lo volvió a mirar, ahora, algo sorprendido. —¿Park Chanyeol? ¿cómo el as de Big Dragons? ¿Ese Chanyeol? — Alegó.
—Uhm, sí, Park Chanyeol, ex as de Big Dragons, ese Chanyeol. — Aseguró, en tono neutral. Vaya, no se había esperado tal reconocimiento.
El castaño de pelo corto soltó una risa contagiosa y se revolcó un rato en el gras. —Oh, no, esto… ¿estás de broma? — Jadeó, lagrimeando. —¿Estas en un reality show? ¿Hay alguna cámara escondida? — Se burló, sin dejar de ser sarcástico.
Chanyeol le miró mal.
—Lmfao, wajajajajajaja. — se descostilló.
Quince minutos después…
(Léase como narrador de Bob Esponja)
—¿Dejaras de reírte? — Preguntó, cansado, Chanyeol, ahora sentado en la banca junto al más bajito.
Chen, soltó un prolongado suspiro. —Whoa, sí, ya terminé, sólo déjame postearlo en mi Vlog. — Comentó tecleando su móvil.
El alto se puso de pie, decidido a irse.
—Ya, ya, solo estaba bromeando…— Se puso un poco más serio, pero al verlo fijamente, tuvo que retener una carcajada entre sus mejillas, haciéndole escupir algo de saliva. —¡Esta bien, está bien! Esa fue la última. — Advirtió, tomando profundas respiraciones. —He visto tu juego, eres muy bueno, ¿qué rayos haces aquí? — Preguntó.
El alto suspiró. —Cosas. — Dijo, seriamente. Oh sí, era genial entablando conversación. Oh, basta, basta. Deja hablar al pobre, eres tan buen conversador.
Jongdae afiló la mirada. —Bueno, déjame preguntarte una ultima cosa. — Se puso de rodillas para acercarse un poco más. —¿Es cierto que aplastaste la cabeza de un Centro con tu rodilla en tu penúltimo partido? ¿Y es cierto que sonó como un melón partiéndose?
Chanyeol contrajo su expresión, asqueado. ¡No! —Claro que no. — Agitó sus manos, intentando sacar la imagen que se creó en su cabeza y el “Splah” del melón.
Jongdae pareció algo decepcionado. —¿Entonces tampoco es cierto que golpeaste a tres tipos con tu casco, en el último juego? — Inquirió.
—Estoy preocupado de donde sacas esa información. —Comentó. Nunca había aplastado cabezas como melones, ni golpeado a los chicos de su equipo.
—Bueno, es lo que todos dicen de ti, por eso te apodan Killer, ¿no es cierto? — Murmuró sin prestar atención.
Abrió más los ojos, sintiéndose abrumado. ¡¿Le llamaban así?! ¿Quién rayos había inventado esa basura?
Solo suspiró. Realmente era un mal día.
—Oye, oye, tranquilo…— Intentó consolar, Jongdae, dándole algunas palmadas torpes en el hombro, aunque se tuvo que estirar un poco, ya saben, para llegar a su hombro. —¿Hay algo que pueda hacer por ti? — Preguntó con actoral preocupación. Realmente, no había esperado alguien como él, cuando había oído de Park Chanyeol, sí, tenía un aspecto intimidante y brabucón, pero se veía como alguien torpe e ingenuo.
El alto le miró de soslayo. —Consigue un equipo. —Dijo en tono resignado.
—¿Equipo? Puedo intentarlo. — Alegó, tranquilamente, aun frotando su espalda.
Chanyeol frunció el ceño, analizando la probabilidad y luego llegó a una conclusión. —¿Puedo usar eso a mi favor? —Preguntó.
Jongdae soltó una risa.
«Sí, es más idiota de lo que esperé.»
—Claro, sólo no aplastes mi cabeza como un melón.
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|Sala de maestros|
El lugar estaba silencioso, y solo los cubículos de todos los profesores esperaban pacientes. Había estantes metálicos que se alzaban hasta el techo y unas computadoras de última generación.
—No creo que sea una buena idea. — Murmuró Chanyeol, caminando a gatas, detrás de Jongdae.
El más bajito se encogió restándole importancia. —Solo quiero los expedientes, o sino no podré ayudarte. — Siseó, alzándose hasta la computadora del sub director y metió su USB, descargando los archivos de los estudiantes de último año. —No te me quedes mirando, haz aguas. — Se quejó Jongdae al ver a Chanyeol ensimismado.
—Ah, sí. — Alegó, girándose y mirando por la ranura de la puerta, los pasillos desiertos.
El castaño movió sus dedos con habilidad sobre el teclado, descifrando la contraseña de seguridad y descargando el archivo.
Chanyeol mordió su labio, bueno, esa no había sido la mejor idea, pero necesitaba un equipo. Miró la hora en su reloj de pulso, y volvió a mirar por el pasillo. —Huh, ¿cuál era la palabra de emergencia por si alguien venía? — Preguntó.
Jongdae seguía tecleando y viendo como en todo lo ancho de la pantalla aparecían los archivos descargándose y muchas series cifradas. —Hmh, no sé… ¿qué te parece Ah-chu?
—¿Ah-chu?
—¡Salud!
Chanyeol frunció el ceño. —Hablo en serio, esto es un ah-chu.
El castaño estiró el cuello y vio a alguien acercarse al salón. —Oh, mierda. Oye, grandote, ocúltate, rápido. — Gritó en silencio. —¿Por qué me metí en esto por un tipo que acabo de conocer? — Masculló sacando la memoria y ocultándose debajo del escritorio.
Chanyeol miró todos los lugares aparentes, pero no lucían nada favorables. Detrás de una maceta, tras las cortinas, bueno, no había muchas probabilidades.
La puerta se abrió y Chanyeol continuó parado sin saber dónde esconderse.
—Hola…
La mujer que acababa de entrar lo miró algo sorprendida y frunció el ceño. —¿Quién eres tú? — Siseó, acomodándose las gafas.
Chen se golpeó el rostro con su palma. —Dije escóndete, no saluda, idiota. —Susurró.
Ella lo estudió con cautela y luego suspiró. —Ah, ya veo, debes ser el nuevo estudiante. ¿Viniste por tu horario? — Preguntó. —Acércate. Lo tengo por aquí…— Siseó con su voz chillona, caminando hasta el escritorio del subdirector, donde estaba oculto Jongdae.
Chanyeol vio la expresión de pánico del más bajo cuando la mujer se sentó en la silla giratoria y acercó sus piernas dentro del escritorio.
—¡Ah! — Chanyeol, elevó la voz de la nada, llamando la atención de la mujer. —Recordé que ya tengo el horario. — Dijo.
Los brazos de Jongdae temblaban mientras intentaba mantenerse en esa posición, donde las piernas de la mujer no lo tocaran.
—¿Es así? — Dijo ella, poniéndose de pie. —Entonces vuelve a tu clase, niño. — Caminó hasta las estancias y empezó a buscar los documentos por los que había ido.
Chanyeol asintió y Jongdae aprovecho en escapar.
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|Salón del Club|
—Eso fue aterrador, casi he perdido el interés en las mujeres, gracias a esa bruja. — Comentó el castaño abrazándose así mismo, recordando los vellos en las piernas de la maestra a centímetros de su rostro.
Chanyeol se recostó en la silla del salón. No era alucinante, solo un salón promedio que se le otorgaban a los clubes, para las reuniones o donde los miembros de club podían pasar el rato. Él sabía que si no conseguían una cantidad razonable de miembros no podría usarlo, y menos entrenar en el campus, y aun peor, ir a las Nacionales.
—¿Conseguiste algo? — Preguntó, acercándose.
Jongdae tronó los huesos de sus dedos, y sacó su laptop, conectando el USB en el puerto. —Veamos, qué tenemos aquí. — Farfulló, ingresando su contraseña.
—Nipples? — Murmuró Chanyeol, con la ceja encarnada. —¿En serio?
Chen cubrió la pantalla con sus brazos. —Hey, ver las contraseñas ajenas, es muy grosero. — Chilló. Suspiró indignado, abriendo los archivos de la memoria.
Chanyeol se concentró en los nombres.
Jongdae relamió sus labios en un tic que poseía, cuando vio algunos nombres que reconoció.
—Bien, empecemos, he separado algunos expedientes con logros deportivos resaltantes…—Dijo segregando el archivo, para hacerlo sencillo de usar. —Bien, que tenemos aquí…— Empezó abriendo el primer expediente.
Chen hizo una pequeña mueca. —Kim Jongin, de 3 A, eh, bueno tal vez no te interese, pero es el hijo del director, y no tiene una actitud muy positiva que digamos…—Añadió, pero al no recibir respuesta negativa, suspiró. —No te importa. —concluyó. —Tiene mucha experiencia en el futbol, y entrena en un gimnasio profesional en sus tiempos libres, pero no pertenece a ningún club.
Chanyeol dedujo su capacidad con la información e hizo cálculos en su mente.
Poder: 4/5
Velocidad: 3/5
Capacidad mental: 4/5
Resistencia: 3/5
—Ya tenemos un Centro (C). — Alegó, moviendo su silla cerca de la mesa, y empezó a anotar en una hoja las posiciones.
Jongdae sonrió, al verlo dibujar las posiciones. Carraspeó. —Bien, el segundo.
[Imagen]
—Kim Joonmyun, de 3 A, woah, el chaebol, no tiene experiencia en futbol, pero estuvo en el equipo de Atletismo el año pasado. Y obtuvo 10’ en una carrera de 200 metros planos, estableciendo un récord personal.
Poder: 3/5
Velocidad: 5/5
Capacidad mental: 3/5
Resistencia: 3/5
—Tenemos un Guardia ofensiva (OG) — Murmuró, agregándolo a sus apuntes.
—Tenemos de tercero, oh, está en mi clase. — Agregó al reconocerlo. Lo había visto un par de veces en el campus, pero no hablaban.
—Kim Minseok, de 3 B, no he hablado con él, pero si recuerdo que participó en las olimpiadas el año pasado. Dice que estuvo en el club de Carrera, en la unidad de vallas. Ganó el primer lugar con 13’ en 60 metros con vallas de 100 cm. Estoy impresionado, y pensar que solo es el chico silencioso del salón.
Chanyeol sonrió, y lo supo porque la mueca se extendió por su rostro. No era del tipo que sonreía, pero ahora estaba genuinamente, alegrado. Poco a poco, la situación empezaba a mejorar.
Poder: 2/5
Velocidad: 4/5
Capacidad mental: 3/5
Resistencia: 5/5
—Oh, no… Si quieres una opinión personal, deberíamos saltarnos a este idiota. — Murmuro Chen, con el rostro recostado sobre su mano. —Este sujeto es, en serio, un enorme y fastidioso grano en el culo. —Masculló.
—Quiero escucharlo.
Jongdae suspiró sonoramente. —Xiao Luhan, es de 3 C, es un hijo de puta que vertió Cola en mi laptop el año pasado. — Se quejó.
El alto descompuso su rostro. —Tal vez, necesites algo de terapia profesional. —Agregó condescendiente.
Chen chascó la lengua. —Joder, está bien. —Alegó, enfadado. —Estuvo en el club de boxeo y baloncesto el año pasado, y les fue bien, era el pívot, y en primero entro a varios clubes, porque es bueno en los deportes. Estuvo en natación, soccer, voleibol y tenis.
Poder: 4/5
Velocidad: 3/5
Capacidad mental: 3/5
Resistencia: 4/5
—Bien, ¿quién sigue? — Preguntó animado.
—Huh, este…— Chen bajó con el mouse, y vio su nombre.
—Oh Sehun, es de 2 B. — Dijo mirando al techo intentando recordar. —Sé que es un chico alto, que duerme y toma mucha leche. — Murmuró remembrando el día de la Ceremonia de apertura, la cual por cierto se perdió Chanyeol, cuando se quedó dormido en medio de la canción a la bandera. Un chico relajado y sin respeto por nada. —Por el momento no estuvo en ningún club, pero, en primero estuvo en el club de Natación, donde ganó el primer lugar, en una carrera de velocidad, con 0.8’ en una piscina de 25 metros. — Leyó el castaño, agrandando los ojos. —Mierda, en serio, ¿qué demonios? ¿Es una sirena en secreto? —Jadeó.
Chanyeol frunció el ceño analizando las habilidades del menor. Era un genio, no cabía duda, y su potencial era bien usado, podía convertirse en un deportista perfecto.
«Esto empieza a verse como el equipo ganador.»
Poder: 4/5
Velocidad: 5/5
Capacidad mental: 3/5
Resistencia: 5/5
—Oh, este soy yo…— Dijo Chen, encontrándose en la lista.
Chanyeol lo miró algo sorprendido. Eso no se lo había esperado, según su masa muscular no parecía alguien que resaltara mucho en el deporte.
—Kim Jongdae, de 3 B, obtuvo el segundo lugar en las Olimpiadas del año pasado, en lanzamiento de jabalina.
—¿Lanzo de jabalina? — Repitió Chanyeol.
—Hey, si es una barra con una punta afilada al final, es obvio que querrás lanzarla. —Se justificó, encogiéndose.
—Obtuviste dos metros con cincuenta, eso es… genial. —Admiró Chanyeol, leyendo los resultados.
Poder: 5/5
Velocidad: 3/5
Capacidad mental: 3/5
Resistencia: 3/5
—¡Verdad que lo es! ¡Soy el Chuck Norris del lanzamiento! — Farfulló, siendo arrogante.
—Oh, pero obtuviste el segundo lugar. —Señaló el más alto, inocentemente.
—Cállate.
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|Campus|
La tarde era genial, y todo en el campus estaba lleno de estudiantes con comida y risas, como una prisión cualquiera, digo, Instituto, claro. La hora del primer receso había llegado, Chanyeol no había entrado a todas las clases, del primer horario, pues había estado recolectando miembros potenciales para el equipo, pero incluso aunque se tomó toda la mitad del día, no había conseguido un Bloqueador, y eso significaba un problema.
Vio su celular donde ahora tenía la información de todos los posibles miembros, y no encontró a nadie más adecuado para ese puesto.
Jongdae apareció con dos sándwiches, sentándose frente a Chanyeol, en el campus.
—¿Sigues ensimismado con eso? — Preguntó dándole una mordida. —Deja de torturarte y come algo. — Dijo con la boca llena. —¿Los gigantes como tú no comen el triple y eso? — Se burló.
Pero el alto no dejó de leer las informaciones.
Chen puso los ojos en blanco. —Basta. Un bloqueador no te caerá del cielo, ¿entiendes? — Siseó.
Pero en ese momento ambos escucharon una pelea a solo unos metros frente a ellos, llamándoles la atención.
Era un chico de cabello negro y ropa desalineada, que, de un momento a otro, fue atacado por dos chicos, detrás de la biblioteca, y cuando ambos pensaron que el más bajo estaría acabado, este se lanzó contra el más grande mandándolo al suelo con una tacleada y cuando estuvo ahí, golpeó su rostro repetidas veces.
Chanyeol miró casi con el: ¿Que decías?; tatuado en su frente, cuando se giró para ver a Chen.
Y este chascó la lengua. —Eso no es justo.