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Was something called destiny por Wolf Girl

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Notas del capitulo:

lamento la demora 

Camino sin ganas por las calles de gotham. Había madrugado para llegar temprano y luego de 3 horas a pie lo había logrado. Siento mis pies arder dentro las botas de cuero desgastadas y llego a la conclusión de que necesito un nuevo par. Apuro un poco el paso frustrado repentinamente por vivir ligeramente apartado de la cuidad. Tanto sonido llegaba a irritarme. Decido cortar el camino por un callejón, sabía perfectamente que no había nada que pudiera molestarme, fui entrenado por Batman por dios! Había aprendido todas las artes marciales posibles en la tierra, en enfrentamientos era prácticamente imbatible y aprendí a desconfiar hasta de mi propia sombra, el gusto por las armas fue cosa mía, es darle un toque mío a lo que logro Bruce en mí, como una pequeña firma debajo de todo en donde dice Jason Todd.

 

Unos pasos a mi espalda me saca de mis cavilaciones. Me detengo para comprobar que no me lo imagine, no logro oír nada. Reanudo mi andar y los pasos suenan otra vez, enojado por aquel que este molestando doy vuelta, lamentando su suerte al meterse conmigo. Necesitaba descargar unos buenos golpes y esto me viene como anillo al dedo.

 

-maldición imbécil sal y enfréntame!- alzo ambos puños en señal de pelea y sonrío con altanería esperando que quien sea que este escondido en las sombras del callejón salga de una buena vez. Pero el resultado es inesperado y mi sonrisa flaquea.

 

Un pequeño cachorro sale saltando entre charcos de agua con su lengua afuera, sonriendo como si este fuera el mejor juego del mundo. Con una ceja arriba lo miro descolocado, mientras el salta y ladra moviendo sin parar su cola. Con mi poca experiencia en cuanto a animales, bruce nunca me dio la oportunidad de tener uno y como jefe de los Outlaws el tema había quedado enterrado, pude reconocer fácilmente que se trataba de un pastor alemán. Suelto un bufido mientas observo al animal con desdén.

 

-que quieres? Sal de aquí, no tengo nada para ti- golpeo con mi bota el charco de agua que nos separa de forma brusca buscando asustarlo, pero parece interpretarlo como una invitación a jugar –como quieras..- continuo mi camino encogiéndome de hombros, de alguna manera u otra, entendería que no quería jugar con él.

 

-ehhh! Oye!!- sus dientes se entierran firmemente a mi pantalón, en un intento por retenerme ahí –suelta roñoso!- y como si entendiera rápidamente suelta el pantalón y se sienta en el suelo mirándome fijamente –vete de aquí! Es que acaso no lo entiendes?! –gruño frustrado por que el animalejo parece decidido en no irse. Miro al cielo, que comienza a amanecer, y cuento hasta diez buscando así recobrar un poco de paciencia. Cuando mi mirada recae en el nuevamente, me percato de algo que no fui capaz de ver. Sus orejas han caído y sus ojos parecen inexplicablemente más grandes y brillosos, me encuentro cuestionándome si los perros son capaces de llorar. Sus ojos no se apartan de los míos, su mirada parece taladrarme la cabeza y en un arrebato de sentimentalismo me veo a mi mismo reflejado fieramente en aquellos ojos, pidiendo ayuda de forma inconsciente, para salir de las viles calles de Gotham.

 

Miro al cielo y coloco las manos en mis caderas, estas cosas me pasaban solamente a mí. Observo la pared de ladrillos del callejón y la idea de golpearme la cabeza un par de veces me parece atractiva. No podía dejarlo ahí, no era tan hijo de puta. Podría jugar a ser el insensible muchas veces, pero muy en el fondo, sabía que un poco, solo un poco, de humanidad quedaba en mí.

 

Lo analizo críticamente, una de sus orejas se levanta con curiosidad. Me pongo en cuclillas y chasqueo mis dedos enguantados. Responde rápidamente a la orden y en segundos se encuentra frente a mí.

 

-es tu día de suerte mugroso- lo levanto sin problemas y lo coloco bajo mi brazo. Su emoción vuelve y parece que nunca se hubiera ido, su cola golpeando mi espalda una y otra vez lo demuestra. Comienzo a sentir un picor en esa zona y me digo internamente que estoy haciendo una buena acción por primera vez en mi vida.

 

Logro llegar finalmente a casa, abro con mi llave el pesado portón de hierro y camino por el adoquinado camino hacia la puerta, de golpe me siento empapado y cierro los ojos a la vez que suelto un bufido al percatarme de que los aspersores se han prendido. Maldigo la hora en que decidí colocar esas cosas en el jardín.

 

El perro comienza a removerse inquieto en mis brazos, parece tener una fascinación por el agua, lo mantengo en su lugar apretando mis brazos a su alrededor.

 

Saco con dificultad las llaves de mi chaqueta café, colocarla en la cerradura parece la peor batalla de mi vida, el perro se revuelve cual gusano en mis brazos.

 

-eh roñoso! Mantente quieto solo un momento!- a duras penas logro abrir la puerta y el cachorro corre como demonio adentrándose en el living, cierro la puerta de un patada con un suspiro. Tapo mi rostro con mis manos al ver una tanga roja de encaje descansar tranquilamente en el medio del piso de madera de la casa. Maldición que sabía perfectamente que aquello sucedería, Roy y Kori en un lugar con una cama a solas era para desastre.

 

A pasos pesados me dirijo a mi habitación para despertar a patadas a aquel par de inconscientes. Ambos descansan cómodamente en el medio de mi cama abrazados bajo una simple sabana. Las piernas naranjas de Kori se escapan por un costado de la cama, arrugo el entrecejo al pensar que seguramente tendría que quemar toda mi cama, posiblemente toda la casa, si no es que Kori incendio algo antes de que llegue.

 

Una idea se instala de manera repentina en mi mente y con una sonrisa malvada saco un arma del armario de la habitación y disparo al techo del lugar.

 

-DESPIERTENSE INUTILES!!- y la reacción no se hace esperar, Roy cae de la cama llevándose las sabanas con él, disfruto ver como su cara golpea el suelo y Kori salta cual gato y su cuerpo se envuelve por llamas a la vez que sus ojos verdes brillan preparada para atacar.

 

-qué? Eh?- parece momentáneamente desorientada, mi mirada burlona se posa en ella, sé que es consciente de que esta desnuda, pero aquello no le importa, nunca ha sido alguien pudorosa. Su mirada se torna furiosa cuando repara en mi presencia- JASON! IDIOTA, PUDE HACERTE CENIZAS SIN DARME CUENTA!- observo a Roy quien se encuentra refregándose la nariz con la palma de su mano en un intento de aliviar el dolor.

 

-carajo Jay, tú y tus formas de despertar, odio tu silencio al moverte, maldito sea Batman, porque no crio a un chico normal?- coloco el arma en mi pantalón y me dirijo hacia la cocina, estaba sumamente hambriento, abro el refrigerador en busca de algo comestible, lo único que encuentro es un pedazo de carne congelada, ágilmente con un cuchillo corto el paquete y coloco la carne en un plato, camino a mi habitación y observo a Kori que acaba de ponerse su ropa interior.

 

-lindo conjunto nena, oye, podrías calentar esto?- señalo el plato que reposa en mi mano derecha y ella con un simple movimiento de muñeca arroja una bola de fuego que cocina la carne al instante, le guiño un ojo en agradecimiento, ventajas de tener a una alienígena como mejor amiga.

 

Cuando vuelvo a la cocina Roy está dormido sobre la barra, alzo una ceja al ver las circunstancias en las que lo hace, al parecer se sirvió un plato de cereal con leche, pero el sueño lo venció y ahora duerme con la cara hundida en el tazón de su desayuno. Tomo asiento frente a él y me dispongo a comer el trozo de carne humeante.

 

Y con un record de 5 minutos con el rostro debajo de los cereales Roy desgraciadamente se levanta exaltado con sus cejas pelirrojas ahora blancas a causa de la leche, el jodido tenía aguante. Me obligo a tragar la carne que estaba masticando para poder reírme libremente, no quería atragantarme en el intento, el karma estaba muy presente últimamente.

 

-linda siesta de belleza Harper?- le pregunto cínicamente.

 

-Cállate estúpido- se seca rápidamente el rostro con un trapo que saca de un cajón de la cocina.

 

-Vamos, te lo mereces después de coger en mi cama- arroja el trapo hacia mí, lo esquivo con facilidad.

 

-no te hagas el inocente, que seguramente no fui el único que se divirtió ayer- tardo unos segundos en comprender a que se refiere y cuando lo hago lo miro divertido.

 

-ohh hablas de Richard? Si, hubo manoseos, no lo niego, pero no me acosté con él, acá el degenerado eres tú- su rostro es invadido por la sorpresa.

 

-no mientas! Tú? Jason Todd comportándose como un caballero?- el sarcasmo brota como agua de su boca a la vez que ríe exageradamente- viste el trasero que tenía esa belleza? No creo que nadie pueda resistirse a algo así!

 

-las ganas no me faltaron, créeme- le confieso recordando los hechos de anoche.

 

-díganme que hoy tendremos acción- Kori se abre paso a la cocina volando para sentarse sobre la barra.

 

-Te di acción toda la noche nena, eres insaciable- el comentario morboso de Roy no se hace esperar.

 

-no hablo de esa acción, hablo de combatir a los malos de vuelta- rueda los ojos con fingido cansancio, en sus ojos hay destellos de diversión. – necesitamos salir y rondar en las noches como el equipo que somos, como los Outlaws- le doy un pequeño asentimiento al estar de acuerdo con ella, necesitaba llenar de plomo a algunos idiotas.

 

De repente, una ola de caos entra con un pequeño animalejo que corre alrededor nuestro, me veo tentado de llamar a Barry y preguntarle si aquel perro no es suyo, había olvido que andaba recorriendo la casa.

 

-qué es esto?- Roy mira al cachorro descolocado, mientras Kori se acerca para acariciarlo.

 

-Mira lo que es, es tierno de una forma inquietante- el cachorro sonríe tanto que juro que su sonrisa llega a sus orejas.

 

-venia por un callejón cuando lo encontré, no quiso irse así que lo traje- veo curioso como el perro juega con el pelo de Star, las llamas que salen de él parecen llamar poderosamente su atención. No lo aparte, el fuego que salía del cuerpo de Kori no era peligroso, solo se volvía caliente si ella se enojaba o se sentía bajo amenaza, un extraño dato que ella me brindo luego de conocernos en aquella isla.

 

-tiene nombre?- Roy mira con una sonrisa al perro.

 

-no, aun no, pero estaba pensando en llamarlo Outlaws- ambas miradas se posan ahora en mí.

 

-hablas en serio?- inquiere kori.

 

-absolutamente.

 

-eres una luz en cuanto a nombres Jason-

 

-Lo sé, soy asombroso- destapo una botella de cerveza con el borde de la barra, la tapa sale volando y Outlaws abre su hocico para comerla, pero antes de que lo logre kori la pulveriza en el aire.

 

-comienza a ser cuidadoso señor asombroso- se cruza de brazos regañándome con su tono de voz, cabeceo a un costado pidiendo disculpas.

 

-tienen la tarde libre, nos vemos a la noche en la catedral de Gotham, búsquenme en mi gárgola favorita- sé que entendieron perfectamente la referencia, asienten firmemente y en unos pocos segundos abandonan la estancia.

 

Suspiro y miro por la ventana como se alejan rápidamente volando. Gotham se ve tan tranquila desde aquí arriba, vil engaño. El silencio es tranquilizador, pero recuerdo que tengo a un perro hiperactivo libre por el lugar y el silencio se vuelve ensordecedor. Arrojo la botella a la basura y a pasos apresurados comienzo a buscarlo por todos lados.

 

-eh roñoso! Dónde estás?!- los gritos retumban en las paredes y me maldigo por tener una casa tan grande. Un sonido llega por arriba y subo corriendo las escaleras para descubrir que proviene de mi habitación. Con un tic nervioso en el ojo aproximo mi mano a la perilla temeroso a que encontrarme. La puerta se abre y una avalancha de plumas sale volando en todas direcciones, entro lentamente y lo veo, veo lo que ha hecho y recuerdo que es un perro y que no debo dispararle. El muy maldito está en el medio de mi cama, en el medio de una montaña de plumas y almohadas rotas y llámenme loco pero cuando nuestras miradas se cruzan juraría que está completamente divertido por la situación. Agarro mi cabeza entre mis manos y cuento hasta tres.

 

1......ha arruinado 2 almohadas de plumas....2............que Alfred me regalo cuando era pequeño..........3......ha llenado de tierra mi preciosa cama....

 

Con un suspiro y notablemente más relajado abro los ojos, el cachorro mueve su cola amistosamente y escaneo el lugar, creo que puedo arrglarlo, solo junto las...espera...eso es...pis?!

 

-OUTLAWS!!!!!- podría apostar a que ese grito fue tan potente que hasta el mismísimo Bruce Wayne lo escucho.

 

 

 

 

 

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Acá tienen su capitulo y nuevamente lamento haber tardado tanto :(

Notas finales:

gracias por leer 


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