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La Verdad Pasajera por cravatnaitospain

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Notas del capitulo:

De nuevo, siento haberme retrasado en la publicación del capítulo de esta semana,q ue deberia haber sido ayer... Han sido fechas muy males, entre reuniones familiares y trabajos de universidad.... Por no hablar de que la publicación volvió a caer en un dia tan importante como es el dia de Año Nuevo xD 

 

Aun así, espero que lo disfruteis <3 

 




- Mamá… ¿seguro que estas bien como para levantarte?  




- estoy bien hijo… - Dijo sonriendo y agarrándose a mí por si acaso. - ¿Lo ves? Camino bien.  




Vi como caminaba y me dio un pinchazo en el corazón. Se había recuperado muy rápido y ese día le daban el alta. Debería alegrarme, pero, aun así…  




- ¿No entiendes que sufro por ti?  




Me miró a los ojos y sonrió levemente. Sus brazos me rodearon, lo que hizo que se me humedecieran los ojos. Se notaba que me estaba abrazando con la poca fuerza que tenía en ese momento.  




- Tyler… Ya basta. – me soltó mientras aun me tenía abrazado. - ¿Quieres dejar de reprimirte las lágrimas?  




- … ¿Eh? – dije algo confundido.  




- Soy tu madre y sé ver cuando estás bien y cuando no… - se alejó un poco y puso mi frente contra la suya. – Y ahora lo que veo es a un chico que lo único que quiere es llorar, mientras abraza a su madre y no la deja ir… ¿me equivoco?  




Hice que no con la cabeza y escondí mi cabeza en su abrazo. Mientras las lágrimas me iban cayendo, me preguntaba qué hubiera pasado si la madre de Neil se hubiera salido con la suya…  




- ¿Qué haría yo sin ti, mamá? – dije, entre sollozos.  




***** 




Los días siguientes me quedé en casa para cuidar de mi madre, procurando no dejarle nunca sola y, de paso, aprovechamos para recuperar el tiempo perdido con mi madre mientras esta estaba en el hospital recuperándose. Jake venía a casa casi cada día y mi madre y él aprovecharon para conocerse mejor y forjar lazos.  Neil, Leo y William también venían, pero no con tanta frecuencia. Todos venían y me apoyaban en el momento tan duro que estaba viviendo… Realmente me sentía agradecido, pero eso me dejaba una cuestión por resolver: ¿Qué hice yo por ellos? Siempre me estaban apoyando y yo lo único que hacía era asentir y darles las gracias, pero nunca les preguntaba cómo estaban ni iba a  verlos…  




Soy un idiota.  




- Jake… - solté con un suspiro mientras me tumbaba en la cama – Dime la verdad: ¿Estoy siendo egoísta?  




- ¿eh? ¿Egoísta?  




- Si… - bajé la mirada, avergonzado por lo que estaba diciendo – Siempre venís hacia mí, me ayudáis, me consoláis, estáis detrás de mi vigilándome, y… Yo nunca hago esfuerzos. Me siento como un egoísta y un mal amigo.  




Le vi hacer una mueca antes de inclinarse y darme un dulce beso.  




- ¿Por qué no dejas de cuestionarte lo que estás haciendo y empiezas a intentar ser feliz?  




Su respuesta me hizo sonreír.  




- Todos... Me estáis diciendo lo mismo. – Dije con un tono adormilado – Ya sabéis… que ahora mismo no puedo.  




Seguramente Jake me interrumpió para negármelo o decirme que estaba equivocado pero… mi mente no quiso escucharlo. Mis ojos se cerraron casi al momento.  




- Soy… un egoísta.  




***** 




Idiota. Egoísta e idiota.  




Así me sentí días después cuando, sin saber por qué, mandé a paseo a Jake, Neil, Leo y William.  




Habían venido a mi casa ayudarme, como siempre. Ese día estaba aún más irritable que de costumbre. Odiaba que hubieran venido. Odiaba que me preguntaran como estaba. Odiaba que me abrazaran con cariño. Y, sobre todo, odiaba que me dijeran que ánimo y que todo iba a mejorar.  




- Como si eso fuera posible… - dije, bastante seco, a un desconcertado Leo, que no entendía el porqué de mi respuesta.  




El resto de los presentes más o menos podían entenderlo, pero de todos modos, nadie aprobaba mi actitud. Y eso me irritaba aún más.  




- Tyler, estás siendo un poco borde. – Leo estaba bastante dolido por mi respuesta. 




Me giré hacia él con una sonrisa irónica.  




- Oh, perdona. ¿Es que crees que si te hablo bien mi madre se curará?  




- No, pero hablarnos así tampoco. – contestó Neil en el mismo tono que yo.  




El ambiente se volvió tenso en ese momento. Mi madre estaba durmiendo, así que no podía ver como estaba a punto de volverme loco de remate  




- Tyler, entiendo que estés un poco agobiado, pero…  




- ¿Un poco agobiado? – Contesté yo con un tono más alto de lo que en realidad pretendía - ¿¡UN POCO AGOBIADO!? ¡No tienes ni idea de cómo estoy! ¡Pero ni idea! 




No sé cómo llegamos a eso, pero acabamos gritándonos y peleándonos todos contra todos, pero yo era quien recibía la mayoría de los ataques. Me lo tenía bien merecido… Pero en aquel momento no lo veía así.  




Escandalizada por los gritos que estábamos pegando, mi madre apareció en escena. 




- ¿Pero que os pasa, pedazo de idiotas? – dijo poniéndose en medio de todos. - ¿Se puede saber qué hacéis gritando de ese modo?  




- ¡Tyler es el que nos grita! – Dijo Neil enfadado - ¡Hemos venido a ayudarle y nos trata fatal! ¡Y encima le decimos que estaba siendo un borde y se pone a gritarnos como loco! 




- ¡Cállate! – Le contesté yo - ¡No tienes ni idea por lo que estoy pasando!  




Al ver que la pelea continuaba aun estando ella presente, mi madre pegó un grito que nos dé dejó a todos sin habla.  




- Tyler… - dijo mirándome con cara seria. – creo que deberías dar una vuelta, calmarte un poco… Y cuando estés dispuesto a comportarte como un adulto, vuelve.  




- Pero…  




- ¡Que te vayas! – me dijo gritando.  




Ante ese grito, y con la frustración que tenía dentro de mí, salí corriendo de casa pegando un portazo y sin coger absolutamente nada.  




***** 




Después de estar un buen rato vagando por mi barrio, acabé en un parque con el que solía ir a veces con Jake. Me senté en uno de los bancos que había por allí, me abracé las piernas y empecé a llorar. Sentía un tremendo dolor dentro de mí por todo lo que había pasado en los últimos meses. Y toda la atención que estaba recibiendo últimamente no había hecho más que agravar este sufrimiento.  




Pero… ¿Por qué lo pagaba con ellos? No era justo lo que hacía con mis amigos y mi novio, yo lo sabía perfectamente… y sin embargo, unos minutos antes me había puesto a gritarles solo porque me habían dicho que estaba siendo un borde.  




No podía más. Tenía ganas de desaparecer y mandarlo todo a paseo… Cuando alguien apareció por allí.  




- Me imaginaba que estarías aquí. – la voz melosa de Jake interrumpió mis sollozos.  




En cuanto nuestras miradas se cruzaron, sentí un pinchazo en el corazón.  




- Hey, peque. –Solía llamarme peque de vez en cuando - ¿Puedo sentarme a tu lado? – me preguntó suavemente cuando estaba cerca de mí   




Asentí con la cabeza. No tenía ganas de cruzar palabra con él. Se sentó y apoyó su cabeza en el respaldo del banco.  




- Hace frio para ser principios de agosto, ¿eh?  




- Si… - le respondí, sin ganas.  




- La verdad… es que está haciendo un tiempo bastante raro. – su mirada perdida se fijó en mí y me cogió del brazo. – Tienes la piel de gallina. – se sacó la chaqueta. – Toma, póntela.  




Hice que no con la cabeza pero consiguió que me la pusiera. Todo estaba muy seco y cortante entre nosotros, y este gesto, que en situaciones normales me hubiese reconfortado, en ese momento solo me hacía tener ganas de huir.  




Nos quedamos en silencio un buen rato.  




- Oye… - dijo al fin – No hace falta que vuelvas ahora mismo… - me acariciaba la mejilla mientras me hablaba. – Podemos esperar a que se calme todo un poco, volvemos a tu casa, y te metes en la cama… - dijo con un suspiro – Ya les diré a todos que estas mal y necesitas estar un tiempo a solas.  




- No… es eso.  




 - ¿Y qué es?  




Quería decir algo… Pero no encontraba las palabras adecuadas.  




- ¿Sabes qué? Olvídalo. – Dijo con un suspiro – No quiero obligarte a hablar si no quieres. Yo solo…  




- Me han violado. – le interrumpí. – Me han violado, Neil se fue a Alemania, su madre me persigue y me amenaza, me intentó ahogar, mi madre casi pierde la vida… - las lágrimas me empezaron a caer sin descanso y empecé a temblar, pero no de frio. - ¿Y pretendéis que esté bien? ¿Qué esté de buen humor? ¿Qué no tenga ganas de gritar?  




- Nadie lo pretende. – Me susurró suavemente – Solo estamos aquí porque te queremos.  




- ¡Pero yo no hago nada por vosotros! ¡Soy un maldito egoísta! ¡Un idiota y un egoísta!  




- Nadie te obliga a hacerlo. – me contestó serio. – En eso consiste la amistad, en dar sin esperar nada a cambio.  




Le dí la espalda. No quería escucharle. Quería quedarme solo, ya que eso es lo que me merecía. Sin embargó, Jake me abrazó por la espalda con mucha suavidad.  




- No están enfadados contigo. – dijo muy suavemente. – Solo les ha molestado tu reacción aun que dicen que la entienden.  




- Mi madre me odia.  




- No es cierto. – dijo besándome suavemente en la mejilla. – Entiéndela. Ha visto como su niño querido se ha peleado con sus amigos y su novio, y eso le habrá enfadado. Pero te quiere mucho.  




- ¿Y tú? – Me giré para mirarle – ¿Me quieres a pesar de todo lo que te he dicho hace un rato?  




- Bobo. – Dijo sonriendo – No hubiera venido si no te quisiera.   




Dejé que me besara con amor y cariño. Se levantó después de eso y me cogió suavemente de la mano, dispuesto a irnos a mi casa. Sin embargo, yo me resistía.  




- ¿te ocurre algo? – dijo mirándome.  




- Es que… - bajé la cabeza. – Después de la que he liado en casa… Me da vergüenza volver.  




Vi como sonreía un poco antes de tomarme de ambas manos y llevarlas hasta sus labios para darles un suave beso.  




- ¿Quieres que yo hable yo por ti al principio?  




Asentí y dejé que me llevara a mi casa… y a enfrentarme a las consecuencias de mi idiotez.  




***** 




Después de un momento tenso en mi casa, acabé  explicándoles todo lo que sentía a mi madre y a mis amigos. Neil, aun que estaba enfadado conmigo, me abrazó con cariño. Yo acabé ablandándome y soltando un par de lágrimas. El resto también se unió y tuvimos un final feliz.  




- Al final todo fue bien, ¿no? – dijo Jake cerrando la puerta de mi cuarto.  




Me encontraba en la cama, con el pijama ya puesto, y dispuesto a dormir. Se tumbó a mi lado y me acarició la mejilla.  




- Si… - dije suspirando. - ¿crees que mi madre se ha enfadado mucho conmigo?  




- Puede que al principio… Pero les explicaste muy bien lo que sentías… Y ella te quiere mucho y es muy comprensiva, ya verás que no seguirá enfadada contigo.  




Asentí mientras suspiraba y me tapaba con la manta. No estaba muy convencido, pero si Jake lo decía… 




- Oye, Jake…  




- ¿Si?  




- No sé si te acordarás… - me incorporé para mirarle a los ojos. – Pero tú y yo tenemos un asunto pendiente.  




- ¿Un… asunto? – pestañeó perplejo. - ¿Qué quieres decir?  




Sonreí al pensar que lo que le iba a proponer iba a gustarle mucho.  




- Cuando rompimos… - le dije con una voz melosa - … Y luego volvimos y nos acostamos… Y me dijiste que me ibas a castigar. 




Mientras hablaba, mi mano iba acariciando su cuerpo en un intento de provocarle. Hasta que se metió en sus calzoncillos y le acariciaba el miembro.  




- Tú… me diste una parte del castigo ese día. – Seguí hablando mientras mis manos seguían jugando con él – Y cuando acabamos… Me dijiste que me darías el resto otro día… 




Le masajeaba el miembro con mucha sensualidad hasta que noté que estaba muy duro.  




- Y aún sigo esperando. – le dije mirándole a los ojos.   




Soltó una pequeña risita y me besó muy profundamente. Cuando ya me había dejado sin aire, se alejó y me miró.  




- Bien hecho, gracias por recordármelo. – se desnudó completamente delante de mí. – Ya sabes lo que tienes que hacer.  




Después de haber pasado la vergüenza que pasé  aquel primer día y de haberlo hecho ya varias veces de esa forma, el hecho de ponerme encima de él no me parecía una posición tan vergonzosa como al principio. Me había acostumbrado y, lo más importante, me acabó gustando.  




Con una sonrisa, me puse encima, dispuesto a recibir la parte de mi castigo que me tocaba.  




CONTINUARÁ…  


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