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La Verdad Pasajera por cravatnaitospain

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-  ¡Tyler!

Miré hacia donde venía esa voz y sonreí.

- ¡Neil! Que sorpresa. ¿Qué haces en mi academia de inglés?

Empecé a hacer un curso intensivo de verano de inglés, ya que por un tema o por otro me había perdido algunas clases este curso, y quería reforzarlo un poco antes de que empezaran las clases de nuevo.

- Vengo a buscarte. Salías a esta hora, ¿no?

Asentí y empezamos a caminar hacia mi casa.

- Me alegro de que me acompañes. Ya no me siento muy seguro yendo yo solo a cualquier sitio.

- Normal, con lo que te ha pasado…

- Si…

Nos quedamos en silencio durante un rato.

- Y… ¿Cómo estás? ¿Has conseguido hablar con Jake o sigue todo igual?

- No… no he logrado nada. Creo que le he perdido para siempre…

Me entraron ganas de llorar, pero estábamos en medio de la calle e íbamos por un camino que frecuentaban muchos compañeros de mi clase, por lo que me estuve aguantando hasta que llegamos a mi calle y un par de lágrimas me recorrieron las mejillas. Neil me abrazó al darse cuenta.

- perdona… Intento que esto no me afecte pero…. - dije yo intentando fingir que estaba mejor, pero los sollozos me delataban. –No puedo evitar… llorar de vez en cuando.  

- Es totalmente normal. – Suspiró un poco y me tomó de las mejillas - ¿Quieres que… intente hablar con él? Y le explique lo que ha pasado con mi madre…

Me encogí de hombros.

- Como quieras… aunque no tengo ganas de verle, de verdad. Pero…. – dije mirándole a los ojos. – como mínimo… quiero que no me odie.

Al escuchar mis palabras, esbozó una pequeña sonrisa.

- entonces déjamelo a mí. – dijo mirándome. - Ya verás como todo se va a solucionar.

Me besó en la frente y nos metimos en casa.

Pasamos la tarde hablando de todo y durante mucho rato. Me ayudó a hacer las tareas de la casa y a limpiar. Hablábamos, reíamos, e incluso me consolaba cuando sentía ganas de llorar… pero en ningún momento nos dimos un beso. Ni un beso, ni tocarnos… nada de nada.

Era… como si nunca hubiéramos sido pareja.

*****

Des de ese día, y durante las semanas siguientes, me establecí una rutina: por la mañana iba a clase de inglés, por la tarde estaba en el hospital con mi madre y por la noche me quedaba en casa de Neil a dormir, o él venía a la mía. El caso es que ya no estaba solo por las noches. Y los días que no tenía clase de inglés, lo pasaba entero en el hospital con mi madre. Esa rutina se repetía día sí y día también.

Hasta que, un día, empezó a pasarme algo muy extraño.

Estaba yendo hacia casa con Neil, y me fijé que, justo debajo de la puerta de mi piso, alguien había puesto una flor lila y redondeada. La cogí y me la quedé mirando.

- Es un crisantemo. – dijo Neil. – Más concretamente un Crisantemo Violeta

- ¿Un Crisantemo Violeta? No lo había oído en mi vida. – Dije mirándole – no sabía que tu entendías de flores.

- De pequeño tenía un manual del lenguaje de las flores y lo miraba de vez en cuando… Lo que pasa es que este tipo de flor no recuerdo cuál era su significado. Déjame buscar el manual esta noche y te digo algo mañana, ¿ok?

Asentí.

- Pero lo que no entiendo es… - dije yo - ¿Por qué lo ponen en mi puerta?

Se encogió de hombros.

- No sé…. Puede que alguien quiera decirte algo y no sepa cómo.

Le miré asustado, y luego miré la flor que seguía en mis manos.

- ¿Crees que… ha sido tu madre? O… ¿Dennis?

En cuanto le vi negando con la cabeza, algo dentro de mí se tranquilizó un poco.

- Sinceramente, no lo creo.

Dejé estar el tema ese día.

Pero al día siguiente, volvió a aparecerme la misma flor, en el mismo sitio, y justo cuando venía de clase. Al día siguiente otra vez. Al otro, también. Y al otro. Incluso probé un día de dejar la flor donde estaba sin tocarla, pero al volver de clase al día siguiente no tenía una flor, sino que tenía dos.  ¿Coincidencia? No lo creo.

A Neil se le olvidaba buscar el significado de esa flor en su libro cada día, por mucho que se lo recordaba, por lo que pasó una semana y seguía sin saber qué significado tenían los Crisantemo Violeta.

La cosa comenzaba a asustarme.

¿Quién demonios era? ¿Y qué me estaba intentando decir? Más de una vez estuve tentado a buscar el significado de la flor por internet, pero tenía miedo que su significado fuera malo y me asustara, por lo que nunca me atreví realmente.  

Pero al cabo de una semana, la cosa cambió. Junto a las flores había una notita que decía: “Espero que aun conserves las flores. Si aún las tienes, cógelas y reúnete conmigo en el parque de delante de tu casa hoy a las 22 de la noche”

Aquello me estremeció. Era una cita a ciegas con alguien que no cono0cia… y por la noche. Debido a todo lo que me había pasado, tenía miedo hasta de pisar la calle de día. Ya ni me imagino de noche…

Así que no fui.

Pero esa misma noche, cenando con Neil en mi casa, alguien picó a mi puerta. Miré el reloj y eran las 22.30, media hora más tarde que la hora que decía en la nota… ¿Qué debía hacer?

Miré a Neil indeciso. Él debió notar el miedo en mi mirada, por lo que me cogió de la mano y suspiró.

- ¿Por qué no abres? – me dijo muy suavemente.

- Pero… No sé quién es...

- mentira, sí lo sabes. Es más, deseas que sea esa persona.

 En cuanto le miré a los ojos, lo entendí todo.

- Esto… es obra tuya, ¿a que sí?

Sonrió un poco y me puso la mano en el hombro.

- yo solo soy el ayudante. Hay alguien quien desea verte más que nada en el mundo… y tú también lo deseas.

Mi respiración se aceleró.

- Por favor… Por favor… Dime que es él. – susurré.

Las lágrimas habían empezado a salir de mis ojos.

- Neil…

- ¿Si?

- ¿Puedes… abrir tú? Yo… no tengo valor para hacerlo.

Le vi asentir y nos fuimos al recibidor. Él se dirigió a la puerta y yo me quedé más atrás. Neil abrió la puerta y, sin apenas ver quien era, le hizo pasar. Como sí… supiera quien era desde el minuto 0. ¿Será posible que lo tuvieran todo montado?

En cuanto la oscuridad del descansillo se desvaneció, y pude ver la cara del intruso con claridad, mi corazón se aceleró. Se me quedó la boca seca y empecé a temblar.

- Jake… - fue lo único que pude decir.

- Tyler… - dijo con una pequeña sonrisa – No hace falta que llores. Ya estoy aquí… Era lo que querías, ¿no?

Al oírle, me percaté que había empezado a llorar. Me sequé las lágrimas como pude mientras intentaba buscar las palabras adecuadas para decir en ese momento… pero no las encontraba. Sin embargo, Neil se encargó de romper un poco la tensión generada en ese rato.

- Me voy. Tenéis mucho de qué hablar, y no quiero molestaros.

Antes de que pudiera evitarlo, ya había cogido la chaqueta y ya se había ido. Dirigí la mirada hacia Jake, sin saber que hacer o que decir.

- bueno…  Veo que has recibido mi nota, ¿no? – dijo mirando a la mesa principal, donde había dejado la nota que había recibido esa mañana. – Neil y yo supusimos que tú, con todo lo que habías pasado, no querrías ir por la noche a ningún lado, pero había que intentarlo, así que…

- ¿Todo esto… ha sido cosa vuestra?

Me miró a los ojos unos segundos antes de volver a hablar.

- Neil acudió a mí. Me explicó todo lo que tú no tuviste el valor de hacer… - dijo muy suavemente. – Si… me lo hubieses contado desde el principio… no solo no hubiéramos roto, sino que hubiéramos vigilado juntos a Neil y no te tendrías que haber enfrentado a esto tu solo. Pero… decidiste no confiar en mí.

En cuanto oí la última frase, empecé a llorar.

- tenía miedo… mucho miedo. – dije entre sollozos

- eso ya lo sé… -dijo acercándose a mí – pero deberías haber encontrado un mínimo de valor para, como mínimo, mandarme un mensaje diciendo que era lo que pasaba.

Sollozaba sin parar mientras Jake miraba las flores que tenia en un jarrón en el comedor. Suspiró un poco y se fue hacia ellas.   

- En el lenguaje de las flores – dijo de repente mientras cogia las flores con suavidad – los Crisantemos Violetas tiene un significado muy especial: “no soporto la idea de perder tu amor”. Cuando lo vi en un atlas floral en mi casa me di cuenta de que esos eran mis verdaderos sentimientos. Por mucho que me odies… no puedo soportar perderte.

Dejó las flores nuevamente en el jarrón menos una, la cual puso en mis manos y las cerró con mucha suavidad.

- Llevo una semana… Mandándote ese mensaje a través de estas flores. – dijo sin apartar la vista de mis manos - No sabía si tu sabias el significado de este tipo de flor en concreto, por eso te di un margen de una semana, para que averiguaras de quien era. Y si en ese tiempo no me habías ido a buscar… iria yo.

Le escuchaba atentamente y lanzaba un suspiro de vez en cuando.

- Entonces… - dije con la voz aun rota de haber llorado – si Neil estaba aliado  contigo… sabia el significado de estas flores… ¿no?

Asintió con una sonrisa.

- la verdad es…que se ha portado muy bien. Cuando vino a mi casa a hablar conmigo, yo era reacio a escucharle. Pero el muy tozudo se negó a marcharse de mi casa hasta que le escuchara. Para que se callara, le hice entrar. Y entonces me lo explicó. Pero me sorprende lo insistente que era con este tema de que te perdonara…

- Si… - dije con una sonrisa – él siempre fue así conmigo. Todo lo que me involucre, él lo tomará como su principal prioridad.

- ¿Aunque… eso signifique perderte como pareja?

Suspiré y bajé la mirada. No le respondí.

- Tyler… ¿Qué sientes realmente por Neil?

Al escuchar esa pregunta, le miré. Estaba sorprendido de lo que me estaba preguntando.

- yo… - empecé a decir algo indeciso. – estoy muy confuso. Cuando cortamos… pensé que en el momento que él volviera a casa, me entregaría a él y le dejaría hacerme lo que quisiera… pero la distancia me cambió. En cuanto vino hace unas semanas y fui a recogerle al aeropuerto, tú ya viste que no hubo intención de besos ni nada por el estilo… Aquella misma noche me quedé a dormir en su casa, y lo más cerca que estuvimos de tener algo fue que durmiéramos en la misma cama porque no tenía más sitio. Cualquiera puede pensar que, por el simple hecho de que no quería ponerte los cuernos, no me acercaba a él y ya está, pero… - miré la flor y suspiré – En cuanto tú y yo cortamos… esa misma noche fui a su casa. Me consoló, me calmó y me ayudó a estar más animado… pero no hicimos nada. Podría haberlo hecho, ya que en ese momento estaba soltero, pero… No hice nada. Jake… - dije mirándole a los ojos. – No estoy enamorado de él.

Jake dejó que me explicara sin interrumpirme ni una sola vez. En cuanto acabé, esbozó una diminuta sonrisa.

 - ¿Y Neil? – Dijo mirándome - ¿crees que aún sigue teniendo esos sentimientos escondidos dentro de él?

- No lo sé… pero, de todos modos, llegaría tarde. Me he enamorado de otra persona.

Nuestros ojos coincidieron de nuevo, y Jake aprovechó el momento para besarme tierna y dulcemente.

- esto… ¿quiere decir que me has perdonado?

Empezó a reírse un poco.

- ¡en absoluto! – Dijo con una sonrisa en los labios – Tengo un par de castigos pensados para ti para los próximos días, si veo que los aceptas sin rechistar tal vez te perdone.

Suspiré un poco decepcionado

- Bueno… - dije mirándole – Mientras uno de ellos no sea atarme con esposas a la cama y golpearme con algún trozo de madera, como en las pelis, entonces los aceptaré.

- ¡Por dios, Tyler! – Dijo riendo - ¡Le quitas la magia a todo!

Nos pusimos a reír un poco hasta que esa risa evolucionó en un beso y, posteriormente, en un abrazo con el cual nos quedamos en silencio durante un buen rato.

- ¿nos… vamos a la cama? – dijo Jake al fin.

Asentí, aun con la cara recubierta de lágrimas y con la mirada bajada. Jake me tomó de la mano y no la soltó… durante un buen rato.

*****

- Oye, Tyler… hay algo que no te he contado.

Jake me tenía abrazado por detrás. Estábamos completamente desnudos, pero una  fina manta nos tapaba de cintura para abajo. Podía sentir su aliento en mi nuca al pronunciar esas palabras. Era una sensación que siempre me había reconfortado… Y ahora lo estaba sintiendo de nuevo.

- ¿Y qué es?

- quien ha estado detrás de todo este asunto de las flores… no solo éramos Neil y yo.

- ¿Quieres decir que ha habido más personas implicadas en esto? – dije sin mirarle.

Asintió

- Concretamente, Leo y William.

- ¿¡Que!? – dije sorprendido, y girándome bruscamente.

- Ajá. – dijo sonriendo. – Ellos… quisieron enmendar su error, así que… cuando me los encontré el otro día por la calle y les conté lo ocurrido y mi plan para reconciliarme contigo, se ofrecieron para intentar conseguir las flores.

Suspiré.

- Supongo… que también he sido demasiado duro con ellos. Pero, Jake… - le acariciaba la mejilla a medida que hablaba - ¿Tú estás conforme con ello? Al fin y al cabo, si estoy enfadado con ellos es porque se metieron contigo… ¿Seguro que no te importa?

- seguro. – Sonrió – Además, ellos me han pedido perdón así que… ya no tiene importancia.

Asentí un poco mientras que me acurrucaba en su abrazo.

- es tarde… ¿Quieres irte a dormir? – dije mirándole.

- Estoy bien… no tengo sueño. Es más… - dijo apartándome de él para mirarme a los ojos con una sonrisa. – Iba a pedirte que cumplieras tu primera parte del castigo.

Le miré a los ojos y suspiré. Debía cumplir mi promesa, ya que me merecía ese castigo.

- Está bien… ¿De qué se trata?

Jake se destapó y dejó al descubierto su cuerpo desnudo. Su… impresionante cuerpo desnudo.

- Nunca has estado encima. Hoy es tu oportunidad, aprovéchalo.

No podía verme en ese momento, pero seguro que me puse rojo al instante.

- ¿¡Que!? Pero… - dije nervioso – Lo hemos hecho hace un momento, y… te recuerdo que es una posición que siempre me ha dado vergüenza probar.

- Y yo te recuerdo que me prometiste que aceptarías el castigo, ¿no? – me puse más rojo y nervioso al escucharle. – Vamos… es un castigo suave. Además… aquí solo estamos tú y yo. No tienes… porque sentir vergüenza.

Me cogió de la muñeca y, muy poco a poco, me iba colocando encima de él. Noté con un escalofrío como el miembro de Jake se iba introduciendo dentro de mí… de nuevo.

- ¿Es que… no entiendes que… precisamente porque eres tú… me da vergüenza? – dije con la voz entrecortada por la excitación y la vergüenza.

Con una sonrisa en el rostro, Jake comenzó a embestirme muy suavemente. Cerré los ojos y dejé que la noche avanzara… hasta que llegó un nuevo día.

Y, con él, una nueva oportunidad de enmendar mis errores.

CONTINUARÁ…

 

 

 


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