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La Verdad Pasajera por cravatnaitospain

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“Tengo que decirte algo”

Creo que ese mensaje pudo ser el inicio de la revolución que cambió mi vida durante los meses siguientes.

Lo recibí a pocos días de acabar el mes de Mayo. Yo estaba demasiado centrado en no morirme por los exámenes finales, mantener mi relación con Jake sin dejarle de lado y debatiéndome sobre si perdonar o no a Leo y William, cuando el móvil me sonó de repente. Era Neil y tenía que decirme algo.

Me conecté a Skype y en cuanto lo tuve delante me soltó la bomba.

- Vuelvo a casa, Tyler.

Tardé unos segundos en asimilar lo que me había dicho.

- n-no… ¿Vuelves a casa?

Sonreí un poco en cuanto le vi asentir.

- Pero debo decirte una cosa: no es para siempre. Solo voy a estar allí en verano. En cuanto comience el curso escolar aquí en Alemania volveré a irme.

El suspiro de decepción que solté en ese momento era notable.

- No te preocupes, voy a estar todo junio, julio y casi todo agosto molestándote.

- Tú nunca molestas, bobo.

Sin darme cuenta, había usado el mismo tono para decirle “bobo” que usaba cuando estábamos saliendo. Ambos nos dimos cuenta de ello al momento, y eso provocó un silencio incómodo y que el corazón me empezara a ir a mil.

- Solo espero… que a tu novio no le moleste que esté por allí. –dijo rompiendo ese ambiente tenso con unas palabras aún más tensas.

Negué con la cabeza.

- No creo. Él no es ese tipo de personas que se molestan por eso.

Le vi esbozar una tierna sonrisa.

- Tyler… Si no es mucho pedir, ¿puedo pedirte un favor?

- Claro, pídeme lo que quieras.

*****

Cuando me pidió que le fuera a recoger al aeropuerto, nunca imaginé que llegaría a estar tan nervioso.

Realmente tenía ganas de verle aparecer por la puerta de “llegadas”… pero Neil tardaba mucho. ¿Había pasado algo? ¿Se había retrasado el avión? “Cálmate, Tyler…. Seguro que no es nada” me decía a mí mismo.

El hecho que Jake me tomara de la mano justo en ese momento, me calmó un poco.

- Tranquilízate. – Me dijo Jake con una tierna sonrisa - Es normal que aún no haya aparecido. Tienen que bajar del avión, recoger sus maletas… Así que no te desesperes, ¿vale, cariño?

Probablemente fue una mala decisión, pero le pedí a Jake venir conmigo. Principalmente lo hice por mi propia tranquilidad, porque a su lado me sentía seguro. También porque sabía que el propio Jake se sentiría inseguro si quedaba con mi ex a solas, y quería que viniese para que viera con sus propios ojos que no tenía nada que temer. Eso… y que Jake tenía coche y podía llevarme.

Después de mucho esperar, por fin le vi aparecer por la puerta justo detrás de su padre. En aquel momento mi cuerpo se abalanzó contra él para abrazarlo con mucha fuerza. Tenía muchas ganas de verle y llevaba mucho tiempo aguantándome las ganas de abrazarle. Aunque… ¿Por qué no le besé en ese momento?

Es un misterio para el cual ninguno de los dos teníamos respuesta.

*****

Después de todo el miedo que tenía, el encuentro en el aeropuerto fue mejor de lo que pensaba. Neil y Jake se saludaron cordialmente e intercambiaron un par de palabras amistosas antes de que este último ofreciera al primero llevarle a casa. Neil, que venía con su padre, tardó un tiempo en aceptar. Probablemente no estaba del todo seguro de querer llegar a ese nivel de confianza con el que, a fin de cuentas, era el nuevo novio de su ex.

La vuelta en coche fue algo extraña. Mientras que Jake y el padre de Neil iban delante, Neil y yo estábamos en los asientos de atrás dirigiéndonos de vez en cuando alguna que otra sonrisa. Pero lo más curioso de todo es que, no eran sonrisas de amor ni atracción sino de una amistad muy cercana, pero sin llegar a ser algo más… ¿Qué me estaba pasando? ¿Por qué ya no sentía la misma atracción hacia él que cuando se fue?

Al fin llegamos y nos bajamos todos. Nos despedimos de ellos con un gran abrazo, y nos disponíamos a volver a montarnos en coche y dirigirnos hacia mi casa, pero lo siguiente que dijo el padre de Neil me dejó bastante chocado.

- Tyler… ¿Por qué no te quedas a cenar y a dormir? Hace mucho que no te vemos, y siempre es agradable tenerte en casa...

¿Cómo? ¿Había oído bien?

- No sé yo…

- Además… - continuó – has estado con nosotros en unos momentos tan duros y gracias a tu apoyo hemos podido salir adelante… te lo debemos.

Neil se limitaba a asentir antes las palabras de su padre, mientras que yo buscaba una propuesta a su proposición. Miré a Jake en busca de respuestas y este me dedicó una cálida sonrisa.

- Anda, no seas bobo y quédate. Hace mucho que no vuelven a casa y tú fuiste parte de sus vidas durante mucho tiempo... Es normal que quieran verte. 

Le tomé de las manos y le miré a los ojos.

- ¿estas… seguro?

- claro que sí. – dijo y me abrazó.

Lo que no supe hasta hace poco es que, en ese momento, Jake tenía ganas de besarme, pero no lo hizo por el simple hecho de que Neil estaba delante, y no quería que se sintiera mal.

Así era Jake, con un corazón más grande de lo que yo nunca podría imaginar.

*****

Les ayudé a instalarse y les acompañe a comprar la comida para la cena. Durante esos momentos compartimos una charla bastante agradable entre los tres. Casi… como una familia. Nunca me había sentido así. También podría ser porque, durante toda mi vida he estado viviendo con mi madre y, si antes conservaba algún recuerdo de lo que era vivir con dos padres, ahora no conservaba ni uno. También es posible porque, a causa de eso, nunca tuve un hermano, y en ese momento veía a Neil como tal… solo como un hermano.

Después de una cena que consistía en una improvisada ensalada con pescado rebozado, nos pusimos el pijama y nos fuimos a dormir. Aunque nosotros tardamos en apagar la luz, ya que nos pusimos a charlar sobre todo: mis nueva clase, mis “amigos” Leo y William… y sobre Jake.

- Así que… Clases de defensa personal, ¿eh? – dijo estirándose en la cama. – Y dime la verdad, ¿es buen profe?

- La verdad es que sí. – le respondí, con una sonrisa en el rostro y tumbándome a su lado y a escasos centímetros de él. – me cuida mucho… tanto en clase, como fuera de ella.

Neil suspiró y sonrió un poco.

- Tyler, yo… Tengo que confesarte una cosa.

- ¿Qué cosa?

- es algo que se me pasó por la cabeza antes de venir a aquí. – dijo mirándome algo serio. – Me preocupaba que… el hecho que volviera a casa hiciera tambalear tu relación con él. Jake es un buen chico y te cuida  mucho. Me daba miedo que… se echara todo a perder… por mi culpa. Pero me equivocaba.

- ¿Qué quieres decir con que te equivocabas?

- estas… realmente enamorado de él.

Lo que me dijo me chocó un poco. Aunque yo era consciente de eso, había algo de mi mente que se preguntaba qué pasaría si Neil volviera a estar delante de mis narices.

- Por eso… - continuó – Cuando has venido hoy a recogerme no me has besado. Y ahora que estamos los dos juntos en una cama, a tan pocos centímetros de distancia no estamos tocándonos ni haciendo nada… es un alivio.

- Un alivio ¿eh? Pensé que eso te pondría triste.

- Oh, no. Si lo estoy – dijo mirándome con una sonrisa. – Es triste que te dejara escapar y que hayas caído en los brazos de otro hombre, pero…

- … Lo nuestro no iba a ninguna parte.

Asintió.

- exactamente. Por eso… prefiero que estés con Jake. Lo prefiero mil veces a que estés conmigo y acabe haciéndote daño.

Suspiré algo triste y Neil me abrazó.

- Dime la verdad: ¿Me he equivocado en algo de lo que he dicho?

Negué con la cabeza.

- Solo en una cosa. – dije alejándome de su abrazo con una sonrisa. – Yo no caí en los brazos de Jake… Él cayó ante mis encantos.

Pasó menos de un segundo antes que estalláramos en una carcajada. Carcajada que silenciamos poco después al darnos cuenta de eran las tantas de la noche y su padre estaba durmiendo.

- es mejor que durmamos ya – dijo aguantándose la risa. – Mañana ya seguiremos contando chistes.

Le golpeé de forma cariñosa mientras aún seguía con ganas de reírme. Apagamos la luz y nos pusimos a dormir.

… Y eso fue lo único que hicimos.

*****

Al día siguiente, después de desayunar y ayudarles en un par de cosas sobre la mudanza, me fui a casa. Jake me esperaba en la puerta con la sonrisa.

- Buenos días, enano. – Dijo en cuanto me vio. – veo que sigues con esa buena costumbre de no peinarte por las mañanas

- que gracioso – dije con una sonrisa.

Nos besamos en medio de la calle. Últimamente eso se había convertido en una costumbre: perder la vergüenza y hacernos cariñitos en cualquier lugar que nos apeteciera… excepto en clase claro. Mientras estuviéramos en clase de defensa personal solo éramos profesor y alumno.

- ¿Y qué tal la noche?

- Ha ido bien. – dije con una sonrisa. – Nos pusimos a hablar de algunos temas personales… y parece que él y yo estamos de acuerdo en una cosa.

- ¿Qué cosa?

En ese momento estaba buscando las llaves para entrar en casa, pero me detuve a mirarle en los ojos.

- Que nada es como antes. Ya no nos queremos… Todo ese amor que sentíamos el uno por el otro, simplemente, desapareció. – Dije suspirando – Él dice que estoy realmente enamorado de ti. Por eso no sentí el impulso de besarle ayer en el aeropuerto, y por eso tampoco ha pasado nada esta noche. Lo máximo que hicimos ayer fue abrazarnos.

- ¿Y crees que es porque ya no le quieres o porque me amas?

- Un poco de ambas –dije con una sonrisa, mientras abría la puerta de casa. – Pero simplemente mi cuerpo no lo necesitaba. Porque ya tengo a alguien que me llena por completo.

Le vi sonreír ligeramente mientras me tomaba de la mano.

- No… sé cómo tomarme eso.

- Es la realidad. – dije mirándole. – Puedes quedarte con ella… o dejarlo pasar.

Se aproximó a mí y, muy suavemente, me rodeó la cintura con el brazo.

- Prefiero quedarme contigo.

Nos besamos y nos fuimos a mi habitación.

*****

Mi móvil sonó justo cuando Jake me besaba en el cuello. Lo habíamos hecho un par de veces, pero él parecía tener más ganas aún. Alargué la mano para coger el móvil, pero Jake me retuvo un poco.

- Por favor, Jake, necesito contestar, puede ser importante.

- Oh, vamos. Solo quiero una vez más… Por favor. – dijo con ojos suplicantes. – Luego te dejo contestar a quien sea, pero… - volvió a besarme con cariño en el cuello. – Te… necesito.

Maldito… conocía perfectamente mi punto débil. Jake podía besarme en cualquier parte de mi cuerpo que no cedería, pero en cuanto tocara mi cuello… era presa fácil. Me estremecí y dejé que Jake hiciera de mi cuerpo el suyo una vez más.

En cuanto terminamos, revisé mi móvil.

- Era Leo. Me ha llamado y al ver que no contestaba me ha escrito unos mensajes.

- ¿Y qué dice?

- Que si podemos quedar William, él, tu y yo para charlar y eso… Dios.

Me dejé caer en la cama.

- ¿ocurre algo? – dijo Jake

- es que… No me siento cómodo al lado de ellos dos. No… puedo perdonarlos aún.

Los ojos de Jake penetraron en los míos.

- eres un orgulloso. – me dijo

- ¡No es nada de orgullo! – dije, incorporándome, indignado. – Se metieron contigo… con la persona que amo… No puedo perdonarlos así como así… Entiéndelo.

- y tu entiende que quisieran protegerte… Tienen motivos para hacerlo, después de lo que te pasó.

Suspiré y asentí. Aun así… no me veía capaz de verles.

- Simplemente… no puedo. Aun me duele.

El teléfono sonó de nuevo, interrumpiendo nuestra conversación.

- Luego seguimos hablando… Anda, cógelo.

Cogí el teléfono y suspiré profundamente. Supuse que serían uno de esos dos, que intentarían contactar conmigo para que les diera una respuesta… Así que, sin mirar quien era, cogí la llamada.

- Lo siento chicos, no puedo quedar con vosotros aun, no me siento cómodo. – dije de un tirón y sin molestarme a escuchar quien era.

Entonces me di cuenta de que no era Leo quien llamaba… Ni tampoco William. La voz grave de un hombre preguntando por mí hizo que erizaran los cabellos.  

- S-si… Soy Tyler Miller. ¿Quién es usted?

Empecé a temerme lo peor en cuanto oí el nombre de mi madre.

- Si, Karen Miller es mi madre. ¿Por qué lo pregunta? ¿Le ha pasado algo?

En cuanto oí su respuesta, mis ojos buscaron desesperadamente los ojos de Jake. En aquel momento estaba en blanco y creo recordar que no dije nada, a excepción de una palabra:

- Mamá… - susurré para mí mismo.

Se me cayó el teléfono y mis ojos empezaron a llorar. No podía creer que, cuando todo iba bien, una nueva desgracia estaba llamando a mi puerta.

Mamá… ¿Por qué?

CONTINUARÁ...

 

 

 

 


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